Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 nov 2016

10 flechazos en Lanzarote........................................................................David Cabrera.


Vistas hacia la playa del Papagayo desde el El Chiringuito, en Lanzarote.
Vistas hacia la playa del Papagayo desde el El Chiringuito, en Lanzarote. / Gonzalo Azumendi
Lanzarote es una isla canaria insólita, lunar y marciana, teñida a brochazos de azul atlántico, negro lava y el blanco de sus pueblos. Con 139.000 habitantes y 845,9 kilómetros cuadrados, su tierra inhóspita ha sido moldeada por los caprichos de las erupciones y la paciencia de los conejeros —como se conoce a los autóctonos—, con paisajes únicos y de una belleza extraordinaria.
 Prueba de ello son las salinas de Janubio o Guatiza, el palmeral de Haría, los volcanes de La Corona o Los Cuervos, las playas de Montaña Bermeja o Janubio, charcos, calas y piscinas naturales como Los Clicos, Los Charcones o Punta Mujeres, o los viñedos de La Geria, obra de arte total.
javier belloso
Museos como el MIAC (Museo Internacional de Arte Contemporáneo), la Casa Museo y la Fundación César Manrique, o el nuevo Museo Atlántico, así como los famosos Centros de Arte, Cultura y Turismo de Cueva de los Verdes, Timanfaya o Jameos del Agua, son otros ejemplos de la interacción que se ha forjado en la isla entre arte y naturaleza.
 En Jameos del Agua se celebra, por ejemplo, una de las citas más importantes de la música disco en Canarias: el Jameos Music Festival
 Su productor musical, Javier San Juan, señala que Lanzarote “ha conseguido trascender el clima y sus increíbles paisajes para reencontrarse con un turismo que busca la magia profunda de la isla y la hospitalidad de sus habitantes”.
 

Suite campestre en el hotel Buenavista Lanzarote.

Un hotel

En una isla donde abundan los hoteles y apartamentos turísticos, se agradecen propuestas diferentes y con carácter como la de Buenavista Lanzarote.
 Tres elegantes country suites en mitad de una ecofinca de uva malvasía.
 Un lugar romántico, con salamandras para las frías noches invernales, de trato familiar, estética minimalista y aire rústico.
 De los alojamientos más bonitos y recomendables de la isla, diseñado especialmente para parejas, con grandes ventanales y decorado con obras de ceramistas y pintores locales.
Gonzalo R. Bethencourt y Mayca Bethencourt, propietarios de este establecimiento, disfrutan ofreciendo un trato personal y compartiendo con quienes nos visitan las cosas que más apreciamos: "gastronomía, productos locales y las personas que hacen de Lanzarote un lugar tan especial”.
 Palabras que hacen valer cada mañana con desayunos ecológicos y materia prima de la finca: naranjas, higos, limones, guayabas, miel, tomates…
Museo submarino con obras de Jason deCaires Taylor, en la bahía de Las Coloradas.

Un museo

Lanzarote tiene una excelente red de museos a la que se acaba de incorporar el Museo Atlántico, un museo submarino. En él se exhiben unas esculturas inquietantemente realistas del británico Jason deCaires Taylor, depositadas entre 15 y 17 metros de profundidad en la Bahía de Las Coloradas. 
Parte de su trabajo puede contemplarse en el MIAC, en la exposición temporal de la planta baja, y, en ocasiones, en la azotea del taller que el artista tiene en la Marina Rubicón.
La isla de la Graciosa tiene algo de mundo detenido, con calles de arena y pocas comodidades turísticas

Un chiringuito

En Lanzarote no abundan los chiringuitos, por eso El Chiringuito de la playa Papagayo, en el parque natural de Los Ajaches, se erige como el gran templo de este tipo de locales, imponente desde lo alto del risco sobre la playa de arena blanca y aguas turquesas. El dj residente, Luca de Tena, pincha soul, funk, electrónica y deep tecno hasta la puesta de sol. 
El ambiente es agradable y divertido, la cocina de calidad, y las vistas y el entorno, espectaculares.
Pescados, papas y mojo en el restaurante El Risco, en Famara (Lanzarote). /

Un restaurante

En la isla se come muy bien, la oferta es amplia y para todos los gustos, pero cabe destacar por su cocina y ubicación El Risco, en Famara.
 Con platos basados en el recetario tradicional canario y productos locales, de kilómetro cero y ecológicos.
 Cocina canaria reinterpretada por J. J. Perdomo, como la coca de batata con tollos en mojo hervido y tacos de mero confitado, o el crujiente de morena con chips de batata de jable.
 La experiencia en El Risco es de las más completas por la calidad de la cocina, los dominios —mesas con vistas a la playa de Famara— y el trato.
Los artistas César Manrique y Jesús Soto transmitieron a la población el cuidado de la arquitectura y el paisaje

