Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 mar 2016

El ‘caso Nóos’ se descontrola.......................................................... Iñigo Domínguez

El tribunal, desbordado por la guerra de las partes, aplaza la declaración del testigo clave.


Diego Torres y su abogado, Manuel González Peeters. EFE

El proceso del caso Nóos se ha vuelto loco, ha perdido el juicio.
 Es mérito del abogado defensor de Diego Torres, el socio de Iñaki Udangarin en el Instituto Nóos, que ha conseguido desquiciar al tribunal, a las acusaciones y al testigo clave que estaba declarando este viernes, Miguel Tejeiro, exasesor fiscal de los dos principales acusados
. El volcánico letrado Manuel González Peeters ha planteado un conflicto que el jueves ya entorpeció la marcha del interrogatorio y este viernes ha causado un cortocircuito definitivo en la vista: si Tejeiro, que es abogado, viola o no el secreto profesional al hablar de los asuntos de sus clientes.
Este dilema ha colapsado al tribunal, aunque había tenido toda la noche para empollárselo, porque surgió el jueves.
 De hecho, todas las partes habían hecho los deberes y llegaron con la jurisprudencia y las citas de artículos que les salían por las orejas.
 La confusión ha sido tal que al final las magistradas, reunidas casi cuatro horas, han optado por suspender la declaración, decretar la hora de comer y dejarlo todo para la semana que viene. La vista se reanudó a las cuatro para una testigo en videoconferencia.
 Tejeiro continuará su comparecencia el martes.
 
Diego Torres y su abogado, Manuel González Peeters. EFE

El proceso del caso Nóos se ha vuelto loco, ha perdido el juicio.
 Es mérito del abogado defensor de Diego Torres, el socio de Iñaki Udangarin en el Instituto Nóos, que ha conseguido desquiciar al tribunal, a las acusaciones y al testigo clave que estaba declarando este viernes, Miguel Tejeiro, exasesor fiscal de los dos principales acusados.
El volcánico letrado Manuel González Peeters ha planteado un conflicto que el jueves ya entorpeció la marcha del interrogatorio y este viernes ha causado un cortocircuito definitivo en la vista: si Tejeiro, que es abogado, viola o no el secreto profesional al hablar de los asuntos de sus clientes.
Este dilema ha colapsado al tribunal, aunque había tenido toda la noche para empollárselo, porque surgió el jueves.
 De hecho, todas las partes habían hecho los deberes y llegaron con la jurisprudencia y las citas de artículos que les salían por las orejas.
 La confusión ha sido tal que al final las magistradas, reunidas casi cuatro horas, han optado por suspender la declaración, decretar la hora de comer y dejarlo todo para la semana que viene
. La vista se reanudó a las cuatro para una testigo en videoconferencia Tejeiro continuará su comparecencia el martes.
Esa es la historia del día en una jornada perdida en diatribas en la que el proceso ni se ha movido: al tribunal se le ha ido el juicio de las manos.
 La presidenta, Samantha Romero, y sus dos colegas, que se enfrentan por primera vez a un proceso de estas características, han sido muy garantistas y permisivas estas semanas.
Han dejado desbarrar sin freno a las partes en sus interrogatorios, quizá para evitar acusaciones de indefensión en un juicio tan delicado, pero al final han topado con un letrado kamikaze como Peeters, que ha sido muy hábil, y se la ha liado.
 Un tribunal más duro, resabiado y antipático habría metido en vereda a todo el mundo mucho antes y el juicio habría avanzado con más celeridad
. Aunque quizá este no es el mejor proceso para que salten chispas.
 Mientras abogados y acusaciones esperaban noticias a mediodía en la sala, eran unánimes los comentarios de ambas partes de que no habían visto nada así en su vida.
 Nada es normal en un juicio que de entrada, con una Infanta por medio, tampoco lo era.
Las explicaciones del tribunal tras cuatro horas de disquisiciones tampoco aclararon nada.
 Su esfuerzo por parecer coherente con lo que dijo el día anterior y que no se corregía se tradujo en cierta ambigüedad que llevó a algo curioso: tanto la defensa como la acusación protestaron porque pensaban que estaba dando la razón al otro
 . Con este embrollo en todo lo alto se cerró la sesión.
Peeters llegó a añadir, además, que si no le dejaban el móvil a su cliente podría abandonar su defensa, porque no puede comunicarse con él.
 Lo cierto es que Torres, que se sabe el proceso de memoria, le puede sugerir preguntas desde su silla. Está siempre con el ordenador, su maletín de documentos y tomando notas en su Moleskine rojo
. Es el único que ha decidido seguir yendo al proceso junto a un acusado preso, que va siempre porque al menos así toma el aire.
Tejeiro, al suspenderse su declaración, salió de la sala con un cabreo mayúsculo, porque lleva en Palma desde el miércoles y esto no se acaba. El jueves ya empezó a hundir a Torres y Urdangarin en dos horas de declaraciones, pero ahora deberá esperar al martes para seguir. Si le dejan o no decide que es mejor callarse, si nadie le aclara para entonces si le puede caer o no una querella.
Este caos ha desbaratado el calendario de un juicio muy complejo.
 Daba un poco de pena pasar hoy por delante de la sala pecera de los testigos, de donde no pueden salir ni comunicarse con el exterior
. Se ve el interior a través de un cristal: esta mañana se amontonaban nueve personas, algunos además enfadados entre ellos y abocados al encierro conjunto.
 Tejeiro, por ejemplo, estuvo el jueves todo el día entre cuatro paredes con un notario que, según sus palabras, le odia con todas sus fuerzas.
En este pequeño Gran Hermano este viernes se encontraba, entre otros, el exjefe de la Casa del Rey Alberto Aza
. Al final se permitió la desbandada de testigos hasta que se organice el calendario
. También en Madrid, donde esperaba para declarar en videoconferencia, fue desconvocado Rodrigo Rato.
El retraso que acumula el juicio, cuyo fin se preveía para junio, empieza a adquirir trazos preocupantes: quedan más de 370 testigos y, si algo no cambia, a este paso habrá que irse planteando el tema de las pausas navideñas.

