Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 abr 2016

Días con Isabel................................................................................ Luis Alegre

Me encantaría saber qué pasa por la cabeza del exquisito escritor al verse en la portada de '¡Hola!' y oírse tan citado por Anne Igartiburu en las sobremesas de España.

¿que le pasó al pelo de Isabel? se le ha caido y no tiene a mano el flequillo postizo que se pone? porque su pelo nace ya casi en la nuca....habrá que hacer algo como con su piel. Se nota que lleva dias de ajetreo, ella que duerme hasta la 1h de la tarde y empieza sus ejercicios y potingues para estar exquisita con un couch para cada cosa.

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El escritor Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler durante el seminario organizado con motivo del 80 cumpleaños del autor. EFE
Hace un año, Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler disfrutaban, cada uno en su esquina, de un protagonismo abrumador en la vida cultural y social.
 Ambos mantenían un carisma casi imbatible en sus respectivos mundos, tan aparentemente alejados. A nadie se le ocurrió imaginar la bomba que estaba cerca de estallar.
 Nos hemos acostumbrado enseguida a que la imagen de la pareja decore el paisaje, pero quién lo iba a decir.
Esta historia encierra algún detalle muy chocante.
 En su obra, Vargas Llosa ha denunciado las debilidades de una civilización que ha arrinconado un modo de entender la cultura a cambio de enaltecer lo insustancial, el amarillismo y el espectáculo.
 Y él, ahora, se halla en la cima de esa montaña rusa, convertido en superestrella de un circo del que abomina pero que ha decidido tolerar por puro amor, al reparar en que venía en el mismo paquete.
Me encantaría saber qué pasa por la cabeza del exquisito escritor al verse en la portada de ¡Hola! y oírse tan citado por Anne Igartiburu en las sobremesas de España.
No parece probable que alguna vez publique un relato de sus días con Isabel, de cómo se ve la vida con ella al lado.
 Pero ojalá. Sería glorioso, sobre todo si deslizara su fina retranca.
Yo daría algo por conocer la reflexión que le pudo inspirar la respuesta que repentizó Chábeli cuando le preguntaron si había leído algo suyo: “No he leído nada de Mario porque, desde que vivo en Miami, sólo leo en inglés”.
 Esas palabras son, se miren como se miren, una involuntaria joya del surrealismo, un género al que Vargas Llosa ha dedicado líneas fabulosas. 80 años. Felicidades, Mario.

 

Karl Lagerfeld, el último emperador................................................... Álex Vicente



