La hija mayor de Donald Trump, Ivanka Trump, lleva varios días
recibiendo duras críticas en las redes sociales por colgar una foto en
Twitter en la que aparece vestida de gala junto a su marido y asesor
presidencial, Jared Kushner. El problema no es lo que sucede en la
imagen ni los miles de dólares que costaba su vestido, sino el momento
que Ivanka Trump eligió para subir la foto a Twitter. Lo hizo poco
después de que Donald Trump firmara la Orden Presidencial para prohibir la entrada en EEUU de ciudadanos de siete países
-Libia, Irán, Irak, Siria, Somalia, Sudán, y Yemen- durante 90 días y
la cancelación de todos los visados de refugiado político.
Chester in love,
el nuevo programa de Risto Mejide en Cuatro, contó este domingo con Sor
Lucía como una de sus invitadas. La religiosa se enfrentó a una intensa
entrevista en la que tuvo que hablar abiertamente sobre sexo, con
preguntas incómodas incluidas. "¿Qué es el sexo?" fue lo que le
planteó Risto Mejide, a lo que Sor Lucía respondió sin dudar: "Creo que
es una dimensión de la persona. Es una forma de expresar también los
sentimientos y el amor. Y es una parte constitutiva de todas las
personas". Esa no fue la pregunta incómoda de Risto, ya que el
presentador quiso saber sobre la relación de la iglesia y el sexo y ahí
fue donde Sor Lucía sorprendió al desvincularse de la postura de la
organización. "¿Qué le pasa a la Iglesia con el sexo?". "Creo que la
Iglesia durante mucho tiempo ha tenido muy mala relación y la tenía un
poco bajo la alfombra. No era un tema tabú, sino que se consideraba
sucio, oculto. Era la negación de lo que yo creo que es una bendición". Pero
la pregunta más complicada de la noche no llegó de Risto Mejide. Fue
una persona del público quien le planteó la cuestión. "Si tiene alguna
necesidad sexual, ¿qué hace? ¿Cómo se masturba?", le planteó. Y Sor
Lucía respondió sin dudarlo: "Igual que te dije que no he tenido
relaciones sexuales y que soy virgen. Te digo que tampoco me masturbo".
Trump está tratando de gobernar por impulsos, por caprichos, por
recompensa personal, por beneficios, por decretos... como si hubiera
sido elegido dictador. Pero resulta que no funciona y que la máquina ya
está descarrilando sólo UNA SEMANA después. El impeachment
(o juicio político) está ganando terreno porque es la única forma de
destituirlo, porque los republicanos ya están abandonando en masa a este
presidente y porque el hombre es psiquiátricamente incapaz de comprobar
si algo es legal antes de hacerlo. El impeachment está
ganando terreno porque resulta terriblemente evidente que Trump no es
apto para la presidencia. Los adultos que rodean a Trump, hasta los que
le sirven con una lealtad que roza la esclavitud, se pasan la mitad de
su tiempo tratando de refrenarlo, pero es imposible.
Una cosa es vivir en tu propia realidad cuando eres
candidato y sólo son palabras. Puedes engañar a las suficientes personas
durante el tiempo suficiente como para ser elegido. Se pasan la otra mitad del tiempo respondiendo a llamadas frenéticas
de líderes republicanos, élites empresariales y dirigentes extranjeros.
¿Que Trump ha hecho qué? El pobre Reince Priebus, su jefe de Gabinete, ya ha llegado a la cima del poder y no va a ser divertido. Una
cosa es vivir en tu propia realidad cuando eres candidato y sólo son
palabras. Puedes engañar a las suficientes personas durante el tiempo
suficiente como para ser elegido. Pero cuando intentas gobernar de esa
manera, la realidad es la realidad, y ésta te llama al orden.
Una por una, Trump ha decretado órdenes impulsivas
que no han sido revisadas por juristas, ni por expertos gubernamentales
ni responsables políticos, y ni mucho menos han sido objeto de una
planificación meditada. Casi de forma inmediata se ve obligado a dar
marcha atrás por una combinación de presión política y legal. Y por la
realidad. A diferencia de las dictaduras que Trump admira, la
compleja red de medidas constitucionales legales y políticas contra la
tiranía todavía funciona en Estados Unidos (a veces le cuesta, pero
funciona). Y cuanto más imprudente es el comportamiento de Trump, más se
refuerzan estas medidas.
¿De verdad alguien piensa que el Tribunal Supremo va a ser la puta de Trump?
