Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 jul 2016

Las cuentas de la Seguridad Social apuntan a un déficit récord en 2016...............................Manuel V. Gómez

Las previsiones apuntan a un déficit a final de año que puede rondar los 18.000 millones.

La Seguridad Social camina en 2016 hacia el déficit más abultado de su historia.
 Solo se conocen sus cuentas de los cinco primeros meses del año, pero lo ya visto apunta que los números rojos de este año superarán a los de 2015. En julio ha hecho falta sacar 8.700 millones del hucha de las pensiones para pagar la extra.
 Días antes el Ministerio de Empleo informó de que el saldo del sistema hasta mayo empeoraba sobre 2015.
El grupo de investigación en pensiones de la Universitat de València calcula que en 12 meses los gastos superan a los ingresos en más 17.350 millones, 750 millones más que al cierre del año pasado.
La ministra de Empleo y Seguridad Social en funciones, Fátima Báñez, responde a la prensa en la pasada campaña electoral EFE
Los 8.700 millones que ha retirado el Gobierno de la hucha de las pensiones, la mayor retirada hasta ahora de una sola vez, supera de largo los 6.530 millones que hicieron falta hace un año.
Este es un claro síntoma de que las cuentas de la Seguridad Social están empeorando respecto a 2015, un ejercicio que ya fue malísimo.
 La ejecución presupuestaria en los cinco primeros meses del año avalan el síntoma.
 En ese tiempo los ingresos superaban a los gastos por 2.855 millones, 700 millones menos que hace 12 meses (el saldo positivo a esas alturas del año se debe a que aún no recoge la paga de la extra de verano).

De continuar así, el déficit de la Seguridad Social (el referente al sistema de pensiones, no el que en contabilidad nacional incluye en este punto al Fogasa y la protección contra el desempleo) este año superará al de 2015, cuando se marcó un récord negativo.
 Entonces el desfase entre ingresos y gastos llegó a 16.707 millones, el pasado mayo ya iba por 17.357 millones, según un cálculo anualizado (sobre los últimos 12 meses) del grupo de actuarios del Instituto de Investigación de Políticas de Bienestar Social de la Universitat de València.
 Si la progresión se mantiene hasta diciembre, el desfase superará los 18.000 millones.
Esta cifra ya se ha superado en el cálculo, también anualizado, de los mismos investigadores que excluye de los ingresos las transferencias de Hacienda y de los gastos no contributivos como los complementos a mínimos: 18.048 millones, un 1,65% del PIB.
Que el agujero de la Seguridad Social crezca y añada así dificultades al objetivo de reducir el déficit del Estado, contrasta con la recuperación de la afiliación, que en mayo crecía a un ritmo anual del 2,6%.
 Los ingresos por cuotas en ese mes incluso crecían más, al 2,8%, y más que lo hubieran hecho de no ser porque las cuotas de los desempleados se hundían, al 8%.
 Pero todo esto resulta insuficiente. Solo el gasto en pensiones sube un 3,3%.
Esto se debe a la opción del Gobierno de estimular la contratación con reducciones directas de cotizaciones, lo que este año restará 2.500 millones a las arcas del instituto previsor.
 También está el hecho de que los salarios de los nuevos empleos tienen menores bases cotización, mientras que los nuevos pensionistas que entran en el sistema tienen prestaciones más altas.
 En 2015 el salario medio de los nuevos contratos era de 1.250 euros mensuales; la pensión de los nuevos jubilados, 1.342 euros.
Esta situación llevó a UGT y CC OO en la noche del viernes, cuando el Gobierno hizo pública la disposición del Fondo de Reserva, reclamar al nuevo Gobierno y a los partidos políticos que incrementen la financiación de la Seguridad Social para fortalecer el sistema de pensiones.

Todavía falta la liquidación del IRPF

Los 8.700 millones de euros que la Seguridad Social ha sacado de la hucha de las pensiones en julio han servido para pagar la nómina ordinaria de ese mes y la extraordinaria de verano.
Pero la Tesorería del instituto previsor todavía tiene que afrontar otro reto este mes: la liquidación el 20 de julio del IRPF de los pensionistas, unos mil millones más.
En unos días Empleo sabrá cómo ha ido la recaudación de junio definitivamente.
 Con esa información, con la situación de la caja y viendo si se hay otros recursos en el sistema de pensiones que permitan afrontar el pago, la Seguridad Social decidirá si es necesario sacar más recursos del Fondo de Reserva, apuntan fuentes gubernamentales.
De ser necesarios más recursos, el remanente de la hucha de las pensiones probablemente caerá por debajo de los 25.000 millones. Todavía hay 25.176 millones.


 

 

2 jul 2016

Deseo sobre la hierba......................................................... Jordi Costa

Corsini consigue en el filme algo realmente complejo: capturar una desbordante plenitud sensorial, sin negar, ni dramatizar su inevitable condición efímera.

