Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 oct 2016

¿Qué película ha retratado mejor el movimiento obrero?.....................................................Publicado por Javier Bilbao

Parece que algo está pasando estos días y seguro que todo el mundo tiene una opinión al respecto, así que para qué añadir otra. 
Lo importante es participar y enhorabuena a los premiados.
 En cualquier caso ha sido una ocasión para volver a escuchar repetidamente el término «obrero», a unos con sarcasmo y a otros con melancolía.
 Qué mejor momento entonces para repasar la manera en que el cine ha retratado un movimiento reivindicativo que marcó decisivamente la historia contemporánea europea y en menor medida la del resto del mundo, dando lugar a un puñado de buenas películas e incluso alguna que otra obra maestra.
 Así que voten su favorita o añadan alguna otra si lo creen necesario.
Germinal
Imagen de Renn Productions.
Imagen de Renn Productions.

Antes de nada, situémonos: tanto esta como las siguientes películas incluidas en esta lista son la perfecta antítesis del «cine de tacitas». Es la lucha de clases hecha subgénero cinematográfico.
 El té y las pastas son sustituidos por el vino peleón y la panceta, los sombreros aparatosos y polisones dejan paso a las características gorras obreras y la ropa de pana y, en definitiva, la lánguida Keira Knightley con su sonrisa bajando la mirada cede el sitio a un Gérard Depardieu que lanza arengas enfervorecidas a obreros en huelga y saca pecho ante las bayonetas.
 La novela de Émile Zola tuvo una primera adaptación cinematográfica en 1963, aunque esta versión tres décadas posterior es más recordada.
Novecento
Imagen de Paramount Pictures.
Imagen de Paramount Pictures.

Aquí tenemos de nuevo a Gérard Depardieu y, como en la anterior, se rinde también homenaje al cuadro El Cuarto Estado.
 Estamos ante una epopeya enormemente ambiciosa en la que Bernardo Bertolucci se propuso narrar la historia de Italia durante la primera mitad del siglo XX. 
Su duración de más de cinco horas la hizo poco adecuada para los cines, resultando más apta bajo un formato de miniserie de cuatro episodios, que es como puede encontrarse en YouTube.(Yo la vi varias veces y enterita).

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El acorazado Potemkin
Imagen de Goskino.

El 27 de junio de 1905 los marineros del acorazado Potemkin se rebelaron contra sus oficiales y pusieron rumbo a Odesa bajo una bandera roja.
 Lenin consideró este episodio un ensayo de la revolución que le daría el poder, así que el vigésimo aniversario de aquella fecha se celebró con una película propagandística que supo estar a la altura. Eisenstein creó un estilo narrativo que tuvo una enorme influencia en todo el cine posterior.
 La cinta ha sido copiada y homenajeada desde entonces en cada detalle de todas las formas imaginables, por ejemplo en Titanic los planos con los pistones a pleno rendimiento son un claro guiño.
 Y qué decir de la escena del carrito del bebé despeñándose por la Escalera Potemkin de Odesa, si no la recuerdan de Los intocables, entonces de Agárralo como puedas o de Brazil.
 Aquí pueden ver este clásico.

Daens
Imagen de Dérives Productions.
Imagen de Dérives Productions.
Se ha señalado a menudo, y no es a estas alturas una sorpresa para nadie, que el movimiento obrero ha tenido mucho de herejía del cristianismo.
 Un ejemplo nítido de ello lo encontramos en el sacerdote belga Adolf Daens, un hombre sinceramente convencido de lo que leía en los Evangelios sobre la compasión por los débiles y los desheredados del mundo.
 La explotación infantil, el sufragio censitario, los horarios laborales interminables, las pésimas condiciones sanitarias e ínfimos sueldos que soportaban los fieles de su parroquia le partían el corazón y le llevaron a enfrentarse abiertamente a los propietarios de las fábricas y al poder político, fundando un partido que le costaría la condena del mismísimo papa. 
Este biopic nos muestra su trayectoria.

