Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 dic 2015

¿Qué libros han leído los candidatos?

Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Alberto Garzón responden a Babelia sobre las lecturas que les han influido. Mariano Rajoy declinó contestar.

Librería Alberti, en Madrid. / álvaro garcía

Los principales candidatos a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales del próximo domingo fueron entrevistados por Babelia en torno a las lecturas que más han influido en su carrera. Los cabeza de lista de PSOE, IU, Podemos y Ciudadanos se sometieron a las preguntas, lo que declinó el actual presidente del Gobierno. Estas son sus respuestas:
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Pedro Sánchez: “Soy un lector clásico, de Shakespeare y Lope”

El candidato socialista cita a Azaña, Cervantes y Hesse entre sus influencias literarias. Por ANABEL DÍEZ
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Albert Rivera: “Me dicen que lea más novela y menos sobre política”

El líder de Ciudadanos admite que evita la fantasía. "Quizás sea excesivamente realista". Por JUAN JOSÉ MATEO
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Iglesias: “Temo que Don Winslow me distraiga en campaña”

El candidato a La Moncloa de Podemos (Madrid, 1978) ha crecido rodeado de libros. Por FRANCESCO MANETTO
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Alberto Garzón: “Leo para deconstruir mis ideas”

A sus 30 años aspira a ser presidente. A pesar de su juventud parece más un intelectual que un político. Por ELSA GARCÍA DE BLAS

 

La maldición de ser Darth Vader De la saga más famosa del cine, a secundario de telefilmes. De vivir en una mansión, a trabajar en una granja. De ser Darth Vader, al anonimato. ¿Dónde está Hayden Christensen?

