Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 ene 2016

El PP lanza una ofensiva contra Carmena por la cabalgata de Reyes................................... Beatriz Guillén

El PP critica todo lo que hace su alcaldesa. Normal, no es del PP y es una mujer de izquierdas y luchadora y dió una fiesta en el Palacio de Congresos a "LOs sin techo" y el PP no sabe que son los sin techo porque todos tiene mas de 40 techos y corrompen, blanquean, distorsiona la realidad, el PP siempre demuestra lo "mierda " que es.

Reyes Magos de Madrid
Los Reyes Magos durante la Cabalgata celebrada en Madrid con Manuela Carmena y la concejal de cultura, Celia Mayer. / Jaime Villanueva

El Partido Popular ha lanzado una ofensiva contra la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (Ahora Madrid), por la cabalgata de Reyes.
 Las críticas de los populares hacían referencia a la ausencia de animales y la presencia de mujeres como Reinas Magas, pero este miércoles se han centrado en el vestuario "poco creíble" de los Magos de Oriente.
 El equipo municipal ha defendido que se trata de una "elección estética" que "en ningún caso pretendía ofender a nadie": "Nada de lo que se ha elegido y colocado en la cabalgata es ofensivo o agresivo".
El ataque hacia el desfile comenzó cuando la exdiputada del PP y directora del área internacional de la fundación FAES, Cayetana Álvarez de Toledo, escribió en Twitter: “Mi hija de 6 años: ‘Mamá, el traje de Gaspar no es de verdad’. No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás”. En pocas horas el mensaje fue compartido más de 10.000 veces.
 A las críticas se unieron numerosos cargos del partido. El concejal del PP Pedro Corral, también en la misma red social, indicó: “La lección de los Reyes Magos vestidos con cortinas de ducha no la olvidaremos jamás”.
Y como se creen que visten los Reyes Magos caminito de Belén, olé ole ole, se creen al Melchor con peluca Blanca? Aquí se visten con todas sus galas del Kilo, los canarios sabemos mucho de disfraces del Kilo.Que hubiera una mujer maga, había muchas pero los peperos de aquella época las llamaban Brujas o magas,
¿A que viene este escándalo pedazo de idiotas?

4 ene 2016

Aviso a navegantes.............................................. Rosa Montero

Ah, si de joven yo hubiera sabido que iba a envejecer y que me iba a morir, creo que hubiera vivido de otra manera.

