Hay cuerdas en el corazón humano que sería mejor no hacerlas vibrar.”
8 feb 2016
Un ejemplo de lucha contra el trastorno bipolar................................................. Iván Helbling
La escritora May González Marqués brinda su testimonio y desmitifica algunos creencias y prejuicios sociales en torno a esta enfermedad mental.
A May González Marqués (París, 1968), una escritora que ha vivido
toda su vida en Madrid, le diagnosticaron un trastorno bipolar hace 14
años, cuando tenía 33
. Una serie de situaciones estresantes en su familia y con una amiga muy cercana le desencadenó un brote que la dejó sin dormir durante dos semanas hasta que terminó una noche de Navidad ingresada en urgencias.
González Marqués sabe que esa enfermedad arrastra un fuerte estigma social.
Pese a que asegura que "nunca" ha sufrido tal estigma, ha visto que es una cuestión muy común en las reuniones de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales, de la que es miembro.
En su primer libro, Entre dos mundos. Más allá de los trastornos mentales (Miret Editorial, 2012), ofrece un testimonio que representa un ejemplo de lucha por mantener la dignidad y una saludable calidad de vida.
Se siente "una privilegiada" dentro del alrededor del 1% de la población española que padece problemas de salud mental grave, incluidas 46.100 personas con trastorno bipolar, según los últimos datos del INE.
Detrás de la puerta espera una mujer optimista y sonriente.
Se sienta en uno de los sofás del salón de su casa, en el barrio madrileño de Sanchinarro, y cuenta que la reacción de su familia fue fundamental para su recuperación y no ser discriminada:
“He tenido la gran ventaja de que nunca me trataron como a una enferma sino igual que a todos”, dice agradecida
. Cuando fue diagnosticada trabajaba con su madre como secretaria.
Ahora, disfruta con su marido de una vida de ama de casa mientras en sus ratos libres escribe Margaritas amarillas, su segundo libro, un testimonio que da consejos en primera persona sobre el pensamiento positivo que publicará próximamente acompañado de un centenar de alegres dibujos hechos por ella.
Con él intenta ayudar a las personas que sufren enfermedades mentales.
Cada caso es diferente, ya que la evolución de su enfermedad depende mucho de la experiencia de vida, su contexto familiar y personalidad de cada paciente
. Gonzalez Marqués es la única persona con trastorno bipolar que forma parte de la junta directiva del Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (AFAEM 5) de Feafes (acrónimo de la organización que ahora se llama Confederación Salud Mental España). "En la reuniones aporto una perspectiva que generalmente no tienen en la junta", explica orgullosa.
A May González Marqués (París, 1968), una escritora que ha vivido
toda su vida en Madrid, le diagnosticaron un trastorno bipolar hace 14
años, cuando tenía 33. Una serie de situaciones estresantes en su
familia y con una amiga muy cercana le desencadenó un brote que la dejó
sin dormir durante dos semanas hasta que terminó una noche de Navidad
ingresada en urgencias. González Marqués sabe que esa enfermedad
arrastra un fuerte estigma social. Pese a que asegura que "nunca" ha
sufrido tal estigma, ha visto que es una cuestión muy común en las
reuniones de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales, de la que
es miembro. En su primer libro, Entre dos mundos. Más allá de los trastornos mentales
(Miret Editorial, 2012), ofrece un testimonio que representa un ejemplo
de lucha por mantener la dignidad y una saludable calidad de vida. Se
siente "una privilegiada" dentro del alrededor del 1% de la población española que padece problemas de salud mental grave, incluidas 46.100 personas con trastorno bipolar, según los últimos datos del INE.
Detrás de la puerta espera una mujer optimista y sonriente. Se sienta
en uno de los sofás del salón de su casa, en el barrio madrileño de Sanchinarro,
y cuenta que la reacción de su familia fue fundamental para su
recuperación y no ser discriminada: “He tenido la gran ventaja de que
nunca me trataron como a una enferma sino igual que a todos”, dice
agradecida. Cuando fue diagnosticada trabajaba con su madre como
secretaria. Ahora, disfruta con su marido de una vida de ama de casa
mientras en sus ratos libres escribe Margaritas amarillas,
su segundo libro, un testimonio que da consejos en primera persona
sobre el pensamiento positivo que publicará próximamente acompañado de
un centenar de alegres dibujos hechos por ella. Con él intenta ayudar a
las personas que sufren enfermedades mentales.
