Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 nov 2016

25 años de la muerte de Freddie Mercury: Así vivió sus últimos días

El músico trató de conferir normalidad a su vida hasta sus últimas consecuencias, trabajando a destajo.

 

Freddie Mercury, en una imagen de archivo en un concierto. Steve Jennings WireImage / EL PAÍS
En febrero de 1987, Prince editaba un single mayestático -que diseccionaba algunos de los males de los años 80 con sintética clarividencia- en cuya primera línea de texto se hacía referencia, sin nombrarlo, al SIDA
. Solo dos meses más tarde, aquella “gran enfermedad con un nombre pequeño” que el genio de Minneapolis empleaba para descorchar el rotundo relato de Sign O' The Times se colaba ya en el organismo de Freddie Mercury, pese a que él se empeñara en negarlo ante una prensa ávida de sensacionalismo barato
. Al menos si hay que creer a Jim Hutton, quien fuera pareja del líder de Queen durante sus últimos seis años de vida, Freddie Mercury fue la primera celebridad del mundo del rock en engrosar la lista de víctimas ilustres de la enfermedad, pero nada le hizo desistir de su deseo de aparentar normalidad y seguir trabajando hasta el último aliento
. Hasta el punto de que tuvo que ser el 23 de noviembre de 1991, a tan solo 24 horas de su muerte, cuando por fin emitió un comunicado público para anunciar que había contraído la fatal enfermedad.

El secretismo de Freddie Mercury se contradecía con el aspecto que mostraba en sus ya intermitentes apariciones públicas, pero se amoldaba al carácter de un músico que, en abierto contraste con su explosividad escénica, tenía aversión por las entrevistas y cualquier clase de exposición pública de su intimidad. 
Las pistas eran más que evidentes: la banda ya no había girado para promocionar The Miracle (Capitol, 1989) y la aparición del cuarteto para recoger el premio Brit por su contribución a la música británica, el 18 de febrero de 1990, mostraba al vocalista con un aspecto físico muy desmejorado, extremadamente delgado y pálido.
Quizá sea ese deseo por el que el trabajo de la banda siguiera su curso con normalidad el que explique por qué Queen no tramaron, en ningún momento, un álbum-testamento a la manera del último Bowie. 
Aunque cualquiera que prestase algo de atención al single These are The Days Of Our Lives, grabado en mayo de 1991, adelanto de Innuendo (y a su sombrío videoclip, rodado en blanco y negro), podría darse cuenta de que su letra suponía todo un epitafio vital, aunque fuera a través de un texto que el batería Roger Taylor escribió originalmente pensando en su prole, y que no tardó en mutar en último adiós a su frontman.
 En cualquier caso, la última canción en la que intervino Mercury fue Mother Love, luego incluida en el póstumo Made In Heaven (Hollywood, 1995), tal y como reconoció un Brian May que no tuvo reparo alguno en reclutar años mas tarde a Paul Rodgers (Free) o a Adam Lambert (concursante de American Idol) para reactivar la marca Queen en pleno siglo XXI.
 Sí, el show debía continuar, pero cabe preguntarse si a cualquier precio.
 Desde el 24 de noviembre de 1991, la casa de Freddie Mercury en Kensington (Londres) se convirtió en lugar de peregrinaje para fans y devotos. 
Y la música de Queen, tan cuestionada en su momento por gran parte de la crítica (los adustos 90, con la aflicción grunge, el eufórico pero sobrio tradicionalismo brit pop o la amenazante tensión pre-milenio del trip hop, no mezclaban nada bien con sus fuegos de artificio), comenzó a ser vista con otros ojos y a relativizarse desde la distancia.
 No en vano, el transformismo escénico de Lady Gaga -su propio nombre artístico lo revela- o la ampulosidad de Muse son, para bien o para mal, hijos de los vigorosos y apabullantes modos escénicos de un artista cuyo personaje se impuso a todos y cada uno de los estilos con los que flirteó, ya fuera el rock progresivo, el hard rock, la música disco o el bel canto.
Yo leí en alguna parte hace ya tiempo que Fred Mercury tenía que cantar con Montserrat Caballé el himno de las Olimpiadas en Barcelona del 92 y que al no besarla le dijo que tenía esa enfermedad, no se sabía aún como podía contagiarse y Montserrat le dió la mano para inspirarle confianza y cantaron el inolvidable Barcelonaaaaaa!!!
 

23 nov 2016

Casualidades?Isabel siempre de fiesta.

