Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 mar 2016

¿Qué es de ti Warren Beaty?

Bonnie y Clyde agradecieron por carta a Henry Ford haber creado el mejor coche para robar bancos

  • Bonnie Parker y Clyde Barrow son la pareja de criminales comunes más famosa de la historia.
     También fueron los más buscados por la policía de medio Estados Unidos en la primera mitad de los años 30, en lo más profundo de la Gran Depresión.
     Ayer se cumplieron 78 años de su muerte, tras una emboscada de las fuerzas del orden. Poco antes de ese día, Clyde había agradecido por carta a Henry Ford que hubiese fabricado un coche tan adecuado para huir después de un atraco.
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    American Beatty: Símbolo del Nuevo Hollywood
    por Juan Luis Sánchez
    Warren Beatty
    Considerado uno de los grandes seductores de Hollywood, hasta Woody Allen alabó su atractivo cuando dijo que si existe la reencarnación le gustaría reencarnarse “en las yemas de los dedos de Warren Beatty”.
     Pero además, ha demostrado su valía a las órdenes de legendarios directores, y es también un valioso productor y director.
     Símbolo del nuevo Hollywood surgido a finales de los 60, elige sus proyectos con cuentagotas.
    Henry Warren Beaty (posteriormente añadiría una “t” a su apellido) nació el 30 de marzo de 1937 en Richmond (Virginia).
     El hermano pequeño de la actriz Shirley MacLaine era un excelente deportista desde muy joven, y obtuvo una beca para la Universidad. Sin embargo, decidió dejar la facultad y seguir los pasos de su ilustre hermana, por lo que se hizo alumno de Stella Adler, actriz de Broadway que estaba considerada una de las mejores profesoras de interpretación neoyorquinas.
    Mientras recibía clases ejerció las ocupaciones más diversas –albañil o pianista de un bar–, hasta que le ofrecieron pequeños trabajos como actor en la televisión, y el teatro, llegando a ser nominado al Tony, por “A Loss of Roses”.
    En el cine, Warren Beatty llegó, vio y venció, pues debutó a lo grande, de la mano del prestigioso Elia Kazan, que quedó encantado con su fotogenia tras hacerle una prueba de cámara. Decidió darle el papel protagonista de Esplendor en la hierba, junto a Natalie Wood, donde interpretaba a Bud, joven enamorado cuyo padre no le deja casarse porque quiere que vaya a la Universidad de Yale.
    No tardaron en ofrecerle protagonizar más películas, como  La primavera romana de la Sra. Stone, junto a Vivien Leigh, Su propio infierno, con Eva Marie Saint, o Lilith, de Robert Rossen
    . El director Arthur Penn quedó entusiasmado con su talento y le dio el papel principal de Acosado, un correcto drama criminal.
    Aunque Beatty tenía una gran intuición para involucrarse en cintas de calidad, lo cierto es que éstas eran lo que los grandes estudios consideraban “de arte y ensayo”, y no daban mucho dinero (ni siquiera Esplendor en la hierba)
    . Admiraba a los grandes cineastas clásicos, como Kazan, su descubridor, o Billy Wilder, pero éstos ya empezaban a estar de capa caída
    . Y al arrogante actor las películas que le ofrecían le parecían indignas de su talento. Jack L. Warner le propuso protagonizar la adaptación de “John F. Kennedy and Pt-109”, un libro de éxito de John Tregaskis.
     El propio JFK había declarado que quería que el  director fuera Fred Zinnemann y Beatty el protagonista.
     Pero el joven rechazó la oferta, porque creía que el guión era muy malo. Así se lo hizo saber a Jack Warner, que le contestó que no volvería a trabajar en Hollywood.Si pero se lió con Jacky la mujer del presidente, que por cierto se lió con el que quiso nadie le iba a decir que no, pero me llevé un gran disgusto al enterarme que tb estuvo con Paul Newman. Eso no se lo perdoné.
     

    Las 12.775 mujeres de Warren Beatty

    Una imagen de Warren Beatty en 1967. | CordónUna imagen de Warren Beatty en 1967. | Cordón
    Y lo decñia su hermana que menos con ella estuvo con todas las que se le antojó.

La íntima relación entre James Dean y Marlon Brando.................................................. El País

Una nueva biografía del actor de 'Rebelde sin causa' asegura que los dos ídolos del cine fueron pareja. Entre todos los actores brillantes, porque ya no hay ninguno como ellos ,Se amaban y odiaban por igual. Alain Delón tb tuvo sus excarceos y Marlon Brando un actor y hombre excesivo en todo tuvo sus favoritos, se amaban y odiaban.