Cada caso es diferente, ya que la evolución de su enfermedad depende mucho de la experiencia de vida, su contexto familiar y personalidad de cada paciente. Gonzalez Marqués es la única persona con trastorno bipolar que forma parte de la junta directiva del Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (AFAEM 5) de Feafes (acrónimo de la organización que ahora se llama Confederación Salud Mental España). "En la reuniones aporto una perspectiva que generalmente no tienen en la junta", explica orgullosa.
El trastorno bipolar afecta a entre el 1 % y el 3,3 % de la población
mundial y en su mayoría a jóvenes, según un estudio publicado por el Journal of the American Medical Association en 2011.
Sus causas son una combinación de factores genéticos, alteraciones
hormonales, estrés y el uso de drogas y fármacos.
Esta disfunción es una alteración cíclica en el estado de ánimo: los pacientes pasan rápidamente de la euforia, denominado como estado de hipomanía o manía, a la depresión.
Según el doctor José Manuel Montes, jefe de Psiquiatría del Hospital del Sureste de Madrid, con amplia experiencia clínica en el tratamiento de la depresión y del trastorno bipolar, "la manifestación más frecuente de inicio de esta enfermedad son los síntomas depresivos".
Lo normal es que el primer episodio ocurra a finales de la segunda década de vida o a principios de la tercera, entre los 18 y los 25 años.
El caso de González Marqués, que tenía 33 años cuando se le manifestó la enfermedad, es lo que los expertos denominan "episodio mixto", es decir, uno que combina síntomas maníacos y depresivos. Con el tiempo ella entendió que la manía era un recurso instintivo para escapar de una situación muy dolorosa que la desbordó.
"Cada caso es diferente, pero si hay algo en común es que cuando uno tiene un brote es un caos total, un momento en la vida en la que todo se te va de las manos", explica.
. Una serie de situaciones estresantes en su familia y con una amiga muy cercana le desencadenó un brote que la dejó sin dormir durante dos semanas hasta que terminó una noche de Navidad ingresada en urgencias.
González Marqués sabe que esa enfermedad arrastra un fuerte estigma social.
Pese a que asegura que "nunca" ha sufrido tal estigma, ha visto que es una cuestión muy común en las reuniones de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales, de la que es miembro.
En su primer libro, Entre dos mundos. Más allá de los trastornos mentales (Miret Editorial, 2012), ofrece un testimonio que representa un ejemplo de lucha por mantener la dignidad y una saludable calidad de vida.
Se siente "una privilegiada" dentro del alrededor del 1% de la población española que padece problemas de salud mental grave, incluidas 46.100 personas con trastorno bipolar, según los últimos datos del INE.
Detrás de la puerta espera una mujer optimista y sonriente.
Se sienta en uno de los sofás del salón de su casa, en el barrio madrileño de Sanchinarro, y cuenta que la reacción de su familia fue fundamental para su recuperación y no ser discriminada:
“He tenido la gran ventaja de que nunca me trataron como a una enferma sino igual que a todos”, dice agradecida
. Cuando fue diagnosticada trabajaba con su madre como secretaria.
Ahora, disfruta con su marido de una vida de ama de casa mientras en sus ratos libres escribe Margaritas amarillas, su segundo libro, un testimonio que da consejos en primera persona sobre el pensamiento positivo que publicará próximamente acompañado de un centenar de alegres dibujos hechos por ella.
Con él intenta ayudar a las personas que sufren enfermedades mentales.
Cada caso es diferente, ya que la evolución de su enfermedad depende mucho de la experiencia de vida, su contexto familiar y personalidad de cada paciente
. Gonzalez Marqués es la única persona con trastorno bipolar que forma parte de la junta directiva del Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (AFAEM 5) de Feafes (acrónimo de la organización que ahora se llama Confederación Salud Mental España). "En la reuniones aporto una perspectiva que generalmente no tienen en la junta", explica orgullosa.
