Su
separación de Brad Pitt la aleja de la Meca del cine, algo que la actriz
llevaba tiempo buscando para centrarse más en la dirección y la labor
humanitaria.
Angelina Jolie, durante una visita a un campo de refugiados en Jordania. Getty Images
“Parece que Pitt se ha quedado con la custodia de los amigos
de Hollywood en su divorcio con Maléfica”, tuiteó un periodista
americano tras el caluroso recibimiento que recibió el actor de sus colegas en los Globos de Oro. Y no andaba muy desencaminado a la vista de cómo se han ido sucediendo las apariciones públicas de la expareja. Tras el anuncio de divorcio en septiembre de 2016,
de Brad Pitt y Angelina Jolie, el actor ha optado por limpiar su imagen
rodeado de sus amigos de profesión. Ya sea en alfombras rojas, en galas
o fiestas benéficas, pero siempre dentro de su ambiente de confianza de
Hollywood.
“Parece que Pitt se ha quedado con la custodia de los amigos
de Hollywood en su divorcio con Maléfica”, tuiteó un periodista
americano tras el caluroso recibimiento que recibió el actor de sus colegas en los Globos de Oro. Y no andaba muy desencaminado a la vista de cómo se han ido sucediendo las apariciones públicas de la expareja.
Tras el anuncio de divorcio en septiembre de 2016,
de Brad Pitt y Angelina Jolie, el actor ha optado por limpiar su imagen
rodeado de sus amigos de profesión. Ya sea en alfombras rojas, en galas
o fiestas benéficas, pero siempre dentro de su ambiente de confianza de
Hollywood.
Angelina Jolie, en cambio, empezó por una estrategia de
absoluto aislamiento con sus hijos en una nueva casa en Malibú para
pasar después a ser la primera de los dos en abordar en público
el divorcio. Pero no lo ha hecho ni en una revista de entretenimiento o
corazón, sino ante una periodista de BBC internacional y a muchos
kilómetros de Hollywood, en Camboya, donde presentaba su cuarta película
como directora, Primero mataron a mi padre.
No solo se ha adelantado así a Brad Pitt en la carrera por
mejorar su imagen pública, sino que además lo ha hecho de una forma
elegante y emotiva, al borde de las lágrimas. Desterraba todos los
rumores sobre la tensión entre ellos e incluso cerraba las acusaciones de maltrato del actor sobre sus hijos,
alabándole como “padre maravilloso” y defendiendo que son y serán
“siempre una familia”. Pitt ya no era la víctima como parece que querían
presentarlo ante los medios de comunicación.
Y, como siempre ocurre con Angelina Jolie, sus palabras y
cómo y dónde las dice, son examinadas al detalle. La prensa anglosajona
defiende, por un lado, que, con esta aparición y entrevista preparadas,
quiere evitar la mala imagen que empezaba a tener en Hollywood, donde
claramente Brad Pitt es el favorito y ha quedado como el ultrajado tras
los ataques de la abogada de Jolie. Por otro, la estrategia de la actriz podría ser una
declaración de intenciones muy obvia de marcar definitivamente
distancias con ese mundo de Hollywood en el que nunca se ha sentido a
gusto. De joven, se rebeló contra él con su pasión por los
cuchillos, los tatuajes y su estilo gótico. Después, esa imagen oscura y
enfadada la transformó poco antes de su relación con Brad Pitt cuando
empezó su labor humanitaria a la que ha ido dedicando más tiempo que a
su profesión de actriz. Cambiando eventos frívolos por viajes a países del tercer
mundo, dirigiendo toda la atención que arrastra siempre a otros focos
lejos de vestidos de alta costura; iba separándose poco a poco de
Hollywood e incluso enfadando a algunos de sus mandamases, como el
productor Scott Rudin que tan feas palabras le dedicó en los correos electrónicos revelados durante el pirateo de Sony. Cambiando eventos frívolos por viajes a países del tercer
mundo, dirigiendo toda la atención que arrastra siempre a otros focos
lejos de vestidos de alta costura; iba separándose poco a poco de
Hollywood e incluso enfadando a algunos de sus mandamases, como el
