La artista, coreógrafa y maestra, fallece a los 68 años
Dirigió el Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires.
La primera bailarina cubana Marta García ha muerto en la mañana de hoy domingo 29 en un hospital madrileño a los 68 años víctima de un cáncer de pulmón, contra el que luchó valerosamente en los últimos tiempos.
Había nacido el 7 de febrero de 1949 en Guanabacoa y su larga trayectoria la convirtió en uno de los pilares del Ballet Nacional de Cuba, perteneciendo a la segunda generación de grandes y admiradas figuras de la escuela cubana de ballet.
Fue directora (junto a su marido y partenaire Orlando Salgado) del Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires de 2001 a 2004 y profesora en la cátedra de danza de la Universidad Juan Carlos I. Comenzó a estudiar danza española en La Habana en la escuela de la maestra Ana María y a bailar de muy niña.
Ya en 1954 actúa en el Teatro Infante de Holguín y aparece en programas de la televisión cubana, siendo proclamada como la mejor artista infantil de su tiempo.
Es en 1965 que debuta en las filas de la compañía titular cubana en el cuerpo de baile de Coppélia; un año después hace la danza española en El lago de los cisnes y se estrena en el ballet Majísimo, coreografiado por Jorge García.
También baila el Vals de Lás sílfides y en ballets de Alberto Alonso, José Parés, Alberto Méndez y Alicia Alonso.
En 1968 gana el premio juvenil en el prestigioso Concurso de Ballet de Varna (Bulgaria), certamen al que vuelve en 1970 y gana la medalla de plata.
En 1968 actúa como invitada en el Ballet de Camagüey.
En 1971 le llega uno de sus hitos con el ballet Mascarada (Jachaturian) coreografiado por Anna Leontieva.
Con el ballet cubano recorre el mundo y asume todos los papeles protagónicos del gran repertorio clásico, de La fille mar gardée y Giselle a El lago de los cisnes, Don Quijote y La bayadera.
En 1975 estrena La casa de Bernarda Alba en la versión de Tenorio y en 1978 Bodas de sangre de Antonio Gades encarnando el papel de La Novia en el debut habanero.
En Madrid Marta García, donde se establece con Salgado desde 2005, desplegó una intensa y fructífera labor pedagógica y coréutica en los últimos años de su vida.
Además del trabajo en el instituto universitario Alicia Alonso fue maestra y coreografió en el Centro Scanea que dirige Carmen Roche e impartió cursos en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila, ambos en Madrid.
En 2014 García publicó en España sus memorias.
Fue precisamente en 1978 durante una gira por los Estados Unidos en que la crítico de The New York Times Anna Kisselgoff escribía que Marta García en Coppélia no era solamente la técnica más sólida y famosa entre las primeras bailarinas cubanas de su momento, sino que destacaba por su fluida ejecución sin aparente esfuerzo. Marta García es la responsable coreográfica de parte de los bailes de la versión cubana del clásico Don Quijote y en Buenos Aires coreografió su versión de El lago de los cisnes.
En 1956 debuta en una presentación de la Academia de Ballet Alicia Alonso en el Teatro Radiocentro; un año después repite con éxito esta experiencia en el Teatro América y participa en el Festival de Bailes Españoles del Teatro Fausto. Entre 1962 y 1965 completa su formación de bailarina clásica en la Escuela provincial de Ballet de La Habana.