Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

11 mar 2016

Collar con una gran turquesa que perteneció a la actriz Lauren Bacall,


 
Collar con una gran turquesa que perteneció a la actriz Lauren Bacall, retratada detrás.
Si como dice Artur Ramón, los galeristas como él venden ilusión, y para ello necesitan que “la economía fluya con seguridad”, la Feria Internacional de Arte y Antigüedades de Maastricht (TEFAF) es el mejor ejemplo de que ni la crisis, ni el frenazo del mercado artístico mundial en 2015, aguan la fiesta.
 Porque TEFAF es eso, una fiesta grande y selecta donde los coleccionistas revolotean para no perder la pieza ansiada. Fiesta exigente también, ya que la investigación necesaria para acreditar las obras de los galeristas no garantiza que vayan a ser expuestas.
Todo depende del comité de acreditación, que las rechaza si recela de lo que podría parecer una gran firma.
 Fiesta, en fin, que casi ha patentado el efecto sorpresa, ya sea por sus descubrimientos o su precios astronómicos. O por el robo de joyas, como ha ocurrido en sus 29 años de historia.

Esta vez, el hallazgo ha sido un Libro de las horas, de los hermanos Limbourg, legendarios miniaturistas medievales.
 Conocidos por el manuscrito iluminado de Las muy ricas horas del duque de Berry, el volumen ahora recuperado fue un regalo del duque a su sobrino, Luis de Orleans, y estuvo seis siglos en un archivo vienés
. El anticuario suizo Heribert Tenschert, que lo vende por 12 millones de euros, lo vio en Internet y no paró hasta conseguirlo.
“Es una obra única”, decía ayer.

El desengaño lo vivió la galería española Coll y Cortés (asociada a la londinense Colnaghi).
 Tuvo que retirar un San Simón, del Greco, porque los expertos lo atribuyeron a su taller.
 El disgusto fue compensado por una venta vertiginosa.
 La sala Mauritshuis, de La Haya, famosa por exhibir La joven de la perla, de Vermeer, le compró un Bodegón de flores en una hornacina (1615), del holandés Roelant Savery, por 6,5 millones.
 Desde la casa londinense Fergus Hall, un Hércules, de Ribera, parecía montar guardia.
 Lo ofrecen por 4,4 millones
. Este año, el arte español brilla con fuerza: hay piezas de El Greco, Zurbarán, Goya, Federico Beltrán Masses y Juan van der Hamen (galería Caylus), además de Picasso, Miró y Dalí. La galería López de Aragón tenía una Virgen del Rosario, de Zurbarán (850.000 euros).
 También una máscara romana de mármol amarillo (2,5 millones).
 El retrato de Don Pedro Gil de Tejada, de Goya, colgaba en Stair Sainty, de Londres, y se vende por 3,6 millones. El lienzo es imponente, pero lo que de verdad emocionaba al galerista era una Salomé desnuda, en verdes y azules tenebrosos
. “Beltrán Masses entendía la psicología femenina, y resultó muy controvertido en 1929 por su osadía”.
Ramón tuvo más suerte con su greco, una miniatura con el retrato de la nuera del pintor
. “Aunque los únicos que no regatean son los americanos, ya hay gente interesada”, dijo. Sale por 700.000 euros.
 El precio de su tabla de Los ángeles coronando a la Virgen y el Niño, de Adriaen Isenbrandt, llegaba a 800.000 euros.

Insectos de titanio

 Pero no todo son lienzos, porcelanas, relojes o grafitis de Banksy, que lleva camino de mudar en clásico.
 TEFAF atrae cada vez más obras modernas y diversas, como joyas de factura asombrosa.
 Así son los broches en forma de flores e insectos de titanio erizados de piedras preciosas del chino Walace Chan.
 Él mismo las califica de “más allá del arte”. Lo contrario de un collar de esmalte negro y turquesa, de la actriz Lauren Bacall.
 O las dos pulseras Cruz de Malta, que Coco Chanel lució medio siglo.
 Las dueñas eran más famosas que el adorno.
Con TEFAF de fondo, en el corazón de la ciudad el cocinero Ferran Adrià se asoma desde la casa Marres.
Este centro cultural mezcla experimentos y exposiciones. En Ferran Adrià: Notas sobre la creatividad, brilla el efecto visual de los preparativos: esbozos, dibujos, símbolos, collages, utensilios de cocina, recetas, y modelos en arcilla de las piezas para sus cocciones.
 La muestra pasó antes por EE UU; en Maastricht es un guiño al poderío económico y la belleza del arte establecido.