productor Scott Rudin que tan feas palabras le dedicó en los correos electrónicos revelados durante el pirateo de Sony. Aunque si le preguntan a ella, confiesa que ahora se siente “más rebelde y salvaje que nunca”. Durante la promoción de Invencible, su película más grande y ambiciosa como directora
hasta ahora, lo dijo: “Crecer en Los Ángeles te hace preocuparte y
enfadarte por cosas mediocres y tontas. La primera vez que fui a un país
en guerra me dieron ganas de abofetearme y decirme: 'Cómo te atreviste,
he estado tan ciega de pensar que podría quejarme y que podía querer
más aún cuando hay tanta gente con tan poco y sufriendo tanto". Dos datos más que ella misma ha ido dando a lo largo de
estos años sostienen la idea de que a Angelina Jolie no le importaría en
absoluto que Pitt se quedara con la custodia de Hollywood tras la separación. Además, aún siendo una de las mayores estrellas de Hollywood
nunca ha tenido otros amigos estrellas, como sí tiene Brad Pitt. En
2011 confesó en una entrevista no ser muy social y que “la única
persona” con la que hablaba realmente era su marido. Las teorías quizá no vayan tan desencaminadas al pensar que
Angelina Jolie no solo se divorcia de Brad Pitt, sino también de todo el
star system de Hollywood. Eso sí hay quien sostiene que no se
separará del todo porque su fama, positiva o negativa, le ayuda a poner
el foco allá donde vaya, ya sea Camboya o París.
FOTO: La infanta Cristina entra en su casa de Ginebra.GTRESONLINE / ATLAS
No lee EL PAÍS, ni El Mundo, ni La Razón, ya es que ni el ABC
lee, porque hasta del periódico monárquico ha recibido alguna bronca. No entra en diarios digitales, y menos en esas redes a las que su cuñada
es adicta. Ella cree que no es aristocrático ser adicta. No lo es. Casi
no habla español, ni con su madre ni con los niños ni con el servicio. Lo habla, eso sí, con él, así que el español, que en su día fue solo el
idioma del amor, se ha convertido en el de “la mierda”. De tal forma que
es escuchar esa lengua y ponérsele un sapo en la boca. No ve tele
española, aunque de vez en cuando las puñeteras imágenes de ella
saliendo y entrando del juzgado se cuelan en un canal internacional. Los niños están informados de que están siendo víctimas de una
conspiración y que un día todo se descubrirá y habrá mucha gente que
tendrá que pedir perdón, ¿o es que no ha sido así la historia de la
realeza? La realeza. Por más que haga por no enterarse alguien le viene siempre
con cuentos. Estos días podían haber sido alegres, por ejemplo. Ese
momento en que el juez le dijo, señora, es usted inocente.
Ella no se puso a saltar por respeto a Él pero ganas no le faltaron. Se
fue al dormitorio, abrió el vestidor del marido, observó las camisas
alineadas por colores y pensó, ¿cuántas le echo? La señora de servicio,
adivinándole el pensamiento, le dijo, “mejor chándals, es lo que toca,
si al fin y al cabo solo le van a dejar entrar una mochila”. De momento
el consejo le pareció inapropiado, pero acabó pensando que a la chacha
no le faltaba razón. No le preguntó de qué le venía esa sabiduría, fuera
a ser que el marido de la criada también hubiera estado preso, y no era
cuestión de compartir penas. Por ahí no.
Qué ironía, su marido de vuelta al chándal. Eso pensaba estos días, concentrada, como ha aprendido en mindfulness,
a concentrarse en lo inmediato, pero entonces entra él en el cuarto y
le dice en el idioma en el que se habla de la mierda: “Que de momento no tengo que entrar, que nos devuelven la fianza y que quién sabe”. Por unos instantes, se queda parada, mirando al vacío, como así se ha
acostumbrado a hacer en los últimos años cuando entra y sale de un
edificio, mira al vacío para que nadie capte una intención en su mirada. Vamos a ver, vamos a ver, no es que esté decepcionada, pero si las
cosas tienen que pasar que pasen. Que pasen ya. Su marido sigue
hablando, es un hombre que enseguida se viene arriba, es como si no… es
como si… : “Hasta el mismo juez ha declarado que no hay riesgo de fuga
porque tengo escolta policial. ¡Como no me fugue con ellos a un país
asiático!”, concluye con una media risa que se le corta en seco cuando
ve la cara de ella. ¿Es que no te alegras?, dice.
