Cada
pocos años -al menos una vez en cada década- algún agorero vaticina la
muerte de la radio como medio de comunicación.
La profecía tuvo incluso
forma de canción pop cuando a finales de 1979 The Buggles publicaron su
éxito “Video killed the radio star”.
Pero desde entonces -y ya
han pasado casi 40 años- nadie ha sido capaz de llevar a cabo semejante
asesinato.
Tal vez porque, en su modestia, la radio es el medio con
mayor capacidad de adaptación.
La pregunta es cuál será su próxima
mutación para sobrevivir en los tiempos de la realidad virtual. Es muy
probable que sus señas de identidad se mantengan inalterables: la
palabra, la música y los silencios seguirán siendo su base, pero la
forma de consumo y la selección de contenidos marcarán la diferencia.
Emanuel Vilte, uno de quienes están definiendo esos nuevos senderos por
los que discurrirá este medio, considera que “la radio de las
próximas generaciones debe ser una especie de Spotify, focalizado en
artículos de la web y medios digitales. Y también debe mejorar la
experiencia de usuario, casi como Wikipedia, para que se convierta en
una comunidad global de locutores y narradores”.
Eso es exactamente Linguoo, una aplicación para escuchar el texto de
la web, narrado por personas en lugar de por los habituales y
despersonalizados lectores electrónicos.
El proyecto, una idea de Vilte
para ayudar a su madre (abogada y periodista) a que continuara
informándose a través de Internet cuando perdió la visión por culpa de
una maculopatía, recibió uno de los premios Innovadores Menores de 35
del MIT el pasado año.
Aunque el espíritu inicial de Linguoo fue crear
una herramienta para ayudar a los más de 900 millones de personas que
sufren algún tipo de discapacidad visual, su mercado es mucho mayor
.
Porque, a quienes no pueden leer las noticias, se les suma quienes no
tienen tiempo de hacerlo o prefieren escuchar las webs mientras realizan
otras actividades. Linguoo funciona con un algoritmo que permite
personalizar y sugerir contenidos a los usuarios, filtrados por temas, y
se alimenta tanto de los principales medios de comunicación del mundo,
como de creadores que suben su propio contenido original.
Como otros innovadores, Vilte considera que “la
tecnología se va a volver invisible (…). Uno hablará con el ambiente,
sin necesidad de estar tocando aparatos o botones en un celular” y cree que a su proyecto le queda un largo recorrido por delante, puesto que “Linguoo entra dentro de ese paradigma”.
Texto: José L. Álvarez Cedena
Rose Kennedy Schlossberg trató de pasar inadvertida y no lo
consiguió, así que ha decidido hacer lo que llevaba años pensando:
lanzar un canal humorístico sobre cómo ser femenina en medio del
desastre.
Dos generaciones después, a su nieta (Laura, a la izquierda) la llaman la 'Jackie 2.0'.
Cuando hace seis años, el New York Post se fijó por primera vez en Rose Schlossberg Kennedy y tituló un artículo sobre ella Jackie 2.0,
no sabía que estaba dando en el clavo de lo que la nieta del matrimonio
Kennedy iba a ser pocos años después. Tras licenciarse en Inglés por
la Universidad de Harvard y pasar un tiempo firmando con su apellido
paterno en el New York Times, a pesar de las peticiones de sus
jefes para usar el de su madre, Rose se ha convertido en una ‘youtuber’
con miles de suscriptores y, lo que es mejor, decenas de miles de
visualizaciones.
Su último vídeo, colgado hace apenas un par de semanas,
a supera el cuarto de millón de visualizaciones.
Con su amiga Mara Nelson-Greenberg forma The End Times Girls Club
una guía visual satírica sobre cómo ser mujer -en el sentido más
tradicional de la expresión- cuando toca enfrentarse al apocalipsis. En
el canal Rose es “Bee” y Mara es “Lara” y sus avatares en la red dan
divertidas pautas sobre cómo peinarse para un huracán, maquillarse para un ataque de muertos vivientes o permanecer impecable en medio de un terremoto.