Un paseo por la feria de arte de Maastricht.



'Venecia, una vista del Gran Canal mirando al sur desde el palacio Foscari' (1738-1739). Obra de Bernardo Bellotto, sobrino de Canaletto, que también pintaba. 



Joya en forma de flor en titanio y piedras preciosas, del artista chino Wallace Chan. Él mismo dice que su obra va más allá del arte. Trabaja con un torno de dentista adaptado y pone la pieza dentro del agua para amortiguar la vibración.


Corsé de Frida Kahlo con la hoz y el martillo (1950). Pintado por ella durante su estancia en el hospital Inglés de Ciudad de México. Representa su deseo inalcanzable de ser madre y su pasión política.

'Salomé', de Federico Beltrán Masses, fue calificada de inmoral al ser expuesta en el Reino Unido en 1929. Era la obra preferida del pintor, que nunca quiso venderla.


Libro de las Horas (1407), de los hermanos Limbourg, miniaturistas legendarios radicados en la ciudad holandesa de Nimega. Manuscrito iluminado realizado en vitela. Es el descubrimiento presentado en TEFAF por el anticuario suizo Heribert Tenschert.



'El olfato', pertenece a una serie sobre los cinco sentidos pintada por Rembrandt cuando tenía unos 18 años. Según Ernst van de Wetering, el mayor experto mundial en el pintor, el catálogo oficial de su producción, que suma 340 piezas, y él ha contribuido a reunir, puede añadir ésta a partir de ahora. 



Collar con una gran turquesa, que perteneció a la actriz estadounidense Lauren Bacall. No está a la venta, solo expuesta.



Luis Egidio Melendez. Still Life. Colnaghi 



Bernardo Canal Charles Beddington




ElGreco_Retrato-de-dama_HIGH

 

Goya Stair Sainty Gallery 



M+íscara L+¦pez de Arag+¦n 


Naturaleza muerta Colnaghi



Original Chanel Two Cuffs_on white Verdura




RIBERA_HERCULES Fergus Hall gallery 



Van der Hamen Caylus 


Zurbaran Lopez de Arag+¦n

 

Colnaghi naturaleza muerta vendida al Mauritshuis

Aniversario de los atentados del 11-M, en directo

Madrid rinde homenaje a las 193 víctimas mortales de los atentados del 11 de marzo de 2004.

 

El presidente Mariano Rajoy, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la alcaldesa Manuela Carmena. EFE
Doce años después, Madrid rinde homenaje a las 193 víctimas mortales de los atentados del 11 de marzo de 2004, el ataque terrorista más sangriento que ha sufrido Europa, una jornada en la que, por primera vez, las cuatro asociaciones de víctimas acudirán unidas a un acto convocado en la Puerta del Sol.
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Albert Rivera

10 mar 2016

Las otras fotos de la mujer que nunca quiso ser el rostro de la Gran Depresión...................Héctor Llanos Martínez

Se cumplen 80 años de la icónica fotografía de Florence Owens Thompson tomada por Dorothea Lange.


Las otras fotos de la mujer que nunca quiso ser el rostro de la Gran Depresión

Se cumplen 80 años de la icónica fotografía de Florence Owens Thompson tomada por Dorothea Lange


"Madre migrante", de Dorothea Lange
"Madre migrante", de Dorothea Lange.