 

KRZYSZTOF KIESLOWSKI, EL CINEASTA POLACO QUE SOÑÓ EUROPA.......................... Carlos Boyero

¿De otra época? No, cine de siempre.

‘Azul’, ‘Blanco’ y ‘Rojo’: entre 1993 y 1994 Kieslowski plasmó y reivindicó, desde la poesía turbadora de su trilogía, los valores del Viejo Continente

Ahora se reestrenan a 20 años de su muerte.

Krzysztof Kieslowski murió hace 20 años.
 Buen pretexto para que sea rescatado por Wanda, esa modélica distribuidora y productora española que apostó por él, en una época en la que el europeo cine de autor (de acuerdo, hay mogollón de autores, normalmente, invisibles e inaudibles para mi plebeyo gusto, venerados en las academias de la impostura, de los que podría prescindir sin que mi sensibilidad o mi sentido crítico protestaran) podía conseguir que un millón de espectadores pasara por la taquilla para aburrirse o emocionarse con un director polaco que hablaba de las cosas más extremas y turbadoras que les pueden ocurrir al cuerpo y al alma, de la depresión y la misantropía, de las argucias de la supervivencia para reconquistar el amor perdido, de la violencia más brutal, sin la menor intención de edulcorarla, provocando el horror del mirón, de la sospecha o la convicción de que en algún lugar del mundo todos tenemos un doble, de temas que cualquier productor fenicio o simplemente pragmático rechazaría.
¿Cómo convencer a las nuevas generaciones, a los voraces consumidores de imágenes que no exijan más que cinco minutos de atención, youtuberos militantes, adictos exclusivos a la acción, de que alguien con un ritmo lento para retratar los estados del ánimo, para hablar con profundidad y estilo de seres con pasado o presente tenebrosos, que están en el límite del dolor y con el corazón devastado, de sensaciones que exigen tiempo, estética y rigor para ser expresadas, de los misterios que acompañan a la naturaleza humana en circunstancias fronterizas, merezca la pena de pagar excesivos euros para contemplar ese espectáculo intimista en una sala oscura?
 ¿Cómo exaltar un universo en el que las miradas, los pequeños gestos, los balbuceos, los matices, el tempo que necesita un plano sustituyen a la retórica, al esto es blanco o negro?

