Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

10 nov 2016

Los herederos de Marilyn Monroe denuncian que se use su imagen para vender lencería

La empresa de ropa interior se está beneficiando del rostro de la actriz haciendo creer que sus productos tienen licencia oficial.

Marilyn Monroe en 1948.

 

Los herederos de Marilyn Monroe han denunciado a una empresa de lencería, cuyo nombre no ha trascendido, por utilizar la imagen de la actriz para vender ropa interior, según apunta la web estadounidense de noticias TMZ. 

Los titulares del copyright de la intérprete, que murió en 1962 a los 36 años por una sobredosis de barbitúricos, han asegurado que la empresa está usando su rostro sin consentimiento. 
Según TMZ, los herederos dicen que lo que hace la empresa de lencería es "confundir a los clientes haciéndoles pensar que la ropa interior es un producto con licencia oficial". 
En base a documentos que ha obtenido la web estadounidense, la compañía ha utilizado el rostro de Monroe en el envase y en las etiquetas del producto. 
Además, explican que han advertido varias veces a la empresa, pero no han tomado medidas al respecto. 
La denuncia pretende detener futuras ventas, obtener los beneficios de las anteriores y destruir toda la mercancía existente con el rostro de la protagonista de La tentación vive arriba
 Por otro lado, este mes se subastarán en Los Ángeles 1.200 objetos que pertenecieron a la estrella de Hollywood como joyas, maquillaje o zapatos.
Se espera que el modelo alcance los 2,7 millones de euros.
 

6 cosas que no debes decirle a una persona que tiene cáncer.................................... Silvia C. Carpallo

Intentar imponer positividad al paciente, relativizar la enfermedad o pasarnos de dramáticos no ayuda, sino que empeora su ánimo.

cáncer
La actriz Shannen Doherty posa con su madre tras recibir recientemente un premio de la American Cancer Society por su coraje frente a la enfermedad.
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Hay palabras que siguen asustando, una de ellas, sin duda, es la palabra cáncer.

 Porque aunque hoy en día hay tratamientos más personalizados y mejores pronósticos, lo cierto es que el momento en el que se nos comunica su diagnóstico, supone un antes y un después.

 Tanto para nosotros, como para las personas de nuestro entorno.