Madrid
Cada caso es diferente, ya que la evolución de su enfermedad depende mucho de la experiencia de vida, su contexto familiar y personalidad de cada paciente. Gonzalez Marqués es la única persona con trastorno bipolar que forma parte de la junta directiva del Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (AFAEM 5) de Feafes (acrónimo de la organización que ahora se llama Confederación Salud Mental España). "En la reuniones aporto una perspectiva que generalmente no tienen en la junta", explica orgullosa.
Esta disfunción es una alteración cíclica en el estado de ánimo: los pacientes pasan rápidamente de la euforia, denominado como estado de hipomanía o manía, a la depresión.
Según el doctor José Manuel Montes, jefe de Psiquiatría del Hospital del Sureste de Madrid, con amplia experiencia clínica en el tratamiento de la depresión y del trastorno bipolar, "la manifestación más frecuente de inicio de esta enfermedad son los síntomas depresivos".
Lo normal es que el primer episodio ocurra a finales de la segunda década de vida o a principios de la tercera, entre los 18 y los 25 años.
El caso de González Marqués, que tenía 33 años cuando se le manifestó la enfermedad, es lo que los expertos denominan "episodio mixto", es decir, uno que combina síntomas maníacos y depresivos. Con el tiempo ella entendió que la manía era un recurso instintivo para escapar de una situación muy dolorosa que la desbordó.
"Cada caso es diferente, pero si hay algo en común es que cuando uno tiene un brote es un caos total, un momento en la vida en la que todo se te va de las manos", explica.
A May González Marqués (París, 1968), una escritora que ha vivido
toda su vida en Madrid, le diagnosticaron un trastorno bipolar hace 14
años, cuando tenía 33. Una serie de situaciones estresantes en su
familia y con una amiga muy cercana le desencadenó un brote que la dejó
sin dormir durante dos semanas hasta que terminó una noche de Navidad
ingresada en urgencias. González Marqués sabe que esa enfermedad
arrastra un fuerte estigma social. Pese a que asegura que "nunca" ha
sufrido tal estigma, ha visto que es una cuestión muy común en las
reuniones de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales, de la que
es miembro. En su primer libro, Entre dos mundos. Más allá de los trastornos mentales
(Miret Editorial, 2012), ofrece un testimonio que representa un ejemplo
de lucha por mantener la dignidad y una saludable calidad de vida. Se
siente "una privilegiada" dentro del alrededor del 1% de la población española que padece problemas de salud mental grave, incluidas 46.100 personas con trastorno bipolar, según los últimos datos del INE.
Detrás de la puerta espera una mujer optimista y sonriente. Se sienta
en uno de los sofás del salón de su casa, en el barrio madrileño de Sanchinarro,
y cuenta que la reacción de su familia fue fundamental para su
recuperación y no ser discriminada: “He tenido la gran ventaja de que
nunca me trataron como a una enferma sino igual que a todos”, dice
agradecida. Cuando fue diagnosticada trabajaba con su madre como
secretaria. Ahora, disfruta con su marido de una vida de ama de casa
mientras en sus ratos libres escribe Margaritas amarillas,
su segundo libro, un testimonio que da consejos en primera persona
sobre el pensamiento positivo que publicará próximamente acompañado de
un centenar de alegres dibujos hechos por ella. Con él intenta ayudar a
las personas que sufren enfermedades mentales.
Cada caso es diferente, ya que la evolución de su enfermedad depende mucho de la experiencia de vida, su contexto familiar y personalidad de cada paciente. Gonzalez Marqués es la única persona con trastorno bipolar que forma parte de la junta directiva del Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (AFAEM 5) de Feafes (acrónimo de la organización que ahora se llama Confederación Salud Mental España). "En la reuniones aporto una perspectiva que generalmente no tienen en la junta", explica orgullosa.
El trastorno bipolar afecta a entre el 1 % y el 3,3 % de la población
mundial y en su mayoría a jóvenes, según un estudio publicado por el Journal of the American Medical Association en 2011.
Sus causas son una combinación de factores genéticos, alteraciones
hormonales, estrés y el uso de drogas y fármacos. Esta disfunción es una
alteración cíclica en el estado de ánimo: los pacientes pasan
rápidamente de la euforia, denominado como estado de hipomanía o manía, a
la depresión. Según el doctor José Manuel Montes, jefe de Psiquiatría
del Hospital del Sureste
de Madrid, con amplia experiencia clínica en el tratamiento de la
depresión y del trastorno bipolar, "la manifestación más frecuente de
inicio de esta enfermedad son los síntomas depresivos".