Izïa Higelin y Cécile de France, en 'Un amor de verano'.
Lo primero que escuchamos en Un amor de verano es una frase que el padre dirige a la protagonista, Delphine, encarnada por una sutil Izia Higelin que levanta a su personaje sobre las fuerzas enfrentadas del descubrimiento vitalista y la ocultación estratégica.
Es una frase aparentemente inofensiva, pronunciada con más inercia que malicia, pero que agrede al personaje con el peso de una asfixiante tradición de roles preasignados de género.
Delphine es una chica de campo
. Y es lesbiana. En el primer tramo de la película, una temporada en París no supondrá la reconciliación con una identidad sexual ya perfectamente asumida, sino el encuentro con inesperadas complicidades, la emergencia de una conciencia política y el nacimiento de la relación que da título a este noveno largometraje de Catherine Corsini.
UN AMOR DE VERANO
Dirección: Catherine Corsini.
Intérpretes: Izïa Higelin, Cécile de France, Noémie Lvovsky, Jean-Henry Compère.
Género: drama.
Francia, 2015.
Duración: 105 minutos.
Un amor de verano encuentra su justo tono cuando fija su atención en las complejidades de esa historia pasional: la película abandona entonces cierto impulso programático y su ingenua fetichización de la nostalgia militante para explorar las vulnerabilidades que salen a la luz en esos dos cuerpos deseantes.
 Lidiando con la intolerancia de su entorno afectivo y con la dependencia sentimental de su amada, Delphine se acaba erigiendo en una figura casi heroica.
 A su lado, Cécile de France, en la piel de Carole, ofrece un conmovedor recital en torno a la erosión de viejas certezas e identidades que todo amor verdadero conlleva.
 Corsini consigue algo realmente complejo: capturar una desbordante plenitud sensorial, sin negar, ni dramatizar su inevitable condición efímera.

 

Carolina de Monáco, guapa siempre...........

Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi harán de nuevo abuela a Carolina de Mónaco.

Según medios italianos, con los que colabora la periodista, la pareja estaría esperando su primer hijo para noviembre.

Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi en la celebración del Día Nacional de Mónaco de 2015.
La familia Grimaldi crece.
 El hijo de Carolina de Mónaco, Pierre Casiraghi, y su mujer, la periodista Beatrice Borromeo, están esperando su primer hijo, según medios italianos donde colabora la futura madre. Vogue detalla que ella está en su tercer mes de gestación, por lo que sería madre en noviembre.
Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo se casaron hace diez meses en una boda que se celebró en Mónaco y en las islas Borromeo a lo largo del verano pasado
. El enlace llegó después de ocho años de noviazgo.
Desde que se convirtiera en un miembro de la familia Grimaldi, muchos han sido los rumores de embarazo que han rodeado a la pareja, sin embargo, parece que esta vez se trataría de un anuncio real. Los hijos de Carolina no acostumbran a oficializar los embarazos ni las bodas.
Cuando llegue, el primer hijo de Beatrice y Pierre se convertirá en el cuarto nieto de Carolina. Su hijo Andrea tiene dos niños y Carlota uno.


Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi el día de su boda.

 

 

“Nunca dirigiré un filme de superhéroes”........................................................................ Gregorio Belinchón

Steven Spielberg estrena ‘Mi amigo el gigante’, adaptación de una novela de Roald Dahl, que considera su “primer cuento de hadas en el cine” y la vez que más cerca ha estado de filmar “una historia de amor”.

Un fotograma de 'Mi amigo el gigante', con Mark Rylance recreado digitalmente como el gigante y la actriz infantil Ruby Barnhill, que encarna a Sofía.
Festival de Cannes. En el último piso de uno de los hoteles de lujo —y aquí el lujo es lujo y esplendor real, nada de imitaciones— de la Costa Azul Steven Spielberg (Cincinnati, 1946) pasea de una habitación a otra presentado su última película Mi amigo el gigante, adaptación de la novela de Roald Dahl, que llega a las salas españolas el próximo viernes.
 “Esta vez he decidido dar pocas entrevistas, me lo estoy tomando con más tranquilidad”, asegura delante de un té. Con mucho mejor aspecto que la última vez que visitó España, cuando promocionaba Lincoln —“Gracias por preguntar, y sí, al final fue mucho más que un constipado”—, el cineasta saca la sonrisa (un arma de destrucción masiva que junto a las cifras de taquilla de sus películas han debido de dejar KO a muchos ejecutivos de Hollywood) para agradecer que la segunda pregunta sea sobre Melissa Mathison
. La guionista de E. T., el extraterrestre fue también la adaptadora de la obra de Dahl.
Es más, Mi amigo el gigante nace del impulso de dos amigas de Spielberg, Mathison y la productora Kathleen Kennedy.
El cineasta se apuntó más tarde a este cóctel de animación motion capture y actores de carne y hueso. Por desgracia, Mathison falleció el pasado noviembre, recién acabado el rodaje.
 “Con el tiempo, he aprendido que mis mejores películas surgen porque el proyecto me elige.
Excepto las películas que yo he escrito.
 Mi criterio cuando me llegan esos guiones es si puedo relacionar la historia con alguna parte de mi vida. Y si la respuesta es afirmativa, me lanzo a ello.
 Aquí intuí que el viaje de la niña Sofía a la tierra de los gigantes tiene que ver con mi primera visita de crío a los estudios Universal.
Y era un libreto de Melissa, una bellísima persona, de alma limpia que plasmaba en lo que escribía. Más que guionista, para mí fue una poetisa
. Albergaba un gran concepto de la niñez, algo que yo también poseo, y por eso sus protagonistas infantiles tienen una enorme sabiduría y fortaleza”.