Esto es una advertencia: ayer mismo me acosté teniendo 16 años y hoy me he despertado con más de sesenta
. Quiero decir que la vida vuela.
 Ah, si de joven yo hubiera sabido que iba a envejecer y que me iba a morir, creo que hubiera vivido de otra manera
. Lo que acabo de decir es una boutade, lo sé; pero, al mismo tiempo, es cierto que, con los años, llegas a un territorio, el de la vejez y la Parca merodeante, que antes nunca habías visto con verdadera claridad.
 Y entonces te dices: ah, cuánto tiempo perdido.
 Y no porque mi existencia me desagrade, al contrario, creo que ha sido y es muy intensa y que he hecho todo cuanto he querido hacer.
 Pero con qué nervios, de qué forma tan atormentada o tan aturullada, cuántas veces he vivido con el cuerpo aquí y la cabeza en otra parte.
 Por no hablar de la cantidad de tiempo y de energía perdidos en tonterías, como, por ejemplo, en creerme fea a los 18 años (cuando estaba más guapa que nunca), o en reconcomerme de angustia temiendo no estar a la altura en algún trabajo.
Por eso, repito: si yo hubiera sabido que iba a envejecer y que me iba a morir, hubiera vivido de otra manera.
Todo esto viene al hilo, claro está, del cambio de año.
 Esto del calendario no es más que una convención, pero cómo remueve y cómo escuece.
 En estas fechas es imposible no dedicar siquiera un minuto a sentir el viento del tiempo contra la cara, a revisar someramente el pasado, a preguntarte sobre tu futuro.
 Acabo de leer un libro extraordinario que viene bien para acompañar estas congojas.
 Se trata de Instrumental: memorias de música, medicina y locura, de James Rhodes (Blackie Books). El británico Rhodes tiene una biografía totalmente improbable.
 Por ejemplo, es pianista, un buen concertista.
 Sin embargo, empezó a estudiar piano mal y tarde, y luego lo dejó por completo durante 10 años hasta retomar la música en sus veintimuchos.
 No creo que haya habido en el mundo un caso así.
 Si abandonas un instrumento de ese modo, simplemente no es posible ser un músico de esa calidad. Pero él lo es.
He aquí su primer milagro.
Nunca seremos tan jóvenes como hoy y la vida se conquista día a día
Tiene varios más, algunos espeluznantes.
El libro de Rhodes cuenta con una crudeza que yo no había visto la experiencia de una víctima de pedofilia.
A los seis años recién cumplidos, James fue violado por su profesor de boxeo del colegio.
Y el tipejo lo siguió haciendo durante cinco años impune y sistemáticamente, hasta que Rhodes cambió de escuela.
 El niño, amenazado por el pedófilo, avergonzado y amedrentado, no dijo nunca nada a nadie; pero otros profesores lo veían llorar, lo veían salir con las piernas sangrando del despacho del monstruo y no hicieron nada.
El libro de Rhodes es un grito indignado a esa pasividad tan común ante los abusos infantiles.
 Como las pequeñas víctimas no se atreven a denunciar, es muy cómodo ignorar un horror que se queda escondido, como los malvados ogros de los cuentos, en los cuartos oscuros y en las pesadillas de los niños.
 Y otra enseñanza más de este tremendo libro: las violaciones dejan secuelas.
 En primer lugar, graves secuelas físicas, porque es una brutalización continuada de un cuerpo muy pequeño (el músico tuvo que ser operado varias veces); y, por supuesto, una catarata de catástrofes psíquicas.
 Prostitución en la adolescencia, un año de internamiento en un psiquiátrico, tres intentos de suicidio, cortes autoinfligidos con una cuchilla, drogas, furia y dolor.
 Y este es el segundo milagro: ha sobrevivido a todo eso.
Tercer milagro: James es la prueba de que el arte y la belleza ayudan
. En el caso de James, es la música lo que amansó su fiera interior. Todos podemos y debemos recurrir a ello: cuanta más belleza en nuestras vidas, más fuera del tiempo y de la pena, más inmortales.
Pero aún queda por contar un cuarto milagro
. Aunque la existencia de Rhodes parece larguísima y convulsa, sólo tiene 40 años. Guau, eso es vivir deprisa.
 Como decía Lou Reed: mi día equivale a tu año.
 Pues bien, al final el autor apuesta por su segunda esposa, Hattie, y se atreve a dar unos consejos para el bien amar.
 Antes, al leer el libro, Rhodes me había parecido un hombre conmovedor y admirable, pero también furioso y herido, demasiado intenso como para tenerlo muy cerca. Pero en estas páginas finales habla de la convivencia con tan modesta, honda sabiduría que me ha dejado admirada. Como, por ejemplo: “Lo que más deteriora una relación es tratar de salir ganando”.
Pequeña gran verdad.
 Hace falta vivir mucho y pensar mucho para llegar a tan poco. O sea, que se puede aprender, aunque vengas con las heridas más crueles.
Se puede recomenzar una y otra vez. Aviso a navegantes para sortear los escollos de este año: recordemos que, como prueba Rhodes, siempre hay futuro.
 Nunca seremos tan jóvenes como hoy y la vida se conquista día a día.
@BrunaHusky
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Diane Keaton cumple 70 años

Con una personalidad espontánea y despistada, la musa de Woody Allen se ha forjado una exitosa carrera.

 

Diane Keaton, con 68 años, en Nueva York.
Diane Keaton, con 68 años, en Nueva York. / Ruven Afanador

