Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 oct 2016

Deudas, venganza y muerte en el encinar mallorquín------------------------------------------ Juan Carlos Galindo

Carlos Soto publica 'El carbonero', realismo rural y negro al servicio de una historia de pasiones.

Soto junto a la recreación de un 'rotllo'.
Una mujer con un hachazo en la cabeza; un niño, su hijo de 13 años, con la vida rota para siempre; una venganza, algo de justicia y un montón de deudas; el encinar mallorquín, los oficios muertos, el paraíso perdido.
 Con estos ingredientes, Carlos Soto Femenía (Palma de Mallorca, 1966) ha construido El carbonero (Destino) la novela con la que ha irrumpido en el panorama literario español.
 “Jamás pensé en escribir algo rural. No había pasado ni de cerca por esa tradición. Delibes y poco más. 
Tampoco fui consciente de que estaba escribiendo algo negro”, se sincera el autor, que pasa unas horas con EL PAÍS recorriendo los escenarios reales de su novela antes de recalar en Getafe Negro como uno de los nuevos valores del género.
El carbonero es una historia rural de posguerra, la de un joven, Marc, cuya madre murió asesinada siete años antes y saca adelante a su padre, catatónico tras el crimen, y mantiene el oficio de sus ancestros, tala y despedaza encinas, monta sitjas -esas pirámides artesanales, imposibles, en las que ardía la madera- pero, sobre todo, prepara su venganza, busca justicia, su justicia, trata de dar un sentido a su vida, quiere amar pero no puede. 
“La justicia es complicada. La ley es objetiva pero la justicia es la de cada uno. 
Tenemos deudas materiales, pero sobre todo morales, cargas que nos imponemos y que nos atan al pasado. 
Esas deudas estructuran la novela”, cuenta Soto al borde de un rotllo, ese círculo perfecto bordeado de piedra que servía a los carboneros para aislar la sitja y que el aire no arruinara la pira que les salvaba de la inanición.
 Al lado, la cabaña minúscula en la que vivían seis meses al año, en la que reposaban tras vigilar el fuego, alucinados, hambrientos, a medio camino de la locura.
 Todo está descrito en la novela de forma casi cruel, seca, sin artificios.
 “Imagina qué vida. Qué tiempo, sin prisas”, asevera Soto en susurros.

Estamos a 20 minutos en coche de Palma, no mucho más lejos de Magaluf, del turismo masivo.

 Sin embargo, en medio del encinar de la sierra de la Tramontana, al que se llega por una serpenteante carretera invadida de cicloturistas, solo nos espera el silencio y la mirada torva de las cabras asilvestradas.

 “La vida de esta gente era miseria sobre miseria. El Estado se quedaba con la mejor parte del carbón, con la cáscara de la almendra con la que se calentaban y de la que se incautaba para fabricar gasógeno para los coches.

 Al final la gente buscaba otras vías”, cuenta para ilustrar la presencia en la novela de el Buhonero, un hombre sin escrúpulos, traficante, ladrón, estafador, contrabandista, pero aceptado por todos

. “Hay dos tipos de criminales”, continúa, “los profesionales, que lo hacen por dinero, como un trabajo cualquiera, como si haces churros, y los no profesionales.

 Moralmente son lo mismo. No hay hombres buenos y malos.

 El peligro del hombre es que es un animal que encuentra razones para justificar cualquier cosa”, resume para poner luz sobre la violencia que se desata cuando Marc busca a los asesinos de su madre. 

La novela es una historia de mundos perdidos.
 Hace más de 30 años que no hay carboneros; tampoco señores, los terratenientes, los dueños del lugar tan presentes en la vida de la gente de la época y en este libro.
 Para llegar a la sierra hay que dejar a un lado Santa Margarita, el lugar de donde surgieron Juan March y su fortuna. “En esta isla la riqueza viene del contrabando.
 Todo el mundo lo sabe y a todo el mundo le parece bien”, cuenta Soto como si nada.
No es un, sin embargo, escritor político.
 Llegado a la literatura por la amistad que le une desde los 14 con Lorenzo Silva, Soto ha trabajado muchos años como informático, rama a la que llegó desde la filosofía apasionado por la lógica y la inteligencia artificial.
 Un periplo nada habitual para este escritor casi secreto, poco disciplinado al escribir, lector enfermizo y anárquico, amante de la literatura de género, del cine de género. 
El tiempo pasa y la lluvia nos sorprende ya camino del aeropuerto, el encinar lejano, el cruel y bello paraíso convertido en el recuerdo de una historia de violencia y muerte.