Una noche

La noche, que no es uno de los grandes reclamos de Lanzarote, tiene una extensa pero poco apetecible oferta en los principales núcleos turísticos: Costa Teguise, Puerto del Carmen o Playa Blanca, y otra mucho más auténtica en Arrecife, la capital (57.000 habitantes), especialmente en el hermoso Charco de San Ginés. Con bares y tascas con solera como La Casa del Miedo, el Ginory —famoso por sus bocadillos de pescado—, o La Miñoca.
 En La Raspa, La Bulla o Naia se puede disfrutar de un picoteo de calidad. Y para la noche cerrada, ya hay que internarse en El Callejón Liso (Calle de Luis Morote, 6), decano de la nocturnidad, y el Noise Club (Calle del Riego, 15), para el fin de fiesta.
El valle entre colinas de La Geria, con los círculos de piedra que protegen la vid, en Lanzarote. / Mauricio Abreu (AWL Images)

Un paisaje

Lanzarote tiene paisajes sobrenaturales, pero ninguno tan particular como el de La Geria.
 En un valle entre colinas se ha creado un conjunto de hoyos de arena volcánica protegidos por lunas semicirculares de piedra, técnica agraria conocida como geria, con la que se resguarda a las vides del viento.
 En este paisaje extraterrestre se celebra el festival de música independiente, vino y gastronomía Sonidos líquidos, que aúna música pop-rock con la promoción del vino local, organizado por Neftalí Acosta.
 Aquí encontramos, entre otras, las bodegas Los Bermejos, Rubicón, La Florida o El Grifo, la más antigua de Canarias, con el Museo del Vino.
 Un lugar perfecto para disfrutar de este paisaje es El Chupadero, un café restaurante con magníficas puestas de sol.
Riscos, surfistas y arena volcánica en la playa de Famara, en Lanzarote. / Kris Ubach (agefotostock)

Un pueblo costero

Caleta de Famara, al norte de Teguise, es un caserío marinero de calles sin pavimentar y casas blancas de una sola planta junto a la playa de Famara.
 Tres kilómetros de arena fina y parda que se extiende bajo los imponentes riscos del mismo nombre. Famara, como La Graciosa, tiene aires a pueblo del salvaje oeste.
 Un lugar con efluvios de lo perdido y recóndito, tierra de surferos y otros amantes del mar, con buenos sitios para comer, como el ya mencionado El Risco, o Sol
Y para dormir: Bungalows Playa Famara o Casa Dominique.

Una urbanización nudista

Uno de los sitios más curiosos de Lanzarote es el pueblo naturista de Charco del Palo, en Mala.
 Una pequeña urbanización vacacional naturista a orillas del mar, nacida en los años setenta y recogida sobre sí misma, dos piscinas naturales que se llenan durante la marea alta con agua fresca y una cala para nadar a mar abierto.
 El perfil de sus habitantes es el de jubilado nórdico enamorado del clima y al que le gusta andar en pelota picada, no ya solo en casa o en el mar, sino en el restaurante, el súper o el bar (como el Reiner’s pub, en la calle Montaña del Mojón,

Leïla Slimani se alza con el mayor galardón de las letras francesas............................. Álex Vicente

La francomagrebí se alza con el Goncourt, y la dramaturga triunfa con la novela ‘Babylone’ en el Renaudot.

La escritora Leïla Slimani, en el restaurante de París donde se entrega el Premio Goncourt. AP
La escritora Leïla Slimani ha ganado este jueves el Premio Goncourt, el más prestigioso de las letras francesas, con Chanson douce, una crónica del doble infanticidio cometido por una niñera aparentemente modélica, que la había convertido en una de las revelaciones de la temporada literaria en Francia.
 Nacida en Rabat hace 35 años, de padre marroquí y madre francoargelina, Slimani sonaba como favorita para un galardón que proporciona a su ganador un premio simbólico de solo 10 euros, pero suele traducirse en millares de copias vendidas (unas 400.000, en los mejores casos).
El jurado del Goncourt, presidido por el crítico Bernard Pivot, le adjudicó el galardón por seis votos sobre 10 desde la primera vuelta de la votación, prefiriéndola a los otros tres finalistas, Catherine Cusset, Gaël Faye y Régis Jauffret.
 La editorial Cabaret Voltaire publicará su novela traducida al castellano en febrero de 2017.
"Estaba preparada para no llevarme nada, para no decepcionarme. Se lo dedico a mis padres, que me enseñaron lo que era amar la literatura y la libertad", ha declarado Slimani al llegar al restaurante Drouant, en el centro de París, donde se entrega el premio desde 1904.
 "De pequeña tuve distintas niñeras en Marruecos.
 Desde los 7 u 8 años, fui sensible al lugar extraño que esas mujeres ocupaban en mi casa.
 Las queríamos como madres y, a la vez, eran extrañas que estaban sometidas a relaciones jerárquicas. Me conmovía el lugar difícil que ocupaban y las humillaciones que podían sufrir.
 Me apeteció rendirles un homenaje", ha añadido ante la prensa. Para Slimani, las niñeras son "personajes muy novelescos, que dicen mucho de nuestra sociedad".
 La autora se inspiró en un suceso acontecido en Estados Unidos en 2012, cuando una niñera mató a los dos pequeños que estaban a su cargo en un barrio pijo de Nueva York.
 Con un estilo seco, pero marcado por una poesía oscura y turbadora, Slimani disecciona cómo el dinero suele traducirse en relaciones de dominación entre semejantes.
 Chanson douce es la segunda novela de esta autora casi desconocida, nacida en una familia francófona de Rabat que la educó de manera "libre, sin obligaciones vestimentarias ni ideológicas", declaró en 2014.
 Llegada a París a los 18 años, cursó interpretación en el prestigioso Cours Florent, antes de dirigirse hacia el periodismo, un oficio que abandonó "por ser duro y consumir mucho tiempo, y en el que no se envejece bien". 
 Su debut en la literatura se produjo hace dos años con Dans le jardin de l’ogre, relato sobre una mujer ninfómana para el que se inspiró en el escándalo sexual que protagonizó Dominique Strauss-Kahn, expresidente del FMI.