Desde la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) afirman que “el cáncer sigue siendo la enfermedad más temida.
 Es cierto que en los últimos años hemos avanzado bastante en la normalización de esta palabra, gracias a campañas específicas y a testimonios de personas conocidas que han hablado abiertamente de su enfermedad, pero aún nos queda camino por recorrer.
 En cualquier caso, el objetivo no debería ser perder el miedo al cáncer sino hablar del cáncer con naturalidad”.
Por su parte, Miguel Rojas, psicooncólogo del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), aporta que otra de las dificultades es la falta de información que hay sobre la enfermedad entre la población.
 Ello se observa en que “aunque cada vez el cáncer se asocia más a una enfermedad crónica, aún se sigue asociando cáncer a una enfermedad terminal, independientemente del tipo que sea”. Igualmente, el experto insiste en que aunque hay una importante concienciación en el caso de, por ejemplo el cáncer de mama, en otros casos, como puede ser un cáncer hematológico, “existe un gran desconocimiento acerca de los síntomas de la enfermedad”, o como señalan desde AECC, hay ideas que no terminan de quedar claras “como la diferencia que hay entre grado y estadio, qué es una metástasis, cómo se administran los tratamientos y con qué fin, qué diferencia hay entre diagnóstico y pronóstico, etc.”
El impacto psicológico
Dado este contexto, otro de los principales retos es sin duda minimizar el impacto psicológico de la enfermedad en el paciente. Como apuntan desde AECC “el apoyo psicológico puede resultar muy beneficioso desde el primer momento”, y si bien ambas asociaciones cuentan con servicios de apoyo psicooncológico, recuerdan que gran parte del apoyo provendrá desde su entorno social y familiar.
Aunque todos intentamos ayudar en un momento como este, no siempre lo hacemos de la manera más adecuada, por ello, los expertos resumen algunas de las frases que es mejor no utilizar cuando alguien nos cuenta que le han diagnosticado un cáncer:
1. “No te preocupes que no pasa nada”: Desde GEPAC insisten en que naturalizar no es sinónimo de relativizar, ya que al fin y al cabo “un diagnóstico de cáncer es una de las situaciones más difíciles, estresantes y que más atemoriza en nuestra sociedad. Pocas enfermedades originan tantos problemas que afectan a nivel cognitivo y emocional”.
 No hay que olvidar que aunque hoy en día, gracias a los cribados, al diagnóstico precoz y a los nuevos tratamientos, los pronósticos son más favorables, existen factores como “su cronicidad, la incertidumbre ante su evolución, los efectos secundarios de los tratamientos y la connotación social de la palabra cáncer que son generadoras de malestar psicológico”.
3. “Si eres positivo te vas a curar”: Es una de las ideas que destacan desde GEPAC, puesto que además no ser cierta, puede generar una importante frustración. 
Que te diagnostiquen un cáncer no es una noticia positiva, y por supuesto, el paciente, como cualquier otra persona en cualquier otra circunstancia de la vida, tendrá momentos mejores y peores.
 “Hay una tendencia muy arraigada a pensar que la actitud que el paciente tenga durante su enfermedad va a determinar el progreso de la misma.
 Por ello, es muy normal que los enfermos oigan frases como: ‘tienes que ser fuerte y luchar’, ‘tienes que estar positivo’, ‘tu actitud es parte de la curación’, ‘ya verás como todo va a ir bien, pero depende de ti’, ‘si estás desanimado, la enfermedad lo nota’, etc.”, recuerdan por su parte desde AECC. 
Este tipo de comentarios generan una presión enorme en el paciente, que no es capaz de estar siempre contento y positivo, puesto que “lo normal es tener miedo, tristeza, rabia y desesperanza, por lo que la imposición del positivismo sólo genera un sentimiento añadido de culpa”.

4. “Es lo peor que te puede pasar”: Si bien hay que entender que la persona pueda tener sus altibajos, lo que desde luego no ayuda es contribuir con nuestra negatividad en sus momentos malos.
 “Hay personas que confunden dramatismo con empatía, y que piensan que el paciente se siente acompañado y comprendido ante expresiones como: ‘qué horror lo que te ha tocado vivir’, ‘es lo peor que te podía pasar’, ‘el cáncer, ya se sabe…’, ‘tu familia debe estar destrozada’, etc.
 Este tipo de afirmaciones aumentan el miedo que el paciente tiene hacia la enfermedad e intensifican sus niveles de angustia”, afirman desde AECC. Desde GEPAC, recomiendan en cambio mejorar la comunicación con “herramientas para convivir el día a día con la enfermedad”.
5. “No digas eso”: Muchas veces, sin darnos cuenta, imponemos a la otra persona lo que debe de decir, pensar o incluso sentir, en lo que la AECC explica como una “imposición de unas emociones que el paciente no siente y la negación a que exprese lo que realmente siente”. 
Así surgen expresiones como ‘pero no llores, tienes que ver la parte buena’, ‘no digas eso, que tu familia te tiene que ver bien’, ‘tienes que estar contento porque te han diagnosticado a tiempo’. 
 En opinión de la AECC “estas expresiones hacen que el paciente tenga que hacer frente a sus emociones en soledad, cuando lo que realmente necesita es que alguien le diga: ‘cuéntame cómo te sientes’ y que no le interrumpa, sino que valide sus emociones sin intentar negarlas o cambiarlas.
 6.“A mi tía le pasó lo mismo”: Hoy en día es difícil no haber tenido a alguien cercano que haya padecido la enfermedad, pero ni todos los tipos de cáncer son iguales, ni desde luego todas las personas lo viven de la misma manera. 
“Comparar la situación del paciente con otras puede ser muy contraproducente, puesto que cada caso es totalmente diferente.
 El paciente lo sabe y no es capaz de identificarse con otros casos”. Asimismo, desde GEPAC recuerdan que otro tipo de frases como ‘pues tal persona está fenomenal’, ‘hay un artículo muy bueno que dice que…’ o ‘he leído que hay un tratamiento nuevo que cura el cáncer…’, porque puede generar expectativas que no tienen por qué estar relacionadas con la enfermedad concreta del paciente.

