Han pasado casi 20 años desde el día en que Kate Winslet y Leonardo DiCaprio se conocieron en el set de rodaje de Titanic, dondeprotagonizaron una de las historias de amor más recordadas del cine. Mientras rodaban la película, DiCaprio y Winslet cumplieron 21 y 22 años, respectivamente. Con
el paso del tiempo la amistad que les une se ha fortalecido y la actriz
parece ser la única mujer que siempre está al lado de DiCaprio. En la
gala de los premios SAG, celebrada el pasado sábado, Winslet felicitó al
actor con su enésimo abrazo cuando anunciaron que era el ganador del
premio por su papel protagonista en El renacido. El intérprete quiso que su amiga estuviese sentada en la mesa que ocupaba con sus compañeros de reparto.
Han pasado casi 20 años desde el día en que Kate Winslet y Leonardo DiCaprio se conocieron en el set de rodaje de Titanic, dondeprotagonizaron una de las historias de amor más recordadas del cine. Mientras rodaban la película, DiCaprio y Winslet cumplieron 21 y 22 años, respectivamente. Con
el paso del tiempo la amistad que les une se ha fortalecido y la actriz
parece ser la única mujer que siempre está al lado de DiCaprio. En la
gala de los premios SAG, celebrada el pasado sábado, Winslet felicitó al
actor con su enésimo abrazo cuando anunciaron que era el ganador del
premio por su papel protagonista en El renacido. El intérprete quiso que su amiga estuviese sentada en la mesa que ocupaba con sus compañeros de reparto.
Su química en la pantalla siempre ha sido innegable, tanto que tras el estreno de Titanic,el actor declaró aEntertainment Tonight: "Nos llevamos tan bien que nuestra
química natural se refleja claramente en nuestro trabajo. Cuando
teníamos que grabar una escena de amor nos partíamos de risa". Tras su
primer éxito juntos, cada uno siguió con su camino hasta que, diez años después, volvieron a encontrarse como protagonistas de Revolutionary Road.
Han pasado casi 20 años desde el día en que Kate Winslet y Leonardo DiCaprio se conocieron en el set de rodaje de Titanic, dondeprotagonizaron una de las historias de amor más recordadas del cine. Mientras rodaban la película, DiCaprio y Winslet cumplieron 21 y 22 años, respectivamente. Con
el paso del tiempo la amistad que les une se ha fortalecido y la actriz
parece ser la única mujer que siempre está al lado de DiCaprio. En la
gala de los premios SAG, celebrada el pasado sábado, Winslet felicitó al
actor con su enésimo abrazo cuando anunciaron que era el ganador del
premio por su papel protagonista en El renacido. El intérprete quiso que su amiga estuviese sentada en la mesa que ocupaba con sus compañeros de reparto.
Su química en la pantalla siempre ha sido innegable, tanto que tras el estreno de Titanic,el actor declaró aEntertainment Tonight: "Nos llevamos tan bien que nuestra
química natural se refleja claramente en nuestro trabajo. Cuando
teníamos que grabar una escena de amor nos partíamos de risa". Tras su
primer éxito juntos, cada uno siguió con su camino hasta que, diez años después, volvieron a encontrarse como protagonistas de Revolutionary Road.
Ese año Kate Winslet ganó dos Globos de Oro —convirtiéndose así en
una de las cuatro personas que ha conseguido ese premio por dos papeles
de interpretación en un mismo año—.
Durante su discurso de
agradecimiento, la actriz no pasó por alto el protagonismo de DiCaprio
en su vida: "Leo, estoy muy feliz de poder estar aquí y decirte cuanto
te quiero y cuanto te he querido durante los últimos años. Te quiero con
todo mi corazón, de verdad".
No han vuelto a coincidir delante de las cámaras desde entonces,
aunque suele ser habitual verles intercambiar risas y gestos de cariño
en las entregas de los premios cinematográficos de cada año.
En sus
declaraciones a la prensa siempre han demostrado el cariño que se
tienen.
