Roberto Verino (Ourense, 1945)
se puso ese apellido en honor a su pueblo (Verín).
Es un diseñador y empresario, con más de tres décadas de experiencia,
que hace ropa, bolsos, perfumes y vinos.
Antes de irse a París para
seleccionar las telas de su próxima colección estuvo en
el stand de su empresa en Momad,
el Salón Internacional de la Moda de Madrid, que concluye mañana
domingo en Ifema.
Se sentó en torno a una mesa blanca y se dispuso a
responder las preguntas con seriedad empresarial. Hace unos días anunció
que no presentará sus nuevos diseños en la próxima edición de la
Mercedes Fashion Week Madrid.
Pregunta. Menudo disgusto se habrá llevado Cuca Solana, directora de la pasarela, ¿no?
Respuesta. Me dijo que lo sentía mucho. Pero hay muchísimo afecto y simpatía entre nosotros y entendió mis razones.
P. ¿Cuáles son sus razones?
R. Pues que estamos viviendo un cambio en el
acercamiento con nuestros consumidores.
Hacer presentaciones seis meses
antes está bien para la prensa y los distribuidores, pero eso no nos
permite crecer tanto como quisiéramos.
No estaremos en la pasarela pero
sí en esta feria, donde vienen nuestros clientes potenciales
extranjeros, que no suelen ir a los desfiles.
P. ¿Es más empresario que diseñador?
R. Soy empresario a la fuerza, porque esa no es mi
vocación.
Pero ahora creo que he logrado un buen equilibrio entre ambas
cosas. Porque hemos superado con éxito lo que nos afectó en los últimos
años.
P. Tuvo que refinanciar su deuda e incluso le pidió a la Xunta de Galicia que lo avalara.
R. Sí, la Xunta fue nuestro aval en su momento para que
pudiéramos obtener los préstamos que necesitábamos.
Porque avanzábamos a
toda velocidad y, de repente, hubo un parón y las entidades financieras
nos exigieron de golpe y porrazo devolver las cuentas crediticias.
Cumplimos y hoy estamos muy tranquilos.
P. ¿Amancio Ortega, o alguien del grupo Inditex, le ha hecho alguna oferta para le ha hecho alguna oferta para quedarse con su empresa?
R. No. Hace unos años
decían que Inditex nos había comprado, pero no.
Fue un bulo. No ha habido jamás una oferta por su parte y mucho menos, una compra.
P. ¿Se lleva bien con sus paisanos textileros?
R. En Ourense, en un radio de acción de dos kilómetros,
está Adolfo Domínguez, Sociedad Textil Lonia y Roberto Verino.
Y entre
todos tenemos una relación de profesionales, nos admiramos y nos
respetamos.
P. Teniendo varias empresas de ropa, ¿los gallegos siempre están a la moda?
R. Bueno, hay un consumo de moda alto, algo que me ha
hecho profeta en mi tierra.
Mis paisanos usan nuestra ropa y siempre me
dan muchos ánimos para seguir adelante.
P. Hace ropa, bolsos, perfumes y hasta vinos. ¿Es un creativo hiperactivo o un empresario voraz?
R. Trato de repartir provechosamente mi energía.
Lo del vino es un proyecto que nació como un hobby
y va bien. Con el perfume quisimos llegar al consumidor a través de un
aroma.
Con una inversión pequeña, la gente nos puede llevar todos los
días sin importar su talla.
P. Hablando de tallas, hay quien se queja de que no hace prendas de tallas grandes.
R. Bueno, lamentablemente no podemos cubrir todas las necesidades.