Me asombra y desconsuela que el nivel emocional del ser humano siga
siendo tan voluble e insensato como el de los primeros pobladores de las
cavernas.
17 jul 2016
Ataques de frivolidad.................................................Javier Marías
Quizá este malhadado ‘Brexit’ sirva para que el resto nos demos cuenta
de cuán fácilmente puede uno arruinarse la vida por prolongado
embrutecimiento.
Las falsificaciones infectan la economía..................................................Xavier Fontdeglòria
El mercado de los productos de imitación escala posiciones frente a las marcas.
Pekín
/
Madrid
En el octavo y último golpe al mercado municipal de A Pedra, en Vigo, en la bautizada como Operación Cuarzo,
la policía encontró 24.000 objetos falsificados entre ropa, calzado,
joyas y tabaco. La actuación puso el punto final a varias décadas de
impunidad de una actividad que llegó a ser un reclamo turístico para la
ciudad costera gallega.
En realidad, era algo más que eso.
La juez embargó 1.100 cuentas a 65 vendedores, 38 coches, 140 viviendas y un barco. “Era una de las grandes vergüenzas nacionales”, recuerda en su despacho la comisaria Mónica Dopico, inspectora jefe de la sección de delitos contra la propiedad industrial de la Policía Nacional.
Hasta 2015, el centro comercial figuraba, por su titularidad pública, en la Notorius Market List, una lista mundial de puntos negros en piratería que elabora el Gobierno de EE UU, pero ninguna de las siete operaciones policiales anteriores había tenido éxito en los juzgados.
A la espera de juicio, esta vez la victoria tampoco está garantizada.
En realidad, era algo más que eso.
La juez embargó 1.100 cuentas a 65 vendedores, 38 coches, 140 viviendas y un barco. “Era una de las grandes vergüenzas nacionales”, recuerda en su despacho la comisaria Mónica Dopico, inspectora jefe de la sección de delitos contra la propiedad industrial de la Policía Nacional.
Hasta 2015, el centro comercial figuraba, por su titularidad pública, en la Notorius Market List, una lista mundial de puntos negros en piratería que elabora el Gobierno de EE UU, pero ninguna de las siete operaciones policiales anteriores había tenido éxito en los juzgados.
A la espera de juicio, esta vez la victoria tampoco está garantizada.
El negocio tiene el mismo efecto económico que otros tráficos ilegales: genera enormes bolsas de dinero negro, roba recursos a la economía regulada, necesita de trabajo ilegal, alimenta organizaciones criminales y, en suma, perpetúa la desigualdad.
Pese a todo es imparable: ha crecido sin control en todo el mundo ante la pasividad de los gobiernos, como alertan los últimos informes.
Su impacto se estima en 338.000 millones, el 2,5% del comercio mundial, según los cálculos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Ya en 2008, la OCDE valoraba el comercio de copias en 175.967 millones de euros al cambio actual, es decir que se ha duplicado en los últimos ocho años.
Hoy, alrededor de un 5% de todas las importaciones que se realizan en Europa son fraudulentas, según el documento
. Aunque otros análisis elevan esa cifra por encima del 7%. El fenómeno desborda los recursos policiales y los abogados de las marcas apuntan directamente a un cuello de botella en los juzgados. “Es un drama, llevo 16 años defendiendo a marcas muy reconocidas, tengo cada año entre 100 y 150 procedimientos y en la vida he visto entrar a nadie en prisión, pese a que a veces nos enfrentamos a auténticas mafias”, lamenta David Gómez, letrado del despacho Baylos.
Porque tras la idea extendida de que se trata de una actividad de subsistencia para personas sin recursos, hay, según los expertos, un gran número de falacias.
“Nos hemos instalado en la estupidez del gratis total. La gente piensa: ‘Le estoy robando a los grandes’.
En cambio no ve que detrás puede haber un chico o una chica que trabaja en una tienda y que puede perder su empleo”, analiza Dopico.
José Antonio Moreno, presidente de la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema), señala que hay una cultura arraigada, lo que él llama “falta de sensibilización revestida de la intención de ayudar a un mantero”.
Pero para hacerlo, cree, “hay otras muchas formas, no sacando el dinero de la economía lícita y bombearlo fuera”.