Llevará 60 años en un mundo tan volátil como el de la moda, pero Karl Lagerfeld sigue en lo más alto
. En un contexto donde los diseñadores se convierten en piezas intercambiables y los mayores talentos se queman las alas de una temporada a la siguiente, el alemán sigue pareciendo inoxidable. Es el último superviviente de la alta costura de los cincuenta tras la retirada de Valentino Garavani, un año mayor que él
. Sigue diseñando ocho colecciones al año para Chanel, de la que es director creativo desde 1983. Al frente de un imperio que bordea los 5.000 millones de euros anuales en ventas, ha logrado transformar aquella vieja maison de otra época en un emporio global como existen pocos.
A punto de cumplir 83 años, aún no tiene intención de retirarse.
 “Karl nunca está satisfecho con lo que hace, eso lo impulsa a seguir. Necesita gustar y sentirse amado.
Y lo ha conseguido: es lo más parecido a una estrella de rock en la moda”, explica la modelo y diseñadora Inès de la Fressange, perfecta encarnación del mito de la parisienne que se convirtió en imagen de Chanel en 1983
. Lo conoció a finales de los setenta, cuando él aún oficiaba en Chloé. “No sé qué vio en mí. Tal vez le recordé a su madre, pero no se lo diga
. Luego se ríe de mí llamándome Sigmund Freud. Y, a él, el psicoanálisis no le interesa nada”, sonríe.
Pese a esa aversión, a Lagerfeld le encanta contar la misma anécdota en cada entrevista.
 Su equipo es capaz de repetirla de memoria.
“De pequeño, mis padres me regalaron seis bicicletas”, relató a The Guardian. “Fui un niño muy mimado.
Los demás no tenían ninguna, porque era la posguerra.
 Yo no las compartía: cada día usaba una distinta para que los demás se pusieran celosos”. Tal vez no sea casualidad que trabaje en un negocio que vende el deseo de algo que no se tiene.
El diseñador procede de una familia acomodada de Hamburgo. Su padre dirigió una fábrica de productos lácticos, mientras que su madre, personaje exigente e iracundo, había sido vendedora de lencería en el Berlín de entreguerras.
 “Eran protestantes convertidos al catolicismo: el peor tipo”, afirma El Káiser con su conocida lengua viperina.
 Sus inicios en la moda tuvieron lugar al ganar un concurso en 1954, ante un jurado donde figuraban Pierre Balmain y Hubert de Givenchy.
 Un año después, fichó como aprendiz de Jean Patou
. “La moda es la expresión personal de un mundo en transformación.
 El diseño es el arte de observar esos cambios y anunciarlos en ropa que millones de personas puedan vestir. Karl ha dominado ese proceso”, dijo Anna Wintour el pasado otoño, al entregarle un premio honorífico en los British Fashion Awards.
“Es un ser delicioso, contrario a lo que se cree y a lo que dejan entender sus frases asesinas”, asegura Oliver Saillard
La modelo y productora musical Caroline de Maigret, cuya carrera despuntó cuando Lagerfeld la descubrió en un casting, lo considera “un personaje único y casi alienígena”, además de “un visionario que entiende cómo funciona la sociedad y cómo evoluciona la mujer”
. “En el fondo, la moda y las tendencias le dan igual.
 En un momento, decidió que la moda sería él”, afirma De Maigret.
 “Si sigue siendo relevante, es porque nunca ha dejado de aprender.
No se ha dormido en los laureles y se ha nutrido de nuevos estímulos.
 Cuando pienso en él, lo imagino rodeado de libros de arte, de historia y de moda”. No por casualidad, su cuadro preferido es El pobre poeta, del pintor holandés Carl Spitzweg, donde figura un hombre solo en medio de una habitación, rodeado de libros.
El historiador de moda Olivier Saillard, director del Palais Galliera de París, afirma que eso es lo que le distingue
. “Dispone de una cultura a la antigua que los demás no tienen, una sed de conocimiento que ha formado su espíritu
. Puede leer un libro sobre el siglo XVIII e imaginar cuatro colecciones a partir de dos o tres páginas”, afirma.
 “Además, es querido por su equipo, que sigue con él desde hace dos o tres décadas, algo que no sucede en las demás firmas. Lagerfeld es un ser delicioso, contrario a lo que se cree y a lo que dejan entender sus frases asesinas”, ironiza Saillard
. Entre las más célebres: tildó a Yves Saint Laurent de “provinciano”, calificó a Andy Warhol de “físicamente repulsivo”, llamó a Diana de Gales “guapa y dulce, pero tonta”, y dijo que Adele estaba “demasiado gorda”.
Su longevidad le asemeja a su predecesora Coco Chanel, pero una diferencia fundamental parece separarlos.
 Mientras la revolucionaria diseñadora terminó renegando del progreso, oponiéndose a la minifalda y echando pestes a la juventud de los sesenta, Lagerfeld entendió que su supervivencia pasaba por seducir a los llamados millenials.
 En su última presentación de prêt-à-porter en París, hizo desfilar a la plana mayor de las instagirls, modelos surgidas de las redes sociales, sentó a la familia Kardashian en primera fila y empujó a tres hombres a circular por la pasarela, para sumarse a esa fluidez de género que hoy es tendencia.
 “En lugar de rechazar a los jóvenes, los engloba en su propuesta.
 Si sigue ahí, también es porque no le gusta nada la nostalgia”, confirma De la Fressange.
Hace pocos meses, se negó a acudir a la retrospectiva organizada en Bonn para celebrar sus 60 años en la moda.
“No quería ver todos esos vestidos viejos. Me interesan más los que estoy intentando diseñar ahora”, explicó a The New York Times
. “Personalmente, no hago ningún esfuerzo por recordar”.

La corbata por fuera........................................................................... Boris Izaguirre

Álvaro Vargas en su alocución mencionó a su madre, Patricia, y la sala entera se quedó en silencio.

