Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 abr 2016

Mario Conde, detenido por repatriar desde Suiza el dinero que saqueó de Banesto........................ José Antonio Hernández

La operación incluye registros en los domicilios del exbanquero. Hay otros siete arrestados, entre ellos, sus hijos.

 Los investigadores calculan que ha traído 10 millones de euros.

Vay está claro que la cárcel no cumple la función de por lo menos crear arrepentimiento, y como me decían de pequeña Aborrece el delito y perdona al delicuente... 


La Guardia Civil ha detenido la mañana de este lunes en Madrid al expresidente de Banesto Mario Conde, quien supuestamente lleva meses repatriando desde Suiza y otros países el dinero del banco del que se apropió a finales de los años 80 y comienzos de los 90.
La operación que se desarrolla en este momento incluye registros en los domicilios particulares de Conde y también en varias sociedades construidas por él en España para disfrazar supuestamente el retorno de los millones que se apropió de la entidad.

Además de Conde hay otras siete personas de su entorno detenidas, entre ellas sus dos hijos.
  Fuentes judiciales han confirmado el arresto de Alejandra Conde.
 Los arrestados son sospechosos de llevar meses ayudándole a repatriar el dinero, tanto desde el país helvético como desde Reino Unido.
Según fuentes de las pesquisas, Conde, que hoy tiene 68 años, ha logrado traerse a España en los últimos años cerca de 10 millones de euros.
La operación, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, se centra en los supuestos delitos de blanqueo de capitales y contra la hacienda pública.
 El juez investiga la creación de un entramado de sociedades, a nombre de terceras personas, para la repatriación del dinero a través de préstamos, ampliaciones de capital e ingresos en efectivo, siempre según fuentes judiciales, informa Fernando J. Pérez.
La detención del exbanquero se produce 23 años después de que estallase el caso Banesto y 11 años después de que abandonase la cárcel tras dar los jueces por cumplidos los 20 años de prisión que le impuso el Tribunal Supremo en julio de 2002 por delitos de apropiación indebida, estafa y falsedad documental.
 Conde dejó un agujero de 2.700 millones de euros en Banesto (la entidad tuvo que ser intervenida en diciembre de 1993 por el Banco de España).
El tribunal sentenció que Conde no había dado cuenta del destino de millonarias sumas de dinero trasladadas a sociedades extranjeras vinculadas con él; por ejemplo, de los 3,6 millones de euros (600 millones de pesetas de entonces) desviadas a una cuenta en suiza de la sociedad Argentia Trust, entre otros desvíos dinerarios.

Blanqueo de capitales y falsedad

La operación contra Conde y su entorno la está desarrollando la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil bajo la supervisión de la Fiscalía Anticorrupción y de la Audiencia Nacional.
Entre otras infracciones penales, se investigan delitos de blanqueo de capitales y falsedad.
 El exbanquero ha empleado una ingeniería financiera para traer de vuelta el dinero (lleva más de dos años haciéndolo) parecida a la que desplegó para sacarlo de España a finales de los 80 y comienzos de los 90, tras estafar a los accionistas y a las propias arcas de la entidad (más tarde absorbida por el grupo Santander).
Todos los indicios apuntan a que se trata del dinero que robó del banco
. Y lo ha hecho poco a poco, tras tejer una maraña de sociedades.
 Al menos tres de ellas en España y casi una decena en el extranjero, con las que ha intentado camuflar la vuelta del dinero.
La mecánica empleada para retornar los millones ha sido, por un lado, el trasvase de dinero derivado de falsas prestaciones de servicios entre sus sociedades radicadas en España y las del extranjero; fingidas ampliaciones de capital acometidas en algunas de sus sociedades españolas y aparentes préstamos no devueltos entregados por las firmas situadas en el exterior en favor de las españolas. Para esta tarea, se ha servido de testaferros, entre ellos sus hijos, y también algunos braceros y empleados de sus fincas.
La Fiscalía Anticorrupción ha sido paciente viendo cómo periódicamente llegaban remesas de dinero desde países extranjeros, sobre todo Suiza, a las cuentas de Conde en España.