En una entrevista publicada recientemente en Mashable
Schlossberg contó que la idea surgió en 2012, durante su época de
estudiante en Nueva York, cuando el Huracán Sandy colapsó la ciudad y
“vimos que la gente no estaba preparada para afrontarlo.
Nos pareció
divertido enseñar a las chicas cómo sobrevivir a las catástrofes sin
perder la coquetería femenina”, cuenta.
Varios años después, aquella idea inicial ha tomado la forma de los
tiempos en clave de vídeos cortos, humorísticos y para un público bien
definido.
Y aunque ambas chicas resultan muy expresivas y simpáticas en
sus papeles, hay algo en Rose que llama la atención y que podría
llamarse “clase”.
Por supuesto, la tendría de no ser quién es. Pero, en
este caso los genes no han dado puntada sin hilo y al mirarla sabiendo
ya su apellido es imposible ignorar el parecido que guarda con su abuela
materna o no asociar su parentesco con la imagen que proyecta ante las
cámaras.
Dicen de ella que tiene “la belleza de los Bouvier y la
sensatez de los Kennedy” y, en efecto, Rose presenta un aspecto sencillo
pero distinguido, posee unos rasgos refinados, y se expresa con el
acento y ademanes de niña bien del Upper East Side que funcionan como el
complemento perfecto a la actitud de gamberra controlada que exhibe en
las grabaciones.
La nieta de JFK y Jackie O, una ‘youtuber’ apocalíptica
Rose Kennedy Schlossberg trató de pasar inadvertida y no lo
consiguió, así que ha decidido hacer lo que llevaba años pensando:
lanzar un canal humorístico sobre cómo ser femenina en medio del
desastre
María Garrido
Dos generaciones después, a su nieta (Laura, a la izquierda) la llaman la 'Jackie 2.0'.
Cuando hace seis años, el New York Post se fijó por primera vez en Rose Schlossberg Kennedy y tituló un artículo sobre ella Jackie 2.0,
no sabía que estaba dando en el clavo de lo que la nieta del matrimonio
Kennedy iba a ser pocos años después. Tras licenciarse en Inglés por
la Universidad de Harvard y pasar un tiempo firmando con su apellido
paterno en el New York Times, a pesar de las peticiones de sus
jefes para usar el de su madre, Rose se ha convertido en una ‘youtuber’
con miles de suscriptores y, lo que es mejor, decenas de miles de
visualizaciones. Su último vídeo, colgado hace apenas un par de semanas,
a supera el cuarto de millón de visualizaciones.
Con su amiga Mara Nelson-Greenberg forma The End Times Girls Club
una guía visual satírica sobre cómo ser mujer -en el sentido más
tradicional de la expresión- cuando toca enfrentarse al apocalipsis. En
el canal Rose es “Bee” y Mara es “Lara” y sus avatares en la red dan
divertidas pautas sobre cómo peinarse para un huracán, maquillarse para un ataque de muertos vivientes o permanecer impecable en medio de un terremoto. En una entrevista publicada recientemente en Mashable
Schlossberg contó que la idea surgió en 2012, durante su época de
estudiante en Nueva York, cuando el Huracán Sandy colapsó la ciudad y
“vimos que la gente no estaba preparada para afrontarlo. Nos pareció
divertido enseñar a las chicas cómo sobrevivir a las catástrofes sin
perder la coquetería femenina”, cuenta.
Varios años después, aquella idea inicial ha tomado la forma de los
tiempos en clave de vídeos cortos, humorísticos y para un público bien
definido. Y aunque ambas chicas resultan muy expresivas y simpáticas en
sus papeles, hay algo en Rose que llama la atención y que podría
llamarse “clase”. Por supuesto, la tendría de no ser quién es. Pero, en
este caso los genes no han dado puntada sin hilo y al mirarla sabiendo
ya su apellido es imposible ignorar el parecido que guarda con su abuela
materna o no asociar su parentesco con la imagen que proyecta ante las
cámaras. Dicen de ella que tiene “la belleza de los Bouvier y la
sensatez de los Kennedy” y, en efecto, Rose presenta un aspecto sencillo
pero distinguido, posee unos rasgos refinados, y se expresa con el
acento y ademanes de niña bien del Upper East Side que funcionan como el
complemento perfecto a la actitud de gamberra controlada que exhibe en
las grabaciones.