2. “Tienes que dejarte ayudar”: Muchas veces intentando ayudar, lo que hacemos es pasarnos de sobreprotectores y nos empeñamos en crear necesidades que esa persona a lo mejor no tiene.
 Frases del estilo ‘tienes que hablar con alguien’, ‘tienes que desahogarte’, ‘tienes que dejar de trabajar’, ‘tienes que pedir ayuda’, o cualquier otra que empiece por ‘tienes que…’, según la AECC “sólo generan inseguridad en el paciente.
 La ayuda debe ofrecerse, no imponerse.
 Cuando a una persona le diagnostican un cáncer, no se convierte en otra persona, sigue siendo ella, con su capacidad para reflexionar, para tomar decisiones y para saber qué desea y qué no desea hacer”.


 

La OTAN se inquieta ante un líder que cuestiona la defensa colectiva aliada..................... Lucía Abellán

Stoltenberg recuerda que la única vez que se invocó ese principio fue por Estados Unidos.

Jens Stoltenberg habla sobre los resultados electorales de Estados Unidos. S. Lecocq / Vídeo: EFE
La OTAN vive con temor la llegada a la presidencia estadounidense de un líder que cuestiona el principio fundamental de esta organización: la defensa colectiva.
 La posibilidad de que el principal país aliado se desvincule de la obligación de asistir a cualquier miembro de la Alianza que sufra un ataque, como sugirió Donald Trump en campaña, se ha hecho más real este miércoles.
 Pese a las inquietudes latentes, el secretario general, Jens Stoltenberg, optó por felicitar al ganador y emplazarlo a una pronta reunión.
 Pero también quiso recordar que una OTAN fuerte “es importante para Europa, pero también para Estados Unidos”.
El tabú de dejar en suspenso la piedra angular de la OTAN, que considera un ataque a un Estado aliado como un ataque a sus 28 miembros, no lo rompió ninguno de los líderes incómodos con los que la cúpula de la Alianza está habituada a lidiar.
 Aliados clave como Turquía y Polonia, con dirigentes autoritarios, tensan a menudo la relación en la OTAN.
 Pero ninguno de ellos había vinculado la defensa colectiva a la aportación económica que hagan los socios, como hizo Trump el pasado verano.

Entonces la victoria del candidato republicano se antojaba improbable y el secretario general de la Alianza se apresuró a replicar que la solidaridad entre Estados era clave para la organización.
 Este miércoles, tras conocer que será Trump quien marque el rumbo estadounidense en los próximos años, Stoltenberg evitó referencias a esas declaraciones, pero quiso dejar claro que Washington es el primer interesado en que la OTAN funcione.
 “La única vez que se ha invocado el artículo cinco [el que consagra la defensa colectiva y que Trump puso en duda] fue tras un ataque a Estados Unidos, el 11-S. 
Y después soldados europeos participaron en la misión de Afganistán, que fue en respuesta directa a ese ataque”, incidió Stoltenberg en una breve comparecencia en la sede de la Alianza.
 