Lo que si parece es que James Dean dicen que estaba enamorado de Rock Hudson pero él no le hacia caso."Gigante"

Eso si con todos ellos como gran amiga estaba Lyz Taylor. Tb creo que Richard Burton tuvo sus escarceos....Sal Mineo, asesinado de una forma extraña y varios actores. no tengo datos que Paul Newman los tuviera con alguno pero en la Película que hace con ella de repente el último verano Paul Newman hacia un papel de homosexual.

Una extraña relación de Natalie Wood con Warren Beaty, por aquel puritanismo él se aleja de ella y cada uno llevará na vida

triste cada uno.

Dicen queël más Ligón fue Warren Beaty, no sé sabe ahora de ninguna pelíca que esté haciendo. Recuerdo cuando lo vi en RED y me quedé toda la noche viendo los oscars y para verlo a él. 

Así que todo es posible.


Gabo y las putaditas tristes....................................................... Juan Cruz

En este Congreso de la Lengua ha ocurrido una cosa que hubiera hecho partirse de la risa a Gabriel García Márquez.

En este Congreso de la Lengua (que también puede ser llamado de la legua, pues ha llegado lejos, a Puerto Rico) ha ocurrido una cosa que hubiera hecho partirse de la risa a Gabriel García Márquez, Gabo para sus muchos amigos, entre ellos Nelson Noches, que vive ya muy mayor en Aracataca y que durante años vivió como real la persistente y fantástica visita de su amigo de la infancia, y del sueño, para jugar juntos al ajedrez.
Fantasías aparte, lo cierto es que Gabo reía poco, o cuando reía era en la intimidad; tenía ese perfil un poco aindiado, como Sergio Ramírez, que ayuda a economizar la risa, de modo que cuando reía era un acontecimiento
. Por él reía (y ríe) Mercedes Barcha, su mujer, que, como se dijo en el homenaje que se le dedicó a Gabo aquí ayer noche, es una mujer muy lectora, muy inteligente, que ha hecho toda la vida como si estuviera en silencio para que no todo el mundo supiera que era una ágil conversadora.
En ese homenaje, del que ustedes ya tendrán noticia, el periodista francés Jean François Fogel habló de la última novela de García Márquez, Memoria de mis putas tristes, que es un homenaje privado al gran Kawabata, con quien tanto se quiso parecer.
 El asunto le venía de lejos, y fue cuando ya él era tan mayor como para poder permitírselo que atrajo hacia sí esa historia que lo políticamente correcto le arrojó a la cara como si él hubiera blasfemado contra el lugar común.
El lugar común es la muerte, o la muelte, como dirían en Puerto Rico y como diría, por cierto, Tomás Eloy Martínez, el extraordinario autor argentino del que Gabo dijo cuando su colega murió: “Era el mejor de nosotros”.

Pues bien, Gabo fue el gran patrón del boom, vagón en el que la historia puso a unos y no a otros; los que están en la historia están en la mente de todos (y también en un libro que ustedes no tendrían que perderse si les interesa la literatura, Los nuestros, de Luis Harss) y los que no están ustedes pueden elegirlos.

 Algunos son indiscutibles, como Guillermo Cabrera Infante, o como el puertorriqueño Luis Rafael Sánchez, el ya legendario autor de una novela, La guaracha del macho Camacho, que se lee como si uno estuviera al borde del malecón de Puerto Rico, que es como el malecón de Tres tristes tigres.

Ya saben que Luis Rafael Sánchez se ganó el Congreso con un discurso que llamaron serio y alegre a la vez, con el que no sólo reivindicó el español sino la alegría de decirlo con todas sus palabras y con el acento que le da la puertorriqueñidad, término que ya ha alzado al nivel de las muy circunspectas academias
. En ese discurso Luis Rafael Sánchez introdujo una mención a ese libro último de la ficción de Gabriel García Márquez, Memoria de mis putas tristes.
En los resúmenes televisados de la solemne sesión, en la que el gobernador puertorriqueño reivindicó, como el novelista, el español de Puerto Rico, a la emisora oficial del territorio no se le ocurrió otra cosa que meter la tijera como si estuviera degollando una palabra tan vieja como la humanidad, es decir, como el hombre o como la mujer.
La palabra puta, que ni Word marca en rojo.
Lo contó, circunspecto, con el ceño fruncido, el muy sorprendido Sergio Ramírez, que sabía de qué cosas podría reír su buen amigo Gabo.
“Fíjate que han hecho: han puesto unos pitiditos sobre la palabra puta, de modo que el título dicho por Luis Rafael se entiende como Memoria de mis piiiiiií tristes… ¡Pero están locos!” Claro, las academias no pueden hacer nada; le pregunté a Héctor Feliciano, que empujó con muchísimo entusiasmo hasta que este Congreso fuera posible en Puerto Rico a qué se debía este pitidito que es a la vez, por decirlo así, una putadita contra el título de García Márquez.
 Él me miró, con las gafas apuntando su mirada hacia el cielo, y dijo sólo dos palabras: “Ley Federal”.