Civilización y barbarie

Por su parte, Yasmina Reza se ha alzado con el Premio Renaudot, que tradicionalmente se anuncia unos minutos después que el Goncourt, con Babylone.
 Se trata de una nueva incursión en la novela de esta dramaturga estrella tras títulos como Adam Haberberg y la reciente Felices los felices.
 En el libro, que Anagrama editará en abril de 2017, Reza inspecciona una vez más las miserias de la burguesía francesa, relatando una fiesta entre amigos sexagenarios que termina en drama a causa de un banal malentendido, en un suburbio ficticio del cinturón residencial de París.
Como en las agridulces comedias que firma en el teatro, donde ha triunfado con obras como Arte y Un dios salvaje, Reza vuelve a observar de cerca el finísimo barniz que separa la civilización de la barbarie.
 El título procede de un pasaje de la novela, en el que el protagonista admite que nunca entendió por qué su padre solía recitar un célebre salmo bíblico —"sentados junto a los ríos de Babilonia, llorábamos al acordarnos de Sión"— que antes inspiró a Lord Byron… y a Boney M. 
El Renaudot es un reconocimiento más para la más exitosa de las dramaturgas francesas, que ya tiene en su haber premios como el Molière o el Tony.
Que los dos mayores premios de la literatura francófona vayan a parar a dos mujeres en un mismo año es casi una excepción en sus respectivas historias. 
Ha sucedido solo en ocasiones muy contadas.
 En 1962, se los llevaron Anna Langfus y Simonne Jacquemard. 
En 1984, las galardonadas fueron Marguerite Duras y Annie Ernaux.
 Y, en 1998, los ganaron Paule Constant y Dominique Bona.

 

Tom Cruise y Tom Hanks, vidas paralelas y predecibles............................................. Rocío Ayuso

Los actores Tom Hanks y Tom Cruise. WireImage / Cordon Press

Qué puedes hacer y qué no estando de baja.................................................Gloria Rodríguez-Pina

El Supremo ha dado la razón a un hombre al que despidieron después de ser visto en una fiesta popular mientras estaba de baja.

 

Una empresa despidió en 2014 a un trabajador que estaba de baja por estrés después de que fuese visto en una fiesta popular en una parroquia de O Páramo, en Lugo. 
Tras dos años de litigio, el Supremo dio la razón en octubre al empleado
"He pasado un año horrible, perdí 25 kilos", contó José Antonio Bruzoz a la Voz de Galicia.
¿Se puede salir a la calle o ir de viaje cuando se está de baja laboral por incapacidad temporal (IT)? Depende.
 El paciente puede "hacer todo aquello que no perturbe la recuperación y tiene obligación de hacer todo aquello que la favorezca", explica a Verne Germán Corral, responsable del Área de Inspección Médica de la Comunidad de Madrid, que aclara que hay que ver caso a caso.
Se puede pedir una baja por incapacidad temporal "cuando se padece una enfermedad y que esta impida trabajar".
 Si no hay enfermedad o si esta no imposibilita trabajar, no hay baja, según Corral.
 Parece sencillo y sin embargo, esta definición ya apunta a que el médico tendrá en cuenta la patología, su intensidad y las funciones que desempeñe uno antes de extenderle la baja.
Por eso no hay una relación exhaustiva de actividades prohibidas o permitidas, según Carlos Javier Galán, presidente de la Sección de Derecho Laboral del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM). "Lo único que consta en la Ley General de la Seguridad Social (art. 175) es que el subsidio por Incapacidad Temporal (IT) podrá ser denegado, anulado o suspendido cuando el beneficiario actúe fraudulentamente; cuando trabaje por cuenta propia o ajena, o cuando, sin causa razonable, abandone el tratamiento", confirma también a este diario la Mutua Colaboradora con la Seguridad Social Número 61 (FREMAP).
Con ayuda de estos expertos vemos qué se puede hacer y qué no, siempre con un depende.
 Para cada caso particular lo mejor es preguntar al médico que nos atiende.
 "Incluso en situaciones altamente dudosas se puede pedir que te lo ponga por escrito", aconseja el abogado.
- Salir a la calle. Sí se puede, siempre que la patología no obligue a estar en casa
. Si un conductor está de baja porque se ha roto una pierna, no podrá conducir, pero sí puede salir a la calle -con la movilidad reducida, se entiende-
. Si tiene una neumonía bacteriana lo normal es que no se pueda ni mover y se quede en casa, explica Corral.