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Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa coinciden con Carlos Falcó y Esther Doña en una fiesta en Madrid
Se trataba de una multitudinaria cita en la que había un gran número de rostros conocidos. Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa siguen cumpliendo juntos los compromisos de su agenda, acudiendo en este caso a una fiesta en Madrid. Isabel, radiante con un vestido blanco con detalles de encaje y falda de volantes, ha sonreído cuando han comentado que su vestido recuerda al que lleva una novia.
 “Guapa y radiante va la novia” le dijeron a lo que Mario respondió: “La novia siempre está guapa y radiante”. Sin embargo, la pareja no tiene aún fecha para una futura boda tal y como aseguró el literato. “Lo sigue pensando todavía” dijo sobre Isabel, durante una celebración de Vanity Fair.
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¿Boda en Portugal y vestida por Tamara? Isabel Preysler lo aclara  Ni en Portugal ni en ninguna parte, de momento". 
Así responde Isabel Preysler a las informaciones que han estado circulando durante estos últimos días y que aseguraban que iba a contraer matrimonio con Mario Vargas Llosa en el país vecino. ¿Será para el año que viene? ¿Puede ser que se posponga?
 "Puede ser", añadió Isabel, que no quiso hacer más declaraciones al respecto tras acudir a la inauguración de la exhibición LOEWE Past, Present, Future que se celebró en el Jardín Botánico de Madrid.

Roban medio millón de euros a Luis Figo......................J.avier Barroso..

El exjugador del Real Madrid Luis Figo.
Luis Figo ha interpuesto una demanda este miércoles en la comisaria de Hortaleza (Madrid) tras sufrir el robo de medio millón de euros en su vivienda, según han confirmado fuentes policiales a EL PAÍS.
 La policía afirma que todavía continúan con la investigación para esclarecer lo sucedido y establecer si se han sustraído alguna pertenencia más.
A pesar de que el exjugador del Real Madrid, de 44 años, es de nacionalidad portuguesa y su esposa, Helen Svedin, es sueca, ambos decidieron establecer su residencia en Madrid junto a sus tres hijas, Daniella, Martina y Stella, después de la retirada de Figo en 2009.
La familia Figo vive en un chalé ubicado en una urbanización cercana a la calle Arturo Soria, donde también tienen su vivienda el entrenador del Real Madrid, Zidane, y el exfutbolista Rafael Martín Vázquez. 
Las primeras investigaciones apuntan a que los asaltantes han inutilizado las alarmas y los dispositivos de seguridad y han entrado aprovechando de que la casa estaba vacía en su interi
Las primeras investigaciones apuntan a que los asaltantes han inutilizado las alarmas y los dispositivos de seguridad y han entrado aprovechando de que la casa estaba vacía en su interior para apoderarse de todos los objetos de valor que tenían.
 Al lugar han acudido especialistas de policía científica para realizar la inspección ocular de la vivienda e intentar recopilar vestigios (huellas y restos de ADN) para identificar a los autores.
Las pesquisas las realizará la comisaría del distrito de Hortaleza según fuentes policiales.
 En principio se descarta que lo investigue la brigada provincial de policía judicial.
Figo, que ahora es embajador de los Premios Lauerus, fue recientemente candidato a la presidencia de la FIFA.

or para apoderarse de todos los objetos de valor que tenían. Al lugar han acudido especialistas de policía científica para realizar la inspección ocular de la vivienda e intentar recopilar vestigios (huellas y restos de ADN) para identificar a los autores.
Las pesquisas las realizará la comisaría del distrito de Hortaleza según fuentes policiales. En principio se descarta que lo investigue la brigada provincial de policía judicial.
Figo, que ahora es embajador de los Premios Lauerus, fue recientemente candidato a la presidencia de la FIFA.

¿Quién vestirá a Melania Trump?...................... María R. López

La modista Sophie Theallet se ha negado a diseñar para la futura primera dama de EE UU. 

Otras firmas que apoyaron a Hillary Clinton, como Vera Wang, Jason Wu o Marc Jacobs, todavía no se han pronunciado-

Melania Trump durante la Convención Nacional del Partido Republicano, en Ohio, el pasado julio, vestida por Roksanda.

"Como soy una persona que celebra todo tipo de diversidad, la libertad individual y los diferentes estilos de vida no participaré ni me relacionaré de modo alguno con la próxima primera dama".
 Así de tajante se mostró la diseñadora Sophie Theallet el pasado 17 de diciembre en un comunicado publicado en sus redes sociales. Theallet ha sido durante los últimos ocho años una diseñadora de cabecera para Michelle Obama, la esposa del presidente saliente de EE UU, Barack Obama. 
Algo que, dice la modista, "ha sido un gran honor". 

