Un estudio revela que durante el primer año las celebridades son casi seis veces más propensos a terminar su matrimonio.
Cuando uno está acostumbrado a ser el centro de atención, no se puede
olvidar ningún detalle.
Si de anunciar su compromiso se trata, las celebrities usan las redes sociales para mostrarle al mundo su felicidad.
Así lo acaba de hacer Eva Longoria.
Una foto de ella besando a su novio con el desierto de Dubái como fondo y, obviamente en primer plano, el anillo de diamantes y rubíes que José Antonio Bastón, ejecutivo de Televisa, le entregó como símbolo de amor eterno.
Más tarde llega la boda. Esa fiesta millonaria, con lujos, excentricidades y miles de invitados. El negocio se hace redondo si venden la exclusiva
. Las casas de vestidos de novias se pelean por tener una clienta VIP, y las ventas de los tabloides se disparan.
Por supuesto, esto no va cambiar si la cuestión es anunciar una separación.
Los comunicados de prensa son el primer paso, luego van los mensajes con indirectas en Twitter o Instagram y los dimes y diretes terminan con la difusión del millonario acuerdo de separación con el que ponen punto y final a su historia de amor.
Lo que no sabían las estrellas es que en los primeros 14 años de matrimonio, ellos, los famosos, son más propensos a separarse que el resto de la población
. O al menos eso asegura Harry Benson, director de investigación del Marriage Foundation.
El think tank británico analizó a 488 parejas de famosos que se casaron entre 2001 y 2010.
La investigación reveló que la tasa de divorcios durante los primeros 14 años era el doble en comparación a la del resto de la población en el mismo período de tiempo en el Reino Unido.
“Se supone que la estabilidad económica de ellos debería ser un atenuante, pero lo cierto es que en el primer año, las celebridades son casi seis veces más propensos a terminar su matrimonio que las no-celebridades”, explicó Benson a EL PAÍS.
En todos los casos ninguno de ellos llegó a su primer aniversario de bodas.
En el listado también aparece el segundo matrimonio de Britney Spears con Kevin Federline, que terminó en 2007 tras tres años de casados.
La ruptura fue una de las más sonadas del momento debido a la disputa que mantenían por la custodia de sus dos hijos Sean Preston, de 11 años, y Jayden James, de 10.
El caso de Gwyneth Paltrow y Chris Martin es comparativamente mejor que el de Spears.
La pareja estuvo junta durante 11 años y tiene dos hijos Apple, de 11 años, y Mosses, de 9. Sin embargo, ellos no aparecen en el análisis, pues finiquitaron su separación en abril de 2015.
Según Sir Paul Coleridge, fundador de Marriage Foundation, el listado es algo más que una excusa para hablar de famosos.
“Esto es serio. Nos guste o no, todos en mayor o menor medida admiramos a alguna celebridad.
A veces, incluso buscamos seguir su forma de vida.
Pero, y según esta investigación, se debería prestar atención a los patrones que se venden como ejemplos de una vida envidiable”, afirma Coleridge.
Ellos podrán deslumbrar con sus bodas de cuentos de hadas, pero lo cierto es que sus matrimonios se enfrentan desde el día uno al ojo público.
Y ese es tema difícil de lidiar.
Si de anunciar su compromiso se trata, las celebrities usan las redes sociales para mostrarle al mundo su felicidad.
Así lo acaba de hacer Eva Longoria.
Una foto de ella besando a su novio con el desierto de Dubái como fondo y, obviamente en primer plano, el anillo de diamantes y rubíes que José Antonio Bastón, ejecutivo de Televisa, le entregó como símbolo de amor eterno.
Más tarde llega la boda. Esa fiesta millonaria, con lujos, excentricidades y miles de invitados. El negocio se hace redondo si venden la exclusiva
. Las casas de vestidos de novias se pelean por tener una clienta VIP, y las ventas de los tabloides se disparan.
Por supuesto, esto no va cambiar si la cuestión es anunciar una separación.
Los comunicados de prensa son el primer paso, luego van los mensajes con indirectas en Twitter o Instagram y los dimes y diretes terminan con la difusión del millonario acuerdo de separación con el que ponen punto y final a su historia de amor.
Lo que no sabían las estrellas es que en los primeros 14 años de matrimonio, ellos, los famosos, son más propensos a separarse que el resto de la población
. O al menos eso asegura Harry Benson, director de investigación del Marriage Foundation.
El think tank británico analizó a 488 parejas de famosos que se casaron entre 2001 y 2010.
La investigación reveló que la tasa de divorcios durante los primeros 14 años era el doble en comparación a la del resto de la población en el mismo período de tiempo en el Reino Unido.
“Se supone que la estabilidad económica de ellos debería ser un atenuante, pero lo cierto es que en el primer año, las celebridades son casi seis veces más propensos a terminar su matrimonio que las no-celebridades”, explicó Benson a EL PAÍS.
Las parejas analizadas
Entre las parejas que el estudio analizó se encuentran las formadas por Drew Barrymore y Tom Green, Eminem y Kim Mathers y Britney Spears y Jason Alexander.En todos los casos ninguno de ellos llegó a su primer aniversario de bodas.
En el listado también aparece el segundo matrimonio de Britney Spears con Kevin Federline, que terminó en 2007 tras tres años de casados.
La ruptura fue una de las más sonadas del momento debido a la disputa que mantenían por la custodia de sus dos hijos Sean Preston, de 11 años, y Jayden James, de 10.
El caso de Gwyneth Paltrow y Chris Martin es comparativamente mejor que el de Spears.
La pareja estuvo junta durante 11 años y tiene dos hijos Apple, de 11 años, y Mosses, de 9. Sin embargo, ellos no aparecen en el análisis, pues finiquitaron su separación en abril de 2015.
Según Sir Paul Coleridge, fundador de Marriage Foundation, el listado es algo más que una excusa para hablar de famosos.
“Esto es serio. Nos guste o no, todos en mayor o menor medida admiramos a alguna celebridad.
A veces, incluso buscamos seguir su forma de vida.
Pero, y según esta investigación, se debería prestar atención a los patrones que se venden como ejemplos de una vida envidiable”, afirma Coleridge.
Ellos podrán deslumbrar con sus bodas de cuentos de hadas, pero lo cierto es que sus matrimonios se enfrentan desde el día uno al ojo público.
Y ese es tema difícil de lidiar.