Lo normal es que el primer episodio ocurra a finales de la segunda década de vida o a principios de la tercera, entre los 18 y los 25 años. El caso de González Marqués, que tenía 33 años cuando se le manifestó la enfermedad, es lo que los expertos denominan "episodio mixto", es decir, uno que combina síntomas maníacos y depresivos. Con el tiempo ella entendió que la manía era un recurso instintivo para escapar de una situación muy dolorosa que la desbordó. "Cada caso es diferente, pero si hay algo en común es que cuando uno tiene un brote es un caos total, un momento en la vida en la que todo se te va de las manos", explica.
El tratamiento farmacológico es la piedra angular de la recuperación.
El promedio hasta que un paciente termine siendo diagnosticado suele ser de ocho años
. El doctor Montes asegura que, aunque el tratamiento dure años, un paciente con trastorno bipolar estabilizado -que lleva años sin recaídas-, llega a tener una vida normal “tal como un enfermo de diabetes”. Solo deberá tomar una simple medicación diaria y no olvidar sus límites emocionales, así como qué personas o situaciones cotidianas debe evitar.
Una dificultad importante e histórica para la estabilización de los pacientes con esta enfermedad es la estigmatización social.
Usue Espinós, psicóloga que trabaja para la Asociación Bipolar de Madrid, sostiene que “el peor estigma es el autoasumido por el paciente al notar que es diferente del resto”.
Históricamente, el cine, la literatura y los medios de comunicación han fomentado estereotipos contra personas que padecen enfermedades mentales.
Reiteradas veces desde la cultura se la ha asociado a personas extravagantes (la película Una mente maravillosa, de Ron Howard), violentas (El resplandor, de Stanley Kubrick), peligrosas (El silencio de los corderos, de Jonathan Demme) y, entre otras cosas, individuos carentes de pensamiento racional (La Naranja mecanica, novela de Anthony Burgess también llevada al cine por Kubrick)
Según un estudio de 2005 de la Asociación Americana de Psicología, titulado El Impacto del estigma de la enfermedad mental, estos “estereotipos, prejuicios y discriminaciones (...) pueden privar a quienes la padecen de oportunidades para el logro de sus objetivos vitales, especialmente aquellos que tienen que ver con su independencia económica y personal”. Esta creencia social ignora que, según los expertos, un porcentaje menor de los enfermos mentales tiene conductas violentas. “Muchas veces la sociedad prefiere culpar y responsabilizar a los más vulnerables por las conductas indeseables [por ejemplo, los crímenes violentos] que podría cometer cualquier persona”, razona Espinós.
En Madrid existen Centros de Rehabilitación Laboral (CRL), que forman parte de la Red de Atención Social
a personas con enfermedad mental y forman a los pacientes para
reinsertarse laboralmente. May González Marqués, pese haber trabajado en
diversas cosas, tuvo la suerte de poder trabajar con su madre en el
momento en que sufrió su primer brote: "
Tuve la suerte de poder descansar después de mi hospitalización y comenzar a trabajar cuando consideré que estaba lista", recuerda. Pocos tienen esa posibilidad y terminan perdiendo sus trabajos. Por eso, lugares como los CRL en Madrid o centros privados como la Fundación Manantial son fundamentales a la hora de planear una progresiva reincorporación laboral.
Cada caso es diferente, ya que la evolución de su enfermedad depende mucho de la experiencia de vida, su contexto familiar y personalidad de cada paciente. Gonzalez Marqués es la única persona con trastorno bipolar que forma parte de la junta directiva del Asociación de Familiares de Enfermos Mentales (AFAEM 5) de Feafes (acrónimo de la organización que ahora se llama Confederación Salud Mental España). "En la reuniones aporto una perspectiva que generalmente no tienen en la junta", explica orgullosa.