Krzysztof Kieslowski murió hace 20 años. Buen pretexto para que sea rescatado por Wanda, esa modélica distribuidora y productora española que apostó por él, en una época en la que el europeo cine de autor (de acuerdo, hay mogollón de autores, normalmente, invisibles e inaudibles para mi plebeyo gusto, venerados en las academias de la impostura, de los que podría prescindir sin que mi sensibilidad o mi sentido crítico protestaran) podía conseguir que un millón de espectadores pasara por la taquilla para aburrirse o emocionarse con un director polaco que hablaba de las cosas más extremas y turbadoras que les pueden ocurrir al cuerpo y al alma, de la depresión y la misantropía, de las argucias de la supervivencia para reconquistar el amor perdido, de la violencia más brutal, sin la menor intención de edulcorarla, provocando el horror del mirón, de la sospecha o la convicción de que en algún lugar del mundo todos tenemos un doble, de temas que cualquier productor fenicio o simplemente pragmático rechazaría.
¿Cómo convencer a las nuevas generaciones, a los voraces consumidores de imágenes que no exijan más que cinco minutos de atención, youtuberos militantes, adictos exclusivos a la acción, de que alguien con un ritmo lento para retratar los estados del ánimo, para hablar con profundidad y estilo de seres con pasado o presente tenebrosos, que están en el límite del dolor y con el corazón devastado, de sensaciones que exigen tiempo, estética y rigor para ser expresadas, de los misterios que acompañan a la naturaleza humana en circunstancias fronterizas, merezca la pena de pagar excesivos euros para contemplar ese espectáculo intimista en una sala oscura? ¿Cómo exaltar un universo en el que las miradas, los pequeños gestos, los balbuceos, los matices, el tempo que necesita un plano sustituyen a la retórica, al esto es blanco o negro?
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Juliette Binoche, en un fotograma de 'Azul'.
Y reponen la trilogía con la que Kieslowski se despidió del cine
. También de la vida. Tuve el privilegio de cenar con él en un festival de San Sebastian poco antes de su muerte.
 Todos los comensales flipamos cuando alguien tan espiritual pidió pochas de primer plato, de segundo y no recuerdo si de tercero.
También cuando contó que finalmente vivía en el campo, sin ningún proyecto y que pensaba íntimamente que había desperdiciado su existencia haciendo películas, lo cual era ofensivo para lo que habíamos realizado los demás en nuestra nada artística vida
. Era sobrio, introvertido y raro. Parecía de verdad.

 

Rayo de luz

En Azul me enamoré de Juliette Binoche (ya se me ha pasado el amor ante esa actriz que solo rueda con autores, con creadores intensos y exóticos).
 También del rayo de luz que inaugura la casi imposible resurrección de una mujer que descubre después de la muerte en accidente de su presuntamente enamorado marido y de su hija que nada era lo que parecía, su desolación y finalmente su anhelo de verdad, aunque esta pueda ser devastadora.
 Y es muy complejo el retorcido método para recuperar a su parisina mujer de un inmigrante polaco que ha sido abandonado en medio de la ruina en Blanco
. Y a medida que envejezco me siento lamentablemente más cercano a ese juez misántropo y desesperado que observa la miseria ajena desde su casa.
Le redime parcialmente la juventud, la inocencia y la belleza.
O sea, Irene Jacob. Ocurre en Rojo.
Y recuerdo las sensaciones que me provocó ese director tan raro, personal, enigmático, hipersensible y turbador.


 
Julie Delpy, en 'Blanco'.

Collar con una gran turquesa que perteneció a la actriz Lauren Bacall,


 
Collar con una gran turquesa que perteneció a la actriz Lauren Bacall, retratada detrás.
Si como dice Artur Ramón, los galeristas como él venden ilusión, y para ello necesitan que “la economía fluya con seguridad”, la Feria Internacional de Arte y Antigüedades de Maastricht (TEFAF) es el mejor ejemplo de que ni la crisis, ni el frenazo del mercado artístico mundial en 2015, aguan la fiesta.
 Porque TEFAF es eso, una fiesta grande y selecta donde los coleccionistas revolotean para no perder la pieza ansiada. Fiesta exigente también, ya que la investigación necesaria para acreditar las obras de los galeristas no garantiza que vayan a ser expuestas.
Todo depende del comité de acreditación, que las rechaza si recela de lo que podría parecer una gran firma.
 Fiesta, en fin, que casi ha patentado el efecto sorpresa, ya sea por sus descubrimientos o su precios astronómicos. O por el robo de joyas, como ha ocurrido en sus 29 años de historia.

Esta vez, el hallazgo ha sido un Libro de las horas, de los hermanos Limbourg, legendarios miniaturistas medievales.
 Conocidos por el manuscrito iluminado de Las muy ricas horas del duque de Berry, el volumen ahora recuperado fue un regalo del duque a su sobrino, Luis de Orleans, y estuvo seis siglos en un archivo vienés
. El anticuario suizo Heribert Tenschert, que lo vende por 12 millones de euros, lo vio en Internet y no paró hasta conseguirlo.
“Es una obra única”, decía ayer.