En 2014, Winslet declaró que el actor "siempre será su número
uno", y durante la última edición de los Globos de Oro, en la que también coincidieron, DiCaprio dijo que ella es, sin duda, "su actriz favorita en toda la industria del cine".
El sindicato UGT de RTVE ha dado un paso al frente y ha pedido medidas urgentes para acabar con lo que considera una "manipulación" de la televisión pública. Y lo ha hecho con un comunicado en el que apunta directamente a la presentadora de 'La Mañana de La 1', la célebre Mariló Montero. En
un comunicado, considera que la periodista realiza preguntas
"acusatorias" y está "entregada a la tarea de dinamitar cualquier
posible pacto PSOE-PODEMOS", para lo que está empleando, a su juicio,
"las mismas mentiras y medias verdades que tanto se escuchan en el tea party
mediático, saltándose el Estatuto de RTVE y los principios más básicos
que deberían presidir la labor de cualquier profesional de la
información.
El sindicato se refiere fundamentalmente a dos de las últimas
entrevistas políticas que ha realizado, una a la diputada de Unidad
Popular Sol Sánchez y otra a la Secretaria de
Esta última fue noticia el pasado viernes en medios como la Cadena SER,
después de que Montero instara al PSOE a negociar con el PP pese a los
casos de corrupción. "También tienen que ver ustedes la fecha de
caducidad de los asuntos de corrupción y las fechas de cuándo han sido
cometidos esos actos", le espetó a la socialista a la conclusión de la
entrevista.
El
premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa asegura que este último
año, en el que inició una relación con la española Isabel Preysler, ha
sido el "más feliz" de su vida y que su divorcio está casi resuelto "y
de manera amistosa".
En una entrevista exclusiva con el semanario
español ¡Hola!, la primera conjunta de la pareja, el escritor y la que
fuera primera esposa del cantante Julio Iglesias hablan de su relación sentimental y de sus planes de futuro. "Este ha sido el año más feliz de mi vida
¿No se me ve acaso feliz a mí?", afirma el nobel, de 79 años, quien
acudió junto a su pareja a un acto de carácter publicitario en Valencia
relacionado con una de las firmas españolas que promociona Preysler.
"Esto que nos sucedió a nosotros fue inesperado.
No era algo que nos imaginábamos que fuera a ocurrir, pero ocurrió.
Estamos en una etapa muy bonita, muy feliz dando los pasos que se van
dando, cuando se han de dar", agrega el escritor hispano-peruano a la
revista, que reveló el romance hace casi un año.
De origen filipino, Isabel Preysler quedó viuda de su tercer esposo,
el ex ministro socialista español Miguel Boyer, hace más de un año.
Tiene tres hijos con Julio Iglesias; una de su segundo esposo, el
aristócrata español Carlos Falcó, y otra de Boyer.
El nobel de Literatura tramita actualmente el divorcio de su segunda esposa, su prima Patricia Llosa, con la que tuvo tres hijos.
Al
ser preguntado sobre su separación, Vargas Llosa asegura que su
divorcio "ya está casi resuelto, y de manera amistosa, felizmente".
"Para
la familia no ha sido fácil.
La situación los tomó por sorpresa. No
esperaban que surgiera algo como esto a estas alturas de mi vida",
precisa el novelista.
Preysler, de 64 años, anuncia que asistirán
juntos el próximo sábado en Madrid a la ceremonia de los premios Goya
del cine español, en la que el escritor entregará el galardón al mejor
guión.
Preguntado por el futuro de su relación, Vargas Llosa
dice:
"El próximo paso se dará cuando tenga que darse. En este momento
estamos viviendo con tranquilidad, disfrutando mucho de esta etapa.
Nos
reímos mucho juntos, nos entendemos muy bien, nos queremos mucho". Efe
Su
interpretación al límite en 'El renacido' (viernes estreno) puede darle
su primer Oscar.
En esta entrevista se muestra muy crítico con su sector.
Dicen que mamá DiCaprio llamó a su hijo Leonardo porque, llevándolo en
su vientre, sintió cómo daba una patada delante de una pintura de
Leonardo Da Vinci.
