7 dic 2016
¿Quién sí y quién no quiere diseñar para Melania Trump?
Recopilamos los nombres de los diseñadores que han hecho públicas sus intenciones con la futura primera dama de Estados Unidos.
La diseñadora Carolina Herrera y el diseñador Marc Jacobs. Gtre
La industria de la moda apoyó en bloque la campaña política de
Hillary Clinton y rechazaron al candidato republicano, Donald Trump.
Por eso, ahora que la futura primera dama de Estados Unidos será Melania Trump, muchos se preguntan quién se prestará a diseñar para la exmodelo, algo que parece haberse convertido en una cuestión de Estado.
Hemos hecho un recopilatorio de los diseñadores que ya han confirmado su postura, sea a favor o en contra:
La campaña de su marido Donald Trump marcada por los mensajes racistas, sexistas y xenófobos son totalmente incompatibles con los valores en los que creemos”.
Así de tajante se mostró la diseñadora Sophie Theallet el pasado 17 de diciembre en un comunicado publicado en sus redes sociales. Theallet ha sido durante los últimos ocho años una diseñadora de cabecera para Michelle Obama, la esposa del presidente saliente de EE UU, Barack Obama.
Algo que, dice la modista, "ha sido un gran honor", y añade: "Ella ha contribuido a que nuestra marca sea reconocida en todo el mundo.
Sus valores, sus acciones, su carisma me han marcado profundamente".
"Creo que Melania es una mujer muy bella. Ivanka [Trump, hija del futuro mandatario] es igual de bella e inteligente, a pesar de que ella lleve sus propias prendas.
Todo el mundo estaba muy contento de vestir a Michelle [Obama] también.
Creo que ellas se ven muy bien con la ropa. No vas a encontrar mucha más belleza que Ivanka o Melania", manifestó.
El también director de cine se identificó a sí mismo como demócrata y confirmó que había votado por Clinton en las elecciones del 8 de noviembre, además aseguró sentirse "triste y decepcionado".
El director de A Single Man y Animales nocturnos manifestó que su decisión no tenía relación con la política: "Incluso si Hillary hubiese ganado, no creería adecuado que llevara mi ropa.
Por eso, ahora que la futura primera dama de Estados Unidos será Melania Trump, muchos se preguntan quién se prestará a diseñar para la exmodelo, algo que parece haberse convertido en una cuestión de Estado.
Hemos hecho un recopilatorio de los diseñadores que ya han confirmado su postura, sea a favor o en contra:
1. Sophie Theallet: no
"Como soy una persona que celebra todo tipo de diversidad, la libertad individual y los diferentes estilos de vida no participaré ni me relacionaré de modo alguno con la próxima primera dama.La campaña de su marido Donald Trump marcada por los mensajes racistas, sexistas y xenófobos son totalmente incompatibles con los valores en los que creemos”.
Así de tajante se mostró la diseñadora Sophie Theallet el pasado 17 de diciembre en un comunicado publicado en sus redes sociales. Theallet ha sido durante los últimos ocho años una diseñadora de cabecera para Michelle Obama, la esposa del presidente saliente de EE UU, Barack Obama.
Algo que, dice la modista, "ha sido un gran honor", y añade: "Ella ha contribuido a que nuestra marca sea reconocida en todo el mundo.
Sus valores, sus acciones, su carisma me han marcado profundamente".
2. Tommy Hilfiger: sí
Tommy Hilfiger aseguró a finales de noviembre a la revista especializada Women's Wear Daily que "los diseñadores deberían estar orgullosos de vestir a Melania Trump", y afirmó que no creía necesario politizar este asunto."Creo que Melania es una mujer muy bella. Ivanka [Trump, hija del futuro mandatario] es igual de bella e inteligente, a pesar de que ella lleve sus propias prendas.
Todo el mundo estaba muy contento de vestir a Michelle [Obama] también.
