El
Gobierno aprueba un nuevo plan de defensa civil ante agresiones
terroristas, ataques químicos, biológicos, nucleares o cibernéticos.
Sustituye al plan de 1995.
Veinticinco años después del fin de la Guerra Fría, Alemania ha
decidido poner en marcha un nuevo plan de defensa civil. Incluye
instrucciones para que la población acopie comida y agua para varios
días ante la eventualidad de un ataque militar convencional enemigo,
pero también para reaccionar ante hipotéticas agresiones terroristas,
grandes catástrofes naturales, guerra cibernética y ataques químicos,
biológicos o atómicos. "Un ataque sobre el territorio de Alemania que
requiera utilizar mecanismos de defensa convencionales es poco
probable", señala el informe redactado por el Ministerio del Interior
germano, “pero el país debe estar suficientemente preparado para la
posibilidad de que se concrete una amenaza".
Una de las medidas propuestas es la recomendación de acopiar reservas
suficientes de agua para cinco días, lo que se calcula serían unos dos
litros de agua diarios. También se insta a la población a guardar comida
suficiente para diez jornadas. El plan contempla situaciones de
emergencia en caso de que se interrumpa el suministro de agua o de
electricidad y una serie de medidas por si hubiera una amenaza química,
atómica o biológica, o en caso de que se produzcan ataques cibernéticos. El nuevo plan dado a conocer por el ministro de Interior, Thomas de Maizière,
pone énfasis en el acopio de medicamentos, planes de urgencia ante un
corte del suministro de agua o de la electricidad y medidas de
protección ante un eventual ataque con armas químicas, biológicas y
radioactivas. El documento también contempla planes de evacuación
masiva, alojamientos de urgencia, medidas para obtener dinero en
efectivo y la protección de bienes culturales. El nuevo “Concepto de Defensa Civil”, un documento de 70 páginas, fue
dado a conocer este miércoles en Berlín por de Maizière, quien calificó
como “absolutamente obsoleto” el último documento de defensa civil
aprobado por el Gobierno en 1995. “Se trata de un plan razonable y
proporcionado para anticipar escenarios catastróficos. Debemos
prepararnos para una gran crisis”, dijo el ministro. “Es obligación del
Estado prever y estar preparado para actuar ante todo tipo de amenazas”, añadió. El último plan de defensa civil, de 1995, había sido elaborado en un contexto de distensión tras el final de la Guerra Fría
y las autoridades eliminaron ese año un gran número de medidas de
protección. Pero los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en
Nueva York y una gran catástrofe natural que afectó al país en 2002,
convencieron a las autoridades a replantearse nuevas medidas de
seguridad. En el año 2012, los ministros del Interior federal y regionales
retomaron la redacción de un nuevo plan de defensa civil que finalmente
ha tardado cuatro años en ver la luz. El nuevo documento ha sido
criticado por la oposición y los Verdes acusaron al Ejecutivo de
alimentar el miedo en la población. “Todo esto no es más que propaganda
populista que juega con los miedos de la población y que sólo crea mayor
inseguridad”, ha declarado el diputado verde, Konstantin von Notz. Pero la población no se ha dejado impresionar por las nuevas medidas. Durante un breve recorrido por un popular supermercado de Berlín,
varias personas admitieron que el acopio de alimentos no era una razón
para que cundiera el pánico y muchas amas de casa consideraron la medida
como innecesaria. “Yo tengo en mi casa alimentos para dos meses”, dijo
una mujer que confesó que muchas amigas suyas hacían lo mismo. El principal temor del Gobierno, según el ministro de Maizière, es el
estallido de un conflicto híbrido que puede involucrar a Gobiernos y a
terroristas, en una mezcla de ataques cibernéticos, propaganda y
agresiones militares. Uno de los sectores mas vulnerables, según el
ministro, es el energético. “Me puedo imaginar que una mezcla de grupos y
Estados puedan tener interés en probar, alguna vez, cómo de resistente y
adaptable es la sociedad alemana a la dependencia del suministro de
energía”, dijo el ministro.
Amatrice, una de las localidades más afectadas, está devastada.
Rescate de un superviviente entre los escombros.R. C. (REUTERS) / VÍDEO: QUALITY
El fuerte terremoto que sacudió en la madrugada del miércoles el
centro de Italia causó la muerte al menos a 247 personas, según el
recuento provisional proporcionado este jueves por Protección Civil, que
coordina las tareas de rescate y las ayudas a los damnificados. Un día
antes, el primer ministro italiano, Mateo Renzi, había cifrado los
heridos en 368. El seísmo, de 6 grados de magnitud, sembró el terror en
miles de hogares. Mientras prosiguen las operaciones de rescate, los
supervivientes y las autoridades temen que se localicen todavía más
víctimas bajo la gran cantidad de escombros. El temblor afectó a una zona muy montañosa y poco poblada del centro de Italia, ubicada a 140 kilómetros de Roma y que ya sufrió otro devastador seísmo en 2009.