Diane Keaton es cómica de nacimiento, rara, espontánea y despistada.
 La musa de Woody Allen cumple 70 años y lo hace no solo con una larga trayectoria artística que la respalda, sino como una de las actrices más demandadas de Hollywood. La intérprete nació en 1946 y se crió en una familia de cuatro hermanos (tres de ellas chicas), en Santa Ana (California). Con cuatro nominaciones al Oscar obtuvo uno de ellos por la cinta Annie Hall, además de dos Globos de Oro. Keaton se considera una mujer "totalmente normal” que tuvo "excelentes oportunidades".
Algunos datos para conocer más a Diane Keaton:
Keaton en 1978, cuando recogió el Oscar a la mejor actriz.
Keaton en 1978, cuando recogió el Oscar a la mejor actriz. / Mary Evans (Acionline)
Su nombre verdadero es Diane Hall, pero para su carrera artística adoptó el apellido de su madre. Se formó como actriz en Neighborhood Playhouse en Nueva York y a los 22 años tuvo su debut en Broadway en el musical Hair.
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Su padre, Jack Hall, era ingeniero de caminos y agente inmobiliario. Su madre, Dorothy, ejerció gran influencia sobre ella
. Era aficionada a la fotografía, tocaba el piano y cantaba con un trío vocal.
En una entrevista en EL PAÍS en octubre de 2014, la actriz confesó que mientras se encontraba rodando El padrino, a los 25 años, no comprendía por qué la contrataron en esa película.
 “No sé de qué va; no sé qué hago aquí”, contó. “No la vi hasta 15 años más tarde. No quería verla”, aseguró.
Además de su pasión por la actuación le interesa la fotografía, es diseñadora de interiores y devota de la arquitectura.
La personalidad de Keaton le sirvió de inspiración a Woody Allen para crear Annie Hall. Allen escribió el personaje de esa chica ansiosa que, cuando se pone nerviosa se trabuca. Gracias a ese personaje recibió su Oscar a la mejor actriz en 1977.
 Subió al escenario con una larga falda y un fular, saltándose todas las convenciones del glamour y la alfombra roja.
Diane Keaton junto a Woody Allen en 'Annie Hall', por la que recibió el Oscar.
Diane Keaton junto a Woody Allen en 'Annie Hall', por la que recibió el Oscar. / corbis
Tuvo tres largas relaciones en su vida. "Cada hombre fue una década diferente", dijo Keaton al Telegraph. "Woody fue mis 20 años, Warren mis 30 y Al en el límite entre los 30 y los 40". Sin embargo, no se casó con ninguno. A los 50 años adoptó una niña y luego un niño. "En ese momento pasaron muchas cosas en mi vida que me llevaron a decidir la adopción. Mi padre estaba enfermo y murió.
Y terminé una relación. Por eso tuve que analizar cómo seguía con el resto de mi vida".
Ella misma se considera una mujer rara. “Soy demasiado sensible. Soy una fuente de problemas, creo que lo soy; me siento herida con facilidad”.


9 expresiones que una persona emocionalmente inteligente no utilizaría

A todos nos ha pasado: todos hemos dicho cosas que luego la gente ha interpretado de una manera muy diferente de la que pensábamos. Estos comentarios aparentemente benignos te dejan con la desagradable sensación de haber metido la pata hasta el fondo.
Este tipo de fallos ocurren porque decimos las cosas sin ser conscientes de las sutiles implicaciones que llevan consigo.
 Entender estas implicaciones requiere sensibilidad social, es decir, la capacidad de darse cuenta de las emociones y las experiencias de los demás.
La empresa de formación profesional y capacitación TalentSmart ha sometido a un test de inteligencia emocional a más de medio millón de personas y ha descubierto que la sensibilidad social es una habilidad de la que muchos carecemos.
Carecemos de sensibilidad social porque nos centramos tanto en lo próximo que vamos a decir -y en cómo nos afecta lo que nos dicen a nosotros- que no nos fijamos en los demás.
Esto es un problema porque las personas son muy complejas. No puedes esperar comprender a alguien hasta que no centres toda tu atención en él.
Lo bonito de la sensibilidad social es que unos cuantos cambios sencillos pueden suponer una mejora significativa en tus relaciones con los demás.
Hay ciertas frases que las personas emocionalmente inteligentes intentan evitar en cualquier conversación informal
. Las siguientes frases son nueve de las más ofensivas. Deberías evitarlas a toda costa.
1. "Tienes pinta de estar cansado"
La gente cansada es todo lo contrario a atractiva: tienen ojeras, el pelo hecho un desastre, no se concentran y están de mal humor.
 Decirle a alguien que tiene pinta de estar cansado implica todo esto, entre otras cosas.
En vez de eso, prueba a decir: "¿Estás bien?".
La mayoría de la gente intenta ayudar cuando dice "tienes pinta de estar cansado" (lo dicen porque quieren saber si la otra persona está bien). En vez de asumir la disposición de la otra persona, pregunta.
 De esta manera, le das la oportunidad de abrirse y compartir sus pensamientos.
 Y, lo que es más importante, percibirá en ti preocupación en lugar de agresividad.
2. "¡Has adelgazado muchísimo!"
De nuevo, un comentario bienintencionado -en este caso, un cumplido- puede percibirse como una crítica. Decirle a alguien que ha adelgazado muchísimo sugiere que antes estaba muy gordo o que era poco atractivo.
En vez de eso, prueba a decir: "Te veo genial". Esa sería una manera muy sencilla de arreglarlo. En lugar de comparar su físico actual con su físico anterior, simplemente estarías dedicándole un cumplido por su buen aspecto. De esta manera, borras del mapa el pasado.
3. "Eras demasiado para él"
Cuando alguien termina una relación de cualquier tipo, ya sea personal o profesional, este comentario implica que la persona a la que te diriges eligió mal en un primer momento.
En vez de eso, prueba a decir: "¡Él se lo pierde!". Así le proporcionarás apoyo y optimismo de una manera entusiasta y que no implique criticismo.
4. "Tú siempre" o "tú nunca"
Nadie hace siempre o no hace nunca algo.
 La gente no se percibe a sí misma de manera unidimensional, así que no deberías intentar definirla como tal. Estas frases generan una actitud defensiva en los demás y hacen que no les llegue tu mensaje, algo nada favorecedor, ya que lo más probable es que utilices estas frases cuando quieras tratar algún tema importante.
En vez de eso, simplemente limítate a señalar qué acción de la otra persona te ha supuesto un problema. Cíñete a los hechos. Si la frecuencia con la que se producen este tipo de conductas se convierte en un problema mayor, siempre puedes decir: "Parece que haces esto a menudo" o "me he dado cuenta de que haces esto con bastante frecuencia".
5. "Estás genial para tu edad"
Utilizar "para" a modo de calificativo transmite condescendencia y rudeza. A nadie le gusta que le digan que es "inteligente para ser deportista" o que "para tener un pie en la tumba, está en buena forma". A la gente lo que le gusta es simplemente ser inteligente y estar en forma.