Lo normal es que el primer episodio ocurra a finales de la segunda década de vida o a principios de la tercera, entre los 18 y los 25 años. El caso de González Marqués, que tenía 33 años cuando se le manifestó la enfermedad, es lo que los expertos denominan "episodio mixto", es decir, uno que combina síntomas maníacos y depresivos. Con el tiempo ella entendió que la manía era un recurso instintivo para escapar de una situación muy dolorosa que la desbordó. "Cada caso es diferente, pero si hay algo en común es que cuando uno tiene un brote es un caos total, un momento en la vida en la que todo se te va de las manos", explica.
El peor estigma es el auto-asumido por el paciente
Usue Espinós, Psicóloga de la Asociación Bipolar de Madrid
El promedio hasta que un paciente termine siendo diagnosticado suele ser de ocho años
. El doctor Montes asegura que, aunque el tratamiento dure años, un paciente con trastorno bipolar estabilizado -que lleva años sin recaídas-, llega a tener una vida normal “tal como un enfermo de diabetes”. Solo deberá tomar una simple medicación diaria y no olvidar sus límites emocionales, así como qué personas o situaciones cotidianas debe evitar.
Una dificultad importante e histórica para la estabilización de los pacientes con esta enfermedad es la estigmatización social.
Usue Espinós, psicóloga que trabaja para la Asociación Bipolar de Madrid, sostiene que “el peor estigma es el autoasumido por el paciente al notar que es diferente del resto”.
Históricamente, el cine, la literatura y los medios de comunicación han fomentado estereotipos contra personas que padecen enfermedades mentales.
Reiteradas veces desde la cultura se la ha asociado a personas extravagantes (la película Una mente maravillosa, de Ron Howard), violentas (El resplandor, de Stanley Kubrick), peligrosas (El silencio de los corderos, de Jonathan Demme) y, entre otras cosas, individuos carentes de pensamiento racional (La Naranja mecanica, novela de Anthony Burgess también llevada al cine por Kubrick)
Según un estudio de 2005 de la Asociación Americana de Psicología, titulado El Impacto del estigma de la enfermedad mental, estos “estereotipos, prejuicios y discriminaciones (...) pueden privar a quienes la padecen de oportunidades para el logro de sus objetivos vitales, especialmente aquellos que tienen que ver con su independencia económica y personal”. Esta creencia social ignora que, según los expertos, un porcentaje menor de los enfermos mentales tiene conductas violentas. “Muchas veces la sociedad prefiere culpar y responsabilizar a los más vulnerables por las conductas indeseables [por ejemplo, los crímenes violentos] que podría cometer cualquier persona”, razona Espinós.
La psicoeducación, dicen los especialistas, es clave para que los pacientes y sus familiares entiendan la dimensión del problema
Tuve la suerte de poder descansar después de mi hospitalización y comenzar a trabajar cuando consideré que estaba lista", recuerda. Pocos tienen esa posibilidad y terminan perdiendo sus trabajos. Por eso, lugares como los CRL en Madrid o centros privados como la Fundación Manantial son fundamentales a la hora de planear una progresiva reincorporación laboral.
Las Bolsas se desploman por el temor a una nueva recesión global................................El País
El Ibex 35 se desploma un 4,44%, el mayor descenso diario desde agosto del año pasado.
Nueva jornada aciaga en las Bolsas europeas. El creciente temor
sobre un parón económico global derivado del frenazo en seco de los
emergentes ha llevado al Ibex español a caer un 4,44% este lunes, arrastrado por constructoras, energéticas y bancos y con todos sus valores en rojo. El selectivo italiano FTSE Mib ha caído un 4,6% arrastrado por su maltrecho sector financiero; el DAX alemán un 3,3% y el CAC francés
un 3,2%. Es el mayor batacazo del índice español desde finales de
agosto, cuando se desataron los peores presagios sobre la economía china
y el Ibex se desplomó un 5,01% en una sola jornada, que lleva a la
Bolsa española a su nivel más bajo en dos años y medio
Nueva jornada aciaga en las Bolsas europeas.
El creciente temor sobre un parón económico global derivado del frenazo en seco de los emergentes ha llevado al Ibex español a caer un 4,44% este lunes, arrastrado por constructoras, energéticas y bancos y con todos sus valores en rojo.
El selectivo italiano FTSE Mib ha caído un 4,6% arrastrado por su maltrecho sector financiero; el DAX alemán un 3,3% y el CAC francés un 3,2%.