Y ella dice que sí, porque él es lo único que tiene, y
porque para saber si está alegre o triste tendría que pensar, y no está
acostumbrada. Ni se le pasó por la cabeza pensar que él tenía los mismos
derechos que un súbdito cuando comenzó a prosperar. No pensó, tampoco,
que la herencia de cuna puede perderse como si se abriera la tierra bajo
los pies, de pronto. No pensó. Y sigue sin pensar que haya algo
erróneo. Ella cree en la gran conspiración. Y así crecerán sus hijos,
aunque eso les alimente el resentimiento. Y tal vez, algún día, su
hermano se vea forzado a creer en que todo estuvo trazado desde el
principio, que se trató de un plan para acabar con la Casa y ellos
fueron los primeros en caer. Como ella dice, el eslabón más débil. No
pensó y no quiere pensar. Porque si piensa de más puede ocurrir que se
le cruce el cable con el del chándal, que alguna vez se la jugó pero
bien, pero, ay, forma parte de la historia de las mujeres pasar por alto
ciertas desviaciones. No pensar, hablar lo menos posible en dicho idioma y no enterarse. Lo
primero y lo segundo lo domina; lo tercero, imposible. Imposible porque
el Hola está hasta en Suiza. Las últimas noticias que hablan de
la posible habitabilidad de otros planetas la han llenado e esperanza. Ve de pasada la portada de la revista y la imagen se le queda como
clavada a los ojos con alfileres: Ella con la corona. Ella, que no se
había puesto nunca esa corona, la luce precisamente ahora. Esa corona
puesta en una cabeza que no es de su sangre. Por un momento le da la
risa porque… ¿esto tendrá que ver con la conspiración? No le gusta
pensar, pero si pensara un poco, se diría: en una misma semana, la
sentencia, su marido en casa y la corona. Qué cóctel más explosivo.
Desde
cruceros clásicos por las islas griegas a destinos exóticos como Alaska o
el Lejano Oriente ruso. Se esperan más de 25 millones de pasajeros en
2017.
Un barco crucero frente a la isla giega de Santorini. iStock
El mundo de los cruceros mantiene sus recorridos clásicos por el
Mediterráneo, el Báltico y el Caribe, y se renueva con propuestas
originales: islas privadas, escalas de más de una noche y más variedad
de puertos, no solo los de las grandes ciudades, sino también los de
pequeñas poblaciones costeras. Aumentan los cruceros fluviales y las
travesías por Asia.
Las principales compañías — Carnival, Royal
Caribbean, Disney, MSC Cruises, Norwegian Cruise Line (NCL), Costa
Cruceros, Celebrity, Pullmantur, Azamara, Cunard, Princess, Holland
American Line, Silversea, Hurtigruten, Australis, StarClippers…—
presentan su variada oferta para primavera y verano, y agencias como
Viajes El Corte Inglés, Logitravel o Nautalia lanzan este mes sus
campañas de descuentos por compra anticipada.
Este año habrá 13 nuevos
barcos oceánicos (que se suman a los más de 300 de 50 navieras) y 13
fluviales, y está previsto que el número de pasajeros supere los 25
millones en todo el mundo, según la Asociación Internacional de Líneas
de Crucero (CLIA).
Los pasajeros son cada vez más jóvenes, y las
travesías que piensan en ellos, más dinámicas y atrevidas.
Los barcos
incorporan chefs de altura, con menús creados por cocineros como Guy
Fieri, Nobuyuki Matsuhisa, Nobu o Geoffrey Zakarian. Navieras
como MSC, Norwegian o Royal Caribbean continúan con su expansión en
Cuba, y se dispara la oferta de cruceros de expedición y de aventura.
(desde 1.290 euros por persona, vuelos aparte).