En vez de eso, prueba a decir: "Te veo estupendamente". Los cumplidos genuinos no necesitan más calificativos.
6. "Como ya he dicho antes..."
A todos se nos olvidan cosas de vez en cuando. Esta frase transmite que te sientes insultado por tener que repetirte y puede hacer que el receptor se sienta mal (ya que es alguien interesado en escuchar tu perspectiva). Que te muestres ofendido por tener que repetir algo que ya has dicho da a entender que te sientes inseguro o que te crees superior a los demás (o ambas cosas). Y, en realidad, la mayoría de la gente que utiliza esta frase no lo hace porque se sienta así.
En vez de eso, prueba a transmitir el mensaje de una manera más clara o más interesante al repetirlo. De esta manera, la gente recordará lo que digas.
7. "Buena suerte"
Obviamente, no se va a acabar el mundo por que le desees buena suerte a alguien, pero hay formas de hacerlo mejor, ya que esta frase implica que la otra persona va a necesitar suerte para poder conseguir lo que se propone.
En vez de eso, prueba a decir: "Sé que podrás con todo". Esto es mejor que desear buena suerte porque sugiere que la otra persona tiene la capacidad necesaria para conseguir lo que se proponga y provoca que su confianza en sí misma aumente. La ayudarás más que aquellos que simplemente le deseen buena suerte.
8. "Me da igual" o "lo que tú quieras"
Aunque la pregunta que te hayan hecho te deje indiferente, a la persona que te ha preguntado le importa tu opinión (porque no te habría preguntado si no fuera así).
En vez de eso, prueba a decir: "No tengo ninguna preferencia en especial, pero lo que sí deberíamos tener en cuenta es... ". Al dar tu opinión (aunque no te decantes por una de las opciones), estás demostrando que te importa la persona que te está preguntando.
9. "Por lo menos yo nunca he _____"
Utilizar esta frase es una manera agresiva de desviar la atención de un error que has cometido echándole en cara a la otra persona otro fallo, probablemente irrelevante, que cometió hace tiempo (y que ya deberías haberle perdonado).
En vez de eso, prueba a decir: "Lo siento". Reconocer tu error es la mejor forma de aportar racionalidad y calma a una discusión para que se solucionen las cosas. Admitir la culpa es una manera muy efectiva de evitar que la situación se agrave.
Ponlo en práctica.
En las conversaciones del día a día, son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. Pon en práctica estas sugerencias; te sorprenderá la acogida tan positiva que recibirán.
BUSINESSMAN GAGGED