Tren de vida acomodado

El expresidente de Banesto se marchó hace unos días a Sevilla, en vísperas del comienzo de la Feria de Abril, pero volvió anoche a su casa de Madrid.
En rprincipio, será puesto a disposición de la Audiencia Nacional el próximo miércoles, después de tomarle declaración en dependencias del instituto armado.
En la provincia de Sevilla Conde ha disfrutado hasta hace poco de una de las múltiples fincas e inmuebles que los investigadores le han descubierto en distintas comunidades españolas: aparte de su chalé en la madrileña calle de Triana, el exbanquero dispone de lujosos inmuebles en Baleares y Galicia.
 En los últimos años ha llevado un tren de vida muy acomodado, según ha podido constatar la Fiscalía Anticorrupción.
Conde dejó la cárcel y accedió al tercer grado penitenciario en 2005 (tras cumplir 11 de los 20 años de condena).
 El juez de vigilancia penitenciaria entendió que ya había expirado gran parte de su condena: le fueron otorgados casi todos los beneficios penitenciaros de reducción de pena que establecía el extinto Código Penal de 1973: un día menos de prisión por cada día de trabajo dentro y otro por cada dos días de cautiverio.
 También valoró el juez para otorgarle el tercer grado que el exbanquero había empezado a devolver el dinero sustraído del banco.
 Tenía que devolver unos 15 millones y entregó 1,5 millones poco antes de acceder al régimen de semilibertad, el tercer grado.
 Junto a él, también por el caso Banesto, fue condenado su entonces hombre de confianza en Banesto, Arturo Romaní.
Este devolvió seis de ocho millones de los que, por su parte, se apropió. Solo entre ambos, debían devolver unos 23 millones de euros.
Pero al salir de la cárcel, ya no hizo más entregas de dinero.
 Y volvió a las mismas fincas de las que disponía antes de ingresar en prisión por el caso Banesto. Una vez libre, se hizo accionista de la cadena de televisión Intereconomía y convirtió en habituales sus apariciones en el programa de debate El Cascabel y el gato. Cobraba 3.000 euros mensuales por sus intervenciones.

Mario Conde, expresidente de Banesto, en una entrevista en 2013
 Conde ha podido disfrutar de muchas de sus fincas e inmuebles porque, aunque en la sentencia que le condenó a 20 años se estableció el decomiso de sus bienes para garantizar la devolución del dinero al banco y sus accionistas, la mecánica judicial propició que los jueces olvidaran pedir a los respectivos registros oficiales que hiciesen anotaciones preventivas de embargo.
De lo que se aprovechó supuestamente el exbanquero para hipotecar algunas de las fincas, haciendo así inviable el poder subastar parte del patrimonio que seguía disfrutando sin perjudicar a terceros de buena fe.
El 9 de octubre de 2012, durante el transcurso de la pasada campaña electoral autonómica gallega, a la que Conde se presentó como candidato por el partido Sociedad Civil y Democracia, la Audiencia Nacional cayó en el despiste y ordenó el embargo de cinco de sus fincas.
 El exbanquero negó entonces tener relación alguna con ellas.
Algunas las tiene a nombre de familiares y testaferros, según las pesquisas.

Familiares y testaferros

Junto a Conde, está prevista la detención de otras siete personas, en su mayoría testaferros.
 La investigación es por delitos de blanqueo de capitales (aflorar dinero de procedencia ilícita), entre otros.
 Aunque ya ha cumplido cárcel por el robo del dinero, ahora ha podido cometer otros delitos, lo que, unido a las tretas empleadas para obstruir la acción de la justicia (los embargos), puede llevarle nuevamente a presidio.
Conde siempre mantuvo ante los tribunales que le condenaron (primero la Audiencia Nacional y después el Tribunal Supremo) que el dinero evaporado de Banesto y hallado por la justicia en cuentas en Suiza no era suyo sino destinado a terceras personas a cambio de mejorar la imagen de la entidad y conseguir exenciones fiscales.
 También sostuvo que había sido víctima de lo que definió como el sistema (escribió un libro sobre ello en el que deja entrever la confabulación de una suerte de poderes fácticos, incluido el Gobierno del PSOE, que habrían conspirado contra él para atajar su fulgurante carrera en el mundo financiero y frenar sus aspiraciones políticas).

Uno de los motivos de su condena fue por distraer de la entidad al menos 3,6 millones de euros que ocultó a través de la sociedad Argentia Trust
. Pero la conclusión judicial es que la cantidad sustraída, por él y otros altos directivos de la entidad, fue muy superior a la acreditada judicialmente
. Conde consiguió años después de entrar en prisión que un juez de Madrid abriese otra causa e investigase quién estaba detrás de los 600 millones de Banesto ocultados a través de Argentia Trust. Con ello, Conde trataba de convencer a la ciudadanía de que era inocente y de que los jueces se equivocaban condenándole
. La justicia se negó a revisar la causa y dijo que todo era un asunto ya juzgado
. Y no dio crédito a lo que consideró una artimaña autoexculpatoria.
Mario Conde, en enero de 1994, días después de la intervención de Banesto, en la rueda de prensa que ofreció
La operación en la que hoy ha sido detenido el expresidente de Banesto lleva muchos meses gestándose bajo el impulso de la Fiscalía Anticorrupción
. Un chivatazo alertó a Hacienda y luego a la Fiscalía de que estaba llegando dinero a España desde el exterior con destino a sociedades tras las cuales estaban el exbanquero o testaferros suyos.
Pasado mañana tendrá que explicar ante la Audiencia Nacional de dónde procede el dinero con el que viene alimentando en los últimos años sus sociedades radicadas en España.

 Pues nada Conde, que te vaya bonito, la cárcel está demostrado, no sirve para nada.....miren a todos los macroricos enjaulados como viven al salir, mejor que antes !!Y pensar que te pusieron de ejemplo en la Universidad. Como llegar a ser rico , guapo lo era ya, pero honesto......ya vemos que no....¿Y como se llamaría la gomina que usaba para ese pelo cuidado que no ha perdido ni una cana....imagino vendrá tb de Suiza o Panamá.....Ala Vargas Llosa tb involucrado,,,,,Isabel Preysler hara más de 90 Holas para pagarle la fianza .......es posible ¿NO?