Esta Jackie youtuber de 27 años, a la que se le atribuye una
fortuna por herencias de varios millones de dólares, es la única de sus
hermanos que continúa viviendo en Estados Unidos. Tanto sus padres
Caroline Kennedy y Edwin Schlossberg, como sus hermanos, Tatiana y Jack
viven en Japón, país en el que Caroline se estrenó en la carrera
diplomática cuando Obama la nombró embajadora en 2013. Tras la aparición
del canal con el que la joven ha dejado atrás su perfil bajo mediático
habitual, se ha sabido que Rose conoce bien la llamada ‘maldición
Kennedy’ y no siempre ha sido tan chistosa como en la actualidad:
la muerte de su tío John Kennedy Jr. y su mujer Carolyn Bessette en
accidente de avioneta cuando tenía apenas diez años, hundieron a la niña
en una depresión que duró seis meses en los que dejó de comer y de
hablar. John “había sido como un padre para ella”, contó el New York Post.
Bien mirado, si hay una familia que sepa cómo seguir siendo atractiva
incluso en medio de las tragedias esa es la familia Kennedy. Así que The Ends Times Girls Club,
la guía de Rose y su amiga para mantenerse guapa en medio de la
fatalidad, quizá no sea más que la versión contemporánea de esa práctica
que nadie como ellos ha sabido auspiciar.
Es presidente de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, una organización de referencia para los estudiosos de esta disciplina
Debe de ser un ritual en la consulta de todo psicoanalista, pues
igual que Freud tenía en la entrada de su estudio vienés un perchero con
un sombrero, un bastón y un maletín, como si acabara de llegar o
estuviera a punto de irse, en el de Miquel Bassols (Barcelona, 1958)
encontramos además fotografías, bibelots de sus viajes y una gran
biblioteca con los escritos de los fundadores de la nueva ciencia. Gran
lector de poesía –Lezama Lima, Valente, Ferrater–, de literatura
científica y neurociencia –Feynman, Poincaré, Damasio– y de la lucha
social de las mujeres en el islam –Fethi Benslama, Ayaan Hirsi Ali–,
Bassols se define a sí mismo como “un investigador en psicoanálisis que
intenta ayudar a las personas a leer sus síntomas”. ¿Tuvo el psicoanálisis un momento iniciático, un big bang? Nació a finales del siglo XIX del encuentro de Freud
con algunas mujeres que sufrían de síntomas histéricos.
La inventora
fue una mujer que le dijo a Freud: “Calle un poco, escuche lo que me
hace sufrir y no puedo decir en otra parte”. Esto explicaría la supuesta misoginia del austriaco cuando
afirma: “La mujer es un hombre incompleto” o “La mujer tiene envidia del
pene”. Freud, fruto de su tiempo, era un misógino contrariado,
así como hablamos de un zurdo contrariado.
A la vez, se dejó enseñar
por las mujeres.
Le dio la palabra a la mujer reprimida por la época
victoriana y planteó la pregunta: ¿qué quiere una mujer?, más allá de
las convenciones del momento.
Terminó admitiendo que la sexualidad
femenina era un “continente negro” cuya topografía desconocía.
En todo
caso, no quedó satisfecho con la respuesta que puede tranquilizar, hoy
incluso, a las buenas conciencias de la igualdad cuando afirman: “No
quiere nada distinto que un hombre”.
Toda reivindicación de igualdad
debe tener en cuenta la asimetría radical que existe entre los sexos,
incluso la imposible reciprocidad cuando se trata de sus formas de
gozar, del goce sexual en primer lugar. Freud fue el primero que intentó
elaborar una teoría de esta asimetría, una teoría que han seguido
varias corrientes feministas.
El goce femenino sigue siendo hoy
rechazado, segregado de múltiples formas. ¿Se refiere a la violencia machista? Por ejemplo.
La
violencia contra las mujeres es una verdadera epidemia de nuestro
tiempo.
