Apenas el 1% de los hijos no son del padre que los cría en las poblaciones humanas actuales y pasadas.
. La cifra, alimentada por supuestos estudios científicos y algunos laboratorios de prueba de paternidad, no parece descabellada.
En otras especies donde se estila la monogamia como estrategia reproductiva, el porcentaje de crías concebidas fuera de la pareja es similar o mayor
. Sin embargo, la genética demuestra que la falsa paternidad entre los humanos apenas llega al 1%.
En los mamíferos no hay muchas especies monógamas pero sí en otras clases de animales.
Entre las aves paseriformes, en el 90% de las especies la norma son las parejas de larga duración.
Sin embargo, en muchas ocasiones se trata de una monogamia social, poco practicada. Este comportamiento es una de las estrategias que la selección sexual ha ideado para asegurar el éxito reproductivo
. Con sus aventuras extra matrimoniales, las hembras se aseguran el éxito reproductivo en caso de infertilidad del macho y la diversidad genética.
Una leyenda urbana dice que más del 10% de los niños no son hijos del padre que los cría.
La cifra, alimentada por supuestos estudios científicos y algunos
laboratorios de prueba de paternidad, no parece descabellada.
En otras especies donde se estila la monogamia como estrategia reproductiva, el porcentaje de crías concebidas fuera de la pareja es similar o mayor. Sin embargo, la genética demuestra que la falsa paternidad entre los humanos apenas llega al 1%.
En los mamíferos no hay muchas especies monógamas pero sí en otras clases de animales. Entre las aves paseriformes, en el 90% de las especies la norma son las parejas de larga duración. Sin embargo, en muchas ocasiones se trata de una monogamia social, poco practicada.
Este comportamiento es una de las estrategias que la selección sexual ha ideado para asegurar el éxito reproductivo. Con sus aventuras extra matrimoniales, las hembras se aseguran el éxito reproductivo en caso de infertilidad del macho y la diversidad genética. Como los pájaros, los humanos tradicionalmente son monógamos sociales, pero ¿hasta qué grado?
"Los medios y la literatura científica a menudo han sostenido que muchos de los supuestos padres estaban siendo engañados criando hijos que biológicamente no son suyos", dice el biólogo de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), Maarten Larmuseau.
"En realidad, las ratios estimadas dentro de las poblaciones humanas son bastante más bajas, alrededor del 1% o el 2%", añade.
Junto a otros colegas, Larmuseau ha recopilado las últimas
investigaciones que usan la genética para dilucidar el parentesco real
entre padres e hijos.
Para ellos, parten del análisis del cromosoma Y. Al transmitirse exclusivamente por vía paterna y con escaso margen para la recombinación genética, hijos y padres biológicos deben compartir esta parte del genoma.
"El cromosoma Y es muy interesante ya que cuenta con diferentes marcadores con diferentes ratios de mutación", explica el biólogo belga.
"En otras palabras, podemos determinar el momento temporal del ancestro común más reciente (tMRCA) entre dos hombres diferentes. Si este tMRCA no concuerda con la genealogía oficial, podemos determinar un evento extraconyugal", añade Larmuseau.
En otras especies donde se estila la monogamia como estrategia reproductiva, el porcentaje de crías concebidas fuera de la pareja es similar o mayor. Sin embargo, la genética demuestra que la falsa paternidad entre los humanos apenas llega al 1%.
En los mamíferos no hay muchas especies monógamas pero sí en otras clases de animales. Entre las aves paseriformes, en el 90% de las especies la norma son las parejas de larga duración. Sin embargo, en muchas ocasiones se trata de una monogamia social, poco practicada.
Este comportamiento es una de las estrategias que la selección sexual ha ideado para asegurar el éxito reproductivo. Con sus aventuras extra matrimoniales, las hembras se aseguran el éxito reproductivo en caso de infertilidad del macho y la diversidad genética. Como los pájaros, los humanos tradicionalmente son monógamos sociales, pero ¿hasta qué grado?
"Los medios y la literatura científica a menudo han sostenido que muchos de los supuestos padres estaban siendo engañados criando hijos que biológicamente no son suyos", dice el biólogo de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), Maarten Larmuseau.
"En realidad, las ratios estimadas dentro de las poblaciones humanas son bastante más bajas, alrededor del 1% o el 2%", añade.
El cromosoma Y permite determinar el parentesco entre hombres a lo largo de generaciones
Para ellos, parten del análisis del cromosoma Y. Al transmitirse exclusivamente por vía paterna y con escaso margen para la recombinación genética, hijos y padres biológicos deben compartir esta parte del genoma.
"El cromosoma Y es muy interesante ya que cuenta con diferentes marcadores con diferentes ratios de mutación", explica el biólogo belga.
"En otras palabras, podemos determinar el momento temporal del ancestro común más reciente (tMRCA) entre dos hombres diferentes. Si este tMRCA no concuerda con la genealogía oficial, podemos determinar un evento extraconyugal", añade Larmuseau.