 No se oía ni un tenedor. Fue un gesto para acaparar la atención y sembrar un poco de paz en una situación siempre imprevisible.

Boris ultimamente no me gusta. Bueno no me gusta su implante de pelo, el siempre va impoluto, eso si, pero con el lio de Vargas Llosa y La Preysler va camino de ser , algo así como Elton Jhon.

 


Mario Vargas Llosa sopla las velas, el día de su cumpleaños.
Definitivamente, me siento mejor desde que acudí a la cena de cumpleaños de Mario Vargas Llosa. Mientras escuchaba su discurso me dejaba llevar por su fascinante idioma y su repaso a unos 80 años que han enhebrado a Latinoamérica con Europa, y confirmaba que Vargas Llosa es irrepetible y que por eso era irrepetible participar de esa celebración
. Vargas Llosa recordó la importancia de Proust, Cervantes y Shakespeare para el goce de la literatura.
 Señaló como Castro y Chávez terminaron convirtiendo sus revoluciones en fracasos económicos y aniquilando libertades democráticas.
 Y reconoció con complicidad que la felicidad llega a sus 80 años con nombre y apellido: Isabel Preysler.
Derramé una lágrima, que Iñaki Gabilondo observó resbalar hasta la moqueta.
 Claro que lloraba por esa declaración de amor, ¿quién no lo haría, siendo latino? También lloré un poquito por mis padres que fueron jóvenes al mismo tiempo que Vargas Llosa y que lo han admirado y leído desde el principio.
 Ellos, más que nadie, entenderían el alcance de esas palabras y esa extraordinaria carrera: ser el intelectual que reúne a un continente y a un idioma en permanente ebullición.
 Manteniendo en paralelo la literatura con la política en esos países nuestros donde la democracia, la corrupción y la dictadura a veces parecen ingredientes de un mismo guiso.
 De un mismo sancocho.
Boris Izaguirre, en la fiesta del 80 cumpleaños de Mario Vargas Llosa. Getty Images
. Álvaro también comparó a su padre con los Rolling Stones y fue muy celebrado, pero quien en realidad se parece a Mick Jagger es Preysler, por su poderío escénico, propio de un icono pop. Preysler tuvo gestos visibles e invisibles en la noche de su novio
. Uno al aceptar la invitación de él a incorporarse a la foto junto a todos los escritores, como una más y la más distinta.
Y otro, cuando nos tomó de la cintura a mi marido y a mí delante de un fotógrafo, apoyando sutilmente al matrimonio igualitario en una cena repleta de expresidentes conservadores y sus esposas.
No es una novedad que a las estrellas latinoamericanas de la literatura les gusta el poder o estar próximas a él. García Márquez y Octavio Paz también disfrutaron rodeados de presidentes. Preysler representa otro poder, propio del siglo XX: la celebridad.
 Quizás eso les atraiga pero esa noche, los dos parecían unos enamorados que han encontrado al fin su momento.
Y eso también es poderoso.
Poco antes, durante el cocktail, coincidimos con el matrimonio Aznar-Botella.
 A él lo saludamos en plan marcial pero ella reaccionó como si estuviera delante del anticristo o de alguien de Podemos y tuve que sujetarla por un brazo para regalarle un beso
. No fue fácil, intentó reprimirme, pero lo conseguí
. En los cumpleaños, como en la cena de Navidad, amigos y no tan amigos tienen que darse un beso.
En los programas del corazón se confundieron con la etiqueta de la cena y mi marido y yo tuvimos una riña de última hora, propia de un matrimonio igualitario con prisa, por las corbatas.
 Me di cuenta en la fiesta de que existen dos tipos de matrimonios igualitarios: los que tienen problemas con la corbata y los que no, como los embajadores americanos, que estuvieron relajadísimos a pesar de un catarro en común.
 Por el contrario, mi marido y yo manteníamos la tensión porque ambos queríamos la misma corbata. ¡Quizás la felicidad a los 50 tenga nombre de diseñador de corbatas! Al llegar al Hotel Villamagna, mi marido me abandonó en el taxi al ver el ejército de periodistas en la rampa de acceso.
 Cuando bajé del coche y me planté delante del pelotón, Rubén ya estaba hablando de House of cards con el atractivo Andrés Herzog de UPyD.
 Mientras, yo posaba confiado en que mi pelo a lo Liberace y mis gafas de Cary Grant garantizarían un buen retrato.
 Me equivoqué, llevaba mi corbata oscura por fuera de la chaqueta del traje. Mis amigos, compasivos y falsos, dijeron que estaba creando una nueva moda.
 Yo lo veo casi como una causa de divorcio más comprensible que las razones de Javier Merino para dejar a nuestra querida Mar Flores.
Llevo toda la semana viéndome con esa corbata colgando y escuchando como en varios programas me califican o de escritor o de miembro del mundo del corazón
. Y vuelvo a pensar en el discurso de Vargas Llosa para su cumpleaños.
 Un escritor nunca es solo un autor sino un hombre o una mujer vagando entre sus fantasmas buscando el nombre y apellido de su felicidad.
Vaya Boris que hubieras cruzado Siria a pie con tal de ser Isabel se llama mi amor y Preysler mi felicidad. Me extraña que no dijeras nada de su vestido de novia. Hubieras preferido ser el Nobel......debe ser eso así tendrías a los dos con corbata......ten cuidado porque D. Mario no se le prendió fuego la corbata de casualidad....o cambias de actitud o dentro de poco nadie te hará caso..

