ARIES 21 mar. – 19 abr. El mes está lleno de oportunidades.
Los días 7 y 9 le traerán sorpresas. Mercurio y Júpiter le ayudarán a
reflexionar sobre las decisiones tomadas y cómo sacarles provecho.
Esta unión le dará suerte el día 14, aproveche para hablar con su
jefe o presentar una ide
a. Con la Luna llena del 22, vendrán buenas
noticias en el sector financiero: le aprobarán un proyecto. Si está
buscando una relación más seria, formalícela el día 5.
El 'caso Nóos' ha cristalizado su ruptura definitiva con la casa del Rey.
En enero de 2012 el rey Juan Carlos
envió a su consejero personal, Fernando Almansa, a Denver, en Estados
Unidos, para una reunión crucial con los duques de Palma, que estaban
esquiando en Aspen. El mensaje era claro: para atajar el escándalo del caso Nóos,
o al menos alejarlo de la Familia Real, el Rey esperaba de ellos que se
separaran o que la Infanta, sexta en la línea dinástica, renunciara a
sus derechos de sucesión
Un corte limpio con un asunto sucio. La Infanta, según fuentes de
Zarzuela, montó en cólera: “¡Yo nací Infanta y moriré Infanta!”.
Los
duques de Palma no hicieron ninguna de las dos cosas. Pese a las
dificultades siguen juntos y ella se aferra a su privilegio dinástico
como un último lazo simbólico que le une a la Casa del Rey.
Desde
entonces Cristina de Borbón se ha ido quedando cada vez más sola.
Se abrió una guerra de nervios, con una institución clave en juego, que llega hasta hoy.
En Zarzuela empezaron a cerrarle el grifo:
no era invitada a los actos y hasta dejaron de pagarle la asignación
por participar en actividades institucionales.
Los Urdangarin, que
tuvieron que vender su palacete de Pedralbes, se vieron rodeados de
enemigos: Diego Torres, exsocio del duque en el Instituto Nóos, la
prensa, los funcionarios de Zarzuela y, para Cristina en particular, su
propio padre.
Ella ha actuado con su marido en momentos difíciles como se jura cuando te casas y luego la mayoría no lo recuerda" En la salud y en la Efermedad" etc.
Un corte limpio con un asunto sucio. La Infanta, según fuentes de
Zarzuela, montó en cólera: “¡Yo nací Infanta y moriré Infanta!”.
Los
duques de Palma no hicieron ninguna de las dos cosas. Pese a las
dificultades siguen juntos y ella se aferra a su privilegio dinástico
como un último lazo simbólico que le une a la Casa del Rey.
Desde
entonces Cristina de Borbón se ha ido quedando cada vez más sola.
Su Padre el Rey emérito que como buen Borbón siempre ha hecho lo que le ha dado la gana debería saber mejor que nadie que Cristina es como él, una Borbón de caracter indómito.
Se abrió una guerra de nervios, con una institución clave en juego, que llega hasta hoy. En Zarzuela empezaron a cerrarle el grifo:
no era invitada a los actos y hasta dejaron de pagarle la asignación
por participar en actividades institucionales. Los Urdangarin, que
tuvieron que vender su palacete de Pedralbes, se vieron rodeados de
enemigos: Diego Torres, exsocio del duque en el Instituto Nóos, la
prensa, los funcionarios de Zarzuela y, para Cristina en particular, su
propio padre. Luego se sumó a la lista su hermano, Felipe VI, cuando
ante sus resistencias les retiró el título de duques por las malas, a
través del BOE.Ya se acordará de ella cuando a él y sobre todo a la Reina Letizia les hagan abdicar cuando se implante otra República. Y así sabran que en la salud y en la enfermedad son mortales como cualquier ciudadno. El enfrentamiento con Zarzuela se ha hecho explícito de nuevo este
miércoles con la declaración como testigo del exjefe de la Casa del Rey,
Alberto Aza, que desmintió una de las últimas coartadas —morales, no
jurídicas— del matrimonio Urdangarin: que la monarquía sabía todo lo que
hacían y, por tanto, no pensaron que hubiera nada malo. Aunque esa idea
insinúa otra más insidiosa: que no hacían nada raro, es decir, nada que
no fuera normal hasta entonces. Un modo de vida. Por eso el juicio Nóos
tiene una doble lectura evidente de juicio a una institución. La periodista Ana Romero, en su libro Final de partida, sobre
la abdicación de Juan Carlos I, afirma que Cristina dijo un día entre
lágrimas: “¡Me educaron en lo que tenía que hacer, pero nunca me dijeron
lo que no debía hacer!”. La Infanta se ha sentido traicionada y
abandonada como chivo expiatorio, y solo la reina emérita Sofía y su
hermana Elena estarían de su parte. Ha vivido el mes que ha pasado en el
banquillo como un castigo. Cuando terminó su declaración, el 3 de
marzo, se acercó a saludar al tribunal antes de irse, como si hubiera
concluido un pesadísimo acto benéfico que requería el sacrificio de su
presencia. En este caso, con un fin muy benéfico: hacer ver que la
justicia es igual para todos. Al principio parecía que lo vivía así,
soportando un latazo impuesto y ahí se acabaría la cosa. Pero el
implacable desarrollo del proceso ha ido minando su aguante. Al final ya
no estaba tan nerviosa, sino más abatida. Como si hubiera asumido que
quizá lo peor está por llegar. Es posible que si el Rey emérito que todo lo sabe y mata elefantes con su amante Corina que vivía tb en el Pardo tendría que saber todo de todo. y si no lo sabe ¿qué pintaba Juan Carlos sin enterarse cuando lo envió a Telefónica ? Pensó que se dedicaba a poner Wi.Fi en California o en Texas, mientras vivian en wasingthon? Como los americanos, Si no saber conducir a tu familia, como lo vas a hacer con un Pais? Y no es que me parezca bien todo lo que ocurre en ese caso !Ñoooos! que caso, pero que no se hagan los tontos los Borbones claro que igual lo han sido siempre.