En el reverso, del lado de las marcas, apunta a que “el 75% de la publicidad que se hace en España procede de ellas, que cotizan a la Seguridad Social con 70.500 millones de euros y que pagan otros 73.500 en impuestos”
. El comercio de falsificaciones en el mundo ha, literalmente, explotado en la última década. El coste económico de las vulneraciones de los derechos de propiedad intelectual alcanza en la UE los 36.278 millones de euros en los artículos más comunes.
Son 5.655 millones sólo en España (datos de 2015). Desglosados, son 4.127 millones los que se pierden en el país por compras de ropa, calzado y complementos, otros 949 millones en cosméticos y productos de higiene, y más de 300 en relojes, joyas y marroquinería.
“Es un negocio más lucrativo y menos sancionable que el tráfico de drogas, armas o personas”, reflexiona Luis Berenguer, de la Euipo.
“La gente puede llegar a pensar que sólo afecta a marcas multinacionales, pero cualquier empresa con un producto reconocido puede sufrir esos daños”
La firma gallega de moda Bimba y Lola ha sido una de esas víctimas.
Pese a no ser un sello famoso internacionalmente, sufre las copias hace años y ha perdido muchas batallas en los juzgados. La última, una sentencia del pasado enero que absolvió a una mujer que fue detenida en el aeropuerto de Barajas procedente de China con 18 kilos de herrajes metálicos que simulaban su logo.
Con ese material se iban a confeccionar decenas de prendas. La condena inicial, una multa de 180 euros, fue anulada porque no quedó demostrado que la acusada fuese a beneficiarse de las ventas.
La enseña de bicicletas vasca Orbea ha tenido el mismo problema “tanto en bicicletas como en ropa”, señala un portavoz. “Nuestras bicicletas pasan todo un proceso de diseño, prototipaje, testado… Es decir, estamos pendientes de que la calidad de la fabricación no baje ni un ápice.
Comprar falsificaciones es una irresponsabilidad por el riesgo de accidentes que puede conllevar”, recuerdan.
En los años ochenta las copias tenían “un objetivo aspiracional”, analiza José Antonio Moreno desde Andema. “Pensemos en los trolex, las falsificaciones de bolsos de Louis Vuitton… daban tanto dinero que los delincuentes no se quedaron ahí.
Empezaron a expandirse a productos textiles, deporte y calzado deportivo.
En los últimos años ha habido una eclosión: se falsifica absolutamente todo. Hay un afán de lucro instantáneo, con mucha rotación de productos.
Se han falsificado hasta jamones, que vienen del este de Europa y se les da un último tratamiento en secaderos españoles para que simulen la curación. Al delincuente le da igual que te envenenes con ellos, lo que quiere es colocarlos”, insiste Moreno.
Turquía ya no es país para golpes...........................................Andrés Mourenza
El rechazo de la calle, la condena de la oposición y el papel de las redes sociales hicieron fracasar la intentona militar.
El viernes 12 de septiembre de 1980, multitud de niños turcos se alegraron porque algo que sucedía en televisión había cancelado el inicio del curso escolar.
No podían entender el gesto preocupado de sus mayores, que corrían por la casa en busca de libros que quemar en la cocina para evitar ser inculpados, mientras los teléfonos hervían en llamadas para saber si el resto de sus familiares y amigos se encontraban a salvo.
Ese día, de madrugada, los tanques habían tomado las calles y se impuso la ley marcial. La Junta Militar se prolongaría durante tres años, tras los cuales —miles de torturados, muertos y encarcelados mediante— Turquía ya jamás volvería a ser la misma.
Mardin
El viernes 12 de septiembre de 1980, multitud de niños turcos se
alegraron porque algo que sucedía en televisión había cancelado el
inicio del curso escolar. No podían entender el gesto preocupado de sus
mayores, que corrían por la casa en busca de libros que quemar en la
cocina para evitar ser inculpados, mientras los teléfonos hervían en
llamadas para saber si el resto de sus familiares y amigos se
encontraban a salvo. Ese día, de madrugada, los tanques habían tomado las calles y se impuso la ley marcial.
La Junta Militar se prolongaría durante tres años, tras los cuales
—miles de torturados, muertos y encarcelados mediante— Turquía ya jamás
volvería a ser la misma.