 

Su fisionomía no reflejaba su edad, tan solo 32 años, aunque sí las consecuencias de la brutal crisis económica que vivía Estados Unidos tras el crac del 29.
 Hace justo 80 años, Florence Owens Thompson, madre de siete hijos que enfrentaba la pobreza en un campamento provisional de California, se convirtió en el rostro de la Gran Depresión gracias al retrato titulado Madre migrante.
 Posó ante la cámara de Dorothea Lange, considerada el mayor talento de la fotografía documental del siglo XX, pero no se alegró de ser el símbolo de una era.
Parecía uno de los personajes de Las uvas de la ira de Steinbeck, pero Dorothea Lange compuso el retrato como si fuera el de una de las vírgenes que protagonizaban la pintura del Renacimiento.
"Me acerqué a esa madre hambrienta y desesperada, como atraída por un imán.
No recuerdo cómo expliqué mi presencia ni la de mi cámara, pero sí recuerdo que ella no hizo preguntas. Disparé cinco veces, cada vez más de cerca. No le pregunté su nombre o su historia. Me dijo su edad, que tenía 32 años
. Me contó que había estado sobreviviendo con vegetales de los campos cercanos y de pájaros que los niños cazaban", contaba Lange en el libro Popular Photography, publicado en 1960 y cuya cita recoge la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

"Había vendido las ruedas del coche para comprar comida.
 Allí estaba sentada, rodeada de sus hijos y parecía saber que mis fotografías podían ayudar, tanto a ella como a mí.
 Había algo de ecuanimidad en ello", relataba la fotógrafa.
Era la imagen de un jueves negro que había asolado vidas enteras
. Cuando se tomó esta instantánea, habían pasado casi siete años del crac de 29
. La producción en Estados Unidos había descendido a la mitad, casi tanto como los salarios, y el sector empresarial y financiero estaba en quiebra.
 La semilla de esperanza que había plantado Franklin D. Roosevelt al llegar a la Casa Blanca en 1932 no había dado sus frutos, algo a lo que había contribuido la sequía que sufría buena parte del país y que destruía toda capacidad de recuperación de la población rural.
Por eso, en 1935 se creó la Farm Security Administration (FSA), un programa gubernamental que intentó sin éxito reactivar el sector agrícola y controlar su elevada tasa de desempleo.
La Sección Histórica era el brazo cultural de esta iniciativa, que convocaba a fotógrafos como Dorothea Lange, Jack Delano y Arthur Rothstein para que mostraran al mundo la situación que enfrentaba Estados Unidos.
El Dust Bowl, considerado uno de los desastres ecológicos de mayor impacto del siglo pasado, seguía provocando insistentes sequías y Lange, quien hasta entonces era conocida por retratar a los clanes más acomodados de Nueva York durante los felices 20, decidió centrarse en sus consecuencias. Familias enteras abandonaban sus granjas en el oeste del país y así es como la fotógrafa coincidió con Florence Owens Thompson.
"Me siento explotada"
En ese éxodo acuciado por el clima y la crisis económica, ella y su marido transitaban con sus siete hijos por la autopista 101 hacia Watsonville cuando su coche se averió y se redirigieron de manera temporal al campo de recolección de guisantes de Nipomo, aunque no trabajaban allí
. A pesar del valioso testimonio de la fotografía, su principal detractora fue su protagonista.
La madre de familia odiaba haberse convertido en el estereotipo de la novela de Steinbeck, contaba años después uno de sus hijos al documentalista Geoffrey Dunn.
Thompson lamentó en vida que algunos detalles se perdieran por el camino, como que nunca fuera una de los trabajadores de Nipomo.
 La imagen provocó que se enviara ayuda humanitaria al campo de trabajo, lo que ayudó a otras familias pero no a la de esta madre, que se encontraba de paso y que abandonó el lugar mucho antes de que esa ayuda llegara.
Llegó a declarar a la agencia AP que se sentía "explotada" por la fotógrafa. "Ojalá nunca hubiera posado.
 No obtuve ni un centavo de ello. Ni siquiera me preguntó cómo me llamaba. Me dijo que no vendería las fotos y que me enviaría una copia.
 Nunca lo hizo", aseguró acerca de Lange, quien vivía en una zona acomodada de Berkley, no muy lejos del lugar.
A continuación se pueden ver más imágenes de la serie Migrant Mother pertenecientes a la colección de la Farm Security Administration cedida a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en Washington y a la Biblioteca Pública de Nueva York que el pasado enero colgó su archivo digital de manera gratuita en su web.

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La fotógrafa Dorothea Lange. Buyenlarge/Getty Images