Su marido, con una petición de pena de 19,5 años,
se arriesga seriamente a ir a la cárcel. La sentencia, que deberá
aguardar otro año a la ratificación del Supremo, se espera para después
del verano. No es una hipótesis descabellada ver a Urdangarin ingresando
en prisión. Ella afronta una petición de ocho años como cooperadora de
delito fiscal de su esposo en 2007 y 2008, y es difícil calibrar qué
ocurrirá. Aunque fuera una condena menor, de dos años y que puede no
implicar la prisión, sería un duro golpe. De momento se cumple el guion previsto por la Casa del Rey que ella
se ha negado a asumir: dejar caer a Urdangarin y salvarla a ella. Ha
llegado al banquillo por un factor incontrolable, la peculiar asociación
Manos Limpias, los únicos que la acusan, y por la decisión del tribunal
de aceptar su imputación, en contra del criterio del fiscal. Y lo
cierto es que, en lo que va de juicio, todos en mayor o menor medida
—acusaciones, defensas, imputados, testigos— han tendido un velo
protector sobre la Infanta. El alejamiento y ruptura con Zarzuela comenzó a gestarse a partir del
7 de noviembre de 2011, cuando la Policía entró en las oficinas de Nóos
y destapó el caso. El duque de Palma se enfrentó enseguida con la Casa
del Rey con un comunicado en el que defendía su inocencia y que su
“actuación profesional ha sido siempre correcta” . Entonces iba muy
sobrado. También rechazó la ayuda legal que le ofreció Zarzuela, con
prestigiosos abogados. Ya no se fiaba de que la Casa del Rey manejara la
causa. Decidió asumir el control, y fue un desastre. Urdangarin confió su defensa a un abogado que conocía de jugar al
tenis, Pascual Vives. Su estrategia inicial, echar la porquería sobre su
socio Diego Torres, fue un gran error que, básicamente, les ha llevado
donde están. De forma incomprensible, Vives decidió oponerse al archivo
de las acusaciones contra la mujer de Torres, Ana María Tejeiro, que
también trabajaba en Nóos. Torres no se dejó amedrentar y tiró de la
manta. Aireó los famosos correos electrónicos que dejaron la imagen de
los duques por los suelos. La imputación definitiva del matrimonio
Urdangarin y el alejamiento de Zarzuela les hizo cambiar de estrategia
antes del juicio. Se unieron a las tesis defensivas de Torres: descargar
la culpa de los desmanes de Nóos sobre el asesor fiscal, Miguel
Tejeiro, que esta semana lo ha rechazado, y afirmar que la Casa del Rey
sabía todo, en contra de lo que el propio Urdangarin había declarado
ante el juez instructor. Ha sido el bandazo final desesperado de dos
exduques extraviados.
Exiliada en su casa de Ginebra y alejada de los suyos, la Infanta pasará
un verano de ansiedad a la espera de la hora de la verdad.
Black & White and RED!!! Valentino H: El modisto
Valentino aloja en su castillo de las afueras de París, abierto al
público, un espectacular legado de 10.000 bocetos, 2.000 cartas y valios
Alejandro Álava, copiloto del vuelo, había nacido en 1979 en
Tenerife.
Estaba casado y su esposa está embarazada de gemelos
. Natural
de San Cristóbal de La Laguna y con una amplia experiencia profesional,
era hijo de un conocido médico de esta isla.
Inició su actividad
profesional en Tenerife como copiloto de la empresa Naysa.
Con la
llegada de la crisis en 2014 se trasladó a Dubai y comenzó a trabajar en
la compañía FlyDubai.
La noticia de la tragedia aérea ha conmocionado a
los miembros de las compañías de Binter y Naysa, donde desempeñó gran
parte de su actividad profesional.
Pilotos que lo conocían han señalado a
EL PAÍS que se trataba de una persona extrovertida y buen profesional.
La noticia de la tragedia aérea ha conmocionado a los miembros de las
compañías de Binter y Naysa, donde desempeñó gran parte de su actividad
profesional
. Pilotos que lo conocían han señalado a EL PAÍS que se
trataba de una persona extrovertida y buen profesional.
El responsable de Naysa, Rodolfo Núñez, aseguró que se encuentran consternados en la compañía ante esta triste noticia.
Por su parte, Curbelo Caro había nacido en Las Palmas, actuaba en el
vuelo como sobrecargo y era hermano de Noelia Curbelo, jefa de
Relaciones Institucionales y Comunicación de Binter.
Hombre , es una mala noticia dos hombres que son pilotos y en la compañía Binter, que ya es valor, binter no vuela va a saltitos, de las palmas a tenerife. No es un avión seguro para nada ero si iba a Rusia supongo que tendría más estabilidad. Mala Suerte, D.E.P los dos.