. Era eso o echarse al monte intentando resistir hasta la captura o la muerte.
Esta vez ha sido diferente.
Por primera vez, los militares golpistas se han encontrado con que las masas les hacían frente en defensa del Gobierno democráticamente elegido y, aunque algunos dispararon contra los manifestantes, la mayoría de los soldados terminaron por deponer las armas. “Tomamos una decisión.
Nos dijimos: o salimos a la calle, aunque sea arriesgando nuestra vida, o este país perderá otra vez otros 10 o 15 años, que es el retraso que ha supuesto para Turquía cada uno de los golpes de Estado”, explica Ahmet Turan Han, miembro de la asociación antimilitarista Jóvenes Civiles.
Este joven informático decidió, ante el llamamiento del presidente Recep Tayyip Erdogan y de varios miembros del Gobierno, caminar hasta el puente del Bósforo en Estambul, donde cientos de personas intentaron frenar a los golpistas: “Había unos 35 soldados, un tanque y varios blindados, primero dispararon al aire para dispersarnos, luego hacia nosotros.
Varios cayeron heridos, hubo también algún muerto.
Pero los conductores de los autobuses municipales y los de los camiones de basura cruzaron sus vehículos para impedir que llegasen más militares.
Y viéndonos allí, todos juntos, hermanados, siendo más que los militares, nos sentimos fuertes y resistimos hasta que llegó la policía y los detuvo”.
El júbilo mostrado por miles de personas que han salido a la calle —el Gobierno ha llamado a “no abandonar las plazas”— contrastaba con la quietud en otros barrios de tendencia contraria al Ejecutivo. Esta mañana del sábado, en un mercado del centro de Estambul abrieron menos puestos de los acostumbrados. Según una testigo, la gente se mostraba “temerosa”.
Sin embargo, pronto cambió el ambiente: “El propietario del café invitó a té a la gente y todos empezamos a hablar y a compartir nuestros miedos y a relajarnos”.
En medio de la incertidumbre que generan episodios como estos y tras una noche en que el centro de la metrópolis turca estuvo sumido en explosiones, tiroteos y el vuelo rasante de los cazas, el calor humano y la solidaridad son la mejor medicina.
“No ha sido sólo la gente.
También el hecho de que los líderes de los principales partidos políticos coincidiesen en denunciar el golpe ha sido muy importante”, puntualiza Mensur Akgün, director del centro de estudios GPoT. Efectivamente, socialdemócratas, pro-kurdos y ultranacionalistas turcos mostraron su apoyo al Gobierno islamista electo y su oposición a la asonada militar.
Los cuatro grupos parlamentarios se reunieron este sábado en una sesión extraordinaria de un Parlamento gravemente dañado por los bombardeos de la noche
. Por primera vez en mucho tiempo, en el hemiciclo turco se escucharon aplausos de los grupos políticos a los líderes rivales. “Turquía es un país que vive sumido en una gran polarización, y los militares intentaron aprovechar estas divisiones para hacer triunfar el golpe.
El que no lo hayan conseguido, da muestra de que la sociedad turca ha madurado y es un hito en la historia de la democracia”, sostiene este experto.
Tampoco contaban los sublevados con que el mundo ha evolucionado.
La tradición golpista indica que lo primero que deben hacer los rebeldes es tomar la radiotelevisión pública y desde ahí radiar las órdenes a la nación.
Y así lo hicieron, pero no contaron con que en Turquía los restantes canales privados continuarían emitiendo. “Incluso televisiones contrarias al Gobierno como CNN-Türk tomaron una postura de defensa de la democracia y contraria al golpe de Estado”, explica el director de GPoT.
No en vano, un grupo de soldados invadió a punta de pistola los estudios de dicha cadena, donde sus periodistas siguieron con la emisión incluso entonces, permitiendo a los espectadores escuchar los disparos y los gritos con los que los golpistas trataban de desalojar el edificio. Si hace unos meses, los medios progubernamentales y los seguidores del AKP habían lanzado campañas de difamación contra los periodistas y medios del emporio Dogan, al que pertenece CNN-Türk, cuyos edificios llegaron a apedrear, hoy muchos simpatizantes del partido islamista agradecen la solidaridad y el empeño mostrado por estos mismos periodistas en defensa de la democracia.
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