Se es misógino de una manera similar a la que se es racista, por
un rechazo de la alteridad, de otras formas de gozar que nos parecen
extrañas y que intentamos reducir a una sola forma homogénea y
globalizada.
Y de esta nueva misoginia no se sale tan fácilmente
.
Cualquier empresa educativa parece aquí destinada al fracaso.
El
inconsciente, esa alteridad radical que produce sueños, lapsus, actos
fallidos, síntomas, está claramente del lado femenino.
Y es a este
inconsciente al que debemos saber escuchar en este siglo de identidades,
amores y fronteras líquidas. Dos frases más, esta vez de Lacan: “La mujer no existe” y “La mujer es el síntoma del hombre”.
La primera implica que cada mujer debe inventarse a sí misma, que no
hay identificación posible a un modelo, menos todavía al modelo de la
madre
. La lógica fálica, la que suele caer del lado masculino, quiere
que un vaso sea un vaso y una mujer sea una mujer, siempre según un
concepto previo.
Pero precisamente la feminidad es lo que hace que algo
pueda ser siempre otra cosa distinta de lo que parece.
Es conocido aquel
malentendido de un hombre que le dice a una mujer:
“Te querré toda la
vida”. Y ella le responde: “Me contentaría con que me quisieras cada
día, uno por uno”.
Y podríamos añadir: “Y que cada día sea de un modo
distinto”.
Si de algo sufre el amor es de la locura fálica que supone
querer el Todo sin soportar la alteridad, hasta querer aniquilarla con
el famoso “la maté porque era mía”.
No, no era tuya, era siempre otra, incluso Otra para sí misma.
¿Cuándo surgió su interés por el psicoanálisis? Tuve
una crisis de angustia a los 16 años, una caída en el abismo, ninguna
identificación me servía.
Quería saber pero no sabía qué quería, y los
ideales familiares eran una contradicción imposible de resolver.
Acudí a
un analista y empecé a descifrar el jeroglífico en el que me había
convertido.
Ahora sigo descifrando jeroglíficos trabajando con otros, en
esa especie de comunidad de los que no tienen comunidad y que es la
Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), fundada por Jacques-Alain
Miller.
A nivel institucional la llamamos Escuela, un concepto más
cercano al de la antigüedad griega que a lo que hoy se puede entender
como una escuela universitaria o un colegio profesional.
Lacan la
definió como una base de operaciones contra el malestar en la
civilización.
¿Qué hace un presidente de la AMP? Ser el agente provocador
de una comunidad internacional de casi 2.000 miembros que sigue la
enseñanza de Lacan, algo parecido a una ONG.
De hecho, lo es
formalmente, reconocida por la ONU como institución consultora.
¿Cuáles son los problemas más comunes a los que se enfrenta en su consulta?
Problemas con el amor, el miedo a la muerte, la tristeza y el abandono
ante el deseo de hacer algo en la vida.
Muchas personas ven la felicidad
como algo que hay que alcanzar a toda costa y ese imperativo puede
llegar a ser tan feroz como otras morales que hoy denostamos por
reaccionarias
. Es por eso también que la felicidad se ha convertido en
un factor de la política, y esta no sabe ya cómo responder a ese
imperativo.
Se terminó la época en que la política, también la política
de la salud mental, daba respuestas a la pregunta de los pacientes por
el sentido de la vida con recetas inmediatas.
El goce es adictivo y las
promesas de goce ilimitado dejan al sujeto profundamente desorientado.
Lo vemos en las mil y una adicciones que empujan hoy a las personas al
límite de la muerte, también en el propio campo de la sexualidad.
El
deseo, tal como lo entiende el psicoanálisis y también cierta tradición
ética, es el mejor límite al goce de la pulsión de muerte.
“Desea y
vivirás”, decía Ramon Llull. La religión nos pide renunciar ahora a un goce para obtener uno mayor… en el paraíso.
Sí, es otra forma de alimentar ese feroz imperativo, pero en diferido,
por decirlo así.
El propio imperativo de goce se nutre de las renuncias a
la satisfacción que la civilización exige a cada sujeto, pero
prometiéndole una satisfacción mayor. Es también la maquinaria infernal
del yihadismo. El psicoanálisis dice: Dios es inconsciente. ¿Cómo trata a la religión y al ateísmo?
