19 mar 2016
18 mar 2016
Si no hueles a este perfume no eres nadie, estás fuera.............................................. Sofía Ruiz de Velasco.
No somos así de superficiales, es lo que dice 'The New York Times'. ¿Por qué se ponen de moda ciertas fragancias? Analizamos el fenómeno ahora que una de cosmética nicho parece invadirlo todo.
No es casualidad.
Ocurre siempre con las tendencias: un pequeño grupo de gurús adopta
un nuevo estilo y el resto del populacho los seguimos.
Algunos conscientemente, buscando pertenecer a ese grupo que avanza sin mirar atrás (#youcantseatwithus), otros sin darse cuenta, recibiendo inputs de los que ni siquiera somos conscientes.
Así se ha ido extendiendo entre los entendidos del mundo de la moda un nuevo olor: es Santal 33, un perfume unisex creado en 2011 por Le Labo, marca neoyorquina de aspecto minimal y carácter artesanal. Según el New York Times en los círculos modernos de Nueva York y Los Ángeles, si no hueles a Santal no eres nadie, estás fuera.
Y como toda tendencia ya cuenta con críticos que la tildan de olor predecible.
Algunos conscientemente, buscando pertenecer a ese grupo que avanza sin mirar atrás (#youcantseatwithus), otros sin darse cuenta, recibiendo inputs de los que ni siquiera somos conscientes.
Así se ha ido extendiendo entre los entendidos del mundo de la moda un nuevo olor: es Santal 33, un perfume unisex creado en 2011 por Le Labo, marca neoyorquina de aspecto minimal y carácter artesanal. Según el New York Times en los círculos modernos de Nueva York y Los Ángeles, si no hueles a Santal no eres nadie, estás fuera.
Y como toda tendencia ya cuenta con críticos que la tildan de olor predecible.
Pero, ¿cómo se extienden las tendencias en perfumes? La publicidad influye,claro, pero Le Labo no es precisamente una marca comercial que se anuncie en marquesinas.
“La mejor publicidad de Chanel N5 fue Marilyn Monroe”, explica Maddalen Marzol, autora desde el año 2009 del blog de perfumes El tocador de Dorothy, asesora de perfumerías y ahora copropietaria de la perfumería nicho Hunky Dory en San Sebastián. Maddalen se refiera a aquella frase de Marilyn en una entrevista en la revista Life en la que le preguntaban qué se ponía para ir a la cama y ella contestó “Sólo Chanel Nº5“
. Las referencias históricas o a personajes famosos son uno de los cauces, publicidad aparte, para que un perfume se convierta en tendencia “de esta forma se vuelve icónico, más deseable.
No puedes tener un chalet con vistas al mar pero si te puedes comprar un perfume que huele como alguien a quien admiras”, explica Maddalen.
El perfume es algo muy personal en íntimo contacto con la piel
. Carece de logos que griten su nombre, así que es un lujo sutil, y además asequible. Por eso saber que utilizas el mismo perfume que la gente cool o que un personaje a quien admiras recrea secretamente la sensación de parecerte a ellos. A Maddalen, por ejemplo, le pasó algo curioso en su blog:
“Elvira Lindo escribió en El País un artículo en el que describía con mucha precisión el perfume que utilizaba. Es un perfume poco conocido, no comercial, con un olor muy característico que se utilizó bastante.
Pero ella no decía cuál era.
Me escribieron por twitter y me llegaron muchos emails para preguntarme si yo sabía el nombre del perfume. Lo sabía, pero no lo dije“.
Lo mismo ocurre cuando en su tienda menciona los perfumes que utilizaron Bob Kennedy, Eight & Bob, o Winston Churchill, Blenheinm Bouquet, de pronto el interés es mayor.
Según los datos de la Asociación de Cosmética y Perfumería española, Stanpa, en 2015 la venta de perfumes se ha incrementado en un 5,2% en el caso de las fragancias femeninas y en un 5,5% en las masculinas. Además, el porcentaje de dinero que dedicamos al perfume entre todos los cosméticos en España es superior a la media europea.
Nos preocupa, por tanto, nuestro perfume, y los gustos en cuanto a aromas varían, según cuenta Maddalen, entre el norte, donde se tiene a fragancias más frescas, y el sur, en donde se utilizan aromas más opulentos y florales.
Las tendencias locales en perfumería son muy fuertes ya que la otra forma en que se viraliza un perfume es por imitación.
En 1985 nació Aire de Loewe, la primera fragancia de lujo española con un frasco elegante y aroma fresco pero persistente.
Este perfume, que todos hemos visto en nuestra infancia, se convirtió en un aroma de moda en España por imitación, igual que sucedió con la fresca, cítrica y ochentera Eau de Rochas.
La mítica pregunta: ¿qué colonia usas? se vuelve ahora innecesaria gracias a Instagram y su pretendida sensación de estar hurgando en los armarios de los usuarios, que no tan inocentemente, como recuerda Maddalen, colocan un frasquito de un perfume al lado de su cámara analógica o dentro de su Mansur Gavriel.