La maldición de ser Darth Vader
Hayden Christensen.
Foto: Corbis
 
“¿Dónde está Luke Skywalker?” Puede que esta sea la pregunta más repetida por los fans de la saga Star Wars ante la llegada de El despertar de la fuerza; para muchos, la película más esperada de la década.
 Es lógico echar de menos al inolvidable protagonista de la segunda trilogía durante el continuo bombardeo de avances, spots y toda clase de merchandising.
 Pero no es esa la única incógnita. Ni quizá la más intrigante. ¿Dónde está Anakin? ¿Qué fue de Hayden Christensen? ¿Dónde se ha metido esa mirada turbia que logró arrebatarle el papel de Darth Vader al mismísimo DiCaprio?
El que fuera una de las mayores estrellas emergentes de la pasada década ha visto cómo su carrera se veía frenada debido a un papel que parece maldecir a todo el que lo interpreta. David Prowse, el Darth Vader de la primera trilogía, tiene vetada su aparición en los eventos oficiales de Star Wars debido a una supuesta filtración de información.
 Jake Lloyd, quien lo encarnó cuando era niño en La amenaza fantasma, protagonizó una persecución policial que acabó con su coche estrellado contra un árbol este pasado verano. Y Christensen, ese actor canadiense de rostro aniñado, no ha corrido mucha mejor suerte que la de sus compañeros.
Hayden haciendo de Darth Vader.
Hayden haciendo de Darth Vader.
Su salto al estrellato resultó más meteórico que duradero. Empezó haciendo anuncios y series de televisión cuando todavía era un niño y pocos años después ya figuraba en la lista de nominados a los Globos de Oro por su papel de joven conflictivo en La casa de mi vida. Fueron estos trabajos los que lo lograron posicionar como uno de los actores más prometedores y lo ubicaron en la órbita de George Lucas. Tras competir por meterse en la piel de Anakin con más de 400 aspirantes –Leonardo DiCaprio, Christian Bale o Joshua Jackson, entre ellos–, Christensen logró hacerse con uno de los papeles más ansiados de la historia del cine.
 Al parecer fueron sus ojos azules los que terminaron de convencer a Lucas y a la directora de casting Robin Gurland: “Hay algo muy interesante detrás de esa mirada; siempre quieres saber más, tiene esa vulnerabilidad…
Es un actor increíblemente seductor e intrigante.” declaró Gurland.
Sin embargo, la crítica especializada no se dejó embelesar por su mirada en 2002. Cuando se estrenó El ataque de los clones, atacaron sin piedad a la pareja formada por Christensen y Natalie Portman (Padmé Amidala).
 “Formidable falta de química”, apuntaron desde Los Angeles Times. En The New York Times tampoco se cortaron: “tímidos, rígidos e inseguros de su dicción, alternando entre el tono de un Shakespeare de instituto y el naturalismo suburbano de culebrón a lo Dawson Crece”. Además de un aluvión de críticas también le cayeron dos Razzies (el anti Oscar por excelencia) al peor actor secundario. Haber entonado uno de los guiones más flojos de la saga galáctica, digno de las novelas de Nicholas Sparks o Federico Moccia, le pasó factura.
 “Soy prisionero del beso que nunca debiste darme”, confiesa el joven Anakin pareciéndose más a un miembro de una boy band que al icónico villano que hacía explotar planetas para intimidar (lo entendemos Hayden, no fue culpa tuya, tú no querías protagonizar Perdona si te llamo Vader).
Así, tras finiquitar el papel de su vida con 24 años, su carrera fue cayendo en picado.
 Encadenó tres películas de acción (Jumper, Despierto y Ladrones) que no tuvieron la acogida esperada y, después, fue diluyéndose en papeles secundarios de filmes llamados a la sobremesa junto a otras estrellas de capa caída como Nicolas Cage y Adrien Brody.
Hayden Christensen y Rachel Bilson.
Hayden Christensen y Rachel Bilson.
Pero contra todo pronóstico, Christensen no parece acomplejado por su fiasco profesional y ha sabido reinventarse fuera de la pantalla. Después de que sus relaciones esporádicas con compañeras de reparto como Natalie Portman (Star Wars) y Sienna Miller (Factory Girl) también fracasaran, el actor ha encontrado el amor duradero junto a la actriz Rachel Bilson. Se conocieron durante el rodaje de la película Jumper y, pese a que atravesaron una crisis en 2010, han conseguido consolidarse como pareja
. El actor y la intérprete de The O.C. –con una carrera de fortuna similar a la de su marido– han construido una vida fuera del foco mediático (el propio Christensen se ha definido en más de una ocasión como “ermitaño”). Tienen un niña en común y hace un par de años decidieron vender su mansión de Los Ángeles por algo más de dos millones y medio de dólares para trasladar la residencia familiar a una granja en Toronto. “Tu estilo de vida tiene mucho que ver con la frecuencia en la que sales en los periódicos. Daniel Day-Lewis se fue a Italia y se convirtió en zapatero.
Yo también me fui y compré equipamiento de construcción”, reconocía el actor tras hacerse pública su intención de poner la granja a pleno funcionamiento.
Esa nueva etapa personal junto a Bilson ha sido tan importante en la vida de Christensen que hasta le inspiró a dar sus primeros pasos en el mundo de la moda. A finales de 2013 lanzó su propia colección de ropa con la firma canadiense RW&CO, una línea masculina de aires rurales sin grandes pretensiones que presentó con una campaña rodada en su propia granja en la que no dudó en hacer las veces de modelo.
Pero él no es la única estrella de la archiconocida saga que tuvo que reinventarse tras brillar en el imaginario de Hollywood. Actores de la trilogía original como Mark Hamill (Luke Skywalker) o Carrie Fisher (Princesa Leia) jamás pudieron desligarse de sus papeles y tuvieron que dedicarse a otras disciplinas del séptimo arte (doblaje y análisis de guión, respectivamente) y hasta la propia Portman señaló lo difícil que resultó para ella volver a rodar:
“Estaba en la película más taquillera de la década y ningún director quería trabajar conmigo. Todo el mundo pensaba que era una actriz horrible”.
Puede que la maldición de ser Darth Vader (o la maldición de encarnar cualquier personaje de la saga) pese sobre las espaldas de Christensen.
 Aunque también podría resurgir de las cenizas del lado oscuro, callar las críticas y volver a la gran pantalla en la siguiente entrega, el Episodio VIII (varias webs internacionales han difundido el rumor de que se le había visto en el set de rodaje).
Si Mark Hamill pudo, tú puedes, Hayden.
 