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Jimmy’s Hall
Imagen de Sixteen Films.
Una selección de este tipo que no incluya algún film de Ken Loach se quedaría no ya coja, sino manca y tuerta.
 Así que mencionaremos la más reciente, que está entre las mejores que ha hecho.
 Es también biográfica, en torno a James Gralton, uno de los líderes de lo que más adelante sería el Partido Comunista Irlandés. Tras regresar de Estados Unidos abre un local de reunión para los jóvenes, cosa que terminará enfrentándolo a los poderes fácticos de la localidad.
Los miserables
Imagen de Universal Pictures.
Imagen de Universal Pictures.
Las revoluciones burguesas y liberales del siglo XVIII y comienzos del XIX fueron dejándose impregnar por el movimiento obrero, con causas indisociables de ambas como el sufragio universal.
 La insurrección de junio de 1832, motivaba tanto por ideales republicanos como por la crisis económica, nos sirve como un ejemplo de ello.
 Ese fue el escenario elegido por Victor Hugo para su novela, que más adelante sería adaptada a un musical, que a su vez conocería una versión en cine en 2012 con Hugh Jackman cantando a grito pelado.
Tiempos modernos
Imagen de United Artits.
Imagen de United Artits.
Charles Chaplin nos propuso una crítica al sistema de producción industrial que acaba convertido en un monstruo que devora a sus trabajadores. Esta imagen suya arrastrado por enormes engranajes ha llegado a ser una de las más icónicas de la historia del cine.
La clase obrera va al paraíso
Imagen de Euro International Film.
Imagen de Euro International Film.
Algo parecido a lo que vemos aquí, con empleados de una fábrica alienados por un trabajo que ha perdido todo su sentido.
 Recibió la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1972 y contiene un humor muy ácido del que no se salvan tampoco unos pedantes universitarios de extrema izquierda de quienes dice entusiasmado el obrero protagonista a su mujer: «¡Si supieras cómo hablan, uf, no se les entiende nada!».
¡Vivir!
Imagen de Shanghai Film Studios.
Imagen de Shanghai Film Studios.
Por añadir otra perspectiva a la europea y americana, así es como describió Zhang Yimou la revolución maoísta y el Gran Salto Adelante.( Y que diría Mao y los Maoistas viendo a los chinos  haciendo un capitalismo de copias?


Mi hermano es hijo único
Imagen de Cattleya.
Imagen de Cattleya.
Ambientada en la Italia de los años sesenta, narra el enfrentamiento entre dos hermanos, uno marxista y el otro fascista… al menos hasta que este último conoce a una amiga del otro, tan guapa que no nos sorprende que abrace el ideario que haga falta para aproximarse a ella.
 Toda la película rebosa nostalgia y un humor entrañable, como la escena en la que asaltan una sede política con un crucifijo en la mano, quizá confundiendo a los comunistas con vampiros.

¡Qué verde era mi valle!
Imagen de 20th Century Fox.
Imagen de 20th Century Fox.
John Ford hizo aquí un retrato muy sutil, optimista sin ser ingenuo, de un pueblo minero galés y de los conflictos sindicales y políticos que afrontaba, evitando en todo momento el maniqueísmo tan común en esta clase de películas.
 La tradición y la modernidad a veces pueden chocar, nos dice, pero decantarnos incondicionalmente por una u otra es como pretender andar con una sola pierna.

La ley del silencio
Imagen de Columbia Pictures.
Imagen de Columbia Pictures.
Toda narración acostumbra a ser una fábula moral con buenos y malos, por eso a veces es interesante darle la vuelta a los papeles.
 A diferencia de los anteriores ejemplos en este caso los villanos no son los patronos sino los sindicalistas, cosa por otra parte frecuente en la ficción estadounidense, ahí tenemos también a Jimmy Hoffa y Frank Sobotka.
 Esta película fue también una forma de justificarse de Elia Kazan por su papel como delator de sus antiguos compañeros del Partido Comunista ante el Comité de Actividades Antiamericanas en 1952.


