Es más fácil contar la estrellas en el cielo (en una noche
especialmente estrellada) que calcular el número de mujeres con las que
se ha acostado Warren
Beatty
. Sumando sus días y sus noches, y haciendo un cálculo
aritmético, al que ha contribuido generosamente el gran pecador de
Hollywood, el biógrafo Peter Biskind estima que salen 12.775.
"
Y eso sin contar los polvos rápidos, las aventuras
casuales y los besos robados", precisa Biskind, autor de 'Star: How
Warren Beatty seduced America', el libro que se publica estos días y que
ayer anticipó en exclusiva el 'New York Post'.
Como una estrella fugaz recorriendo un vastísimo firmamento con
predilección por la supernovas y los cometas, pero sin desdeñar los
asteroides Beatty ha dejado su estela en el firmamento de Hollywood y ha
provocado la envidia del aprendiz de seductor Woody
Allen, que ya dejó dicho que le gustaría reencarnarse "en la yema de los
dedos" de su admirado Warren.
El caso es que el actor no perdió la virginidad hasta los 20 años,
según revela Biskind de primerísima mano
. De modo que Beatty, de 72
años, ha sido sexualmente activo durante algo más de medio siglo. En
total, unos
19.000 días hábiles para amar. Lo cual arroja el nada despreciable récord de dos amantes por cada tres días.
Entre su esposa Annette Bening, con quien se casó en 1992, y la novia
de su juventud Jane Fonda, Beatty sintió ante todo predilección por
actrices encumbradas que
probaron sus garras película
tras película: Natalie Wood, Julie Christie, Diane Keaton, Faye Dunaway,
Vivien Leigh.
En la lista abundan mujeres de armas tomar, de Barbra
Streisand a Madonna, pasando por Cher o la mismísima Maria Callas.
Sex symbols
En el capítulo de sex symbols tenemos a Raquel Welch, Brigitte
Bardot, Britt Ekland o Halle Berry. Las supermodelos Janice Dickinson y
Elle McPherson cayeron también en sus redes. Y hubo también sitio en su
harén para
mujeres difíciles y malditas, como Margaux Hemingway, Daryl Hannah o Isabelle Adjani.
Las malas lenguas llegaron a relacionar a Beatty con la alta
aristocracia, desde Jacqueline Kennedy a alguna que otra princesa
europea
. Aunque
la clave de su éxito la tienen sobre
todo actrices secundarias, como Joan Collins, Joyce Hesher o Leslie
Caron: "Warren tiene una psicología muy interesante: siempre se enamora
de actrices que han sido galardonadas o nominadas a los Oscar".
Muchas de ellas han sido entrevistadas para la ocasión por Peter
Biskind, autor de Moteros tranquilos, toros salvajes y uno de los
máximos conocedores de los secretos de Hollywood, empeñado en que su
libro sea la respuesta definitiva a
la pregunta del millón: "¿Qué tiene Warren Beatty que no tengan otros?".
Jane Fonda. Antes de rodar Barbarella y de
convertirse en emblema de la resistencia a la guerra de Vietnam, Fonda
tuvo el privilegio de ser una de las primeras en degustar al entonces
tímido Warren Beatty. Corría el año 1960 y los dos rodaron Parrish.
El
primer beso de Beatty fue tan frío que
Fonda llegó a pensar que era homosexual.
"¿Es que le tienes miedo a Jane?", le increpó el director Joshua Logan.
"Cógela, chaval, agárrala bien. No seas tímido"... Beatty se lo tomó
tan a pecho que se acabaron besando «como si nos fuéramos a comer cada
uno la cabeza del otro" (en palabras del propio actor). "Jane tiene la
habilidad de desencajar virtualmente su mandíbula, como una serpiente
pitón que fuera a engullir una presa mucho mayor que ella".
Joan Collins. El flechazo con la actriz británica
Joan Collins surge de un intercambio de "miradas indecentes" en el
restaurante La Scala de Beverly Hills. A los pocos días, Beatty deja a
Jane Fonda y Collins se separa del productor Cloris Leachman para
iniciar una relación tórrida e insaciable. "No creo que pueda durar
mucho más", llegó a confesar Collins. "Él
no para de hacer el amor,
debe ser por todas esas vitaminas que se toma. En unos pocos años
estaré totalmente consumida". Biskind asegura que los dos hicieron el
amor sin interrupción mientras duró la relación. A la pregunta sobre si
era cierto que lo hacían siete veces al día, la propia Collins llegó a
responder: «Puede que sea él quien lo haga, yo me limito a estar
tumbada».
Natalie Wood.
Natalie Wood. Tres años, una de sus relaciones más
duraderas, pasó Beatty al lado de Wood. El amor surgido en Esplendor en
la hierba (1961) fue
lo más parecido a un noviazgo formal,
aunque las infidelidades adelantaron el prematuro The End. La lista
particular de Natalie Wood tampoco fue nada desdeñable: James Dean,
Elvis Presley, Frank Sinatra, Kirk Douglas, Steve McQueen, Marlon
Brando...
Julie Christie. Warren Beatty reparó en la idílica
Lara del Doctor Zhivago y en la estrella de Darling (Oscar en 1965) en
su máximo apogeo. Julie Christie se rindió a sus encantos, y la unión
sentimental y artística duró hasta Shampoo (1975), en la que Beatty
interpretaba a un peluquero irresistible que no sabía decir no a las
mujeres. "Su crónica habilidad para ser infiel puso fin a la relación",
escribe Biskind, que cuenta cómo en 1971
el actor se insinuó a la cantante Carole King, que estaba a punto de ser madre, "para saber lo que se siente junto a una mujer embarazada en los últimos meses".
Diane Keaton. "
Yo no era su tipo, pero dio la
casualidad de que estaba ahí...", confiesa la protagonista de Annie Hall
al biógrafo de Warren Beatty. "Era tan desbordante en todos los
sentidos... Recuerdo que más de una vez me plantaba frente a él y me
preguntaba: "¿Cómo he acabado aquí?".
Su brillantez y su talento te atrapaban sin remedio'.
La relación entre ambos culminó en Rojos, y el afán de Beatty por
controlarlo todo hizo saltar por los aires la historia.
Otra actriz,
Joyce Hyser, le confiesa a Binskind que acabó en la consulta de una
psicóloga precisamente para escapar al 'control' de Beatty, que decidió
acudir también a la consulta... "Mi psicóloga acabó totalmente enamorada
de él".
Madonna, otra de sus conquistas.
Madonna. Dos obsesos del control acaban compartiendo
el mismo y destartalado coche en Dick Tracy y avanzan inevitablemente
hacia el desfiladero...
La diferencia generacional tuvo también mucho
que ver en el fracaso de una relación. Beatty nunca se sintió a gusto en
el papel del hombre viejo, bailando al
ritmo frenético que le marcaba la treintañera.
"Nunca folles con tu actriz", le confesó Beatty tiempo después al
director Glenn Gordon Caron. "Y si lo haces, no pares hasta que se haya
acabado la película".
Anette Bening. "Amor, lujuria, deseo, entusiasmo..."
El guionista James Toback fue testigo del flechazo tardío que logró
domar a la bestia insaciable que Warren Beatty llevaba dentro. La
historia comienza con Bugsy en 1991 y dura hasta ahora, con matrimonio y
cuatro hijos. Mirando hacia atrás, el propio Beatty
reconoce que pudo haberse casado con cualquiera de
sus mujeres. "No hay un solo amor en la vida", le reconoció a su ex
novia Delaune Michel
. "Todo se resume en la habilidad para escoger el
momento oportuno".