10 abr 2016

Como Te Atreves - Andrés Cepeda (letra)

Desde el trópico de Cáncer: [Reedición] ¡Y el Muro (de Berlín) se cayó!...

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¿Nos hace Facebook más solitarios?.................................................................. OLIVIA LAING

Estar presente a todas horas en las redes sociales, recibiendo una marea de información, permite enmascarar un sentimiento real de aislamiento.


'Q Train' (1990), cuadro del artista Nigel Van Wieck.
Todos los días me despertaba y, antes de abrir los ojos del todo, arrastraba el ordenador portátil hasta la cama y me sumergía de golpe en Twitter.
 Era lo primero y lo último que miraba, ese pergamino interminable escrito por gente a la que en su mayoría no conocía, por instituciones, amigos, una comunidad efímera en la que yo era una presencia incorpórea e inconstante.
 Rebuscando entre la letanía, lo doméstico y lo cívico: líquido para lentillas, portada de libro, noticia de fallecimiento, ilustración de protesta, inauguración de exposición, refugiados en los bosques de Macedonia, etiqueta “vergüenza”, etiqueta “perezoso”, cambio climático, bufanda perdida, chiste sobre Daleks
. Un río de información, sentimientos y opiniones al que algunos días, puede que la mayoría, le prestaba más atención que a cualquier otra cosa real de mi vida.

Y Twitter no era más que la puerta, la entrada a la ciudad sin límites de Internet. Me pasaba días enteros haciendo clic, con la atención enredada en recovecos y peldaños sucesivos de información; testigo ausente y apasionado del mundo, una dama de Shalott de espaldas a la ventana, contemplando las sombras de lo real proyectadas en el cristal azulado de su espejo mágico. Antes, allá por la era del papel, en el siglo pasado, solía leer enterrándome en el libro, y ahora miraba a la pantalla, mi venerada amante argéntea.
Era como ser una espía que llevaba a cabo una vigilancia perpetua
. Era como volver a ser una adolescente, sumergiéndome en mares de obsesión, siguiendo adelante, navegando por el vaivén del oleaje, por la superficie agitada.
 Leyendo sobre el almacenamiento compulsivo o la tortura o crímenes reales o las iniquidades del Estado; leyendo conversaciones informales mal escritas sobre lo que le pasó a Samantha Mathis tras la muerte de River Phoenix, “siento sonar condescendiente, pero ¿seguro que HAS VISTO esta entrevista?”.
La inmersión, la deriva, el espantoso agujero catatónico de los vínculos recesivos, haciendo clic una y otra vez hacia el pasado, tropezando con los horrores del presente. Courtney Love y Kurt Cobain casándose en una playa, el cuerpo ensangrentado de un niño sobre la arena: imágenes que generaban emociones, superponiendo lo absurdo, lo atroz y lo deseable.
¿Qué quería? ¿Qué buscaba? ¿Qué hacía allí, hora tras hora? Cosas contradictorias
. Quería saber qué estaba pasando. Quería un estímulo. Quería estar en contacto y quería conservar mi privacidad, mi espacio privado. Quería hacer clic una y otra vez hasta que mis conexiones neuronales explotasen, hasta que estuviera inundada de superficialidad.
 Quería hipnotizarme con los datos, con los píxeles de colores, vaciarme, aplastar cualquier sensación angustiosa que me invadiese acerca de mi verdadera identidad, aniquilar mis sentimientos.
 Al mismo tiempo, quería despertar, comprometerme política y socialmente.
Y, de nuevo, quería reafirmar mi presencia, enumerar mis intereses y objeciones, hacer saber al mundo que seguía ahí, pensando a través de mis dedos, aunque casi hubiese perdido el arte del habla.
Quería mirar y quería ser vista y, por alguna razón, ambas cosas eran más fáciles a través de la pantalla.

Es fácil entender por qué la Red puede atraer a una persona que está sumida en la soledad crónica, con su garantía de conexión, sus hermosas y resbaladizas promesas de anonimato y control.
 Se puede buscar compañía sin correr el riesgo de ser descubierta o expuesta, sin que te pillen deseando algo, vista en un estado de necesidad o carencia.
Puedes tomar contacto o esconderte; puedes ocultarte o presentarte, seleccionando con cuidado una versión refinada.
En muchos sentidos, Internet me hacía sentir segura
. Me gustaba el contacto que sacaba de allí: la pequeña acumulación de miradas positivas, los “favoritos” de Twitter, los “me gusta” de Facebook, las pequeñas herramientas diseñadas y codificadas para conservar la atención y alimentar el ego de los usuarios.
 Tenía suficiente buena disposición para ser la boba, para divulgar mi información, para dejar como las babas del caracol un rastro electrónico de mis intereses y opiniones, para que empresas en el futuro lo conviertan en la moneda que quiera que usen.
 A veces, de hecho, era como si el intercambio jugase a mi favor, sobre todo en Twitter, con su habilidad para fomentar conversaciones entre extraños, en torno a intereses y opiniones comunes.