Creo que ellas se ven muy bien con la ropa. No vas a encontrar mucha más belleza que Ivanka o Melania", manifestó.
3. Tom Ford: no
"Hace unos cuantos años me pidieron que la vistiera y decliné. Ella no es mi imagen", aseguró Tom Ford la pasada semana en el programa de televisión The View.El también director de cine se identificó a sí mismo como demócrata y confirmó que había votado por Clinton en las elecciones del 8 de noviembre, además aseguró sentirse "triste y decepcionado".
El director de A Single Man y Animales nocturnos manifestó que su decisión no tenía relación con la política: "Incluso si Hillary hubiese ganado, no creería adecuado que llevara mi ropa.
Es demasiado
cara. Y no lo digo en un mal sentido.
Los precios no están inflados, es
lo que cuesta hacer esas cosas. Pero creo que para poder llegar a todo
el mundo no se debe llevar necesariamente ropa cara", explicó. Ford, sin
embargo, diseñó en una ocasión para la esposa de Barack Obama:"Vestí a Michelle para una cena en Buckingham Palace con la reina Isabel II en 2011.
Me pareció apropiado para esa ocasión", se justificó el diseñador durante la entrevista.
4. Carolina Herrera: sí
"Por su puesto que la vestiré, como primera dama del país lo haré. Por supuesto", confirmó la diseñadora Carolina Herrera la noche del pasado lunes en el evento Women's Leadership Council, celebrado en Lincoln Center (Nueva York)."Es un honor vestir a la primera dama de un país y es algo que se hace por Estados Unidos.
No para mí misma. Es para el público", ha añadido la diseñadora venezolana, según recoge la agencia Associated Press.
La creadora, afincada en Estados Unidos, ha vestido en varias ocasiones a Michelle Obama durante los ocho años de presidencia de su esposo, Barack Obama.
Por ejemplo, para la histórica visita de los Obama a Cuba, para un encuentro con François Hollande en 2014 o para recibir al Papa Francisco en el aeropuerto de la base Andrews, en Maryland, en septiembre de 2015.
5. Marc Jacobs: no
Marc Jacobs, uno de los nombres de la industria de la moda que más apoyaron a la candidata demócrata —con camisetas incluidas—, ha sido uno de los más duros con Melania Trump: "No tengo ningún interés en vestir a Melania Trump.No leí la carta de Sophie Theallet, pero personalmente prefiero poner mi energía en ayudar a aquellos que han resultado dañados por [Donald] Trump y sus partidarios", explicó Jacobs a finales de noviembre a Women's Wear Daily.
6. Jean Paul Gaultier: sí
"No tengo nada malo que decir en contra de ella, no es una cuestión política.
Ella viste mejor que Hillary [Clinton]. Cuando fue a votar llevaba un abrigo camel y un vestido blanco y estaba muy guapa".
"No sé quién le aconseja, o igual lo hace ella misma, pero si me pidiera que le vistiese, ¿por qué no iba a hacerlo?
No es mi objetivo, ¿pero por qué no?, explicó el diseñador durante la gran fiesta de la moda en Londres.
7. Humberto Leon: no
Humberto Leon, fundador de Opening Ceremony y director creativo de Kenzo junto a Carol Lim, publicó en su página web un mensaje animando a sus compañeros a contar al público que no apoyaban a Melania Trump en caso de que ella comprara su ropa.El diseñador publica con frecuencia en su cuenta oficial de Facebook mensajes contrarios a Donald Trump y al resto de la familia. Leon, además, comparte con sus seguidores noticias sobre movimientos a favor de los derechos humanos y contra injusticias sociales.
Kirk Douglas, 100 años de una estrella de Hollywood
El actor, que el próximo 9 de diciembre cumple un siglo, tuvo que luchar mucho para llegar a destacar en el cine.
Con solo un Oscar honorífico a su trayectoria, pese a tres nominaciones por grandes interpretaciones, te mostramos una selección de imágenes de sus grandes películas.