Metrópolis
Imagen de U.F.A.
Imagen de U.F.A.
Estamos ante una obra maestra del expresionismo y de la ciencia ficción, enormemente imaginativa e inspiradora aún hoy. 
 Thea von Harbou, la esposa de Fritz Lang, fue la autora del guion y era bastante nazi a decir verdad, aunque aquí tampoco se nota demasiado.
 La reconciliación de clases sociales que anhelaba el nacionalsocialismo está presente, pero expresada de una forma benevolente y con otro estilo que el de los guiones que firmaría en los años treinta, una vez que su ya por entonces exmarido había huido a Estados Unidos.
 La película pueden verla aquí.

Titanic
Imagen de Paramount Pictures.
Imagen de Paramount Pictures.
Concluimos con este clásico contemporáneo que merece ser incluido no solo por su vínculo anteriormente mencionado con El acorazado Potemkin, sino porque su trama hace especial hincapié en la diferencia de clases.
 Interiorizada hasta tal punto por Jack que acepta su lugar fuera de la tabla sin protestar, sin hacer la prueba de subirse ambos, de ir turnándose o directamente de dejarla a ella fuera, que ya ha vivido con bastantes privilegios hasta entonces, que se joda.
 Pues no, es el pobre de tercera clase el que tiene que morir congelado porque así es el orden natural de las cosas.
 Qué injusticia.

 

2 oct 2016

“Adelaida García Morales no protagoniza mi libro”..................................................... José Ángel Montañés

Elvira Navarro presenta su novela en Barcelona tras las acusaciones de Víctor Erice-

La escritora Adelaida García Morales en 1990.
Adelaida García Morales es el motivo, pero no es la protagonista de mi libro, que son dos cosas distintas. 
Ella pone en marcha el conflicto de las protagonistas y solo la utilizo como paradigma para reflexionar sobre la precariedad y la construcción de identidad”, explicó ayer Elvira Navarro (Huelva, 1978), autora de Los últimos días de Adelaida García Morales (Random House) durante la presentación del libro en Barcelona.
Desde que la novela se publicó el 22 de septiembre, el acto estaba previsto que se realizaría en la librería Nollegiu del Poblenou, pero nadie esperaba que coincidiera con el artículo que el cineasta Víctor Erice publicó ayer en Babelia—suplemento cultural de EL PAÍS— en el que acusaba a Navarro de “apoderarse del nombre y apellidos de la escritora”, de utilizar “de forma descarnada las vidas ajenas”, de “banalizar su memoria como escritora y su identidad como ser humano”, dando una imagen “esperpéntica y estrafalaria que nada tiene que ver con el carácter, el aliento y el humor” de la escritora fallecida hace justo dos años, además de advertirle de las “consecuencias morales que su proceder pudiera causar en terceras personas”, entre otras afirmaciones que escribe el que fue marido de Adelaida García Morales.
 
“Sabía que me estaba metiendo en un terreno pantanoso.
 Podía haber hecho una biografía pero no soy una estudiosa y como creadora no me interesaba”, prosiguió Navarro; que insistió en que su libro es una ficción.
 “Entiendo el enfado pero no la reacción airada de Erice, porque en el libro explico por todas partes que es una ficción.
 Otra cosa sería que no lo hubiera advertido, pero lo pone en la cubierta y en dos ocasiones más de forma explícita, no podía ponerlo en cada una de las páginas”, explicó Navarro, nerviosa tras el revuelo que ha levantado su último libro.
 “Yo pensaba que no le interesaría a nadie y que pasaría sin pena ni gloria, pero no”.
La novela de Navarro arranca con un hecho real, la petición de Adelaida García Morales, dos meses antes de fallecer en una oficina de la localidad sevillana de Dos Hermanas, de 50 euros para poder visitar a su hijo en Madrid, un dinero que se le negó.
 Esta anécdota que le contaron a Navarro sirve para “inventar” la historia de dos mujeres, una realizadora de un documental y una concejala de cultura, obsesionadas con la escritora y saberlo todo de ella.