Estaba llamado a ser artista, qué duda cabe. Pero,
escuchándolo hablar hoy, parece raro que una de las estrellas más
grandes del firmamento cinematográfico no diera la patada el día que su
madre lanzó un papel al suelo o echó el vidrio en el contenedor de la
basura orgánica.
Leonardo DiCaprio está entregado, y de qué manera, a la
causa medioambiental.
Se ha gastado 3,6 millones de dólares (3,3 si lo
pasamos a euros) en una casa ecológica en Battery Park,
en Nueva York. Donó un millón de dólares (900.000 euros) para salvar el
tigre asiático.
Es miembro de la junta del World Wildlife Fund (WWF).
Tiene una fundación con su nombre que se encarga de proteger a las
especies en peligro de extinción y ha producido varios documentales para
concienciar al público, algunos de ellos bastante buenos.
Hollywood ha sido ignominiosamente racista con la población indígena
de Estados Unidos. Los ha tratado como una caricatura formada por entes
etéreos y espirituales"
Pero aun así, llama la atención su insistencia en cada aparición
pública o entrevista.
¿Qué le ha dado con el cambio climático a este
hombre? ¿Por qué sólo habla de eso, incluso cuando se le pregunta por
cuestiones personales o por sus películas? ¿Es una manera de evitar
terrenos incómodos mucho más elegante que el veto a las preguntas
íntimas (también presentes en esta entrevista, todo sea dicho)? ¿Será la
crisis de los 40?
¿O quizá es que, si no fuera por los polos, el
Titanic no hubiese chocado con un iceberg y su carrera sería total y
absolutamente diferente?
Recibe, guapo a rabiar con traje gris y camisa blanca, a este
periodista después de hacerle esperar, como toda estrella que se precie,
casi una hora
. La cita es en un hotel de Nueva York con unas vistas
privilegiadas que atraen más su mirada que el entrevistador.
Pero lo más
curioso es esa actitud que despliega por momentos, como de joven
emprendedor en plena sesión de networking y con algún tic
nervioso.
Está cruzando los dedos para que ese mundo, que seguramente
aún lo mira con cierta reticencia, se lo tome en serio, y una de las
formas que tiene planeadas para que eso se haga realidad es un
documental sobre el cambio climático que está preparando.
Dicen que mamá DiCaprio llamó a su hijo Leonardo porque, llevándolo
en su vientre, sintió cómo daba una patada delante de una pintura de
Leonardo Da Vinci. Estaba llamado a ser artista, qué duda cabe. Pero,
escuchándolo hablar hoy, parece raro que una de las estrellas más
grandes del firmamento cinematográfico no diera la patada el día que su
madre lanzó un papel al suelo o echó el vidrio en el contenedor de la
basura orgánica. Leonardo DiCaprio está entregado, y de qué manera, a la
causa medioambiental. Se ha gastado 3,6 millones de dólares (3,3 si lo
pasamos a euros) en una casa ecológica en Battery Park,
en Nueva York. Donó un millón de dólares (900.000 euros) para salvar el
tigre asiático. Es miembro de la junta del World Wildlife Fund (WWF).
Tiene una fundación con su nombre que se encarga de proteger a las
especies en peligro de extinción y ha producido varios documentales para
concienciar al público, algunos de ellos bastante buenos.
Hollywood ha sido ignominiosamente racista con la población indígena
de Estados Unidos. Los ha tratado como una caricatura formada por entes
etéreos y espirituales"
Pero aun así, llama la atención su insistencia en cada aparición
pública o entrevista. ¿Qué le ha dado con el cambio climático a este
hombre? ¿Por qué sólo habla de eso, incluso cuando se le pregunta por
cuestiones personales o por sus películas? ¿Es una manera de evitar
terrenos incómodos mucho más elegante que el veto a las preguntas
íntimas (también presentes en esta entrevista, todo sea dicho)? ¿Será la
crisis de los 40? ¿O quizá es que, si no fuera por los polos, el
Titanic no hubiese chocado con un iceberg y su carrera sería total y
absolutamente diferente?