“Si estás viendo mucho Santal 33 en Instagram seguramente estará pagado”, me dice.
No hay que olvidar que Le Labo, a pesar de su aire outsider pertenece a Estée Lauder, firma comercial de perfumes con una gran maquinaria publicitaria.
Muchas colonias hacen publicidad y tratan de posicionarse con nuevas estrategias de marketing, pero ¿por qué unas prenden y otras no?
“Han de ser diferentes, pero no pueden ser extremas”, dice Maddalen.
Además, tienen que reflejar de alguna manera el momento actual. Así sucedió en los 90 con los perfumes secos y minimalistas Issey Miyake o Eternity.
El furor de CK One, que recogía en su publicidad la estética grunge, fotografiada por Steven Meisel, y la androginia de los 90 hizo de esta colonia unisex todo un símbolo del momento.
En los 2000 (concretamente en 2003) Narciso Rodríguez For Her recoge con su aroma el zeitgeist del momento: vuelve la feminidad, el rosa ya no es un color estúpido y así su fragancia floral pero no muy perfumada es la más vendida en España desde hace años.
Y este aroma sienta las bases para otros perfumes como Chloé. “Si un perfume se vende mucho surgen perfumes parecidos”, dice Maddalen.
Es por eso que asociamos ciertas características de las fragancias con un momento concreto: “no es que nuestras abuelas huelan a abuela.
Ellas utilizan el mismo tipo de perfume que usaban de jóvenes. Son los olores los que cambian“.
Seguramente, algún día CK One sea una colonia de abuela.
Los peligros de reservar ‘online’ el viaje de Semana Santa........................................ Beatriz Guillén
El robo de datos o el pago excesivo son dos de los riesgos de reservar las vacaciones por Internet.
La Red es más cómoda y ha ampliado de forma exponencial la oferta de hoteles y vuelos, pero también tiene sus riesgos.
Los expertos advierten de los peligros de reservar online y, en concreto, a última hora los hoteles, vuelos y coches para la Semana Santa.
1. Cuidado con el robo de datos. El principal riesgo de comprar por Internet es la suplantación de identidad o el robo de datos personales.
Cuando la información circula por la Red sin las adecuadas prevenciones se puede utilizar en contra del titular y realizar transacciones y compras en nombre del usuario.
España es el país de la Unión Europea que más sufre este tipo de robos por Internet, muy por encima de la media, según datos de Eurostat.
Las denuncias ante la Agencia Española de Protección de Datos se han multiplicado por tres en el último año.
Por esta razón, las prisas no son buenas a la hora de reservar un viaje online.
El usuario tiene que prestar atención a algunos aspectos para evitar riesgos.
Los principales, según la empresa de protección digital Always On, son no realizar los pagos en una zona wifi que no sea de confianza, buscar un icono de un candado cerrado en la web donde se vaya a realizar la reserva y fijarse en el sello de confianza online, que garantiza que la página ha sido verificada
. Desde Logitravel, expertos en viajes online, apuntan la existencia de un gran número de portales fraudulentos, por lo que apuestan por comprar en webs conocidas que se hayan utilizado antes, que se anuncien por medios de comunicación o que sean de grandes cadenas hoteleras o de viajes.
3. Quedarse sin el destino o las fechas deseadas. Y este es, finalmente, el riesgo más común al que se enfrentan los usuarios de última hora.
Las opciones, por ejemplo a la hora de buscar alojamiento, se limitan cuanto más se acerca la fecha. Esto ocurre especialmente en festividades clave como la Semana Santa. Ángel Guirado, manager de Skyscanner España, propone como solución las fechas flexibles, adaptarse a volar en horas menos populares del día y de la semana y comprobar si merece la pena hacer un vuelo con escala.
"El ahorro puede ser considerable si en vez de viajar el 24 de marzo, se elige el 23 y se vuelve el 29 en vez del 27", apunta
. Asimismo, para aquellos viajeros que quieran hacer una escapada pero no les importe el destino siempre se puede probar con la opción a “cualquier lugar” que muestra los destinos más económicos.
Sin embargo, que no cunda el pánico, los expertos reconocen que no todo está perdido.
"Todavía quedan chollos. No va a ser posible ir a Sevilla, claro, pero hay un gran número de destinos a buen precio en los que todavía quedan plazas", cuenta Carlos García, director de Marketing de Logitravel
. Eso sí, advierten, hay que darse prisa que hasta lo último se está acabando ya.
¿Por qué demonios quieren ser periodistas?................................................................. Juan Cruz
Un oficio que algunos consideran que está en pleno abismo y muchos otros chicos consideran una tabla de surf para la vida.
Ella se llama Eél, por un canto hare krishna al que se entregó su madre cuando trataba de quedarse embarazada; finalmente nació la niña, que ahora es periodista.
Es de Barranquilla, Colombia, y trabaja, cuando tiene poco más de veinte años, en el periódico en el que se hizo Gabo, El Heraldo, y en el que profesa, como director y como maestro, “y hasta de segundo padre”, de Eél, el compañero Marco Schwartz, al que tuvimos mucho tiempo en la prensa española.
No quiso.