Un fotograma de 'Mi amigo el gigante', con Mark Rylance recreado digitalmente como el gigante y la actriz infantil Ruby Barnhill, que encarna a Sofía.
Festival de Cannes. En el último piso de uno de los hoteles de lujo —y aquí el lujo es lujo y esplendor real, nada de imitaciones— de la Costa Azul Steven Spielberg (Cincinnati, 1946) pasea de una habitación a otra presentado su última película Mi amigo el gigante, adaptación de la novela de Roald Dahl, que llega a las salas españolas el próximo viernes. “Esta vez he decidido dar pocas entrevistas, me lo estoy tomando con más tranquilidad”, asegura delante de un té. Con mucho mejor aspecto que la última vez que visitó España, cuando promocionaba Lincoln —“Gracias por preguntar, y sí, al final fue mucho más que un constipado”—, el cineasta saca la sonrisa (un arma de destrucción masiva que junto a las cifras de taquilla de sus películas han debido de dejar KO a muchos ejecutivos de Hollywood) para agradecer que la segunda pregunta sea sobre Melissa Mathison. La guionista de E. T., el extraterrestre fue también la adaptadora de la obra de Dahl. Es más, Mi amigo el gigante nace del impulso de dos amigas de Spielberg, Mathison y la productora Kathleen Kennedy. El cineasta se apuntó más tarde a este cóctel de animación motion capture y actores de carne y hueso. Por desgracia, Mathison falleció el pasado noviembre, recién acabado el rodaje. “Con el tiempo, he aprendido que mis mejores películas surgen porque el proyecto me elige.
 Excepto las películas que yo he escrito. Mi criterio cuando me llegan esos guiones es si puedo relacionar la historia con alguna parte de mi vida. Y si la respuesta es afirmativa, me lanzo a ello. Aquí intuí que el viaje de la niña Sofía a la tierra de los gigantes tiene que ver con mi primera visita de crío a los estudios Universal.
Y era un libreto de Melissa, una bellísima persona, de alma limpia que plasmaba en lo que escribía. Más que guionista, para mí fue una poetisa.
Albergaba un gran concepto de la niñez, algo que yo también poseo, y por eso sus protagonistas infantiles tienen una enorme sabiduría y fortaleza”.
Steven Spielberg, el pasado 21 de junio en el estreno en Hollywood de 'Mi amigo el gigante'. WireImage
A estas alturas de su carrera, uno sospecha que Spielberg debe sentirse más cómodo con el término contador de historias que con el de cineasta. “Depende de cómo te lo plantees. Yo no entiendo uno sin el otro”.
 Otros directores no. “Cierto, pero para mí el corazón de una película está en la historia. El resto gira alrededor de ella.
 Y vale para ficción, documentales, series de televisión... Respeto mucho esta creencia, porque mis padres me leían mucho cuando yo era un niño
. Mi padre escogía historias muy complejas de ciencia-ficción, se sentaba y me leía de tal manera que el 80% de los mundos imaginarios nacían en mi cabeza.
 En realidad, crecí rodeado de estupendos narradores. Mi abuelo me contaba exóticas historias de su Rusia natal. Mi abuela, también. Claro, eso ocurrió antes de que la televisión se introdujera en nuestras vidas”. ¿La televisión es una intrusa en la relación entre padres e hijos? “Bueno, lo importante es que alguien cuente historias [risas]. Y eso está bien.
Todo en el fondo se reduce a narrar y a escuchar. A historias que te hacen reír, llorar, pensar o que te confunden.
 La televisión se ha convertido en el tercer padre”.

Spielberg defiende que Mi amigo el gigante es la vez que más cerca ha estado de filmar una historia de amor.
 Una extraña afirmación. “De verdad, si lo entiendes como historia de amor paternofilial, de dos personas que asumen roles de padre e hija. Sofía vive la furia de la orfandad y encuentra a ese gigante que siente en su interior el vacío de la paternidad.
 Me gusta esa celebración de la diferencia, y espero que el espectador disfrute con ella”.