Un pretendido homenaje

“Todo lo que utilizo en mi novela aparece en Internet, yo no desvelo nada. 
No entiendo lo que ha pasado, porque pensaba que estaba claro lo que era verdad y lo que era ficción, algo que he hecho para que no hubiera confusión, pero creo que ha habido cierto amarillismo en el tratamiento de mi libro en la prensa desde que se dijo que se publicaría”, explicó la autora.
“Yo quería hacerle un homenaje a Adelaida García Morales ya que no se hablaba de ella en absoluto.
 No tenía sentido que yo hubiera puesto otro nombre como Paquita Martínez [nombre que menciona Erice en su artículo]. 
Sabía que me arriesgaba al hacer una ficción sobre un personaje real, pero quería homenajearla”, volvió a repetir la autora del libro que ella describe como “nada emocional y que roza el ensayo” porque, asegura, hay una relectura de la película El Sur, de Víctor Erice y la novela homónima que escribió García Morales.
 “Volvería a escribirla igual.
 Asumo que lo que ha pasado podía pasar, pero lo volvería a hacer”, remachó Navarro.

 

“Todo lo que toca el dinero pierde su sustancia”.................................................... Gregorio Belinchón

El director estrena 'Un monstruo viene a verme', su defensa del poder del arte para sanar.

Juan Antonio Bayona, en el rodaje de 'Un monstruo viene a verme'.
Pocos directores viven por y para el cine como Juan Antonio García Bayona (Barcelona, 1975), para el gran público Juan Antonio Bayona y para sus amigos, sencillamente Jota.
 Esa pasión de 24 horas al día siete días a la semana le ha llevado a tomarse muy en serio cualquier cambio legislativo para la industria, a defender el talento de los técnicos españoles con los que habitualmente trabaja y a soltar discursos como el que realizó ante el entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, al recoger el Premio Nacional de Cinematografía en 2013. En aquel momento Bayona ya estaba tramando Un monstruo viene a verme, que se estrena en España el próximo viernes.
 “La película reflexiona sobre el arte como algo sanador, y eso, en un filme de gran presupuesto [esta ha costado 30 millones de euros] hoy en día es inaudito.
 Defiendo que el arte puede curar. 
Y en eso pensaba justo cuando recogí el premio. Está todo conectado. Porque Un monstruo viene a verme es mi trabajo más personal”.
 Pero la situación política y educativa que atacó con aquel discurso no ha cambiado. "Cierto, pero ellos se irán, ya se están yendo, y nosotros continuaremos aquí contando historias".
 Curiosamente, la génesis y la plasmación de esta historia ha dado innumerables y, algunas, trágicas vueltas.
 Un monstruo viene a verme fue concebida por la escritora inglesa Siobhán Dowd. 
Tenía claros los personajes, la premisa y el arranque, pero un cáncer de mama acabó con su vida en agosto de 2007.
 Ante la rapidez del avance de su enfermedad y la imposibilidad de redactarla, se la contó a su editor, y este se la pasó, fallecida la autora, a otro escritor, Patrick Ness.