Es el mayor batacazo del índice español desde finales de agosto, cuando se desataron los peores presagios sobre la economía china y el Ibex se desplomó un 5,01% en una sola jornada, que lleva a la Bolsa española a su nivel más bajo en dos años y medio.
En paralelo, el bono alemán —considerado el activo más seguro de la eurozona—, cae a mínimos de un año por el repunte del interés de los inversores en los activos de menor riesgo para resguardarse de la tormenta.
Los mercados cotizan los temores ya recurrentes sobre el declive de la economía global, que han tenido en el reciente dato de reservas chinas el último punto de preocupación.
Las reservas en moneda extranjera del banco central del gigante asiático, principal origen del quebradero de cabeza económico de los últimos tiempos, cayeron en enero en casi 100.000 millones de dólares (89.200 millones de euros), según los datos hechos públicos el domingo.
Las reservas totales de la segunda economía mundial quedan ahora en 3,2 billones de dólares, muy por debajo del máximo de 4 billones de junio de 2014.
"El riesgo mundial de recesión y deflación está creciendo", apunta François Savary, jefe de inversión de la sociedad de inversión Prime Partners, en declaraciones a Bloomberg. "No son suficientes las caídas de los últimos días y que los resultados empresariales no hayan sido tan malos.
La confianza es muy baja y no hay mucha visibilidad en este momento. Y eso es aterrador", sentencia
Las caídas van más allá de Europa, aunque mucho más atenuadas.
El índice MSCI de mercados emergentes también retrocede este lunes y prolonga las caídas de la semana pasada.
Solo los mercados de valores del Golfo mantienen el tipo, con las Bolsas chinas, indonesias, malasias, filipinas y coreanas cerradas por fiesta. El Nikkei japonés, sin embargo, había subido más de un 1%.
La rentabilidad exigida en los mercados secundarios a la deuda española con vencimiento a diez años subía hasta el 1,697% desde el 1,647% del comienzo de la sesión.
Los bonos alemanes a una década vista han llegado a caer, por su parte, al 0,257%, su nivel más bajo desde abril del año pasado.
La prima de riesgo italiana sube, por su parte hasta los 148,8 puntos desde los 127,41 de la apertura, y la portuguesa repunta hasta los 278,10 puntos.
. El barril de brent cae este lunes un 0,5% hasta los 33,5 dólares arrastrado por los escasos visos de acuerdo entre los principales países petroleros, Estados Unidos al margen, para reequilibrar el mercado mediante un recorte de oferta.
Este domingo, representantes venezolanos se han reunido con las autoridades de Arabia Saudí para intentar lograr un pacto en ese sentido y, aunque el clima de entendimiento ha sido bueno, no se ha concretado ninguna medida de recorte de la producción.
"Los saudíes son el gran escollo para la reducción de los bombeos", apunta Ole S. Hansen, jefe de análisis de materias primas de Saxo Bank.
El oro, principal valor refugio junto con el yen japonés, el franco suizo y los bonos alemanes y estadounidenses, apenas se mueve este lunes tras el fuerte repunte del viernes, cuando el buen dato de paro en EE UU —en enero bajó del 5% por primera vez desde antes de la Gran Recesión— alimentó la especulación sobre un endurecimiento aún mayor de la política monetaria de la Reserva Federal. Todo lo que no sean dos subidas de tipos este año, lo previsto hoy por las principales casas de análisis, sería un jarro de agua fría para las Bolsas y un argumento para el repunte de los activos más seguros
. La onza de oro cotiza a su nivel máximo de los tres últimos meses y sube a doble dígito en lo que va de 2016.
En el mercado de divisas el euro sigue, por su parte, su camino ascendente desde mínimos emprendido a finales de 2015 y se cambia ya por 1,11 dólares.
El creciente temor sobre un parón económico global derivado del frenazo en seco de los emergentes ha llevado al Ibex español a caer un 4,44% este lunes, arrastrado por constructoras, energéticas y bancos y con todos sus valores en rojo.
El selectivo italiano FTSE Mib ha caído un 4,6% arrastrado por su maltrecho sector financiero; el DAX alemán un 3,3% y el CAC francés un 3,2%.