Issur Danielovitch Demsky nació Kirk Douglas, el 9 de diciembre de 1916 en Nueva York
. El gran actor, que debutó en 1941, protagonizó en 1960 una de sus películas memorables, 'Espartaco', de Stanley Kubrick.
En la imagen, junto a Deborah Kerr (izquierda) en la película 'El compromiso', dirigida por Elia Kazan en 1969.
Combatiente en la Segunda Guerra Mundial, Douglas recibió la Concha de Plata en el festival de Cine de San Sebastián en 1958 por su papel en la película 'Vikingos'
. En la imagen, acompañado por el actor Tony Curtis en el filme.
'Los valientes andan solos', dirigida por David Miller en 1962, protagonizada junto a Gena Rowlands. El actor estadounidense ha participado en numerosos 'westerns' en su carrera
. Douglas ha tenido cuatro hijos, el mayor de ellos, Michael, también actor.
Su primer contacto con el mundo artístico fue en el instituto, cuando ganó un premio por recitar un poema.
Una inhabitual imagen de Kirk Douglas, la familiar, junto a sus dos hijos mayores Michael y Joel, en su casa, en 1954. Rue des Archives Rue des Archives / Cordon Press
La cinta fue galardonada con el premio Internacional del Festival de Venecia en 1951
. Entre las muchas historias de su vida, destaca que estudió en la St. Lawrence University de Nueva York gracias a un acuerdo con el decano: trabajar en el centro como jardinero y, luego, de bedel.
Fotograma de 'Senderos de gloria', de Kubrick.
Como puede apreciarse en esta imagen, Douglas ha desprendido un enorme magnetismo en la pantalla, acentuado por rasgos como sus ojos o el hoyuelo en la barbilla.
Con Lauren Bacall, en la presentación de 'Diamonds', de John Asher, en el Festival de Venecia, en 1999
. En lo personal, ha destacado por su temperamento y sus ideas de izquierdas, un hombre con gran vigor y entusiasmo en todo lo que realizaba.
El actor con el Oso de Oro del Festival de Berlín, en reconocimiento a su carrera artística, otorgado en 2001.
Douglas ha sido un galán que ha tenido romances con Marlene Dietrich, Rita Hayworth, Joan Crawford, Mia Farrow y Faye Dunaway, entre otras mujeres.
Kirk Douglas junto a su hijo Michael protagonizaron el documental 'Los Douglas, una dinastía en Hollywood', en 2005.
La lista de grandes directores con las que ha trabajado está ligada a la época dorada de Hollywood. Están los mejores, excepto John Ford.
Spectacles, el objeto más deseado........................ Rosa Jiménez Cano...
La estrategia de venta de las gafas de Snapchat enloquece a los usuarios, dentro y fuera de Internet.
A primera vista parecen las clásicas gafas de sol
que Jack Nicholson ha usado toda la vida, las mismas con las que anima a
los Lakers en primera fila del Staples Center.
Solo los remates de las
esquinas superiores llaman la atención. Una esquinita bordeada de
puntitos amarillos alrededor de una cámara, que apenas se percibe.
Las gafas, inicialmente pensadas solo para usarse con Snapchat, la
empresa que las ha creado, que permiten compartir vídeos de solo 10
segundos dentro de la red social más efímera.
Dos semanas después de su estreno se han convertido en el objeto más
deseado.
Las gafas cuestan 129 dólares, un precio más que aceptable para
un gadget.
Sin embargo, la estrategia de venta las ha convertido en algo inalcanzable y deseado con una expectación pocas veces vista.
La clave está en su estrategia en una generación
artificial de escasez.
Ofrecen un número limitado de unidades al día. No
dicen cuántas sale a la venta, aunque los cálculos a pie de fila
apuntan a 300 por jornada.
Tampoco se sabe dónde las van a vender hasta
unas horas antes en su cuenta de Twitter, donde se da una pista pocas
horas antes de plantar su especial robot dispensador.