Ricardo, un vecino de la localidad que busca a sus parientes, ha
explicado que sigue "con esperanzas" de encontrar a sus familiares.
"Creo que habrá menos víctimas que en L'Alquila en 2009" (entonces
murieron más de 300 personas), recuerda, "pero sólo porque aquí hay
menos habitantes. El horror ha sido el mismo". Entre las víctimas figuran 190 muertos en la provincia de Rieto, y otros 57 en Ascolano, precisóProtección Civil.
El fuerte terremoto que sacudió en la madrugada del miércoles el
centro de Italia causó la muerte al menos a 247 personas, según el
recuento provisional proporcionado este jueves por Protección Civil, que
coordina las tareas de rescate y las ayudas a los damnificados.
"Italia es hoy una familia golpeada, pero que no se detiene",
declaró Renzi quien advirtió que la cifra de fallecidos estaba destinada
a subir. "Queremos una reconstrucción verdadera para que los
habitantes de estos pueblos puedan seguir manteniendo su comunidad y
conserven el pasado de estas localidades, un pasado maravilloso que no
puede quedar perdido", aseguró el primer ministro. El temblor tuvo lugar pasadas las tres y media de la madrugada y se
han producido decenas de réplicas. El seísmo se ha sentido durante más
de 15 segundos en Roma, situada a más de 130 kilómetros al suroeste del
epicentro, que se ha localizado en la provincia de Rieti, en la región
del Lacio, aunque también ha afectado con fuerza a la región de Umbría. Las localidades más dañadas son Norcia, en la provincia de Perugia;
Amatrice y Accumoli, en la provincia de Rieti, y Arquata del Tronto, en
la de Ascoli Piceno. Las autoridades italianas y la Cruz Roja están
movilizando recursos hacia las zonas más afectadas.
“Es terrible, tengo 65 años y nunca he experimentado nada como esto,
pequeños temblores, sí, pero nada tan grande. Esto es una catástrofe”,
declaró Giancarlo, que esperaba en ropa interior en plena calle de
Amatrice. En la localidad de Illica hubo cinco muertos, uno de ellos una
ciudadana española que vivía allí con su pareja, según la Cruz Roja
italiana. A última hora de la tarde, el Ministerio de Exteriores no
había confirmado el deceso. El Gobierno de Italia y las autoridades de Protección Civil monitorizan
el sitio del epicentro y sus alrededores para atender posibles daños,
informó en Twitter el portavoz del primer ministro Matteo Renzi. Además,
se ha movilizado al Ejército para colaborar en las labores de rescate,
que son complicadas porque la pobre accesibilidad. Solo se puede llegar
con helicóptero o a pie. A ello se suman los cortes eléctricos y de la
línea telefónica.
Un fuerte terremoto de magnitud 6 ha sacudido en la madrugada de este
miércoles el centro de Italia, con un balance provisional de al menos
120 muertos, según ha informado el propio primer ministro, Matteo Renzi. Uno de los pueblos más afectados de esta zona montañosa y poco poblada
es Amatrice, de unos 2.600 habitantes. Ricardo, un vecino de la
localidad que busca a sus parientes, ha explicado este miércoles a
mediodía: "Lo único que sé es que los edificios están derrumbados, han
caído. Sigo con esperanzas de encontrar a mis familiares, pero cada vez
quedan menos. Creo que habrá menos víctimas que en L'Alquila en 2009,
entonces murieron más de 300 personas", dice Ricardo, "pero sólo porque
aquí hay menos habitantes. El horror ha sido el mismo".
El Gobierno de Italia y las autoridades de Protección Civil
monitorizan el sitio del epicentro y sus alrededores para atender
posibles daños, informó en Twitter el portavoz del primer ministro
Matteo Renzi. Además, se ha movilizado al Ejército para colaborar en las
labores de rescate, que son complicadas porque la zona más afectada es
un terreno montañoso de difícil acceso.ç Solo se puede llegar con
helicóptero o a pie. A ello se suman los cortes eléctricos y de la línea
telefónica. Alrededor de un centenar de réplicas, más de la mitad de ellas por
encima de la magnitud 3, han sucedido al terremoto de 6. La réplica más
fuerte se produjo antes de las cinco de la madrugada cerca de Norcia, en
la provincia de Perugia. Amatrice, una de las localidades más afectadas, está devastada.
Continúan las labores de rescate, en las que participan militares,
Carabinieri, patrullas de montaña y personal sanitario. Los equipos
cuentan también con perros rastreadores que intentan encontrar con vida a
personas bajo montañas de escombros, algunas de hasta una decena de
metros . A la entrada se ha instalado un hospital de campaña, aunque los
heridos más graves se han trasladado a los hospitales más cercanos. Un
señor llama por teléfono desde debajo de los escombros diez horas
después del derrumbe. Perros rastreadores trabajan para encontrarlo. Silencio total, con la esperanza de poder localizarlo