La Academia desiste de contactar con Dylan por el Nobel tras varios intentos

La institución lleva cuatro días llamando al cantante sin éxito.

El cantante y poeta Bob Dylan, durante una presentación en Barcelona. I. Itarte | REUTERS-QUALITY
La Academia Sueca ha renunciado a comunicarle directamente al estadounidense Bob Dylan que ha sido distinguido con el Nobel de Literatura de este año, después de cuatro días intentando ponerse en contacto con él sin éxito.
Así lo confesó este lunes a la emisora pública Radio de Suecia Sara Danius, la secretaria permanente de esta institución que elige cada año al ganador del Nobel en esa categoría.

Los representantes de la Academia Sueca han hablado con el agente del músico y con otras personas de su entorno, pero no han podido hablar con Dylan, que tampoco ha hecho ninguna declaración pública ni ha hecho comentarios al respecto en los conciertos que ha dado en los últimos días.
Los representantes de la Academia Sueca han hablado con el agente del músico y con otras personas de su entorno, pero no han podido hablar con Dylan, que tampoco ha hecho ninguna declaración pública ni ha hecho comentarios al respecto en los conciertos que ha dado en los últimos días.
 De hecho, Bob Dylan actuó en Las Vegas horas después de anunciarse el premio y durante el concierto no hizo ninguna mención a la distinción más apreciada del mundo de las letras. 
Danius aseguró no estar preocupada a pesar de que todavía no se sabe si el músico aceptará el premio o acudirá a Estocolmo a recogerlo el próximo 10 de diciembre.
"Tengo un presentimiento de que Bob Dylan puede venir.
 Puedo equivocarme, y claro que sería una pena que no viniese, pero en cualquier caso la distinción es suya y no podemos responsabilizarnos de lo que pase ahora. 
Si no quiere venir, no vendrá, será una gran fiesta igual", afirmó Danius.
Solo dos personas han rechazado el Nobel de Literatura en más de un siglo de historia: el escritor ruso Boris Pasternak, en 1958, forzado por las autoridades soviéticas, aunque lo aceptó más tarde; y el francés Jean Paul Sartre, en 1964, por su política de rehusar cualquier tipo de distinción.
La Academia Sueca premió a Dylan por haber creado 'nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense', según el fallo difundido el pasado jueves.
La sorprendente elección supuso la primera vez que se distingue con el Nobel de Literatura a un cantautor.


 

Piqué y la cabra de la Legión.......................................................................... Óscar Sanz

Este señor que corta mangas donde no está la bandera española no guardó luto por la muerte de un símbolo patrio.

FOTO: Piqué, en el partido contra Albania. / VÍDEO: El jugador anunica que deja la Roja. AP / ATLAS
Hace dos semanas ocurrió un hecho del que apenas se hicieron eco los medios de comunicación.
 Murió Pepe, el macho que desde 2005 venía ejerciendo de cabra de la Legión. 
Por aquellos días, la selección española disputaba un partido vital ante la peligrosísima Albania. 
Sorprendentemente, ninguno de nuestros jugadores mostró signo alguno de pesar ante tan luctuoso episodio.
 El de Pepe, entiéndase. Ni siquiera Sergio Ramos, hombre devoto de los emblemas patrios, al que nada le gustaría más que saltar al césped vestido de purísima y oro.
 No hubo brazaletes negros, ni minuto de silencio, ni gesto alguno de condolencia, lo que no hace sino certificar que esta selección anda escasa de patriotismo.
 Por eso quizá la llaman La Roja.
 Pero sucedió que a uno de sus miembros, Piqué, no se le ocurrió otra cosa que recortar las mangas de su camiseta, porque le apretaba, aseguró después, vana excusa cuando sus verdaderas intenciones eran otras, aviesas sin duda

Ajeno a lo acaecido con el cornúpeta animal, decidió el defensa hurgar en la herida y levantar en armas a los más acérrimos defensores de las esencias del imperio. Así que, en pleno delirio, imaginó que en su indumentaria había un ribete con los colores de la bandera nacional y, tijera en mano, a por él se fue. Nadie se lo afeó en el vestuario. Ni siquiera Ramos, que utilizó la misma camiseta que su colega, una prenda en la que no había ribete ni rojo ni amarillo.

