Hablamos con el estilista y jurado de 'Cámbiame', Pelayo Díaz, sobre su salto a la fama, sobre el sospechoso parecido de su libro con uno de Alexa Chung o de la importancia de falsear las redes sociales.
Ese chico que hace unos años apenas era conocido en ciertos círculos por su blog, sus looks, y sus relaciones con los diseñadores David Delfín y Nicolas Ghesquiere tiene la capacidad ahora de convocar a decenas de medios.
Lo comprobamos esta misma semana en un hotel del centro de la capital donde Pelayo explica cómo ha sido su último reto profesional: reinventar el diseño de la copa balón para la ginebra Bulldog.
El jurado de Cámbiame lleva toda la tarde dando entrevistas y, justo antes que nosotros, varios medios se agolpan a su alrededor pidiéndole fotos, cuñas para radio o selfies
. En cierto modo, hasta abruma
. Por eso, cuando nos avisan de que Pelayo tiene que hacer un break no nos extraña.
"Supongo que te hace falta descansar un poco", le decimos al cruzarnos con él antes de la entrevista. "No, no, si me voy a subir una foto a Instagram", nos dice.
Cuando regresa, aprovechamos para hablar con él, durante el escaso tiempo que al final nos acaban concediendo, sobre cómo le ha sentado esta recién adquirida fama y sobre la dificultad que conlleva diseñar unas copas.
Pero también sobre su libro, Indomable, del que reconoce sin tapujos que la portada es exactamente la misma que la de un libro de la it-girl Alexa Chung, o sobre cómo falsear las redes sociales puede ser todo un arte.
Hasta ahora habías diseñado ropa, bolsos… ¿Pero cómo se diseñan unas copas?
Mira, era la primera vez que me pedían que diseñara unas copas balón y Bulldog quería que reescribiera sus normas
. Yo creo que esa incertidumbre y esa primera vez es lo que más me emocionó.
Al final cuando no has hecho algo nunca y lo haces por primera vez, tiene algo de amargura que también me gusta.
¿De amargura?
Sí, el hecho de que no sabes si lo vas a hacer bien.
Yo no sabía diseñar una copa, tenia trabajar con Illustrator, trabajar con vidrieros…
No podía ser un diseño caprichoso y no es tan fácil como parece.
Bueno, lo mismo después de diseñar copas te ves con una línea de menaje del hogar a lo Agatha Ruiz de la Prada.
No, tipo Versace, perdona.
Sería maravilloso pero no me lo había planteado, sólo que con lo que me gusta a mi brindar me emociona muchísimo que haya gente que brinde con lo que he hecho yo.
Supongo que con la exposición que te ha dado la televisión, habrás notado que muchas más marcas recurren a ti.
Claro, la exposición en la televisión ha hecho que llegue a casi dos millones diarios de personas y tienes muchas propuestas.
Pero yo siempre voy a ser fiel con lo que creo y tengo que tener puntos en común. Si no tienen que ver conmigo, no puede ser.
Sí, y lo sigo pensando.
Pero entonces, en temas como esto de las marcas… ¿A qué te referías exactamente?
Bueno, me refería a la gente que va muy de pulcra… Aunque ahora se está saliendo un poco de contexto
. Me refería a que hay mucha gente que va de señorito y que luego le pones un cheque y hace lo que tú le pidas
. Pero luego, en mi caso, hay marcas con las que no me cuesta asociarme y no tiene tanto que ver el motivo económico aunque, como es un trabajo, obviamente es remunerado.
Al igual que en temas laborales, con Cámbiame habrás notado un gran cambio a nivel público. ¿Te ha llegado a dar miedo?
Pues mira, sí
. El día que más lo noté fue el de las campanadas. Vinieron cuatro amigos conmigo al piso de la Puerta del Sol y cuando salíamos, aunque había dos personas de seguridad, los fans tiraron a mis amigos al suelo.
Yo hasta tuve que gritar pidiendo por favor que parasen… Se descontroló todo mucho. Ahí me di cuenta de que tengo que medir la manera en la que hago hasta mis celebraciones y que las tengo que hacer de una manera diferente.
Entonces, medirás mucho más lo que expones de tu vida.
Yo ya lo hacía, aunque la gente piense que no.
Por ejemplo acabo de subir una foto de estas copas y la ha visto un millón de personas.
Es un arma. Yo si no estuviera aquí podría poner una foto de las que tengo de archivo de Asturias o de Cádiz y en realidad estaría aquí contigo tomándome una copa.
Todo el rato, es lo más divertido.
O sea, que tú pones una foto en un hotel y no estás en ese lugar.
Todo el rato, pero sobre todo lo hago por los que están conmigo.
Si tú estás tomándote algo conmigo igual no quieres que otros sepan que estás aquí porque tenías que estar en la oficina. Cuando ya no es solo responsabilidad tuya yo ya lo hago por los demás.
He aprendido que lo mejor es no mentir, pero sí despistar y maquillar un poco.
Hace poco has publicado un libro, algo así como una biografía, titulado Indomable. En él pones hasta carnets de biblioteca o abonos transporte. ¿Es eso medir lo que expones de ti?
He querido ser generoso.
Quería que fuera algo muy íntimo y que quien lo compre vea que aporto intimidad. He apurado lo máximo que he podido y he querido que la gente me conozca mejor.
He compartido diarios personales y, aun así, he sido bastante cuidadoso con lo que ponía y con lo que no
. De todos modos, no te voy a decir el qué, pero sí que se me ha escapado algo. Pero es que la vida sin riesgo no es emocionante.
Hay otra cosa del libro que te quiero preguntar. La portada de tu libro es exactamente igual que la del libro It de Alexa Chung.
Eso me interesa, ¿eso de falsear es algo que normalmente hacéis las personas que usáis Instagram como herramienta de trabajo?
Hay otra cosa del libro que te quiero preguntar. La portada de tu libro es exactamente igual que la del libro It de Alexa Chung.
Claro, sí que se parece.
¿Lo has hecho queriendo?
Por supuest
o. Es que yo he aprendido que es muy importante en quién te inspiras
. Es tan importante crear como elegir. Y yo elegí la portada de Alexa Chung como un referente.
Y dijiste: ¡la voy a hacer!
Sí, yo conozco a Alexa personalmente, somos colegas y ella es una chica que también se ha inspirado mucho en mucha gente.
De hecho, Alaska por ejemplo dice algo que me gusta mucho: que incluso en las mejores copias de los cuadros un autor siempre deja una pizca de él.
¿Y tú crees que ella lo ha visto? ¿Y qué le parecerá?
Pues no le he preguntado. Le preguntaré. Y ya te diré.