Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 mar 2016

“Sara Carbonero es el ejemplo de mujer guapa pero con cara de rancia y rica en sífilis”

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“Guarras de discoteca” VS. “rancias de discoteca”
. Miley Cyrus es el ejemplo de mujer “loca y descontrolada” y Sara Carbonero es “el ejemplo de mujer guapa pero con cara de rancia y rica en sífilis”. 
Éstas son sólo algunas de las perlas que tuvieron que escuchar los alumnos de una academia barcelonesa que prepara a estudiantes de Medicina para obtener el MIR.
 Seis alumnas han publicado una carta en Vilaweb en la que denuncian como el pasado jueves 10 de marzo, en la clase magistral de Dermatología, el profesor “legitimó la misoginia e hizo apología de la violencia machista”.
Tal y como han desvelado a la web de información en catalán, el profesor hizo “comentarios inaceptables, degradantes y humillantes” que provocaron que una veintena de alumnos –hombres y mujeres– abandonasen el aula por “las vejaciones y la impotencia que sentíamos”.
Según han explicado las alumnas, el profesor utilizó estos ejemplos “en el contexto de brindar unas normas mnemotécnicas a los alumnos para aprender conceptos sobre las glándulas, la psoriasis y el liquen”.
 Es decir, aludía a estos ejemplos para que los alumnos recordasen los conceptos de dermatología. Estos son los supuestos ejemplos que puso:
“Explicó que había una mujer bailando sola en una discoteca
. El hombre entraba en la discoteca y ‘localizaba su presa que es la que está bailando sola; vas a cazar tu presa’
. Lo ejemplificó con los dos tipos de mujeres que te puede encontrar: las “guarras” –aquellas que, entendido como el tipo de glándula para que lo recordasen, “a las que tienes que dar un poco de tiempo y sales con ella de la mano”.
 Luego, las “rancias”. Las rancias son, según el profesor, “ese tipo de mujer que baila sola, porque vestida de esa manera solo puede bailar así”, porque “para bailar sola ya te quedas en casa con el pijama, no te pones guapa, te maquillas o te pones tacones”
. De hecho, el profesor ejemplificó esto con estas imágenes, que recogió una de las alumnas:

En la carta las alumnas explican que también explicó otra norma mnemotécnica para recordar las características del liquen y la psoriasis.
Nada mejor para los alumnos que poner unas imágenes de un hombre en el s. XIX (“hombre correcto que lo hace bien, correcto y productivo”, es decir, el liquen) frente a unas de Miley Cyrus como ejemplo de psoriasis: lo que vendría a ser una mujer “loca y descontrolada”.
Con Sara Carbonero, el profesor interpeló al resto de la clase, al sector masculino, para decir que era el ejemplo de “mujer guapa pero que tiene cara de rancia o antipática porque es rica sífilis” (entendido siempre como una estrategia mnemotécnica para recordar fácilmente el concepto).
A pesar del abandono en masa de los alumnos, y aunque intentó banazilar las quejas diciendo que eran “sensibleras”, el profesor prosiguió su clase y continuó haciendo comentarios
. La academia, por su parte, se puso en contacto con una de las alumnas para expresar su disconformidad y el profesor también lo hizo pero las seis alumnas han decidido publicar la carta en los medios “porque entendemos que la agresión no fue hacia ella, sino hacia la mitad de la población, las mujeres; por eso no son relevantes ni las disculpas que se le expresaron”.



16 mar 2016

Eduardo Mendoza (Continuación)

Eduardo Mendoza, en el VII Congreso Internacional de la Lengua Española. EFE

No habían aparecido por los alrededores del centro de Congresos de San Juan, las iguanas verdes que se dejaron ver al sol hacia mediodía, cuando Eduardo Mendoza, sacó el agudo látigo de la ironía para despertar a los más mañaneros
. A eso de las 8.30, el autor de La ciudad de los prodigios conectó con un auditorio lleno al definirse como un autor moderno:
 “Ese que a ratos escribe y a ratos pasa su tiempo impartiendo charlas por ahí”.