El Snapbot se
mueve en una furgoneta pick up con matrícula de Los Ángeles, donde tiene
la sede principal la empresa fundada por Evan Spiegel.
Snapchat juega con un público ávido de novedades.
Cuando se daba por hecho que solo iban a llevar su robot por la Costa
Oeste, sorprendieron en plena semana de Acción de Gracias con un local
físico de aire improvisado en Nueva York.
Hasta el momento es su única
tienda física, aunque tiene un limitado horario.
San Francisco
A primera vista parecen las clásicas gafas de sol
que Jack Nicholson ha usado toda la vida, las mismas con las que anima a
los Lakers en primera fila del Staples Center. Solo los remates de las
esquinas superiores llaman la atención. Una esquinita bordeada de
puntitos amarillos alrededor de una cámara, que apenas se percibe. Las Spectacles son el objeto más deseado en Estados Unidos.
Las gafas, inicialmente pensadas solo para usarse con Snapchat, la
empresa que las ha creado, que permiten compartir vídeos de solo 10
segundos dentro de la red social más efímera.
Dos
semanas después de su estreno se han convertido en el objeto más
deseado. Las gafas cuestan 129 dólares, un precio más que aceptable para
un gadget. Sin embargo, la estrategia de venta las ha convertido en algo inalcanzable y deseado con una expectación pocas veces vista.
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La clave está en su estrategia en una generación
artificial de escasez. Ofrecen un número limitado de unidades al día. No
dicen cuántas sale a la venta, aunque los cálculos a pie de fila
apuntan a 300 por jornada. Tampoco se sabe dónde las van a vender hasta
unas horas antes en su cuenta de Twitter, donde se da una pista pocas
horas antes de plantar su especial robot dispensador. El Snapbot se
mueve en una furgoneta pick up con matrícula de Los Ángeles, donde tiene
la sede principal la empresa fundada por Evan Spiegel.
Snapchat juega con un público ávido de novedades.
Cuando se daba por hecho que solo iban a llevar su robot por la Costa
Oeste, sorprendieron en plena semana de Acción de Gracias con un local
físico de aire improvisado en Nueva York. Hasta el momento es su única
tienda física, aunque tiene un limitado horario.
Unen el mundo online con el offline con una
inusitada maestría. Juegan con ser o no parte de la comunidad.
El pasado
19 de Noviembre dieron una muestra más de su desmesurado tirón.
Se
plantaron en las inmediaciones del partido de fútbol universitario más
esperado en el sur de California.
En los aledaños del Rose Bowl, el
estadio de fútbol de Pasadena, las aficiones compartían cerveza y
barbacoa en la parte trasera del coche en una sana competencia.
Solo el
robot dispensador de gafas rompía el medido jolgorio.
Una fila de más de
500 personas junto al canal del Arroyo Seco esperaban pacientes su
turno.
Dos horas después de dejar la máquina expendedora llegó la mala
noticia.
Más de la mitad de los fanáticos de Snapchat no tendrían sus
esperadas gafas. No hubo disgusto.
Como si fuese parte de un juego comenzaron a mirar Twitter con intención
de descubrir la localización del siguiente día.
La mente malévola
detrás de esta caja amarilla no tuvo piedad.
El domingo 20 se plantaron
en una de las zonas más profundas del Cañón del Colorado.
Una hora
después todas las empresas que ofrecen vuelos en helicóptero de Las
Vegas reconocían haber agotado los billetes para esa tarde.
Un viaje de
ida y vuelta desde la ciudad del pecado al Cañón tiene un precio cuatro
veces superior que el importe de las gafas.
El domingo siguiente, 27,
dejaron un paquete revestido como regalo de Navidad en el parking de The
Grove, uno de los centros comerciales de Los Ángeles.
Ya era de noche
.
En cuanto se supo que dentro estaba el almacén itinerante comenzó la
fiebre.