 El resultado es una maravillosa y desoladora novela, con ilustraciones de Jim Kay, publicada en mayo de 2011. 
Es decir, ha mutado de mano en mano hasta que cayó en las de Bayona, que se enganchó a la historia de Conor, un niño inglés que sufre acoso escolar, su madre se está muriendo de cáncer, su padre ha formado una nueva familia en Estados Unidos y solo le quedan cercanos una estricta abuela y un tejo de 11 metros que algunas noches se acerca a contarle historias tan siniestras como moralizantes.
 “En el fondo la película habla también de esa transmisión de información, de contar la verdad y a la vez de romper en añicos las cosas para dejar huella.
 Patrick ha escrito el guion y yo he reelaborado algunas cosas. Cada uno ha hecho su propia narración.
 El arte hace que venzamos simbólicamente a la muerte, y, como ejemplo, hoy estamos hablando de Siobhán”.
 En esa apropiación, el cineasta confiesa entre risas que muchas de las frases de la madre, encarnada por Felicity Jones, proceden en realidad de su propio padre.
 “Cuando vio la película me dijo: ‘Anda que no he dicho yo veces eso de... y lo de...”.
Bayona roza, como es habitual en él, la caída en el abismo del sentimentalismo en la pantalla.
 Como siempre, sale bien parado: “Utilizo el cine para expresar lo que no digo en la vida cotidiana”. Pues no para de enviarle mensajes a su madre, figura fundamental en su cine.
 “Bueno, le hago películas. Me funcionan como catarsis. Hay cierto prejuicio en convocar con el drama emociones en el espectador que no ocurre en otros géneros. 
Por ejemplo, en el terror. Nadie se queja de que un filme dé mucho miedo. 
 Solo me preocupa el respeto a los temas que toco, que en esta ocasión son delicados. 
Y por eso en Un monstruo viene a verme los momentos cumbre no tienen música”.
En Colossal, de Nacho Vigalondo, en Mi amigo el gigante, de Steven Spielberg, y en Un monstruo viene a verme se repite el mismo plano: una mano gigantesca atrapa al protagonista. ¿Casualidad? “Todas vienen del mismo sitio: el King Kong de 1933.
 De hecho nosotros lo mentamos en nuestro
 filme. 
Son imágenes icónicas que se quedan en tu inconsciente.
 Pero cuando usas como referencia ese plano lo importante no es la influencia sino para qué la usas. 
De verdad, lo fundamental es el discurso, lo que subyace. Al final, me interesa lo que queda con el tiempo, no el ahora”. Como el debate entre la emoción y la razón, que en pantalla se plasma en un reloj de pared.
 “Agradezco que las películas tengan capas y me hagan reflexionar”. 
Esas capas le proporcionaron críticas muy favorables en el festival de Toronto, plataforma de lanzamiento de su estreno estadounidense el 23 de diciembre.
 “Lo imposible no se estrenó en las mejores condiciones en EE UU. Hemos aprendido”.Fue una película angustiosa como lo fue el Orfanato. Siempre esa angustia ante situaciones que no sabemos resolver. Ayer volvi a ver las dos y reconozco que pasé miedo y angustia en el Orfanato, más que la 1º vez.