Recibe, guapo a rabiar con traje gris y camisa blanca, a este
periodista después de hacerle esperar, como toda estrella que se precie,
casi una hora. La cita es en un hotel de Nueva York con unas vistas
privilegiadas que atraen más su mirada que el entrevistador. Pero lo más
curioso es esa actitud que despliega por momentos, como de joven
emprendedor en plena sesión de networking y con algún tic
nervioso. Está cruzando los dedos para que ese mundo, que seguramente
aún lo mira con cierta reticencia, se lo tome en serio, y una de las
formas que tiene planeadas para que eso se haga realidad es un
documental sobre el cambio climático que está preparando.
“Cuando estaba en la escuela, soñaba con ser biólogo o actor.
Al final acabó ganando la segunda opción, aunque después de Titanic [en 1997] decidí que necesitaba un descanso.
Fue muy intenso, no el rodaje, que me encantó, sino lo que sucedió
alrededor.
Entonces me refugié en mi otra gran pasión, que era el
medioambiente”, alerta.
“Trabajé a largo plazo, conseguí financiación,
me convertí en activista y creé una fundación.
Te voy a ser sincero: si
me paras por la calle, la única cosa de la que quiero hablar es del
cambio climático”. ¿Me lo dice o me lo cuenta?
“Lo que está sucediendo
en este momento de la historia es uno de los puntos de inflexión más
grandes que haya visto en mi vida.
Las temperaturas del pasado julio
fueron las más altas en los registros históricos.
En Los Ángeles ha
habido, en octubre, una ola de calor sin precedentes.
Estamos en este
gigantesco momento crítico y la cuestión es: ¿hasta qué punto? ¿Cuándo
será demasiado tarde?”.
Antes de que podamos cambiarle de tema, se pone a explicar que ahora
mismo está haciendo un documental sobre la cuestión en 15 países
.
“Estamos a punto de ir a India y a China. Espero que los expertos de
cada campo me concedan entrevistas.
Es el momento más loco de la
historia desde que existen registros sobre las temperaturas”. Pausa: “Es
mi gran pasión, algo en lo que he estado involucrado los últimos 15
años. Y no es que sea una época emocionante para hablar de ello, sino
que es más bien aterradora. Yo voy a hacer todo lo posible para que la
gente se conciencie y se involucre”.
Y así todo el rato.
En realidad podríamos remontarnos bien lejos con esta vena
naturalista. Sus documentales tratan de tiburones (Worst shark attack
ever), vacas (Cowspiracy: the sustainability secret, en realidad es más
bien sobre las carnes procesadas) y gorilas (Virgunga).
Este último es, con diferencia, el más logrado. Y no hay que olvidar
que, aunque pocos se acuerden y a él tampoco le guste reivindicarlo, su
primera aparición en la pantalla fue, allá por 1989, en la serie de
televisión La nueva Lassie.
Sin embargo, después de haber sido el lobo de Wall Street
o haber interpretado a una auténtica bestia parda como Howard Hughes en
El aviador, llega su papel salvaje definitivo con El renacido, la nueva
cinta del mexicano de moda, Alejandro González Iñárritu (Birdman), cuyo
estreno en España está previsto para el próximo 5 de febrero.
En ella,
interpreta a Hugh Glass, un hombre que, en la segunda década del siglo
XIX, tuvo un hijo con una nativa americana y luchó contra los blancos
para defender a su retoño.
En este filme, DiCaprio gruñe, grita, jadea y apenas habla (cuando lo
hace, es muchas veces en lenguas de nativos americanos).
Es la época en
que los primeros europeos se enfrentaban a esa nueva tierra, el Nuevo
Mundo, y su entorno impenetrable
. El actor pasa de la felicidad a la
venganza y de ahí, a la revelación.
Todo un reto interpretativo que, de
paso, le enfrenta a su héroe personal: la madre naturaleza.
¿Cómo fue rodar un filme tan marcado por el paisaje? Es
una película única y una historia muy lineal, radicalmente directa.
