Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

27 mar 2016

Del Bosque y el desinterés por La Roja.....................................................Alfredo Relaño

Vicente Del Bosque ha hablado sobre el rendimiento de algunos jugadores de las selección española y de su rendimiento, diferente en sus clubes y en la Roja.

Un poquito harto de tantos rumores de escaqueos, Del Bosque ha salido a defender el carácter benéfico que la Selección tiene para cualquier jugador:
 “Los que vienen a la Selección juegan mejor después en sus clubes”, sostiene
. Y también que, al revés, los que no van a la Selección no juegan tan bien en sus clubes. Asegura tener datos que lo confirman, y así será.
La Selección es un estímulo para el jugador. Fatiga aparte, le hace sentirse mejor, más importante. En el fútbol, se sabe de antiguo que la confianza es clave para el jugador.
 Y ser uno de los once elegidos del país propio da mucha confianza.
Así intenta sacudir la imagen de que la Selección es un engorro
. En España esa imagen existe, salvo en las fases finales.
 Las liguillas de clasificación las damos por resueltas de antemano.
 Ningún aficionado español concibe que España vaya a verse apeada en una fase de clasificación, del mismo modo que ningún aficionado del Madrid o el Barça imagina a su equipo bajando a Segunda. De modo que esas fases se miran con desinterés.
 Y cuando, en casos como éste, se trata directamente de amistosos, peor todavía.
 Y si está a la vista un Clásico, aunque sea inútil para la clasificación, no digamos.
El partido ante Italia no entusiasmó.
Tampoco los jugadores hicieron mucho por ello. Y ahora lo malo es que Del Bosque anuncia, como siempre en estos casos, que van a jugar todos
. La intención es no dejar a ninguno con el chasco, después de haberle secuestrado toda la Semana Santa. Pero el efecto es que no estamos ante dos partidos de la Selección, sino una vez más ante una excursión de la que nadie debe salir defraudado.
 Eso contribuye a esa frialdad que se percibe en torno a la Selección en estos entretiempos y que Del Bosque trata de remediar con palabras, pero no tanto con hechos.

 

Tiempos de resiliencia................................................................... JORGE BARUDY LABRIN

Es la palabra de moda. La emplean políticos, deportistas o gurús de la autoayuda.

 Define la capacidad del ser humano para superar los traumas.


Recientemente, la RAE ha definido resiliencia como la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o estado o situación adversa”.
 Desde mi propia experiencia, como psiquiatra y terapeuta, puedo testimoniar, no solo del dolor y trastornos provocados por los traumas, sino de la capacidad y la valentía de las víctimas para resistir, y hacer lo imposible para que estas experiencias no determinen sus vidas.
Resiliencia designa la capacidad humana de superar traumas y heridas.
 No es una receta para la felicidad, sino una actitud vital positiva que estimula a reparar los daños sufridos.
 Las experiencias de huérfanos, niños maltratados o abandonados; de mujeres que han padecido violencia machista de sus parejas; de víctimas de guerras, de tortura, de catástrofes naturales, o de enfermedades han permitido constatar que muchas personas no se encadenan a sus traumas toda la vida, sino que cuentan con este antídoto.
 Solo necesitan encontrar entornos interpersonales y sociales que les ayuden a conocer el valor terapéutico de la solidaridad y el amor, porque son reconocidos como afectados por experiencias injustas y degradantes.
Porque la resiliencia difícilmente puede brotar en soledad.
 La confianza y solidaridad de otras personas es condición imprescindible para que cualquier persona herida por una experiencia traumática recupere la confianza en sí misma y en la condición humana.
El término tiene su origen en la física
. Es la capacidad de la que está dotada un material para resistir un impacto y retomar su forma original.
 Una pelota de caucho es un objeto resiliente, al contrario que el cristal de una ventana que, frente a un impacto, se hará trizas y no recuperará su forma anterior.
Este fenómeno físico sirvió de metáfora para el ser humano, que puede recibir el impacto de un trauma, no destruirse y seguir adelante.
Conocí el fenómeno de la resiliencia en carne propia, cuando, siendo un joven médico en Chile, fui arrestado, encarcelado y torturado, tras el golpe militar de Pinochet 
. Pero lo que me asombra cuando recuerdo mi cautiverio fue la capacidad para crear lazos afectivos y estrategias solidarias con mis compañeros de cautiverio, para enfrentar el horror cotidiano de las sesiones de tortura y la posibilidad de ser asesinado impunemente. 
Un grupo de prisioneros –yo mismo, otro médico, un profesor de instituto, un pastor luterano y un sacerdote católico – fuimos facilitadores de estas respuestas
 Hoy en día a quienes desempeñan este papel los llamamos “tutores de la resiliencia”.
Conocí el fenómeno de la resiliencia en carne propia, cuando, siendo un joven médico en Chile, fui arrestado y torturado, tras el golpe militar de Pinochet
Creo que debo en parte mi supervivencia mental a este compromiso de apoyar y trabajar para mantener la esperanza en el grupo de presos, a mis empeños en atenderles como médico
. Pude hacerlo gracias a la fuerza del afecto que había recibido en mi familia y en mi barrio durante mi infancia y adolescencia
. Se sumó mi capacidad de indignarme y rebelarme frente a los actos violentos de los militares, que encarcelaron, torturaron y asesinaron a civiles indefensos, amigos o compañeros de trabajo.
 Entonces no sabía que al resistir de aquel modo iniciaba mi propio proceso de remendar mi yo desgarrado por los traumas.
 Comenzaba así a construir mi propia resiliencia.