17 dic 2015

Los ‘hombres de negro’ de la Lotería de Navidad........................................................... Aitor Bengoa

Armados de maletines, recorren las localidades en las que caen premios significativos con el fin de comprar los décimos a los afortunados para blanquear dinero.

Lotería de Navidad
Tres mujeres celebran el premio Gordo del Sorteo de Navidad en 2013 en Leganés. / Álvaro García

Casi resuena el eco de los niños de San Ildefonso tras cantar El Gordo de la Lotería de Navidad cuando por las localidades agraciadas comienzan a circular forasteros trajeados y armados con maletines.
 Son intermediarios o asesores de gente acaudalada que recorren a contrarreloj bares, administraciones y sedes bancarias indagando para localizar a los propietarios de los décimos premiados.
Su objetivo es llegar hasta ellos antes de que depositen los boletos en un banco para comprárselos. A cambio, ofrecen una suma en dinero negro que incluye el importe del premio más una comisión.
 Y así, logran lavar el dinero negro de sus patronos.

"Blanquear dinero con la Lotería de Navidad es habitual y lo sabe todo el mundo", explica el veterano inspector de Hacienda José María Peláez Marcos, que subraya las complicaciones a la hora de detectar este tipo de fraudes.
 "La lotería son billetes al portador, así que o estás en el momento en el que se hace la operación de compra de ese décimo que es para blanquear, o de cara al organismo de Loterías el que presenta el boleto es el ganador a todos los efectos legales, y es realmente muy difícil demostrar que al que le ha tocado es a otro", comenta.
 "Haría falta una legión de técnicos e inspectores en el lugar, viendo quién habla con quién, y ni así tendrían muchas posibilidades de actuación".
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), es habitual que se ofrezca a los que posean un décimo premiado comprarlo por un sobreprecio del importe premiado "de entre un 10% y un 20%"
. Con el décimo, el defraudador puede justificar el origen de ese dinero negro, cuya procedencia no habría podido explicar ante Hacienda de otro modo sin incurrir en un ilícito.
 Sin embargo, la OCU considera que es perjudicial y un "engaño" para el que vende el boleto, que ya no podrá explicar al fisco de dónde proceden los fondos y puede acabar teniendo que pagar mucho más de lo que cree.
Carlos Fabra, expresidente de Castellón por el PP y actualmente entre rejas por corrupción, ganó varias veces la Lotería. / ÁNGEL SÁNCHEZ
Peláez indica que los defraudadores tratan de hacerse con los décimos premiados antes de que los dueños los depositen en el banco para evitar que se puedan "cruzar los datos" de la entidad financiera con los de Hacienda y "salten las alarmas".
La estadística dicta que hay una probabilidad entre 100.000 (el número de bolas en el bombo de la lotería) de obtener El Gordo.
 La de conseguir otros premios significativos es igualmente remota.
 Por eso mucha gente se extraña cuando ve las imágenes de conspicuos personajes como el expresidente de Castellón, Carlos Fabra, sonriendo tras sus opacas gafas de sol mientras anuncian que han ganado por enésima vez un premio de la lotería.
 A este exdirigente del PP condenado por corrupción le tocó la navideña unas nueve veces en diez años. "Si no les toca la lotería, que es muy probable que no tengan la suerte que tengo yo, al menos que les toque la lotería de la salud", dijo una vez Fabra a un grupo de periodistas.
No es el único.
El 22 de diciembre de 2011, las cámaras de televisión grabaron al entonces alcalde del PP de Manises (Valencia), Enrique Crespo, eufórico mientras brindaba con sus compañeros, feliz por ser poseedor, según afirmaba, de varios décimos del segundo premio de la Lotería de Navidad, aunque no concretaba cuántos billetes premiados le habían tocado. Precisamente, la agrupación del PP de este municipio había comprado hasta 850 décimos del número agraciado.

