Título original: The Dressmaker País: Australia Duración: 118 minutos Género: Drama Estudios: Amazon Distribuidora: Vértice 360
No recomendado menores de 12 años
'La Modista', película protagonizada por Kate Winslet y Liam Hemsworth,
es una dramedia agridulce ambientada en la Australia rural de principios
de la década de los 50. Winslet interpreta a Tilly Dunnage una modista
que, después de pasar años trabajando para las firmas más exclusivas de
Paris, decide regresar a su pequeño pueblo natal para cerrar las heridas
que había sepultado en el pasado.
Su misión de arreglar todo lo que
dejó en casa, empieza por lograr una reconciliación con su estrafalaria e
inestable madre Molly (Judy Davis), algo que resultará mucho más fácil
que ganarse a un vecindario que sigue manteniendo las acusaciones que
provocaron su huida
. Armada con su máquina de coser y un increíble
sentido del estilo y la moda, transforma a las mujeres del pueblo y
obtiene la ansiada venganza ante aquellos que no dejaron
de difamarla, mientras surge en su corazón un amor inesperado . Jocelyn
Moorhouse dirige este film, basado en un guion escrito por ella misma y
su marido P.J. Hogan, que adapta el best seller de Rosalie Ham,
protagonizado también por Hugo Weaving, Caroline Goodall y Sarah Snook
Kate Winslet protagoniza esta comedia basada en la
novela homónima de Rosalie Ham junto a Liam Hemsworth. 'The Dressmaker'
llegará a los cines estadounidenses el 22 de octubre.
Félix de Azúa acaba de incorporarse a la Real Academia de la Lengua,
ocupando el sillón H. Azúa, que es uno de mis intelectuales favoritos,
eligió para su discurso de ingreso el tema de los neologismos, esas
palabras que maravillosamente se instalan en otro idioma sin permiso,
como toilette, que siendo tan francesa se emplea en todas las lenguas. Azúa se centró mucho en el neologismo serendipia,
que la última edición del Diccionario de la R.A.E define como “hallazgo
valioso que se produce de manera accidental o casual”.
Y enfatizó que
el descubrimiento de América fue una serendipia.
De inmediato pensé que
el amor, también.
Y la corrupción, ¿podría ser otra serendipia? ¿Sucede por casualidad o
la descubrimos casualmente? Creo que a raíz de la conversación grabada
entre María José Alcón, exconcejala de Cultura del Ayuntamiento de
Valencia, y su hijo, Vicente Burgos Alcón, la corrupción ha entrado en
los hogares y, sobre todo, en ese sagrado nicho que es la relación entre
madre e hijo.
Los hombres en la cultura latina lo que más respetamos es
a una madre. Eso lo sabe María José Alcón
.
Por eso, cuando escuchamos la conversación, se nos encoje el corazón
porque una madre le está explicando a su hijo la praxis de una
corrupción.
Está reconociendo que la corrupción ha entrado en su casa, a
través de ella.
Una madre corrupta es un personaje tabú, pero María
José lo ha asumido, lo ha hablado con su hijo y, sin quererlo, nos lo ha
explicado a todos.
Otra serendipia.
María José Alcón va camino de ser una Rosa Parks, esa mujer afroamericana que inició la lucha
por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, ella esta vez
en contra de la corrupción. Explicándole con ese dulce acento
valenciano a su hijo cómo se lava el dinero negro casi como si le
estuviera enseñando a lavar la ropa en una lavadora nueva, que es otra
cosa que los hombres generalmente aprendemos de nuestras madres.
Vivimos boquiabiertos el conflicto de atribuciones entre el Congreso y
el Gobierno en funciones
. Y celebramos que Kiko Rivera se comprometa
con su nueva novia durante el bautizo de su nueva hija
. Y que los Reyes
fueran a cenar, relajadamente, a un restaurante cerca de los Montes del
Pardo que a lo mejor se llama Casa Yogui.
Y que reaparezca María José
Suárez, miss España 1996, anunciando que se ha enamorado de nuevo. Dan
ganas de abrazarlos a todos, por fin buenas noticias: ¡Hay amor!
María José Suárez se aferra a ese amor igual que Rita Barberá se aferra a su escaño en el Senado
.
La modelo tiene más mérito porque ni ella ni el amor están aforados.
Atraviesa esta aventura desprotegida, sin escudo, pero ilusionada,
mientras que Rita día a día se convierte en una aplastante desilusión.
Pero tenemos que mirarlo todo desde la perspectiva brillante, como
cantaba Monty Python
. La exalcaldesa, presionada por la conversación
entre la exconcejala y su hijo, respondió algo, con una breve rueda de
prensa en la sede regional de su partido.
Pero introdujo cambios en su
vestuario.
Los bolsos han sido sustituidos por pañuelos y ruidosos
abalorios que lo decían todo, destacando un collar de perlas gruesas y
tan blancas que parecían recién lavadas.
Imponente y teatral en su
soledad, Rita parecía Mao Tse-Tung en sus últimos días, un Gran Timonel
avanzando orondo hacia la nada.