Dios es tal vez la palabra que ha tenido y sigue teniendo más poder en
la humanidad.
Se sigue masacrando en su nombre, aunque se hagan también
en su nombre las acciones más piadosas.
El sentido religioso es viral,
se extiende y se cuela por todas partes.
No es tan fácil ser ateo, a no
ser bajo la forma buñuelesca del “Soy ateo, gracias a Dios”.
Lea a
alguien tan decididamente ateo como parece ser Stephen Hawking y puedo
indicarle párrafos en los que el buen Dios, ya sea el de Newton o el de
Einstein, se sigue colando inevitablemente por algunos agujeros de su
universo
. No es nada fácil tampoco exorcizar a Dios de la ciencia.
Sí,
Lacan afirmó que Dios es inconsciente, aunque nunca dijo que Dios fuera
el inconsciente, lo que sería no solo delirante, sino también entrar de
lleno en una nueva religión.
El psicoanálisis trata a la religión como
una neurosis colectiva y a la neurosis como una religión privada, aunque
no siempre como la peor ni la más insidiosa. Las sombras de Freud y Lacan recorren muchas de las disciplinas
del siglo XX hasta hoy. ¿Tiene el psicoanálisis el estatuto de ciencia?
No en las condiciones actuales que se requieren de una disciplina para
que sea considerada ciencia: que sus resultados sean reproducibles
experimentalmente y falsables en todos los casos.
Pero, según este
criterio, tampoco es una ciencia la pedagogía o la política, y estamos
cada día en manos de sus más nobles agentes.
El mundo psi trata de lo más singular e irrepetible de cada ser humano y está siempre a la espera de ser considerado ciencia
. El psicoanálisis
es hijo de la ciencia, no podría entenderse sin ella, pero le plantea
objeciones de principio cuando se trata del sufrimiento humano, nunca
reproducible experimentalmente. ¿Puede el arte ser un buen sustituto? El arte puede
producir en algunos casos, y por otros caminos, resultados tan eficaces
como un psicoanálisis
. Es, por ejemplo, lo que Lacan encontró en James
Joyce, que sorteó el precipicio de la locura con una obra que sigue
dando trabajo a una multitud de lectores y estudiosos
. Acabo de venir de
Cuenca, donde he podido volver a ver, después de varios años, las obras
de una generación de artistas que me impresionó, el grupo El Paso.
Antonio Saura hablaba, por ejemplo, de “fijar las capturas del
inconsciente” con su obra, y responde a la psiquiatría de su época, en
una interesante carta al doctor López Ibor, contra el cientificismo y la
ideología normalizadora que ya invadía al mundo psi
. Los
síntomas tienen un sentido y es trabajando sobre él como conseguimos
verdaderas transformaciones. En esta vía, el artista siempre nos lleva
la delantera. ¿Cómo aplicarlo al gran malestar del sujeto contemporáneo, la soledad?
Hay distintas soledades. El gran dramaturgo Eugène Ionesco decía que no
es de soledad de lo que sufrimos, sino de falta de soledad
. El
sentimiento de abandono que a veces llamamos soledad es en realidad
encontrarse con la peor compañía en uno mismo.
Hace poco tuve
oportunidad de comentar en unas jornadas con mis colegas de Argentina el
testimonio que recogieron de una monja de clausura.
Ella distinguía muy
bien la soledad como un medio hacia otra soledad a la que solo podía
acceder atravesando la primera para encontrarse a solas con el Otro.
Ella lo llamaba Dios, pero costaba poco entender ese Otro como una forma
de su propio goce más ignorado por ella misma. Frente a la cada vez mayor tendencia de la psiquiatría a dar
medicamentos, el psicoanálisis propone el deseo de saber como sanación.
La palabra como medicina. Sí, sin excluir el recurso a la
medicación cuando sea necesaria.
El psicoanálisis es un método
terapéutico basado en el único instrumento del poder de la palabra, pero
utilizado fuera de los efectos de coacción o de pura sugestión propios
de otras prácticas. Vivimos en una sociedad profundamente medicalizada,
pero el llamado efecto placebo sigue siendo el enigma inexplicado.