- Ir a una fiesta. Ocurre como en el caso anterior, dependerá de la enfermedad.
 "A los empresarios les extraña mucho ver a un empleado en tiempo de ocio cuando está de baja por algo psíquico, pero salvo que el médico diga lo contrario, está indicado hacer actividades que te permitan descansar y relajarte", asegura el abogado laboral.
 Hay casos en los que el psiquiatra incluso recomienda hacer actividades fuera de casa, pero a la vez en otro casos, algunas actividades como ir a una fiesta, "pueden indicar que ya está recuperado totalmente", advierte el inspector médico.
- Ser voluntario en una organización. Se puede "si no supone una concurrencia con tu empresa ni es incompatible con tu baja", según Galán.
 En el caso del gallego -que es conductor- colaborar con Protección Civil, si no ha conducido vehículos como asegura, no es incompatible.
- Viajar. El paciente, "en la aplicación estricta [de la legislación], puede desplazarse", dice Corral, que recuerda que salvo la obligación de acudir a por los partes y a las citas médicas, "legalmente no figura ningún aspecto en el cual se diga si puedes o no moverte".
 Pero insiste: "Tiene que ser algo que no impida la recuperación y que no indique que uno ya está bueno".
 El abogado añade que es aconsejable estar localizable en esos casos por si nos citan para una prueba médica o revisión.
- Hacer un examen. Solo estaría prohibido "si resulta pernicioso para la situación clínica del paciente o si las actividades que el examen comporta son de similares características y duración que las del trabajo que ha dado lugar a la situación de IT", según el manual Más de 150 respuestas sobre la incapacidad temporal de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.

Casos no objetivables y "en la frontera"
Una pierna rota es un caso fácil y claro de baja. 
La fase en que el hueso ya está soldado pero el paciente sigue teniendo dolores es otra historia.
 La enfermedad ya no impide trabajar, pero es que además, según Corral, puede incluso estar recomendado hacerlo, porque volver a trabajar ayuda a reducirlos, al no estar "en casa pensando en el dolor".

Otra cuestión es cómo objetivar el dolor, cuando este no tiene manifestaciones visibles.
 Por ejemplo, en las lumbalgias.
 En algunos casos queda claro que no se puede realizar el trabajo, pero en otros dependerá del tipo de empleo y de la intensidad del dolor. "El dolorímetro es algo que nos gustaría tener a todos los médicos", reconoce el responsable de los inspectores. 
En esos casos dudosos, a veces los médicos de atención primaria les consultan a ellos, que disponen de más tiempo para estudiar a un paciente. "Podemos observar cómo se mueve, cómo se sienta, cómo actúa" y determinar si la baja procede o no.
Estos son los casos que más llegan a los abogados como Galán, de trabajadores que impugnan el alta médica porque no se ven recuperados del todo mientras su médico cree que la mejoría les permite trabajar. 
 Pero son las bajas psíquicas las que más problemas generan al alta. "A veces sería interesante probar procesos de incorporación progresiva, con tiempos parciales o incorporación a otros puestos", dice.
 "El trabajador pasa de estar un año sin trabajar por depresión a incorporarse al mismo entorno en el que empezó su problema".
Otras veces los inspectores médicos intervienen cuando hay "casos en la frontera". 
Por ejemplo, una trabajadora de la limpieza tiene una lesión de rodilla y está de baja. Después de un tratamiento desaparecen las manifestaciones exteriores y a lo mejor, le queda un pequeño edema. "¿Justifica o no ese edema que se mantenga la baja?", se pregunta Corral. 
Pues en unos casos sí y en otros no, dice; habrá que hacer una exploración y pruebas complementarias.
Al final, todo se reduce a eso, a mirar caso por caso aplicando el criterio general: hacer lo que se pueda para contribuir a la eficacia del tratamiento y no dificultar la recuperación.