Viéndola pensé cómo sería Rita si
hubiera tenido una familia en vez de votantes y asistentes
. ¿Habría
considerado tener una conversación como la de María José con su hijo
Vicente?
Porque en las telenovelas una madre, por más ambiciosa y
exitosa que sea, siempre tiene ese momento en que protege a sus hijos
antes que a sí misma.
En inglés, serendipity también es la heladería favorita de
Jackie Kennedy en Nueva York, a la que llevaba a sus hijos cada domingo.
A veces toda la semana es una serendipia. O quizás la clave del éxito y
la felicidad sea vivirla así.
Ayer, en un jardín escondido en pleno
Miami, Ricardo Bofill recibió un homenaje
mientras presentaba un edificio residencial que ha diseñado.
Impecablemente vestido, hacía bromas con que había elegido un aspecto de
Padrino, “que te sienta mejor en Miami”. Se jactó de su soltería y
describió la arquitectura como una medicina que puede ser tomada por
sanos y enfermos, “que no puede tener miedo a asociarse a lo comercial
para seguir siendo social”. Su hijo Ricardo, plenamente incorporado al
negocio familiar, traducía las palabras de su padre y, como una
serendipia, volví a pensar en María José y su hijo Vicente y en María
José Suárez, para concluir que la familia y el amor muchas veces son una
salvación y casi siempre una casualidad.
ARIES 21 mar. – 19 abr. El mes está lleno de oportunidades.
Los días 7 y 9 le traerán sorpresas. Mercurio y Júpiter le ayudarán a
reflexionar sobre las decisiones tomadas y cómo sacarles provecho.
Esta unión le dará suerte el día 14, aproveche para hablar con su
jefe o presentar una ide
a. Con la Luna llena del 22, vendrán buenas
noticias en el sector financiero: le aprobarán un proyecto. Si está
buscando una relación más seria, formalícela el día 5.
El 'caso Nóos' ha cristalizado su ruptura definitiva con la casa del Rey.
En enero de 2012 el rey Juan Carlos
envió a su consejero personal, Fernando Almansa, a Denver, en Estados
Unidos, para una reunión crucial con los duques de Palma, que estaban
esquiando en Aspen. El mensaje era claro: para atajar el escándalo del caso Nóos,
o al menos alejarlo de la Familia Real, el Rey esperaba de ellos que se
separaran o que la Infanta, sexta en la línea dinástica, renunciara a
sus derechos de sucesión
Un corte limpio con un asunto sucio. La Infanta, según fuentes de
Zarzuela, montó en cólera: “¡Yo nací Infanta y moriré Infanta!”.
Los
duques de Palma no hicieron ninguna de las dos cosas. Pese a las
dificultades siguen juntos y ella se aferra a su privilegio dinástico
como un último lazo simbólico que le une a la Casa del Rey.
Desde
entonces Cristina de Borbón se ha ido quedando cada vez más sola.
Se abrió una guerra de nervios, con una institución clave en juego, que llega hasta hoy.
En Zarzuela empezaron a cerrarle el grifo:
no era invitada a los actos y hasta dejaron de pagarle la asignación
por participar en actividades institucionales.
Los Urdangarin, que
tuvieron que vender su palacete de Pedralbes, se vieron rodeados de
enemigos: Diego Torres, exsocio del duque en el Instituto Nóos, la
prensa, los funcionarios de Zarzuela y, para Cristina en particular, su
propio padre.
Ella ha actuado con su marido en momentos difíciles como se jura cuando te casas y luego la mayoría no lo recuerda" En la salud y en la Efermedad" etc.
Un corte limpio con un asunto sucio. La Infanta, según fuentes de
Zarzuela, montó en cólera: “¡Yo nací Infanta y moriré Infanta!”.
Los
duques de Palma no hicieron ninguna de las dos cosas. Pese a las
dificultades siguen juntos y ella se aferra a su privilegio dinástico
como un último lazo simbólico que le une a la Casa del Rey.
Desde
entonces Cristina de Borbón se ha ido quedando cada vez más sola.
Su Padre el Rey emérito que como buen Borbón siempre ha hecho lo que le ha dado la gana debería saber mejor que nadie que Cristina es como él, una Borbón de caracter indómito.
