15 abr 2016
Por fin Soria, Por fin te perderemos de vista si vas a la cárcel hazte amigo de Mario Conde
Soria, al descubierto
El ministro debe aclarar el asunto; y el Gobierno, asumir su responsabilidad.
La credibilidad del ministro de Industria, Comercio y Turismo, José Manuel Soria, tras las explicaciones y rectificaciones dadas sobre su participación en varias sociedades offshore está por los suelos.
Tras la difusión de su nombre entre los implicados por los papeles de Panamá, hemos asistido a una secuencia de declaraciones, rectificaciones y nuevas revelaciones que han puesto al ministro en evidencia y que exigen no solo la aclaración del asunto, sino la asunción de responsabilidades políticas de Soria
. O del presidente del Gobierno.
No conviene adelantar acontecimientos, ni somos nosotros los que debemos juzgar penalmente las actuaciones de José Manuel Soria, pero dados los antecedentes de casos de corrupción en el PP o en distintos Gobiernos autónomos o locales gobernados por ese partido, es imperativo y urgente que el Gobierno actúe en consecuencia.
La mala gestión de algunos de los casos recientes y más sonados de corrupción que afectan a dirigentes del PP, o en ocasiones al propio partido, debería hacer reaccionar a Rajoy con celeridad.
La actitud del ministro de Industria ha sido, desde el primer momento, la de negar cualquier relación con sociedades en paraísos fiscales y atribuir su nombre en los papeles de Panamá a un error que se subsanó inmediatamente.
Sin embargo, a medida que pasaban las horas, la realidad iba desmintiendo la versión de Soria, que se ha ido encontrando con nuevas revelaciones que mostraban su participación en los negocios familiares a través de sociedades en paraísos fiscales.
Como te atreves a dudar que somos tontos como te atreves a dudar OhhOhhOhhh
Por fin ha llegado tu verdadero momento...
Como te atreves a dudar que ha llegado tu momento OHHH Ohh Ohh ohh
14 abr 2016
“He cogido miedo a defraudar a los lectores con Alatriste”........................................ Ferran Bono
Arturo Pérez-Reverte reúne los siete libros de su popular héroe en una edición especial.
Lo comentaba hoy, jueves, el propio autor, sentado en la Taberna de Alatriste, enclavada en el Madrid de los Austrias, donde ha presentado, precisamente, Todo Alatriste, una edición limitada y numerada que reúne los siete libros protagonizados por el mercenario del Siglo de Oro que el escritor definió en 15 palabras:
"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente…".
Era el capitán Alatriste y ya ha cumplido veinte años. En ese tiempo ha logrado concitar el interés de más de 20 millones de lectores y ha sido traducido a 40 idiomas.
La gente se ha hecho idea de él y se han multiplicado las interpretaciones y también las complicaciones. Hasta el punto de derivar en un problema, al menos para su autor. "Mucha gente lo ha hecho suyo y me reprocha cosas", comentó.
Necesita un poco de espacio y tiempo —“dos, tres, cuatro años”, sugirió— para concluir la saga del personaje, de la que quedan todavía dos entregas.
"Nació como un divertimento y se ha convertido en una responsabilidad. Y ahora es demasiado peso. He cogido miedo a defraudar a los lectores con Alatriste".
Se “ha cerrado el primer ciclo”, añadió el autor de El capitán Alatriste, el primer título de la serie, que empezó para enseñar historia de España a la hija del autor, porque, reiteró, el principal problema de España es la falta de educación, la ignorancia con su propio pasado.Por eso, Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) manifestó que su mayor satisfacción por el éxito de estos libros es que son lectura obligatoria o recomendada en numerosos colegios e institutos dentro y fuera de España.
El pasado que retrata la serie no es, precisamente, esplendoroso, explicó el autor, aunque “algunos tontos del culo” despreciaran en un principio los libros de Alatriste por considerar que desprendían un aroma a “nostalgia de la España imperial”, añadió.
Nada que ver con la España desencantada, escéptica y "llena de infamia" que se dibuja en los siete libros de aventuras.
“Somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos”, apostilló al final de la comida de presentación, entrados ya en temas diversos, en educación, en política, sobre todo; en cuestiones de actualidad que suele tratar en sus artículos de opinión.
Insistió, en cualquier caso, en que el objeto de la convocatoria era presentar la cuidada edición de 1.800 páginas y 15.150 ejemplares publicada por Alfaguara (del grupo Penguin Random House). También destacó la labor clave de Juan Cruz, en el lanzamiento de esta serie, cuando el hoy adjunto a la dirección de EL PAÍS era el responsable de Alfaguara en 1996.
La responsable actual de la editorial, Pilar Reyes, apuntó que los numerosos contactos directos con los lectores prueban el gran impacto de Alatriste.
Arturito eres único.....nadie como tú ha relatado el final del imperio español.
El escribidor................................................... Julio Llamazares
Desde hace ya varios meses, la vida privada de Mario Vargas Llosa está eclipsando a la profesional.
El 80º cumpleaños de Mario Vargas Llosa está sirviendo para todo menos para que la gente vuelva a leer al autor de algunas de las novelas más emblemáticas de la literatura en lengua española del último medio siglo, la mayoría de ellas, ay, pertenecientes a su primera época como escritor. (Por supuesto esto es una opinión personal que el lector no tiene por qué compartir).
Por una parte, la vida privada del escritor, que desde hace ya varios meses está siendo pasto de las revistas del corazón y de la prensa amarilla, volvió a eclipsar la profesional hasta el punto de que la cena con la que celebró el acontecimiento se convirtió en un acto de sociedad, como ya le sucediera en la presentación de su última novela en Madrid o en sus distintas apariciones en público, sean por el motivo que sean
. Como en el mito del basilisco, la civilización del espectáculo que criticó en un libro reciente le está pasando factura por atreverse a coquetear con ella.
Por otro lado, la afición de Vargas Llosa a la política, que lo llevó a presentarse hace años a la presidencia de su país (con un resultado decepcionante, que no esperaba seguramente) y que, desde hace ya varias décadas, ocupa sus esfuerzos tanto o más que la literatura, se está viendo también de manifiesto estos días, tanto en la cena de su cumpleaños, en la que había más expresidentes de Gobierno que en muchas cumbres iberoamericanas y más políticos en activo que personas pertenecientes al mundo de la cultura y de la edición, como en el ciclo de conferencias organizado para celebrar su obra, pero en el que de lo que se habla es de si Aznar y Rajoy se miran o no o de los presos políticos de Venezuela.
Mal final para una obra que comenzó siendo crítica con el poder y ha acabado por servirlo, como ha ocurrido con tantas otras, muchas pertenecientes, por cierto, a autores también premiados con la recepción del Nobel.
No seré yo el que le aconseje a nadie y menos a una persona con la experiencia y la inteligencia de Vargas Llosa (cada uno elige su camino y sus gustos y aficiones, además), pero, en su caso, yo me preocuparía
. Cuando a la mesa de un escritor se sientan más políticos que escritores y más famosos que gente anónima y cuando sus apariciones públicas se parecen a las de las estrellas de rock o a las del Papa en gira por el mundo es que el escribidor ha muerto y en su lugar se sienta un actor que hace las veces de él sin que ni el escribidor ni el público se den cuenta.
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