 Mi “obsesión”, desde que me dejaron en libertad, fue transformar mis dolores en solidaridad efectiva, y participé en un proyecto para reparar el daño traumático de otras personas
. En 1974, el gobierno belga estableció un programa de acogida para los refugiados latinoamericanos con becas para estudios de postgrado, y me especialicé en Neuropsiquiatría, luego en Psicoterapia, Terapia familiar y Psiquiatría infantil
. En 2002, tras conocer a Cyrulnik, me convertí en un activista para la promoción de la resiliencia, no solamente de refugiados y demandantes de asilo, sino de niños y niñas afectados por la violencia de los adultos, en forma de malos tratos, así como en la resiliencia de mujeres y sus hijos víctimas de la violencia machista.
En la actualidad, existe el riesgo de que el concepto de resiliencia se desvirtúe al ponerse de moda. Por ejemplo, algunos políticos y gestores de las políticas sociales lo usan para minimizar el daño y justificar los recortes en las políticas sociales.
En las empresas multinacionales, los seminarios sobre las capacidades resilientes están siendo usados para apoyar el tópico de “tú puedes”, aunque las condiciones laborales se degradan cada día.
 En el discurso mediático, se presenta asociado al éxito de deportistas de élite, cantantes de moda, o concursantes de MasterChef.
También los militares se han apropiado del concepto y lo han corrompido.
 Quienes provocan o participan en las guerras se interesan en el tema para motivar la fuerza destructiva de sus tropas y para banalizar el impacto de sus acciones en la población civil y en sus propios soldados.
Esto se contradice con las investigaciones sobre la resiliencia, que muestran que esta es una producción social y siempre interpersonal.
Los contextos interpersonales resilientes son afectuosos (biología del amor), facilitan la conciencia de ser afectados por injusticias –vengan de la naturaleza (como las catástrofes naturales), de la opresión, la violencia política, de género, los malos tratos infantiles–, lo que permite empoderarse para salir adelante.
 La solidaridad empática con los afectados, la expresión artística, el humor y la espiritualidad son también factores resilientes.
En este sentido, es poco probable que se desarrolle resiliencia en los miles de refugiados que se encuentran en las puertas de Europa: las imágenes conmovedoras de las mujeres, niños, muchos de ellos bebes, y ancianos refugiados sirios son ejemplos de contextos antirresilientes.
Si la resiliencia individual familiar o social es hija del amor y la solidaridad, no se puede desarrollar en esta ingente población de refugiados, afectada por la indiferencia, el rechazo y el poder patriarcal de los gobernantes europeos.
Nos queda la esperanza de que algunas chispas de este fenómeno se produzcan por la acción solidaria de la sociedad civil, que aporta esperanza para que algunos de los afectados puedan resiliar estas dramáticas circunstancias.

Jorge Barudy Labrin es neurosiquiatra, psiquiatra infantil y terapeuta familiar y director de las ONG EXIL, Es autor de La inteligencia maternal. Manual para apoyar la crianza bien tratante y promover la resiliencia de madres y padres (Gedisa 2014).

¿Qué hacer cuando un hijo rompe la relación con sus padres?......................................Héctor Llanos Martínez

Las relaciones tóxicas entre padres e hijos inspiran a autores como Alice Munro y Pedro Almodóvar