Un
hombre en manos de la muerte y de la naturaleza, que sobrevive a esos
elementos, que encuentra su destino y, también, algo más profundo dentro
de sí mismo.
Pero, por otro lado, se desarrolla en un periodo de la
historia de Estados Unidos que yo creo que nunca ha sido mostrado en
cine: el momento en que este país era como el Amazonas, un terreno
ignoto, cuando el capitalismo empezó a moverse hacia el Oeste.
Era antes
de la fiebre del oro y de la del petróleo; era la primera incursión del
hombre blanco en la población indígena y su primer intento de llevarse
las riquezas a Europa.
Y claro, matamos los animales, reubicamos a los
indígenas, nos follamos a sus mujeres y talamos los árboles.
Pero el propio Alejandro González Iñárritu asegura que, más allá
de la cuestión histórica, esta película es sobre todo un camino
emocional de un padre hacia su hijo. ¿Comparte esa idea? Esta
película lo es todo
. Es cierto que no hay apenas registros históricos de
este periodo, pero esto va de hombres en busca de una vida, de una
forma de sobrevivir.
Así es mi personaje: un hombre al que la guerra le
ha afectado profundamente, que se enamora de una mujer indígena y,
juntos, tienen un hijo mestizo al que debe proteger.
Su hijo es parte de
esa raza que será diezmada sistemáticamente.
Deben desaparecer y,
cuando al final pierde al niño, lo deja todo y empieza una historia de
venganza, que luego deja de serlo para convertirse en algo más poético y
existencial, algo donde la naturaleza juega un papel determinante
. Es
lo más parecido a un documental que he hecho. Ha sido como penetrar en
el corazón de las tinieblas.
Sabíamos que entrábamos en algo que era una
cosa y que, en algún momento, iba a convertirse en otra
. Es muy difícil
concretar de qué va todo, qué quiere contar o qué significa.
Pero es lo
más cercano a una épica poética que se haya visto en el cine reciente.
No creo que aún se hagan muchas películas así.
Hay muy pocos cineastas
con el talento o el permiso necesarios. Pero Alejandro es uno de ellos
.
Que le dejen plantear el filme como una obra de arte y le den un
presupuesto tan elevado como este es algo excepcional.
¿Es esta también la visión más realista de los nativos americanos? ¿Era ese el mensaje que más le interesó?
Hollywood ha sido ignominiosamente racista con la población indígena de
Estados Unidos.
Los ha tratado como una caricatura formada por entes
etéreos y espirituales. Aquí son personas reales que intentan sobrevivir
como pueden.
Son personajes de carne y hueso, honorables en muchos
sentidos, pero también tienen sus defectos. Y también hay un mensaje
medioambiental interesante, aunque no sea lo más importante.
Me gustaría
hacer la gran película de nuestro tiempo sobre medioambiente, pero es
muy complicado encontrar algo que no parezca forzado o amanerado.
Es
difícil encontrar un guion magistral y que a la vez conciencie a la
gente sobre el deterioro ambiental a través de este gran arte.
No haría
una película sobre el medioambiente sin más: sigo esperando el título
definitivo sobre el tema. De la misma manera que hice esta película por
mucho más que su posible mensaje sobre la necesidad de preservar el
entorno. Al actuar de esta manera tan visceral, casi animal, ¿ha
rescatado el método intuitivo de interpretación de cuando era un niño
prodigio del cine, en la época de ¿A quién ama Gilbert Grape? (cinta por
la que consiguió en 1993 la primera de sus cuatro infructuosas
candidaturas al Oscar), o ha ido desarrollando con el tiempo un método
más racional? He aprendido mucho a lo largo de los años
. Cuando
eres muy joven y logras trabajar con gente fantástica, te afecta.
Te
preparas para estar a su altura y eso te cambia.
Tenía 15 años cuando
trabajé con Robert DeNiro [en Vida de este chico, en 1993], y antes de
llegar al set vi todas sus películas a modo de investigación.
Descubrí
lo específico que era, los momentos que extraía de detalles muy
pequeños. Cambió mi vida.