Entonces sucedió que alguien, perspicaz sin duda, cayó en la cuenta de tan trascendente suceso, que en el fondo no era sino una castración de la enseña que a todos nos guía.
 Dio pues la voz de alarma y de inmediato la jauría que vomita en las redes sociales, y que tanto bien hace al periodismo rojigualdo, acudió solícita a la batalla y comenzó a despellejar a Piqué, acusado de ultraje a tan sagrado símbolo.
 Algunos medios de comunicación se hicieron eco del asunto y, como ese perro que se moja y se sacude, esparcieron sin recato el estiércol, que cayó encima de lectores, oyentes y televidentes varios.
 Es lo que ocurre cuando en esa profesión que algún día fue seria, llamada periodismo, la agenda la marcan las redes sociales y los éxitos están al albur de cuantos pinchazos en la Red acumule una noticia.
El asunto del corte de mangas de Piqué a una camiseta con la bandera española que no tenía la bandera española acabó con el jugador anunciando su retirada de la selección para 2018, mientras sujetaba la elástica virgen, y sin seccionar, de Ramos.
 Preguntado sobre lo ocurrido, el gran Luis Suárez, el gallego, respondió: “Si buscas pelea la encuentras”.
 No le falta razón al único jugador nacido en España que ha ganado un Balón de Oro, ese premio que no consiguieron Raúl y Xavi, lo que a ojos de este articulista le confiere el mismo pedigrí que el que pueda tener la muñeca Chochona.
 La condición de pendenciero de Piqué está fuera de toda duda, sobre todo cuando de la rivalidad Barça-Madrid se trata. 
Pero este señor nunca, jamás, ha faltado al respeto a la selección española, por la que se ha partido el pecho y el alma desde que tenía 15 años. Y tiene 29.
Nunca oiremos a Piqué, porque dejaría de ser Piqué, una frase como la que acaba de pronunciar Mariano Rajoy: “Lo mejor que puedo hacer es estar callado”.
 Quienes seguimos con devoción las siempre atinadas locuciones del presidente mostramos públicamente nuestro pesar, no sin antes recordar a los futbolistas que cortan mangas sin pedir permiso a los fanáticos del gen patrio aquella otra sentencia de Rajoy.
“Los españoles son muy españoles y mucho españoles”. Sobre todo Pepe, que en paz descanse.

 

 

La España que lleva pistola.................................................................... Daniel Verdú

La población española es una de las menos armadas, pero preocupa el mercado ilegal.

Carlos López, presidente del gremio de armeros de Cataluña.

Fernando mira a un lado y otro de la terraza del bar donde desayuna, abre un poco la americana y enseña su pequeña arma enfundada en cinturón de piel marrón atado en el abdomen.

 Es una Glock de 9 mm y la lleva por seguridad.

 Es joyero, transporta mercancías y hace unos años sufrió varios atracos violentos, por eso la Guardia Civil le concedió la licencia B, que le permite portar su pistola como autodefensa.

 A él no le gusta, cuenta.

 Pesa, tiene que estar todo el tiempo pendiente del "hierro", no puede beber ni ir al fútbol con ella y le recuerda las malas experiencias del pasado. 

Pero admite que se siente más seguro.

 Fernando (pide aparecer con un nombre falso) es uno de los cerca de 8.000 españoles con licencia para ir armado por la calle. 

Un permiso que se concede solo en aquellos casos donde la amenaza está contrastada. 

Son políticos, joyeros, armeros, magistrados, algún futbolista o exmilitares. 