1 abr 2016

Mario Vargas Llosa reintroduce a Isabel Preysler en la élite política

Isabel Preysler luce cuerpazo en el cumpleaños de Mario Vargas Llosa

 
1.-mario-Vargas-LLosa-e-Isabel-Preysler-1200Nadie le puede usurpar el puesto a la Reina de corazones. Isabel Preysler volvió a brillar como una diva cinematográfica luciendo cuerpazo en el ochenta cumpleaños del hombre que le dedicó esta frase ante un sinnumero de personalidades de la cultura y la política
: “La palabra felicidad tiene nombre, Isabel Preysler: “la palabra felicidad se llama Isabel Preysler”
. Hubo ausencias sonadas.
Los hijos de Isabel, y también los del Nobel, a excepción de su hijo Álvaro.
El mundo de la literatura y el de la prensa social se han unido para celebrar uno de los acontecimientos sociales del año. Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler 2
El escritor Mario Vargas Llosa,  novio de Isabel Preysler ha celebrado su ochenta cumpleaños en un acto en el que personalidades del área de la política, literatura o periodismo se han unido para festejar la edad de oro delperuano.
El Hotel Villa Magna de Madrid se ha convertido en la sede social de numerosas personalidades
, medios de comunicación y seguridad nacional.
Cuatro coches de policía, varios agentes secretos y más de 40 profesionales de medios de comunicación se han concentrado ante las puertas del parador para dar cobertura al cumpleaños por excelencia. Todo un despliegue de medios a la altura del acontecimiento.
Siempre junt  a su inseparable novia, Mario Vargas Llosa hacía su aparición pasadas las ocho y media de la tarde
. Espectacular y con un vestido blanco deAndrew Gn, Isabel Preysler brillaba tanto como la pedrería que acompañaba al diseño. Sin más miembros de la familia que su primogénito Álvaro Vargas Llosa, el Nobel se ha
tenido que conformar con las celebridades que se han dejado ver por la fiesta. Luis Alberto Lacalle, ex presidente de Uruguay, Sebatian Piñera, expresidente de Chile o Andrés Pastrana, expresidente de Colombia son algunas de las personalidades de fuera de nuestras fronteras que han decidido acompañar a su compatriota en esta celebración.
Muchos han sido los políticos españoles de todos los partidos que también han querido acudir al evento
. Es el caso de José María Aznar y Ana Botella
 . Con un abrigo de
visión blanco acompañado de un bolso de serpiente, el matrimonio posaba para los medios de comunicación presentes y daban las gracias por su presencia.
Mucho más atenta y recreando su entrada en el hotel, llegaba la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
 Vestida de encaje en color verde Nilo, Aguirre ha sido la
única invitada de la fiesta que ha querido felicitar públicamente al escritor y demostrar su apoyo a la pareja formada con la socialité
. Acompañados de sus respectivas
esposas,
Felipe González, Iñaki Gabilondo o Albert Rivera también han figurado entre los asistentes.