Auténtico "engaño" para los agraciados

La OCU señala en su página web, en la que cita datos de los Técnicos del Ministerio de Hacienda, que vender el décimo premiado a alguien que quiere blanquear dinero es un auténtico engaño para los agraciados.
 Si bien es cierto que obtendrían un mayor beneficio en dinero negro, la transacción podría volverse en su contra porque difícilmente podrán acreditar el origen de esos fondos ante una inspección tributaria, por lo que "pueden terminar con un acta de inspección que supere, entre la deuda y la sanción, más de la mitad del importe ganado".
De esta forma, la OCU se pone un ejemplo: un contribuyente con unos ingresos brutos anuales de 30.000 euros que resulte agraciado con un premio de 400.000 euros, si opta por vender su billete a un defraudador a cambio de, por ejemplo, 450.000 euros, podría verse obligado a pagar más de 200.000 euros si se descubre la ganancia patrimonial no justificada.
Crespo, que estaba siendo investigado por un caso de corrupción relacionado con la quiebra de la empresa pública Emarsa, fue llamado ese mismo día por el magistrado Vicente Ríos, quien le dio 24 horas para concretar al juzgado cuántos décimos agraciados tenía.
 El regidor respondió que uno. "El juez estuvo raudo y veloz", comenta Peláez, que considera este caso una excepción.
Posteriormente, la fiscalía pidió tres años de cárcel para Crespo por haber ocultado, presuntamente, otros 99 décimos, que equivalían a 12,3 millones.
Pero blanquear el dinero oculto a través de la compra de décimos no es siempre un buen método para el defraudador.
"Hay que tener en cuenta el importe", señala Peláez. El premio máximo por décimo son 400.000 euros en el caso de que toque El Gordo.
 "Hay que ver si al que tiene una actividad delictiva esto le soluciona la papeleta de blanquear o no". Señala que es un sistema más atractivo para quien tiene oculto un importe por el valor de "tres o cuatro décimos" de El Gordo, es decir, menos de 2 millones de euros.
"Si quieres comprar 20 décimos, tienes que comprar a otras tantas personas, y eso incrementa el riego de que haya una fuga de información".
Por ello, cuando los importes son mayores, los defraudadores recurren a otras vías, como los paraísos fiscales. Pero para quien guarda "en una bolsa de plástico en su casa" o "entre ladrillos" el fruto de sobornos o comisiones ilegales, "la Lotería de Navidad es y seguirá siendo", afirma Peláez, "una forma de blanquear dinero".

 

‘Star Wars’, analizada por la mayor sociedad científica del mundo

La Sociedad Química de EE UU desmonta los aspectos pseudocientíficos de la saga.

 



A pocas horas del estreno español de Star Wars: Episodio VII - El despertar de la Fuerza, séptima entrega de la saga iniciada en 1977 con La guerra de las galaxias, la Sociedad Química de EE UU analiza varios aspectos pseudocientíficos de la primera trilogía.
 En un vídeo divulgado en YouTube, la organización —la mayor sociedad científica del mundo, con 158.000 miembros— examina, por ejemplo, la Estrella de la Muerte, la estación espacial ficticia que aparece en varios episodios de la saga y cuyo gigantesco láser llega a borrar del mapa el planeta Alderaan.
La química estadounidense Raychelle Burks recuerda que el láser más potente conseguido en la Tierra alcanzó dos petavatios y se disparó este verano en la Universidad de Osaka (Japón).
 Un petavatio equivale a “unas 30.000 veces la demanda de potencia eléctrica media en toda España”, según el Centro de Láseres Pulsados de Salamanca.
Para eliminar un planeta del tamaño de la Tierra “haría falta un billón de veces más de potencia”, subraya Burks.
 “Producir un rayo láser así produciría suficiente calor como para derretir la Estrella de la Muerte”, explica la química, que pone la misma objeción a las espadas láser que aparecen en la película.

https://youtu.be/nXnW8QEeGDo