Si la Ley Federal, que es la que administra los pitidos que son putadas, entrara en la literatura universal eso iba a ser una concertina; y, por cierto, si entra en esa hermosa Guaracha del macho Camacho no iba a quedar palabra sobre palabra ni piedra sobre piedra.
 Esta Ley Federal, desafiando el diccionario que con tanto afán construye gente como Gabo o como Luis Rafael... Gabo se hubiera partido de la risa con la Ley Federal.
Ah, el libro que se presentó para homenajear a Gabo es Gabo periodista, en la edición puertorriqueña; un conjunto magistral de textos del maestro, una edición (a cargo de Feliciano) que tendrían que enviarle a Eduardo Mendoza, que por la mañana había dicho que la mayor parte de los libros que se publican son un birria.
 Pues ya verá que este precisamente no es una birria, sino todo lo contrario.
 Lo que pasa es que ahora no me sale la palabra que puede ser contraria a la palabra birria.
 Mendoza sabrá.
Si la Ley Federal, que es la que administra los pitidos que son putadas, entrara en la literatura universal eso iba a ser una concertina; y, por cierto, si entra en esa hermosa Guaracha del macho Camacho no iba a quedar palabra sobre palabra ni piedra sobre piedra. Esta Ley Federal, desafiando el diccionario que con tanto afán construye gente como Gabo o como Luis Rafael... Gabo se hubiera partido de la risa con la Ley Federal.
Ah, el libro que se presentó para homenajear a Gabo es Gabo periodista, en la edición puertorriqueña; un conjunto magistral de textos del maestro, una edición (a cargo de Feliciano) que tendrían que enviarle a Eduardo Mendoza, que por la mañana había dicho que la mayor parte de los libros que se publican son un birria. Pues ya verá que este precisamente no es una birria, sino todo lo contrario. Lo que pasa es que ahora no me sale la palabra que puede ser contraria a la palabra birria. Mendoza sabrá.




 

García Márquez, la seriedad y la ‘cheveridad’.................................................. Javier Rodríguez Marcos

El lanzamiento de la edición puertorriqueña de ‘Gabo periodista’ se convierte en un homenaje al Nobel caribeño.

 

Gabriel García Márquez, sentado en un patio típico sevillano en abril de 1994.
Si los congresos de la lengua se midieran por las palabras nuevas que generan, el que se celebra en San Juan hasta el sábado podría medirse por la palabra ‘cheveridad’. No está en el ‘Diccionario de la Real Academia Española’ pero este miércoles la empleó Jaime Abello, director de la Fundación García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
 Lo hizo para reivindicar el carácter caribeño de esa fundación durante la presentación en el flamante Museo de Arte de Puerto Rico de la edición local de ‘Gabo periodista’, una antología de textos periodísticos del autor de ‘Cien años de soledad’.
Coeditada por la FNPI y por la Fundación Ángel Ramos, esa edición es la más completa de todas las publicadas hasta ahora en Colombia, México y Venezuela dado que su exhaustiva cronología incluye la muerte del escritor en Ciudad de México el 17 de abril de 2014
. Era jueves santo, en un mes hará dos años.
Preparada por Héctor Feliciano, presidente de la comisión organizadora del congreso de la lengua, la antología es fruto de la selección y los comentarios de 19 autores de todo el mundo: de Antonio Muñoz Molina a Jon Lee Anderson pasando por Alma Guillermoprieto o Juan Villoro.
 Cinco de ellos se sentaron el miércoles en el salón de actos del Museo de Arte para recordar a un narrador que nunca dejó de considerarse periodista: 51 años de ejercicio y ocho volúmenes de sus obras completas lo demuestran.
 Como recordó el francés Jean-François Fogel, meses antes de recibir el premio Nobel de Literatura en 1982, García Márquez trató de romper el bloqueo creativo en el que se encontraba imponiéndose la escritura semanal de un artículo para EL PAÍS.
El argentino Martín Caparrós, los españoles Juan Cruz y Ález Grijelmo y los citados Abello, Feliciano y Fogel sortearon la inclemencias del aire acondicionado para, sin que la ‘cheveridad’ anulara la seriedad, desgranar algunas de las enseñanzas de un autor al que trataron durante años: que el periodismo, cuando merece la pena, es una rama de la literatura (Caparrós), que un cuento y una crónica pueden tener el mismo origen (Fogel), que García Márquez es periodista hasta cuando inventa (Cruz) o que las grabadoras no piensan y lo importante en una entrevista no es tanto la literalidad como “captar el aire” de lo que dice el entrevistado (Grijelmo)
. El autor de ‘Noticia de un secuestro’ siempre dijo que escribía para que lo quisieran más y bastaba escuchar a sus amigos para certificar que lo consiguió.