Como
saben muy bien los médicos desde hace siglos, muchas veces la mejor
medicina es el propio médico, sus palabras y su modo de escuchar al
paciente.
"El sentido religioso es viral. Se cuela por todas partes.
No es tan fácil ser ateo"
¿Sirve de algo en la política del día a día? El
psicoanálisis no es una disciplina apolítica, nunca lo ha sido, ha sido
perseguido y excluido bajo regímenes autoritarios. Reivindica la
libertad de palabra como condición irrenunciable del sujeto.
Y eso
también en contra de algunas tradiciones psicológicas para quienes esta
libertad no ha sido siempre defendida. “La libertad es un lujo, un
riesgo, que la sociedad no puede permitirse”, decía B. F. Skinner, padre
del conductismo. Frente a eso, cabría recordar las palabras del mejor
lector de Lacan, Jacques-Alain Miller:
“La insurrección vigilante,
perpetua, de Lacan hacía ver por contraste hasta qué punto a cada
momento nos resignamos, hasta qué punto somos borreguiles”.
¿Qué diría el psicoanálisis del conflicto de identidades entre España y Cataluña?
Parece la historia de un amor imposible y fatal, al estilo Almodóvar;
un conflicto de identidades que no encuentra reconocimiento mutuo, pero
es que la propia noción de identidad ha entrado en crisis en nuestras
sociedades. Ya no hay identidades verdaderas, identidades únicas de
grupo, como no las hay tampoco en una sola persona. El buen padre
clásico parecía dar esa identidad con su Ley, pero ya ve lo que ocurre
hoy con los padres de la patria. Es un signo del declive de la función
del padre, y que nosotros verificamos cada día en el diván. Frente a
esto, el recurso único que el Estado español hace a la ley jurídica no
resuelve la situación, más bien la agrava. El número de independentistas
se ha triplicado en esta última década. Era previsible este
reforzamiento de una voluntad de ser que pide ser reconocida de manera
creciente como un sujeto de hecho. Imposible ignorarlo ya. Ha faltado el diálogo. Estamos acostumbrados a ver caricaturizada su disciplina, por ejemplo en las películas de Woody Allen.
¡Pero la vida real es mucho más caricaturesca todavía! Los
psicoanalistas tratamos en el diván con esos fantasmas que vemos en la
pantalla, están a la vista de todos, pero permanecen indescifrados para
cada uno.
Descifrarlos ayuda a soportar el sinsentido de la vida, esa
necesaria imperfección con la que Billy Wilder terminó magistralmente su
película Con faldas y a lo loco: “Nadie es perfecto”.
Me parece una sabia ironía. ¿Contempla el psicoanálisis ese mundo Otro, el de los alienígenas?
Si me permite una mala noticia, o buena según se mire, ¡los
extraterrestres ya están aquí! ¿Por qué no?
Todo depende, de nuevo, de
lo que entendamos por vida, y también por vida extraterrestre.
La
ciencia-ficción siempre ha imaginado lo extraterrestre a imagen y
semejanza de lo terrestre, solo que un poco diferente
. Cuando en
realidad el primer alien con el que nos las tenemos que ver es nuestro propio inconsciente.
El 27 de marzo se cumplen 39 años del peor accidente de la historia de la aviación civil.
Se produjo en el aeropuerto de Los Rodeos de Tenerife, el
actual Tenerife Norte, y murieron 583 personas tras la colisión de dos
aviones. Los vuelos fueron el KLM 4805, de la línea aérea holandesa KLM,
que procedía del aeropuerto de Schipol en Ámsterdam, y el Pan Am 1736,
que había hecho escala en el Aeropuerto Internacional John F. Keneddy de
Nueva York, procedente de Los Ángeles. EL PAÍS abrió su portada a cuatro columnas con el siniestro. Destacaba como causa del accidente un “fallo humano originado en la cabina de alguno de los dos aviones o en la torre de control del aeropuerto“. Tras la confusión de las primeras horas, la teoría del error humano por encima de cualquier otra cobró fuerza.