Una de las cuestiones que planea sobre Melania Trump desde que su esposo, Donald Trump, fue elegido próximo presidente de Estados Unidos es quién la vestirá.
 Aunque el debate estaba abierto de manera discreta, Theallet ha incendiado la mecha.
Según un estudio de la Comisión Económica Conjunta de EE UU de 2015, los estadounidenses gastan 250.000 millones de dólares (unos 237.000 euros) al año en moda, industria que genera 1,9 millones de empleos en todo el país.
 Además, la figura de primera dama de EE UU es por sí sola una gran embajadora de las firmas locales conocidas y también de las que están empezando. Jackie Kennedy, quien consagró al diseñador Oleg Cassini.
 Y Michelle Obama ha sabido combinar alta costura con modestas marcas, dándolas a conocer en todo el mundo.
 Un ejemplo es el vestido de crepé de lana amarillo de Narciso Rodríguez que lució en el discurso sobre el estado de la Nación, el pasado enero, y que agotó existencias en apenas 50 minutos. 

Melania Trump durante la Convención Nacional del Partido Republicano, en Ohio, el pasado julio, vestida por Roksanda.
"Como soy una persona que celebra todo tipo de diversidad, la libertad individual y los diferentes estilos de vida no participaré ni me relacionaré de modo alguno con la próxima primera dama".
 Así de tajante se mostró la diseñadora Sophie Theallet el pasado 17 de diciembre en un comunicado publicado en sus redes sociales. Theallet ha sido durante los últimos ocho años una diseñadora de cabecera para Michelle Obama, la esposa del presidente saliente de EE UU, Barack Obama. 
Algo que, dice la modista, "ha sido un gran honor". 



Melania Trump el día de las elecciones de EE UU, con un abrigo de Balmain.
Por estos motivos, cualquier diseñador —sénior o principiante— desearía vestir a la primera dama de Estados Unidos.
 Sin embargo, no parece ser así en el caso de Melania Trump por culpa de los comentarios contra los inmigrantes o las mujeres que ha hecho su esposo durante la campaña electoral. 
Algunos creen que apoyando a la exmodelo se apoya de alguna manera el comportamiento del futuro presidente.
 La editora de la sección de moda de The New York Times, Vanessa Friedman, se aventuró a decir en un artículo titulado Is Fashion's Love Affair With Washington Over? (¿Se ha acabado el idilio de la moda con Washington?, en castellano) que la derrota de Clinton y el éxito de Trump posiblemente marcan un final para la relación entre la industria de la moda y el poder en la Casa Blanca. 
Hay varios nombres que siembran la duda sobre si se negarán a vestir a la primera dama, dado su apoyo a la candidata demócrata Hillary Clinton durante su campaña, aunque todavía ninguno se ha pronunciado.
Entre ellos, Vera Wang, Jason Wu, Marc Jacobs, Joseph Altuzarra, Thakoon, Donna Karan, Calvin Klein, Diane von Fürstenberg, Prabal Gurung o Michael Kors.
 Incluso la propia Anna Wintour, editora de la edición estadounidense de Vogue, aconsejó en su momento a Clinton que vistiera con trajes de corte más femenino, además de organizar eventos para recaudar fondos para la campaña de la política o participar en la creación de camisetas a favor de ella
Karl Lagerfeld con Melania Trump en la Semana de la Moda de París de 2004.
A pesar de los mensajes que han lanzado algunas influyentes figuras de la moda, hay esperanza para la eslovena.
 Tommy Hilfiger aseguró este martes a la revista especializada Women's Wear Daily que "los diseñadores deberían estar orgullosos de vestir a Melania Trump" y afirmó que no creía necesario politizar este asunto.
 "Creo que Melania es una mujer muy bella. Ivanka [Trump, hija del futuro mandatario] es igual de bella e inteligente, a pesar de que ella lleve sus propias prendas. Todo el mundo estaba muy contento de vestir a Michelle [Obama]", manifestó. 
A partir de enero, cuando el nuevo presidente de Estados Unidos aterrice en la Casa Blanca y comience su actividad política, se sabrá quién viste a Melania Trump en sus actos oficiales.
 Si las grandes firmas finalmente se niegan a diseñar para ella, siempre podrá adquirir la ropa en Internet o en las boutiques, como el vestido blanco que utilizó en su primer discurso —en el que plagió parte de otro que había pronunciado Michelle Obama en la convención demócrata de Denver en 2008—.
 Su traje era de Roksanda Ilincic, comprado por ella misma en la web de Net-a-Porter, como confirmó su portavoz a la revista especializada en moda WWD

La familia Trump tras la victoria del político. Melania, vestida de Ralph Lauren.