Sólo con su esfuerzo lunático de prohibir la entrada de refugiados de forma selectiva
(pero no precisamente procedentes de países que envían a terroristas,
como Arabia Saudí y Egipto, donde Trump tiene intereses comerciales), el
presidente ya ha descubierto que el sistema estadounidense tiene
tribunales. Tiene tribunales. Imagínatelo. Cuanto más
trastornado se vuelva, menos jueces conservadores harán la pelota a las
políticas republicanas (como hasta ahora solían hacer). ¿De verdad
alguien piensa que el Tribunal Supremo va a ser la puta de Trump? La semana pasada, algunos republicanos se pelearon por ver quién era el primero en rechazar la visión de Trump sobre Putin y se apresuraron a negar sus declaraciones sobre un supuesto fraude electoral. No
saben cómo hacer para matar el ObamaCare sin matar a pacientes y sin
acabar con las esperanzas de reelección. Lo cierto es que resulta
complicado y los matices no son el punto fuerte de Trump. El congresista
republicano Tom McClintock puso de manifiesto lo que muchos pensamos:
"Mejor asegurarnos de que estamos preparados para vivir con el mercado
que hemos creado. Esto va a llamarse Trumpcare. Los republicanos lo
poseerán en su totalidad y seremos juzgados en las elecciones en menos
de dos años".
"En pocas palabras: cualquier propuesta que suba los
precios de la Corona, el tequila o los margaritas es una muy mala idea.
Mucho triste". Incluso el personal de Trump tuvo que
pararle los pies con su absurda cruzada contra México y los mexicanos,
en la que un día Trump obliga al presidente mexicano a cancelar una visita oficial y al día siguiente se pasa una hora al teléfono con él comiéndole la oreja.
Trump
propuso volver a instaurar la tortura, pero los principales líderes
republicanos se cargaron esa idea. El senador John Thune afirmó este
miércoles que la prohibición de la tortura era una ley establecida y que
los republicanos en el Congreso se opondrían a restaurarla. El propio
secretario de Defensa de Trump opina lo mismo. Después de proclamar por
todo lo alto su nueva política de tortura, Trump cedió dócilmente a que esas medidas pasen antes por sus asesores de defensa. Y todo esto ¡en sólo una semana! Ya hasta los jueces federales han empezado a frenarle. Hace dos semanas, basándome sólo en lo que vivimos durante la transición, escribí un artículo en el que proponía la constitución de una comisión de impeachment,
como un comité paralelo que elabore un dosier para la destitución de
Trump, además de una campaña ciudadana para crear un movimiento público
de impeachment. Por su parte, el senador republicano Lindsey Graham
se burló de los hábitos tuiteros del propio Trump con un mensaje en la
red social en el que calificaba la guerra comercial con México como
"mucho sad".
Un
documental sobre las niñas que apuñalaron a otra por miedo a una
criatura ficticia. El primer caso de mito del terror creado en Internet,
una especie de Hombre del Saco con tentáculos.
Slenderman es un ser antropomórfico de entre dos y
cuatro metros de largo. Sus extremidades son larguísimas y su rostro es
una máscara pálida sin facciones, sin ojos, sin orejas, sin boca. En la
espalda esconde seis tentáculos con los que ataca a sus víctimas. Es
invisible a voluntad y, por eso, muy pocas veces ha podido ser
fotografiado o grabado en vídeo. Se mueve en las sombras y acecha a
niños y adolescentes sin que nadie se ponga de acuerdo en si es una
presencia protectora o una amenaza. Lo crean ustedes o no, hay muchos adolescentes que creen a pies
juntillas en la existencia de este personaje que, en realidad, fue
creado en 2009 por un usuario, Victor Knudsen bajo el Nick de ‘Victor Surge’, del foro Something Awful para participar en un hilo de imágenes retocadas con Photoshop. La bola fue creciendo hasta convertir al personaje en un meme y de ahí a material para creepypasta, un tipo de relato de terror de género colaborativo. Una vez convertido en personaje literario y en personaje de Fanfic,
el salto al mito y a la creencia de la existencia real del personaje
fue un paseo en calesa, sobre todo cuando la red está inundada de
vídeos, fotos y testimonios de internautas que alimentan la idea de que Slenderman vive entre nosotros.