A menudo, se habla de las consecuencias psicológicas a las que se enfrenta un hijo a causa de la ausencia de los padres, pero apenas se ha explorado la situación inversa, cuando los hijos desaparecen voluntariamente de las vidas de sus progenitores.
 El silencio es el enemigo principal en este tipo de situaciones.
Este abandono y el sentimiento de culpa que arrastra con él son dos de los grandes temas que abordaba la premio Nobel de Literatura Alice Munro en su trilogía de relatos cortos Destino, Pronto y Silencio, englobados en el libro Escapada.
 El cineasta Pedro Almodóvar se inspira, aunque solo de manera parcial, en estos textos para construir su nueva película, Julieta, personaje que encarnan Adriana Ugarte y Emma Suárez en la cinta que se estrena el 8 de abril. Son dos de los grandes autores que se cuestionan en sus trabajos este sentimiento sin nombre específico y sin manual de supervivencia.
El silencio al que hace referencia parte del relato de la escritora canadiense es el castigo que dedica una joven de 21 años, Penelope, a su madre Juliet, desapareciendo de su vida sin dar ninguna explicación.
 "Las reacciones comunes ante cualquier tipo de abandono suelen ser la soledad, la culpa, la rabia, pero la intrahistoria detrás de ese hecho es la que define las pautas a la hora de enfrentarse a él, en especial si se trata de un abandono progresivo o uno brusco", explica a Verne el psicólogo Alberto Soler.
El dolor no procesado del personaje principal de Munro se basa en la ausencia de una hija que sigue existiendo, solo que no lo hace en la vida de su madre.
 Esa relación perdida no sigue las fases de un duelo puro y duro, como el originado por una desaparición o un fallecimiento.
 Por eso, apunta Soler, no hay un patrón de sufrimiento establecido.
Relaciones tóxicas
Una de las causas más habituales que originan esta situación es la necesidad de romper con la relación tóxica que se ha establecido entre el padre o madre y el hijo.
 "La ruptura llega cuando al menos el hijo lo percibe de este modo", explica Soler, quien considera los ejemplos más habituales de este tipo de relaciones aquellos que se basan en el excesivo control paterno, en la falta de afecto o en la dependencia que desarrolla el progenitor con el hijo.
Entre los temas que el nuevo drama de Almodóvar hereda de Munro también figura el intercambio de roles entre madre e hija.
"La falta de comunicación de Julieta es clave para entender por qué llega a la situación a la que llega. Durante una fase de su vida, no está capacitada para cuidar a nadie, se queda sin recursos para avanzar y se convierte en su hija", comenta a Verne Emma Suárez, sobre su papel en la cinta del director manchego.
"Cuando el padre o la madre se enfrenta a la ausencia de un hijo sin ser consciente de esa relación tóxica que ha provocado la distancia, reacciona con incredulidad o sorpresa.
Eso revela una pobre gestión de las emociones de quien debería ser más adulto y una escasa capacidad de diálogo, lo que daña a la gente cercana", argumenta Soler.
"¿Va a durar este silencio para siempre?", pregunta una madre anónima al hijo que dejó de hablar con ella en una carta abierta que publicó el año pasado el diario británico The Guardian.
 El comentario a propósito de esta publicación más celebrado en el perfil de Facebook del periódico, con más de 250 "me gusta", se cuestiona si la madre debe reflexionar sobre su parte de responsabilidad en esa ruptura.
Si el progenitor reconoce haber construido una relación tóxica, debe enfrentarse a la situación "revisando sus propias creencias, desarrollando empatía con su hijo y siendo humilde", explica el psicólogo.
Y si se recupera la relación, ¿qué pautas se han de seguir?
"Si el problema no ha sido muy grave, algo que afecte a las bases de la relación, lo más aconsejable es no hablar de este episodio en exceso.
 En el caso contrario, sí ha de establecerse una negociación que siente las bases para una nueva relación, todo ello basado en el diálogo, que es una de las cosas que ha fallado en el pasado", argumenta Soler.
En tono de humor y aplicando así la venda antes de la herida, una madre holandesa decidió enfrentar el abandono creando en punto de cruz una versión a tamaño natural de su hijo adolescente, que ya prefiere pasar tiempo con sus amigos que con su madre.
!

 

26 mar 2016

El amor es más fuerte que las bombas


El amor es más fuerte que las bombas 

Sinopsis

Película no recomendada a menores de 12 años.
Cuatro años después de la muerte en accidente de coche de la fotógrafa de guerra Isabelle Joubert Reed (Isabelle Huppert), una galería va a dedicar una gran retrospectiva a su obra fotográfica
. Con motivo de esta exposición, Jonah (Jesse Eisenberg), el hijo mayor de la familia, que acaba de ser padre, vuelve a casa donde se reencuentra con su padre (Gabriel Bryne) y con su hermano menor Conrad (Devin Druid), en plena explosión adolescente.

Los tres, bajo el mismo techo, intentarán estrechar lazos, comprender y manejar sus sentimientos con respecto a la muerte de su madre.
 Es ella el enlace que hará que se den cuenta de que recuerdan el pasado de una manera muy diferente unos de otros.
 Una crónica sentimental de una familia alrededor de la figura de la madre muerta.

El amor es más fuerte que las bombas está dirigido por el danés Joachim Trier (Oslo, 31 de agosto, Reprise) y protagonizada por Jesse Eisenberg (A Roma con amor, Bienvenidos a Zombieland), Gabriel Bryne (Nadie quiere la noche, En terapia) e Isabelle Huppert (Amor, La pianista).