La ciudad de Trinidad es una de las visitas opcionales de los cruceros MSC en Cuba.
Cuba, Jamaica y Cozumel
MSC Cruceros sitúa este año dos de sus barcos —el MSC Opera y el MSC Armonia—
en el puerto de La Habana, desde el que ofrecerá travesías todo el año
por Cuba, Jamaica, Cozumel (México) y Gran Caimán desde 1.169 euros por
persona (ocho días, con vuelos, traslados, régimen todo incluido y
tasas).
De mayo a diciembre, el Norwegian Sky, de la naviera
NCL, realizará cruceros de cuatro días entre Miami y Cuba.
Las travesías
incluyen una noche en La Habana y un día en Great Stirrup Cay, la isla
privada de Norwegian Cruise Line en las Bahamas.
Desde 839 euros por persona, más los vuelos.
El uso de la diadema de las reinas de España muestra el realce dado a la visita de Macri.
Pues yo creo que la luce o la lleva para decir:La Reina soy Yo.
Doña Letizia con la tiara y Juliana Awada.FOTO CHEMA MOYA AFP | VÍDEO ATLAS
La reina Letizia ha abierto el joyero de los Borbones para la cena de gala ofrecida en la noche de este miércoles en Madrid al presidente de Argentina, Mauricio Macri, y a su esposa, Juliana Awada. Ante las cámaras y los 120 invitados, doña Letizia lució en el Salón
del Trono del Palacio Real la más importante de las cuatro tiaras o
diademas de la Familia Real española: la de la Flor de Lis, la tiara de las reinas de España. Montada en platino y brillantes, fue creada por el
joyero madrileño Ansorena en el año 1906. Fue el regalo de Alfonso XII a
su prometida la princesa Victoria Eugenia de Battemberg, quién la lució
el día que contrajo matrimonio con don Alfonso (31 de mayo de 1906). Es
una de las llamadas "joyas de pasar", reservada para el uso de las
reinas de España y en ocasiones excepcionales. Por ello, el
empleo de esta tiara con las flores de lis, símbolo y emblema de la
casa de Borbón, remarcaba la importancia que la Casa Real quería
imprimir a la visita de Estado de Macri.
El presidente argentino fue recibido con todos los honores
del nuevo protocolo de la Casa Real que se inaugura con él y que incluye
un desfile militar a su llegada al Palacio Real, algo que no se había
hecho nunca en una visita de Estado. Después, fue agasajado también por
todo lo alto en el Congreso de los Diputados. Los Reyes, además,
intercambiado regalos y condecoraciones con Macri y su esposa.
La reina Ena, con la diadema.
Y, en este afán de Felipe VI de dar realice a la visita del mandatario, la Reina se ha tocado
con "el esplendor refulgente" de la tiara más importante de las cuatro
del joyero real. Esta joya está formada por tres flores de lis en forma
de cestillo, la más grande de ellas en la zona central, igualmente de
platino y engastada de diamantes (el central es 10 quilates). Es la joya
que la reina Ena lució en los retratos que le hicieron Joaquín Soroya o
Phillip de Lazslo, entre otros. Está unida por roleos y hojas vegetales
de diamantes.
Las diademas más importantes de la Familia Real española son
cuatro. La Tiara Prusiana de estilo neoclásico y línea helénica,
confeccionada por el joyero berlinés Koch, está realizada en platino y
diamantes; fue la que llevó doña Letizia el día de su boda con el príncipe Felipe. La Diadema Flor de Lis, la que coronó este miércoles a doña Letizia (si
se sigue la voluntad de la reina Victoria Eugenia, esta tiara pasará a
manos de doña Letizia); la Diadema de La Chata, que debe su nombre a que
su primera dueña fue Isabel de Borbón, creada por la prestigiosa
joyería Mellerio de París, está hecha en platino, brillantes y perlas. Y, por último, la tiara que Franco regaló a doña Sofía por su boda con
don Juan Carlos; la joya es convertible y puede ser usada como diadema,
como collar o como broche. La infanta Cristina la llevó el día de su boda con Iñaki Urdangarin.