"Slenderman es el
primer personaje creado en Internet que ha quedado instalado en el
folklore popular y que abrió la puerta a otros mitos digitales"
A estas alturas de siglo XXI se puede decir que Slenderman es el
primer personaje creado en Internet que ha quedado instalado en el
folklore popular y que abrió la puerta a otros mitos digitales. Si
teníamos alguna duda de cómo se habían creado personajes y mitos
populares como El Hombre del Saco, La Chica de la curva o La Santa Compaña solo tenemos que echar un vistazo al fenómeno de Slenderman:
millones de mentes modelan la creencia añadiéndole una infancia, una
adolescencia, nuevos rasgos, nuevos datos, incluso residencia o, lo que
es más importante, una marca propia. ¿No tienen Batman y Superman un logo? El de Slenderman es una equis tachando un círculo. El mito, ya de por sí retorcido, tomó un giro tétrico el 31 de mayo de
2014. Morgen Geyser y Annisa Weier, dos niñas de 12 años residentes en
Waukesha (Wisconsin), se conocen e intiman cuando comienza el curso. Crean una amistad muy especial, ya que Annisa no es muy popular y no
tiene amigos y Morgen tampoco cuenta con muchas amistades excepto la de
Payton Leutner a la que, en las últimas fechas, está dejando de lado. Annisa y Morgen tienen una imaginación desbordante y, ambas, comparten
aficiones literarias comunes: son fans de los creepypastas y de la literatura de terror. Entre ellas estalla una amistad que retroalimenta sus fantasías. Las amigas deciden asesinar a la otra niña aprovechando el barullo
del cumpleaños de Morgen, ya que las tres van a dormir en la misma casa
para hacer una fiesta de pijamas. Van un parque que tiene una zona
boscosa cercana y con la excusa de que van a jugar al escondite, la
llevan a la zona más profunda y allí le asestan 19 puñaladas con un
cuchillo de cocina. Las autoras dejan en estado agonizante a la víctima y
se escapan del lugar del crimen. Payton se arrastra hasta una carretera
cercana donde es recogida por un ciclista a la que narra los hechos y
es trasladada a un hospital donde le salvan la vida. Mientras todo esto ocurre, Morgen y Annisa son detenidas por un
policía al que le resulta sospechosa la presencia de dos niñas tan
pequeñas caminando solas por el arcén de la Interestatal 94. Annisa le
cuenta al policía que acaban de asesinar a Payton Leutner y que se
dirigían a la Reserva Natural de Nicolet donde se encuentra la mansión
de Slenderman para reunirse con él. Los antecedentes y los precedentes
de este caso criminal tan extraño son narrados con todo lujo de detalles
y mucha pericia por Irene Taylor Brodsky en su documental Beware the Slenderman que acaba de estrenar la cadena HBO en nuestro país.
OTROS JÓVENES (Y ASESINOS) ESPAÑOLES Morgen y Annisa intentaron matar a Payton Leutner para honrar a
Slenderman y convertirse en sus sirvientas, en una especie de agentes
del mito que, según sus seguidores, se encargan de hacerle el trabajo
sucio. Ambas confiesan los hechos a la policía sin guardarse nada,
contando todo con inocencia infantil, esperando ser eximidas de
responsabilidad, como si el asunto solo fuera una trastada que se les ha
ido de las manos (¿Quién se comió la tarta que se enfriaba en el
alfeizar? ¿Quién rompió la ventana del vecino de un balonazo?). Esperando, o eso da la sensación, que la policía crea en la existencia
de Slender Man y que se ponga en marcha para detener al verdadero
culpable.
OTROS JÓVENES (Y ASESINOS) ESPAÑOLES Morgen y Annisa intentaron matar a Payton Leutner para honrar a
Slenderman y convertirse en sus sirvientas, en una especie de agentes
del mito que, según sus seguidores, se encargan de hacerle el trabajo
sucio. Ambas confiesan los hechos a la policía sin guardarse nada,
contando todo con inocencia infantil, esperando ser eximidas de
responsabilidad, como si el asunto solo fuera una trastada que se les ha
ido de las manos (¿Quién se comió la tarta que se enfriaba en el
alfeizar? ¿Quién rompió la ventana del vecino de un balonazo?).
Esperando, o eso da la sensación, que la policía crea en la existencia
de Slender Man y que se ponga en marcha para detener al verdadero
culpable.
Lejos de ser un cuento moral, y el documental actual tiende a serlo, Beware of the Slenderman
cuenta los hechos con una frialdad arrebatadora, usando los testimonios
de los familiares de las niñas y transmitiendo a la perfección todos
los sentimientos contradictorios que les produce el amor hacia las crías
y el hecho de que hayan cometido un crimen tan horrible para honrar a
un personaje ficticio. El documental se convierte en un juego de muñecas
rusas en el que vamos descubriendo más y más detalles del caso mientras
aprendemos la fuerza de los mitos e intentamos comprender todos los
rasgos de personalidad de ambas crías. De paso, nos advierte de que el
escalón generacional y las nuevas tecnologías no se llevan bien y que,
por descontado, Internet ha roto la barrera entre la realidad y la
ficción.