Jens Stoltenberg habla sobre los resultados electorales de Estados Unidos. S. Lecocq / Vídeo: EFE




Periodo de incertidumbre

Conscientes de que el líder republicano será a partir de enero el máximo responsable de las fuerzas armadas estadounidenses, fuentes aliadas confían en que su discurso se modere.
 Y matizan que, en la misma entrevista donde cuestionó la defensa colectiva, también se declaró “un gran fan de la OTAN”, por lo que esperan que prime ese discurso.
Los recelos son, pese a todo, innegables.
 Otras fuentes consultadas alertan de que la organización afrontará un periodo de incertidumbre hasta que el nuevo presidente tome posesión y defina sus políticas. 
Y aunque el peso de la Administración puede moderar algunos de los postulados más agresivos del candidato Trump, el sistema estadounidense otorga gran margen de maniobra al presidente.
Más allá de posibles citas bilaterales, Trump se encontrará con todos los jefes de Estado o de Gobierno de países aliados en una cumbre extraordinaria que la OTAN ya había planeado para la primera mitad del año (previsiblemente en mayo).
 Aunque las citas son bienales y la última fue el pasado julio en Varsovia, la Alianza pretendía aprovechar el estreno de su nueva sede, que estará en funcionamiento a principios de 2017, para dar la bienvenida conjunta al nuevo presidente estadounidense.
 Cuando se proyectó el encuentro, los responsables de la OTAN tenían más en mente a Hillary Clinton que a Donald Trump.
De manera más inminente, los ministros de Exteriores aliados se reunirán el 6 y el 7 de diciembre para acelerar el refuerzo que ha acometido la organización en los últimos años.
 A la cita está previsto que acuda el actual secretario de Estado, John Kerry, aunque su margen de maniobra será ya muy limitado.


 

Las manos sucias........................................................ Juan Cruz

Este hombre peinado como Yeltsin se ha mirado al espejo de la vanidad, ha bajado la vista y ha escuchado lo que él quería escuchar: Trump President!.

Protestas contra Donald Trump REUTERS
El mundo vivió anoche con el sueño cambiado, y es probable que ahora ese sueño no se recupere.
 Como si se hubiera retorcido el horario de la razón y ésta se pusiera a girar como los relojes blandos de Salvador Dalí.
Este hombre peinado como Yeltsin en sus peores horas se ha mirado al espejo de la vanidad, ha bajado la vista y se ha encontrado con una multitud vociferando lo que él quería escuchar. Trump President!, el doble apellido de su vida.
Ante la concurrencia presa ya de la satisfacción escénica en la que ha sido educado como Míster Universo, le perdonó la vida a su oponente y se sintió embutido en la piel suave de los osos cariñosos para hacer un discurso que después los analistas del futuro consideraron un ejemplo de que el hombre no es tan lobo para el hombre.
En medio de su himno triunfal de la madrugada, y del insomnio, del mundo, Donald Trump deslizó la patita de la que se dotan los deslices freudianos para expresar lo que de verdad resume la piel de su ideología. 
“La política es sucia”, dijo, y como Pilatos en el poema de Ángel González Final conocido, se lavó las manos sucias como si se hubiera comido doce nécoras después de haber manchado el terreno con ignominias que fueron tan bien recibidas por los racistas, los xenófobos y los que están de acuerdo con que al otro le vaya mal, sobre todo si es extranjero y pobre.
 Y no se lavó las manos como si a lo largo de su campaña no hubiera sido él, precisamente, quien arrastró por el suelo la palabra y la acción de la política, hasta ensuciarla con una palabra, nasty, precisamente, la misma que le prodigó en público a la mujer a la que venció en las urnas. Nasty, este es un oficio nasty. 
Y a otra cosa, mariposas, que diría Nabokov.
 Decir palabras no es gratis.
 La lengua de Trump arrastra una historia de la que tendría que resarcirse con un esfuerzo enorme. 
No sólo manchó la política sino que, en ese camino, ensució la palabra América.
 Sus oponentes, Obama, Clinton, fueron después más caballerosos. Acaso más americanos, más demócratas, más limpios y, por eso, más políticos que lo que fue Trump mientras hizo esta excursión por lo que él llama el lado nasty de la vida.