Ellos son los únicos -al margen de los cuerpos de seguridad- que pueden pasear por la calle con una pistola, siempre que esté oculta. Pero España tiene hoy registradas otros tres millones de armas en manos de 1,1 millones de ciudadanos, la mayoría de las cuales se utilizan para la caza mayor y menor, el tiro olímpico o el coleccionismo. 
El inventario, que actualiza cada mes la Intervención Central de Armas y Explosivos (ICAE) de la Guardia Civil, recoge detalladamente el tipo de aparato y la región donde se encuentra su propietario. 
De este modo, si se mide en número total de armas, Andalucía es la región que tiene más ejemplares, con 611.987 (la mayoría son carabinas); y Melilla, con 399, es donde hay menos.
 Sin embargo, si se analiza en función del número de habitantes, las comunidades más armadas son Extremadura, Castilla la Mancha, Navarra y La Rioja.
 La región que concentra más pistolas con licencia para la autodefensa, como la que tiene Fernando, es la región de Madrid. “Es por tratarse de una zona con acumulación de cargos públicos”, señalan desde la Guardia Civil.
 
GRÁFICO: Las cifras de la armería española en 2016
El inventario también incluye rarezas como el número de ballestas que hay en España (1.647), siendo de nuevo Andalucía donde hay más y Ceuta y Melilla las únicas comunidades autónomas donde no hay ni una registrada. 
También destacan zonas especialmente propensas al tiro olímpico como Asturias (4 armas por cada 1.000 habitantes) o Cataluña (2 por cada 1.000 habitantes).
Pero España –séptimo mayor exportador mundial de armamento- es uno de los países con una regulación más restrictiva en la Unión Europea respecto al acceso a las armas.
 De hecho, se encuentra en la mitad de la tabla en el mundo (en el puesto 61 de 178 países, según la organización la encuesta referencial de Small Arms Survey) en la tasa de armas por habitante (1 por cada 10 ciudadanos) y en la parte más baja del ranking europeo, que lideran Finlandia, Alemania y Francia.
 La asociación ANARMA (algo así como la asociación del rifle de Estados Unidos en versión española y con unos 2.000 socios) considera que debería abrirse más el filtro, llegando a equiparar la regulación a la de países como República Checa, donde es posible acceder a un arma para la defensa personal superando unos exámenes reglados y aportando los certificados de antecedentes correspondientes.

Por eso aquí, algunos que no logran el permiso B (autodefensa) y se sienten amenazados optan por tener un arma de tiro deportivo en casa (hay unas 70.000 en España) y acudir regularmente al club para que selle el documento que exige la Guardia Civil y que restringe su uso para esa finalidad. 

ANARMA alerta de que la compra de este tipo de pistolas se ha disparado para sortear las restricciones que se aplican a los permisos de autodefensa.
 La policía y los armeros recuerdan que utilizar un arma de tiro como defensa personal acarreará problemas legales. 
“Es que la licencia B no la consigue prácticamente nadie.
 Su concesión es un tanto arbitraria y se dan paradojas.
 A veces la hemos pedido para mujeres que han sufrido violencia doméstica o propietarios de negocios peligrosos y la han denegado”, señala Javier Arnaiz, presidente de Anarma, a quien también le fue denegado dicho permiso, señala, pese a dedicarse a "un negocio relacionado con la seguridad".
La restricción creciente en Europa responde a una idea que, a veces, las estadísticas no respaldan.
 La UE y diversas asociaciones consideran frecuente la relación entre la tasa de armas y el riesgo de homicidios por armas de fuego (1.000 al año en sus fronteras) -Finlandia o Suiza desmentirían la tesis- y atentados. De hecho, cinco días después de los sucesos de París en noviembre de 2015 que provocaron 132 muertos, la Comisión presentó una propuesta para reformar la Directiva de armas de fuego civiles entre cuyas futuras medidas se prohibirían las armas semiautomáticas comprendidas en la categoría B7: cortas y largas.
Anarma y las otras asociaciones europeas del mismo ámbito montaron en cólera porque la prohibición afectaría directamente a deportistas y cazadores, que usan estos rifles para la caza mayor. De hecho, esta asociación calculó que más de 100.000 unidades en España se verían afectados (pasarían a ser confiscados).
 “En lugar de atacar el mercado negro que es de donde vienen las armas de terroristas, atacan al mercado regulado”, critican en Anarma.
 Pero un poco más tarde, se adoptó también un Reglamento para homogeneizar la manera en que se desactivan estos artefactos en los distintos Estados miembros.
 Y ese sí es uno de los principales vacíos de los que se alimenta el mercado negro y que puede estar relacionado con los atentados.
 