“Al primero siempre me niego por varias razones: primero porque es una actitud un poco mendicante. A mí me da lo mismo que la gente lea o no lea y si no lo han hecho hasta ahora no van a empezar porque yo se lo recomiende. Además, la mayoría de libros que nos rodean no sirven para nada. Son una birria”.
El segundo molino, resulta cada vez más temible para el escritor moderno. “El de los talleres. Este es un fenómeno reciente que cobra importancia capital en el terreno de la literatura”. Pero peligroso y contraproducente, a juicio de la afilada sorna de Mendoza: “Sustituye en muchos casos al libro mismo. Porque el tiempo que las personas que acuden emplean para leer, lo sustituyen en ese caso por escribir su propio libro”.
Un bucle letal, pues. “Producen un efecto perjudicial, equivocado”. Un boomerang insolente y envenenado que un buen día decidió resolver a lo grande:
“Propuse en un taller que los alumnos me escribieran una composición libre, pero en endecasílabos. Tuve que salir escoltado por la policía.
 A mi juicio, perdieron una experiencia única”, comentaba. “Yo no he escrito jamás poesía, pero la he traducido.
 El ejercicio complicado de enfrentarte a versos endecasílabos o alejandrinos, una vez lo vences, se convierte en una tarea mecánica y puedes acabar en el supermercado haciendo la compra en ese registro”.
Poco a poco fue Mendoza encontrando alguna razón para defender la necesidad de las humanidades. Era su tarea ante los participantes en el congreso
. Una lidia que decidió amarrar mediante la comicidad cervantina de su labia reflexiva y ante las carcajadas de los más madrugadores.
 “Las humanidades son un fin en sí mismo y hay que defenderlas porque sí”. Juegan en su contra el pensamiento político y el lúdico.
 Están rodeadas. Pero ante esa emboscada deben emplear sus armas, “con violencia, no necesariamente física, aunque no debemos descartarla del todo”, soltó, ante un auditorio, entre fascinado y desconcertado.
“Y ese papel debe caer en los maestros, que son los soldados de infantería en este caso, los que quedan en primera línea, dispuestos a enfrentarse a un pelotón de alumnos que no quiere aprender lo que es una sinécdoque o un pleonasmo. 
Pero hay que hacerlo porque sí, sin más, no porque resulte divertido, sino porque se trata de algo imprescindible para la vida”.

“Me da igual que la gente no lea, la mayoría de libros son una birria”................. Jesús Ruiz Mantilla

Eduardo Mendoza sacude las convenciones del escritor moderno y los planes de fomento de la lectura para reivindicar las humanidades “porque sí”.

Para mi Eduardo mendoza tiene muchas connotaciones desde La Verdad sobre el caso Savolta que fue lo primero que leí suyo al llegar a vivir a Barcelona o El misterio de la Cripta Embrujada, es decir sus libros me gustan.

En cada encuentro que rehuye, ese escritor siglo XXI, despeja bolos que dejan poco beneficio y desgrana ocurrencias a tanto la sesión.
 Pero tarde o temprano tiene que enfrentarse casi siempre a dos molinos: “El de la necesidad de fomentar la lectura entre los jóvenes y el de impartir talleres”, comentaba un Mendoza impertérrito, sereno y provocador.
“Al primero siempre me niego por varias razones: primero porque es una actitud un poco mendicante. A mí me da lo mismo que la gente lea o no lea y si no lo han hecho hasta ahora no van a empezar porque yo se lo recomiende. Además, la mayoría de libros que nos rodean no sirven para nada. Son una birria”.
El segundo molino, resulta cada vez más temible para el escritor moderno. “El de los talleres. Este es un fenómeno reciente que cobra importancia capital en el terreno de la literatura”
. Pero peligroso y contraproducente, a juicio de la afilada sorna de Mendoza: “Sustituye en muchos casos al libro mismo.
Porque el tiempo que las personas que acuden emplean para leer, lo sustituyen en ese caso por escribir su propio libro”.
Un bucle letal, pues. “Producen un efecto perjudicial, equivocado”. Un boomerang insolente y envenenado que un buen día decidió resolver a lo grande:
“Propuse en un taller que los alumnos me escribieran una composición libre, pero en endecasílabos. Tuve que salir escoltado por la policía.
 A mi juicio, perdieron una experiencia única”, comentaba.
 “Yo no he escrito jamás poesía, pero la he traducido. El ejercicio complicado de enfrentarte a versos

 

Desde el trópico de Cáncer: [Píldoras literarias] "Rosas", de Alejandra Basualto

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