De nuevo, más de la mitad de los fanáticos de Snapchat se
quedaba sin su unidad.
El primer domingo de diciembre, optaron por una
localización de película, el observatorio Griffith, a la caída de
Hollywood, con Los Ángeles a sus pies, junto a la estatua que recuerda
al James Dean de Rebelde sin causa.
Una hilera de angelinos y turistas
quiso hacerse con sus gafas, pero se repitió la situación.
En eBay o
Craiglist se pueden encontrar por precios que superan los 800 dólares,
más de cuatro veces su valor nominal.
Juan Pablo Rojas, es profesor de márketing online en Platzi
y mentor en Launchpad, la incubadora de Google en Silicon Valley para
startups extranjeras.
En su opinión la generación de escasez es una
clave del éxito.
“En lugar de sentirte decepcionado porque cuando te
toca el turno se han vendido, o pensar que Snapchat no sabe gestiona la
demanda, se consideran afortunados por formar parte de la multitud, por
ver el bot, y hablar con los que sí lo consiguieron”, explica.
Snapchat ha ido todavía más allá.
Ha llegado a
contratar publicidad.
Las bandejas para meter objetos en el arco de
seguridad del aeropuerto de Los Ángeles muestran a modelos de ambos
sexos posando con las gafas.
Solo pone ‘Spectacles’ y el ojo de robot
cíclope que les dispensa en el mundo real.
En SOMA, el barrio de las
startups de San Francisco, varios muros, están decorados con ese signo,
un ojo icónico sobre fondo amarillo. No pone nada maś.
Ni dirección web,
ni tiendas del aeropuerto, ni una sola referencia adicional.
Se
anuncian en un lugar solo con la intención de reforzar marca y deseo, de
despertar curiosidad en el que no sabe de qué se trata.
Antonio Jiménez Chacón, inversor de capital riesgo en Richmond Partners,
una firma de Silicon Valley, lo ve como una forma para fortalecer el
vínculo personal que ya de por sí genera la aplicación con sus usuarios,
aunque añade un matiz más técnico, con la mirada puesta en el futuro:
“Es una puerta a la realidad aumentada, que sin duda les va a permitir
validar este modelo, cuyo uso sociales tienen posibilidades infinitas”.
Rojas advierte de que estirar demasiado esta
estrategia puede volverse en contra:
“Es lo que llamo el efecto Pokémon
Go, al principio todos estábamos ahí, pero si siempre tienes el mismo
resultado o te resulta imposible alcanzar el objetivo, te aburres y
abandonas”. Jiménez Chacón tiene la visión opuesta:
“Si se respeta ese
espíritu de comunidad no se volverá en contra. En Snapchat se enfocan en
el entretenimiento con vídeos de tu barbacoa con efecto o tu sesión de
surf.
Es un extra, pero no es necesario para usar Snapchat”.
Snapchat ha dado los primeros pasos para cotizar
en Wall Street.
Su valoración inicial ronda los 30.000 millones de
dólares.
Rojas cree que la puesta escena sirve para realzar su valor:
“Este tipo de acciones diferentes hacer que se ponga atención y se vea
como una empresa con creatividad y capacidad para atraer un público
joven que pasa del móvil al mundo real”.
Chacón vislumbra un segundo paso en esta mágica
estrategia, la interacción entre los que ya tienen las Spectacles:
“Se
generaría un nuevo lenguaje más visual, con la opción de comunicarse
entre sí”.
Desde la sede de Snapchat en Los Ángeles no se da
una sola información sobre su posible venta fuera de Estados Unidos, a
través de Internet o en tiendas físicas de manera más formal. Tampoco
ofrecen unidades de prueba y se toman como un halago el interés
despertado.
Chacón, estratega social, solo tiene palabras de
elogio para Snapchat, de los que espera más sorpresas:
“Han entendido el
valor de las redes y lo han impulsado con nuevas interacciones.
No creo
que vayan a dejar de hacerlo”.
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