El armero Carlos López muestra un arma corta.
El problema principal en la UE es que existe una suerte de vacío legal que permite comprar, como meros objetos de colección, armas desactivadas en países con antiguos conflictos armados del norte de África (en el actual estado fallido de Libia, Gadafi llegó a incentivar la compra de Kalashnikov a las familias), repúblicas exsoviéticas y Balcanes.
 Las armas utilizadas en los atentados del pasado en noviembre París procedían de stocks desactivados de los Balcanes; las que se utilizaron para la matanza en el semanario Charlie Hebdo unos meses antes salieron del mercado negro de armas inutilizadas de Eslovaquia. 
Transformarlas de nuevo en armas letales es relativamente sencillo y la regulación sobre lo que se considera un arma desactivada es bastante heterogénea en los distintos países de la UE. Sin embargo, pueden circular libremente de un país a otro.
El coste en origen de un arma de guerra convertida en detonadora es de unos 500 euros, pero una vez modificada o reactivada puede llegar a valer entre 2.000 y 2.500 euros. 
Los principales focos detectados recientemente se encuentran en países del Este, pero este tipo de talleres también se encuentran en España.
 En la Operación Taronja, de abril de 2015, se desmanteló uno en Alicante dedicado a rehabilitar las armas provenientes de Eslovaquia. 
 Se intervinieron un centenar, entre las que había fusiles de asalto AK-47 y subfusiles VZ61, VZ25 y Rak PM63; procedían del mismo comercio que las usadas por los terroristas de los atentados de París de enero de 2015 y que las utilizadas en el atentado contra el tren Thalys que realizaba el trayecto Holanda-Francia en agosto de ese mismo año

Lo mismo sucede con las armas de fogueo -las llamadas detonadoras que se utilizan para competiciones deportivas o para rodajes-, para las que solo es necesario en España presentar un DNI al adquirirlas.
 Transformarla en un arma letal es bastante sencillo (se suele cambiar el cañón y la recámara) y en los últimos tiempos han caído muchas bandas dedicadas a ello.
 Uno de los casos más mediáticos fue el del supuesto embajador en España de Corea del Norte, Cao de Benós, que fue detenido tras recibir en casa dos detonadoras: una Zoraki 917 Black de nueve milímetros y otra Zoraki 906 cromo semiautomática.
 Ambas habían sido transformadas y estaban listas para disparar. Pero desde ANARMA creen que se trata de una práctica arriesgada y poco frecuente. 
Aún así, Guardia Civil se ha incautado de unas 500 pistolas detonadoras trucadas en los últimos dos años.
En las vitrinas de la armería Ravell, en calle Diputación de Barcelona, hay algunas de esas réplicas
. Las auténticas se guardan bajo fuertes medidas de seguridad en una caja fuerte.
Sara, propietaria de un establecimiento que abrió en 1939 y que hoy se está especializando en seguridad debido al lento declive del mundo de la caza, muestra una pequeña Glock negra de 9mm que acaba de sacar de la caja fuerte.
 Esta sí es real y es una de las preferidas de los policías para la segunda arma a la tienen derecho. 
“Ese empieza a ser un cliente predominante. El cazador está envejeciendo y se está perdiendo tradición
En cuanto a las licencias B, puede que haga una al año”, señala. Tanto ella como Carlos López, el presidente del gremio de armeros y dueño de la armería Roca en Barcelona, podrían llevar un arma encima, pero no lo hacen. 
"Este es un país suficientemente seguro y yo, por el momento, no me siento amenazado”, señala Roca en su establecimiento, que ha tenido un solo incidente en 140 años de historia.