Quería ser científica, arquitecta, cualquier cosa; pero redactaba bien.
Redactaba tan bien que empezó a ganar premios, hasta que ganó un premio nacional… de periodismo
. Y aquí se quedó, en el borde mismo de un oficio que algunos consideran que está en pleno abismo y que otros, como Eél y muchos chicos más que buscan en esta profesión invisible consideran una tabla de surf para la vida.
Ahora participa en uno de los talleres que inventó Gabo cuando inició su aventura de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en la ciudad caribe de Cartagena de Indias. Esos talleres forman parte del Congreso de la Lengua que con ruido y nueces se celebra en Puerto Rico.
Hay más chicos, hasta veinte, en dos talleres, ambos de crónica, la tradicional, es decir, la que aún necesita papel y lápiz para producirse, y la que abraza los nuevos soportes, a los que alguna vez habrá que ponerle un nombre que no sea soporte, que suena a sostén o a muleta. Me fijé para esta última crónica desde Puerto Rico en Eél no sólo porque se llama así, y es noticia que ella sea Eél, sino porque es precisamente de la cuna de tan gran periodismo, el que le dio aire a Gabriel García Márquez, que entre otras cosas es el santo patrón de la Crónica.
Ella, pues, no quiso ser periodista, pero los que la conocen y la han leído, los que la ven crecer como cronista, consideran que tiene ya las agallas de un pez invencible, que respira periodismo por todos los poros y que un día irá por la calle, como hacía Gabo, y dejará de mirar a los maestros para que otros la miren a ella.
La convicción de los periodistas se les ve en los ojos, y cuando son chicos (es decir, jóvenes) ese fulgor es impagable, pues de él están muy faltos el oficio y las redacciones. ¿En qué consiste ese fulgor? No es nada nuevo, ni es privativo del oficio de periodista.
Se llama, tan solo, ganas de hacerlo, espíritu de estar en ello desde que amanece hasta que acaba el día, rebuscando en el interior de uno mismo las ganas de saber más de la historia que te acaban de contar; de no hacerle ascos a un encargo sino de buscarlo, como hacían los legendarios Leguineche y Vázquez Montalbán, hasta suplicando.
¿Y por qué quisiste ser periodista?, le pregunté a Eél como le pregunté a otros muchachos estos días; un periodista es (vuelvo a Manu Leguineche) miembro de una tribu que se materializa como un espíritu, de noche y de día, como los fantasmas más queridos, así que siempre queremos hacer proselitismo, pero siempre creemos que ser periodista es algo de unos locos como uno mismo.
Ella, Eél, se encogió de hombros, pues ser periodista, llegar a serlo, es una especie de fatalidad buena que nos espera al borde del camino.
Ahora a esa pregunta se le añade la nariz de las preguntas, que consiste en fruncir la nariz, precisamente, mientras la haces.
Ya no es esa la pregunta, ¿por qué te hiciste periodista?, sino ¿por qué demonios te hiciste periodista? Le han ido quitándole lascas al cuerpo del periodismo y lo están dejando enflaquecido, convirtiéndolo en pasto de redes sociales y de dimes y diretes varios que van eliminando del periodismo la curiosidad, el interés por los otros, para convertirlo en pasto y barbecho de cotilleos y de opiniones contundentes, mucho menos interesantes que las Opiniones contundentes de Nabokov.
García Márquez, antecesor en el ilustre oficio denostado de Eél y de tantos otros muchachos que hoy oyen esta vocación como agua de mayo (en mayo nació EL PAÍS, qué coincidencia), se puso en esto porque oyó contar y quiso seguir contando, y contando se hizo quien es
. Para él, (para Gabo, y para Eél, ahora) el lenguaje, la música del lenguaje, era el sustento del oficio; lenguaje más preguntas más historia.
Como ahora la gente, los periodistas también, tiende a saber de todo instantáneamente, como si anduviéramos a lomos de google y de Wikipedia, periodista parece que ya lo puede ser cualquiera y por eso se les pregunta a quienes vienen al borde de este abismo: ¿por qué demonios quieres ser periodista?
Pues quieren serlo porque es un oficio bello como la primera palabra dicha por un niño o bello como la ola de Mundaka o bello como el mar de Puerto Rico o la sensación que te dio cuando te premiaron la primera crónica o bello como cuando terminas la última crónica o la última noticia del día. Lo que pasa es que se dice tanto contra el periodismo que ya la gente cree que este es un oficio de apestados en el que trabajamos arrugando la nariz.
Decía Flaubert (lo citó mi compañero Javier Rodríguez Marcos en el taller de crónica de la Fundación de Gabo en Puerto Rico) que el periódico se hizo para leerlo y para denostarlo.
Pues eso pasa, por eso la gente sigue arrugando la nariz cuando preguntan por qué los chicos siguen queriendo ser periodistas
. Cuando se lo pregunté a Eél no arrugué la nariz porque en realidad a mi, que ya llevo en este oficio más que Matusalén, me gustaría ser otra vez como Eél y entrar por primera vez, de nuevo, en una Redacción, a oler papel y tinta o lo que sea.
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