Después de 'Titanic' [en 1997] decidí que necesitaba un descanso. Fue
muy intenso, no el rodaje, que me encantó, sino lo que sucedió
alrededor. Entonces me refugié en mi otra gran pasión, que era el
medioambiente"
También fue importante cuando trabajé con Daniel Day-Lewis
en Gangs of New York [2002]. Para mí, es el mejor actor vivo.
Luego,
como soy amante del cine y me gusta que se hagan las mejores películas
posibles, le puse en contacto con Steven Spielberg para que interpretara
a Lincoln como nadie más podía [Lincoln, de 2012, fue la única película
de Spielberg en recibir un Oscar al mejor actor].
Y como cualquier
artista, también vas probando cosas nuevas
. Algunas llevan más
preparación y otras son más cuestión de saber reaccionar. En esta
película he preparado poco, si te soy honesto.
Pero tenía que lidiar con
los elementos de la naturaleza, que es un personaje indomable, y eso
sólo podía hacerlo sobre el terreno. Como la naturaleza también cuenta
la historia, debía reaccionar a ese entorno.
No se podía planear mucho.
Es una forma muy primaria de contar algo
. No hay casi diálogo, y contar
un relato interior con muy poca articulación verbal era un reto muy
interesante. Nunca había tenido la oportunidad de hacer algo así. Suena a Oscar otra vez. Venga [ríe]. Lo bueno de
todo esto de los premios es que nunca depende de mí.
Yo todo lo que
intento es hacer buenas películas. Y me siento muy afortunado de poder
seguir haciéndolas. Con lo que ha cambiado el cine… Mire Netflix,
iTunes, HBO… Hay muchos factores que están transformando la forma de
hacer cine.
Y va a seguir cambiando. Yo sólo quiero seguir participando
en obras de arte que tengan buen presupuesto y que perduren.
No sé
cuántas oportunidades vamos a tener para seguir haciéndolas.
Sólo una o
dos películas de alto presupuesto pueden considerarse arte al año, y
siento que en los últimos tiempos yo he hecho algunas de ellas
. No sé de
cuántas más voy a poder formar parte.
Siempre va a haber un público
concreto para según qué cineastas: Alejandro [Iñárritu], Martin
[Scorsese] o Quentin [Tarantino], por ejemplo.
Pero cada vez es más
difícil.
Si le comentas que su interpretación en 'El renacido' suena a Oscar, el actor responde, con ironía
¿También es cada vez más difícil ser famoso en el mundo de
hoy, con todas las vías de acceso a la intimidad de las personalidades
públicas? Ha cambiado mucho. Pero yo también. Cuando tenía 21
años, que fue mi primera experiencia con la fama, me parecía todo muy
extraño. Era como estar en mi propia película. Ahora estoy más
acostumbrado, porque realmente forma parte de mi vida, aunque también es
cierto que jamás llegas a sentirte completamente cómodo en determinados
ambientes. Es muy raro que tu vida se convierta en un Show de Truman,
con cámaras por todas partes. No importa que no lleves vida de famoso.
Si hay un evento, tienes 20 cámaras enfocándote, y eso pasa al dominio
público casi inmediatamente. Nunca antes había ocurrido eso. Pero la fama le llegó muy temprano. ¿Se acuerda más o menos de cómo era ser una persona normal?
Era todo mucho más sencillo que ahora. Era estar aislado en mi barrio.
Es curioso, porque vivía en Los Ángeles, pero la industria del cine no
estaba presente en nuestra casa. Aunque mi hermano era un actor
ocasional, nunca me sentí parte de ese mundo. Si no fuera porque estaba
muy presente en las ambiciones del resto, creo que nunca lo hubiese
deseado. A veces lo echo de menos, pero he podido hacer muchas cosas
como artista. Ese es el precio a pagar. Entre el acoso y el compromiso, ¿qué queda para la diversión? Sí, claro [habla, por primera vez, con una mirada pícara]. Desde luego, encuentro maneras de divertirme. Vaya si las encuentro.