Es el mayor batacazo del índice español desde finales de agosto, cuando se desataron los peores presagios sobre la economía china y el Ibex se desplomó un 5,01% en una sola jornada, que lleva a la Bolsa española a su nivel más bajo en dos años y medio.
En paralelo, el bono alemán —considerado el activo más seguro de la eurozona—, cae a mínimos de un año por el repunte del interés de los inversores en los activos de menor riesgo para resguardarse de la tormenta.
Los mercados cotizan los temores ya recurrentes sobre el declive de la economía global, que han tenido en el reciente dato de reservas chinas el último punto de preocupación.
Las reservas en moneda extranjera del banco central del gigante asiático, principal origen del quebradero de cabeza económico de los últimos tiempos, cayeron en enero en casi 100.000 millones de dólares (89.200 millones de euros), según los datos hechos públicos el domingo.
Las reservas totales de la segunda economía mundial quedan ahora en 3,2 billones de dólares, muy por debajo del máximo de 4 billones de junio de 2014.
"El riesgo mundial de recesión y deflación está creciendo", apunta François Savary, jefe de inversión de la sociedad de inversión Prime Partners, en declaraciones a Bloomberg. "No son suficientes las caídas de los últimos días y que los resultados empresariales no hayan sido tan malos.
La confianza es muy baja y no hay mucha visibilidad en este momento. Y eso es aterrador", sentencia
Las caídas van más allá de Europa, aunque mucho más atenuadas.
El índice MSCI de mercados emergentes también retrocede este lunes y prolonga las caídas de la semana pasada.
Solo los mercados de valores del Golfo mantienen el tipo, con las Bolsas chinas, indonesias, malasias, filipinas y coreanas cerradas por fiesta. El Nikkei japonés, sin embargo, había subido más de un 1%.
La prima de riesgo española, en máximos desde julio
La prima de riesgo española —el diferencial entre el bono español 10 años y el alemán— supera los 155 puntos básicos, su nivel más alto desde julio, frente a los 137 de cierre de la semana pasada. Detrás de esta subida está la sustancial rebaja de la rentabilidad de la deuda pública germana.La rentabilidad exigida en los mercados secundarios a la deuda española con vencimiento a diez años subía hasta el 1,697% desde el 1,647% del comienzo de la sesión.
Los bonos alemanes a una década vista han llegado a caer, por su parte, al 0,257%, su nivel más bajo desde abril del año pasado.
La prima de riesgo italiana sube, por su parte hasta los 148,8 puntos desde los 127,41 de la apertura, y la portuguesa repunta hasta los 278,10 puntos.
Materias primas a la baja
En el mercado de materias primas, tanto el crudo como la mayoría de metales industriales bajan. El barril de brent cae este lunes un 0,5% hasta los 33,5 dólares arrastrado por los escasos visos de acuerdo entre los principales países petroleros, Estados Unidos al margen, para reequilibrar el mercado mediante un recorte de oferta.
Este domingo, representantes venezolanos se han reunido con las autoridades de Arabia Saudí para intentar lograr un pacto en ese sentido y, aunque el clima de entendimiento ha sido bueno, no se ha concretado ninguna medida de recorte de la producción.
"Los saudíes son el gran escollo para la reducción de los bombeos", apunta Ole S. Hansen, jefe de análisis de materias primas de Saxo Bank.
El oro, principal valor refugio junto con el yen japonés, el franco suizo y los bonos alemanes y estadounidenses, apenas se mueve este lunes tras el fuerte repunte del viernes, cuando el buen dato de paro en EE UU —en enero bajó del 5% por primera vez desde antes de la Gran Recesión— alimentó la especulación sobre un endurecimiento aún mayor de la política monetaria de la Reserva Federal. Todo lo que no sean dos subidas de tipos este año, lo previsto hoy por las principales casas de análisis, sería un jarro de agua fría para las Bolsas y un argumento para el repunte de los activos más seguros
. La onza de oro cotiza a su nivel máximo de los tres últimos meses y sube a doble dígito en lo que va de 2016.
En el mercado de divisas el euro sigue, por su parte, su camino ascendente desde mínimos emprendido a finales de 2015 y se cambia ya por 1,11 dólares.
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