Tráiler de 'Un monstruo viene a verme'.
A pesar de esos 30 millones de euros de presupuesto, de contar con Felicity Jones, Sigourney Weaver o Liam Neeson en el reparto, y de su factura de superproducción, Bayona defiende la supremacía del arte sobre la industria en el cine: 
“Todo lo que toca el dinero pierde su sustancia. La verdad debe movernos a la hora de hacer cine.
 Claro que ruedo en inglés para poder levantar económicamente historias así. 
Y claro que me fijo en la taquilla, aunque en España la gente ya no va al cine.
 Pero el dinero nunca puede ser la razón de ser de un filme. Cuando acabe Jurassic World 2 [a estrenar en junio de 2018] haré un filme español.
 Luego, ya veremos. Como dice Guillermo del Toro: ‘Hay películas que haces por tu necesidad y otras te necesitan a ti”.

 

No se entiende nada.......................................................... Boris Izaguirre

Angelina Jolie y Brad Pitt, en una imagen de 2007.
Siempre pasa que después de un verano con mucha convivencia y tiempo para estar juntos, sobreviene el divorcio.
 Una de cada tres rupturas se produce en septiembre.
 Y ahora algunos miembros del PSOE han decidido divorciarse de Pedro Sánchez, deslumbrados por la noticia del divorcio de Brangelina. 
Pero conseguir un buen divorcio no es fácil. 
Pedro se mantiene fiel a su línea: “Un no es un no”. Lo que no se esperó es que le dijeran “no” a él.
Pareciera que medio distraído por el humo de la marihuana, Brad Pitt tampoco esperaba el no de Angelina. Y quizás Pedro Sánchez no supo estar atento a los vapores de los restaurantes de moda donde se saboreaba, entre plato y plato, su salida. 
En uno de esos nuevos restaurantes de la madrileña calle de Jorge Juan se reunían, aparte de las novísimas fortunas venezolanas que pueblan la zona, líderes históricos del PSOE para decidir cómo se cocinaban a Sánchez.
 Es que un divorcio, igual que un menú, se convierte en tema de conversación mucho antes que se decida.
 El de Sánchez puede que sea exprés, a lo mejor este mismo sábado hay otro u otra secretaria general.
 Pero los otros, como Brangelina o el de Belén Esteban con su exrepresentante, se dilaten para satisfacer la necesidad de contenidos de los programas.
 Y es que, afortunadamente para alguien, el divorcio o salida de Pedro Sánchez del PSOE se ha convertido en otro exitoso reality show, solo superado en audiencia por el talent show La Voz 4 
. Una pelea de reality contra talent.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, esta tarde a su salida de la sede socialista de la calle Ferraz, en Madrid. EFE
 
Hacía tiempo que el PSOE no tenía tantas portadas y espacio en los medios. 
Y hacía tiempo que un divorcio hollywoodense no nos apasionaba. 
Tienen en común esa curiosa adrenalina que nos insuflan, incitándonos a hablar, opinar y a encender el televisor.
 Ese exquisito caos en el que nos someten, haciéndonos creer que sabemos todas las razones, las verdaderas, las decisivas de sus porqués.
 Esa capacidad de hacernos sentir en una montaña rusa, como el título del último disco de Dani Martín. 
 Así como oímos que Brad prefirió la marihuana a Angelina, especulamos, de una mesa a otra, con que la salida de Pedro permitirá que haya gobierno.
“Vendrá Susana y no habrá terceras elecciones”, escuchas. Y vendrá acompañada con Mariano del brazo.
 Si los abogados de Brad y Angelina están frotándose las manos, en algún lugar de La Moncloa Rajoy consume calorías pedaleando en su bicicleta estática antes de descorchar un albariño observando el reality retransmitido desde Ferraz. Eduardo Mendicutti, ese sabio escritor de Sanlúcar de Barrameda, argumentó en una reciente cena que Sánchez empezaba a parecer un personaje shakesperiano, un Coriolano que resiste y persiste en sus ideas aunque estas terminen devorándolo.
 No es una opinión que cale bien en sitios donde a Sánchez preferirían comérselo servido en una fuente de Pírex con una piña asada en la boca, uno de los platos estrella de esos nuevos restaurantes: secretario general asado al horno.
 ¡Ay, Pedro Sánchez! Cuando le vimos abandonar la sede del partido, en Madrid, sentado en la parte posterior del coche, arrugado más que abatido y con dos perchas en el asiento contiguo, una americana y una camisa, junto con su mochila, sentimos que Sánchez fue, en efecto, un pasajero, un mochilero con una muda por si pasaba algo urgente.
Claro que esas perchas y sus prendas afean la foto.
 Pero la explican y distraen la atención de ese gesto casi compungido y solitario del líder cuestionado.
 Al mismo tiempo, le dan un poquito de humanidad.
A veces de la humanidad no se entiende nada.
 O, por el contrario, entendemos demasiado. Desde el jueves sé más de la organización interna del Partido Socialista que nunca antes. 
Hay varios comités, reglamentos y estatutos.
 Choque de legitimidades y de protocolos. 
Cuando 17 miembros de la ejecutiva renuncian, esos comités se activan dramáticamente, como no podía ser de otra forma en un partido español. 
Entonces, todo ese pathos propulsa al partido a ser un gran reality y a hacerse más popular, como le gustaría a Felipe González.
Seguro que la popularidad de Brad sobrevive al divorcio de Angelina Jolie y su filmografía se valorará un poco más. Sánchez, también guapo, quizás será más recordado por esa foto con la ropa planchada y colgada en su coche que por ese “no es un no” que lo acercó a la puerta de salida.