Se abrió una guerra de nervios, con una institución clave en juego, que llega hasta hoy. En Zarzuela empezaron a cerrarle el grifo:
no era invitada a los actos y hasta dejaron de pagarle la asignación
por participar en actividades institucionales. Los Urdangarin, que
tuvieron que vender su palacete de Pedralbes, se vieron rodeados de
enemigos: Diego Torres, exsocio del duque en el Instituto Nóos, la
prensa, los funcionarios de Zarzuela y, para Cristina en particular, su
propio padre. Luego se sumó a la lista su hermano, Felipe VI, cuando
ante sus resistencias les retiró el título de duques por las malas, a
través del BOE.Ya se acordará de ella cuando a él y sobre todo a la Reina Letizia les hagan abdicar cuando se implante otra República. Y así sabran que en la salud y en la enfermedad son mortales como cualquier ciudadno. El enfrentamiento con Zarzuela se ha hecho explícito de nuevo este
miércoles con la declaración como testigo del exjefe de la Casa del Rey,
Alberto Aza, que desmintió una de las últimas coartadas —morales, no
jurídicas— del matrimonio Urdangarin: que la monarquía sabía todo lo que
hacían y, por tanto, no pensaron que hubiera nada malo. Aunque esa idea
insinúa otra más insidiosa: que no hacían nada raro, es decir, nada que
no fuera normal hasta entonces. Un modo de vida. Por eso el juicio Nóos
tiene una doble lectura evidente de juicio a una institución. La periodista Ana Romero, en su libro Final de partida, sobre
la abdicación de Juan Carlos I, afirma que Cristina dijo un día entre
lágrimas: “¡Me educaron en lo que tenía que hacer, pero nunca me dijeron
lo que no debía hacer!”. La Infanta se ha sentido traicionada y
abandonada como chivo expiatorio, y solo la reina emérita Sofía y su
hermana Elena estarían de su parte. Ha vivido el mes que ha pasado en el
banquillo como un castigo. Cuando terminó su declaración, el 3 de
marzo, se acercó a saludar al tribunal antes de irse, como si hubiera
concluido un pesadísimo acto benéfico que requería el sacrificio de su
presencia. En este caso, con un fin muy benéfico: hacer ver que la
justicia es igual para todos. Al principio parecía que lo vivía así,
soportando un latazo impuesto y ahí se acabaría la cosa. Pero el
implacable desarrollo del proceso ha ido minando su aguante. Al final ya
no estaba tan nerviosa, sino más abatida. Como si hubiera asumido que
quizá lo peor está por llegar. Es posible que si el Rey emérito que todo lo sabe y mata elefantes con su amante Corina que vivía tb en el Pardo tendría que saber todo de todo. y si no lo sabe ¿qué pintaba Juan Carlos sin enterarse cuando lo envió a Telefónica ? Pensó que se dedicaba a poner Wi.Fi en California o en Texas, mientras vivian en wasingthon? Como los americanos, Si no saber conducir a tu familia, como lo vas a hacer con un Pais? Y no es que me parezca bien todo lo que ocurre en ese caso !Ñoooos! que caso, pero que no se hagan los tontos los Borbones claro que igual lo han sido siempre.
Su marido, con una petición de pena de 19,5 años,
se arriesga seriamente a ir a la cárcel. La sentencia, que deberá
aguardar otro año a la ratificación del Supremo, se espera para después
del verano. No es una hipótesis descabellada ver a Urdangarin ingresando
en prisión. Ella afronta una petición de ocho años como cooperadora de
delito fiscal de su esposo en 2007 y 2008, y es difícil calibrar qué
ocurrirá. Aunque fuera una condena menor, de dos años y que puede no
implicar la prisión, sería un duro golpe. De momento se cumple el guion previsto por la Casa del Rey que ella
se ha negado a asumir: dejar caer a Urdangarin y salvarla a ella. Ha
llegado al banquillo por un factor incontrolable, la peculiar asociación
Manos Limpias, los únicos que la acusan, y por la decisión del tribunal
de aceptar su imputación, en contra del criterio del fiscal. Y lo
cierto es que, en lo que va de juicio, todos en mayor o menor medida
—acusaciones, defensas, imputados, testigos— han tendido un velo
protector sobre la Infanta. El alejamiento y ruptura con Zarzuela comenzó a gestarse a partir del
7 de noviembre de 2011, cuando la Policía entró en las oficinas de Nóos
y destapó el caso. El duque de Palma se enfrentó enseguida con la Casa
del Rey con un comunicado en el que defendía su inocencia y que su
“actuación profesional ha sido siempre correcta” . Entonces iba muy
sobrado. También rechazó la ayuda legal que le ofreció Zarzuela, con
prestigiosos abogados. Ya no se fiaba de que la Casa del Rey manejara la
causa. Decidió asumir el control, y fue un desastre. Urdangarin confió su defensa a un abogado que conocía de jugar al
tenis, Pascual Vives. Su estrategia inicial, echar la porquería sobre su
socio Diego Torres, fue un gran error que, básicamente, les ha llevado
donde están. De forma incomprensible, Vives decidió oponerse al archivo
de las acusaciones contra la mujer de Torres, Ana María Tejeiro, que
también trabajaba en Nóos. Torres no se dejó amedrentar y tiró de la
manta. Aireó los famosos correos electrónicos que dejaron la imagen de
los duques por los suelos. La imputación definitiva del matrimonio
Urdangarin y el alejamiento de Zarzuela les hizo cambiar de estrategia
antes del juicio. Se unieron a las tesis defensivas de Torres: descargar
la culpa de los desmanes de Nóos sobre el asesor fiscal, Miguel
Tejeiro, que esta semana lo ha rechazado, y afirmar que la Casa del Rey
sabía todo, en contra de lo que el propio Urdangarin había declarado
ante el juez instructor. Ha sido el bandazo final desesperado de dos
exduques extraviados.
Exiliada en su casa de Ginebra y alejada de los suyos, la Infanta pasará
un verano de ansiedad a la espera de la hora de la verdad.