El desengaño lo vivió la galería española Coll y Cortés (asociada a la londinense Colnaghi).
 Tuvo que retirar un San Simón, del Greco, porque los expertos lo atribuyeron a su taller.
 El disgusto fue compensado por una venta vertiginosa.
 La sala Mauritshuis, de La Haya, famosa por exhibir La joven de la perla, de Vermeer, le compró un Bodegón de flores en una hornacina (1615), del holandés Roelant Savery, por 6,5 millones.
 Desde la casa londinense Fergus Hall, un Hércules, de Ribera, parecía montar guardia.
 Lo ofrecen por 4,4 millones
. Este año, el arte español brilla con fuerza: hay piezas de El Greco, Zurbarán, Goya, Federico Beltrán Masses y Juan van der Hamen (galería Caylus), además de Picasso, Miró y Dalí. La galería López de Aragón tenía una Virgen del Rosario, de Zurbarán (850.000 euros).
 También una máscara romana de mármol amarillo (2,5 millones).
 El retrato de Don Pedro Gil de Tejada, de Goya, colgaba en Stair Sainty, de Londres, y se vende por 3,6 millones. El lienzo es imponente, pero lo que de verdad emocionaba al galerista era una Salomé desnuda, en verdes y azules tenebrosos
. “Beltrán Masses entendía la psicología femenina, y resultó muy controvertido en 1929 por su osadía”.
Ramón tuvo más suerte con su greco, una miniatura con el retrato de la nuera del pintor
. “Aunque los únicos que no regatean son los americanos, ya hay gente interesada”, dijo. Sale por 700.000 euros.
 El precio de su tabla de Los ángeles coronando a la Virgen y el Niño, de Adriaen Isenbrandt, llegaba a 800.000 euros.

Insectos de titanio

 Pero no todo son lienzos, porcelanas, relojes o grafitis de Banksy, que lleva camino de mudar en clásico.
 TEFAF atrae cada vez más obras modernas y diversas, como joyas de factura asombrosa.
 Así son los broches en forma de flores e insectos de titanio erizados de piedras preciosas del chino Walace Chan.
 Él mismo las califica de “más allá del arte”. Lo contrario de un collar de esmalte negro y turquesa, de la actriz Lauren Bacall.
 O las dos pulseras Cruz de Malta, que Coco Chanel lució medio siglo.
 Las dueñas eran más famosas que el adorno.
Con TEFAF de fondo, en el corazón de la ciudad el cocinero Ferran Adrià se asoma desde la casa Marres.
Este centro cultural mezcla experimentos y exposiciones. En Ferran Adrià: Notas sobre la creatividad, brilla el efecto visual de los preparativos: esbozos, dibujos, símbolos, collages, utensilios de cocina, recetas, y modelos en arcilla de las piezas para sus cocciones.
 La muestra pasó antes por EE UU; en Maastricht es un guiño al poderío económico y la belleza del arte establecido.

Un paseo por la feria de arte de Maastricht.



'Venecia, una vista del Gran Canal mirando al sur desde el palacio Foscari' (1738-1739). Obra de Bernardo Bellotto, sobrino de Canaletto, que también pintaba. 



Joya en forma de flor en titanio y piedras preciosas, del artista chino Wallace Chan. Él mismo dice que su obra va más allá del arte. Trabaja con un torno de dentista adaptado y pone la pieza dentro del agua para amortiguar la vibración.


Corsé de Frida Kahlo con la hoz y el martillo (1950). Pintado por ella durante su estancia en el hospital Inglés de Ciudad de México. Representa su deseo inalcanzable de ser madre y su pasión política.

'Salomé', de Federico Beltrán Masses, fue calificada de inmoral al ser expuesta en el Reino Unido en 1929. Era la obra preferida del pintor, que nunca quiso venderla.


Libro de las Horas (1407), de los hermanos Limbourg, miniaturistas legendarios radicados en la ciudad holandesa de Nimega. Manuscrito iluminado realizado en vitela. Es el descubrimiento presentado en TEFAF por el anticuario suizo Heribert Tenschert.



'El olfato', pertenece a una serie sobre los cinco sentidos pintada por Rembrandt cuando tenía unos 18 años. Según Ernst van de Wetering, el mayor experto mundial en el pintor, el catálogo oficial de su producción, que suma 340 piezas, y él ha contribuido a reunir, puede añadir ésta a partir de ahora. 



Collar con una gran turquesa, que perteneció a la actriz estadounidense Lauren Bacall. No está a la venta, solo expuesta.



Luis Egidio Melendez. Still Life. Colnaghi 



Bernardo Canal Charles Beddington




ElGreco_Retrato-de-dama_HIGH

 

Goya Stair Sainty Gallery 



M+íscara L+¦pez de Arag+¦n 


Naturaleza muerta Colnaghi



Original Chanel Two Cuffs_on white Verdura




RIBERA_HERCULES Fergus Hall gallery 



Van der Hamen Caylus 


Zurbaran Lopez de Arag+¦n

 

Colnaghi naturaleza muerta vendida al Mauritshuis