2 dic 2015
Alberto Garzón: “El proyecto de Ciudadanos es muy peligroso”....................................Elsa García de Blas
El candidato de IU sitúa a Podemos en la “defensa del Régimen”.
Alberto Garzón (Logroño, 1985)
se ve solo en la izquierda.
El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular considera que los tres partidos que se enfrentaron ayer en el debate presidencial de EL PAÍS (PSOE, Podemos y Ciudadanos) “se parecen cada vez más entre sí”, ya que han emprendido un giro a “un centro superpoblado por rentabilidad electoral” hasta el punto de que “sus propuestas son casi indistinguibles”.
“La única fuerza que defiende una ruptura democrática somos nosotros”, defiende Garzón, que dirige sus críticas más encendidas al partido de Albert Rivera.
“El proyecto de Ciudadanos es muy peligroso”, alerta en una entrevista audiovisual en EL PAÍS.
El candidato de IU advierte contra las medidas “liberales reformistas” de Ciudadanos, al que llama “populismo de derechas”.
Entre ellas, el complemento salarial para los sueldos más bajos que defiende el partido de Rivera. “Ese complemento que defienden tanto Ciudadanos como Podemos es un modelo neoliberal de subvención a los empresarios absolutamente perverso para la economía y los trabajadores. El Estado, o sea tú y yo, y nosotros, estamos contratando para que el beneficio se lo quede la empresa. Es una estafa”, señala. En materia laboral, IU propone que el trabajo sea un derecho subjetivo reconocido en la Constitución que pueda ser reclamable ante los tribunales, y que el Estado sea el empleador subsidiario.
¿Puede proveer el Estado un trabajo a los cinco millones de parados?
“Puede y debe hacerlo”, contesta Garzón. El dirigente de la coalición de izquierdas reconoce, no obstante, que el coste de una medida como esa alcanzaría una cifra muy elevada de gasto público. “Nuestro plan de trabajo garantizado logra un millón de empleos públicos el primer año con una inversión de 15.000 millones de euros”. ¿Pero han cuantificado el coste para los cinco millones de desempleados? “Pues es multiplicar por cinco esos 15.000 millones”, indica. Esto es, 75.000 millones de euros.
En materia territorial, Garzón se aparta también de las propuestas de Ciudadanos y apuesta por un modelo híbrido entre lo que plantean el PSOE y Podemos. IU quiere un Estado federal “republicano”, pero defiende también el “derecho a decidir de los catalanes desde el no a la independencia”. “En nuestro modelo federal las distintas unidades tienen que tener la capacidad autónoma de decidir si quieren o no federarse”, apunta.
El candidato de UI a La Moncloa ha dado un paso más al excluir de la izquierda a quien estuvo a punto de ser su socio electoral, Podemos, al que ahora sitúa entre los partidos “que comparten los elementos estructurales de defensa del régimen”. “Como la OTAN, el libre mercado en el sector eléctrico (frente a su apuesta por las nacionalizaciones de empresas) y la alabanza a la cultura de la Transición”, ejemplifica. “Quieren hacer una reforma parcial de la Constitución sin tocar lo más importante, las estructuras de poder”, critica. Él se reivindica como el único a la izquierda y el único que no participa en los programas de entretenimiento. No le invitan, pero tampoco quiere: “La política espectáculo puede provocar retrocesos espectaculares”.
Mira Garzón ahora ya sobran descalificaciones, antes no decias nada, tampoco hay mucho que decir salvo que me defraudastes, eres un candidato abatible facilmente, tampoco creas que nos movemos por lo que se diga en campañas políticas inmediatas, y el discurso de Pedrooooooooooooo es ya vintage, el de Rivera no es nada y el de Podemos nos atrae porque habla un lenguaje que lo entendemos todos para bien o para mal.
Tu eres un chico de Perfil Bajo, quizás los devaneos de tus lideres en IU no te han dejado otra opción y con esa te quedas.
Caes en la trampa de decir que los otros son los malos y tu eres la salvación del mundo Obrero , anticatanalista, y mira un consejito, aprende de Pablo Iglesias el en menos de un año sabe como manejar los tiempos.
El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular considera que los tres partidos que se enfrentaron ayer en el debate presidencial de EL PAÍS (PSOE, Podemos y Ciudadanos) “se parecen cada vez más entre sí”, ya que han emprendido un giro a “un centro superpoblado por rentabilidad electoral” hasta el punto de que “sus propuestas son casi indistinguibles”.
“La única fuerza que defiende una ruptura democrática somos nosotros”, defiende Garzón, que dirige sus críticas más encendidas al partido de Albert Rivera.
“El proyecto de Ciudadanos es muy peligroso”, alerta en una entrevista audiovisual en EL PAÍS.
El candidato de IU advierte contra las medidas “liberales reformistas” de Ciudadanos, al que llama “populismo de derechas”.
Entre ellas, el complemento salarial para los sueldos más bajos que defiende el partido de Rivera. “Ese complemento que defienden tanto Ciudadanos como Podemos es un modelo neoliberal de subvención a los empresarios absolutamente perverso para la economía y los trabajadores. El Estado, o sea tú y yo, y nosotros, estamos contratando para que el beneficio se lo quede la empresa. Es una estafa”, señala. En materia laboral, IU propone que el trabajo sea un derecho subjetivo reconocido en la Constitución que pueda ser reclamable ante los tribunales, y que el Estado sea el empleador subsidiario.
¿Puede proveer el Estado un trabajo a los cinco millones de parados?
“Puede y debe hacerlo”, contesta Garzón. El dirigente de la coalición de izquierdas reconoce, no obstante, que el coste de una medida como esa alcanzaría una cifra muy elevada de gasto público. “Nuestro plan de trabajo garantizado logra un millón de empleos públicos el primer año con una inversión de 15.000 millones de euros”. ¿Pero han cuantificado el coste para los cinco millones de desempleados? “Pues es multiplicar por cinco esos 15.000 millones”, indica. Esto es, 75.000 millones de euros.
En materia territorial, Garzón se aparta también de las propuestas de Ciudadanos y apuesta por un modelo híbrido entre lo que plantean el PSOE y Podemos. IU quiere un Estado federal “republicano”, pero defiende también el “derecho a decidir de los catalanes desde el no a la independencia”. “En nuestro modelo federal las distintas unidades tienen que tener la capacidad autónoma de decidir si quieren o no federarse”, apunta.
El candidato de UI a La Moncloa ha dado un paso más al excluir de la izquierda a quien estuvo a punto de ser su socio electoral, Podemos, al que ahora sitúa entre los partidos “que comparten los elementos estructurales de defensa del régimen”. “Como la OTAN, el libre mercado en el sector eléctrico (frente a su apuesta por las nacionalizaciones de empresas) y la alabanza a la cultura de la Transición”, ejemplifica. “Quieren hacer una reforma parcial de la Constitución sin tocar lo más importante, las estructuras de poder”, critica. Él se reivindica como el único a la izquierda y el único que no participa en los programas de entretenimiento. No le invitan, pero tampoco quiere: “La política espectáculo puede provocar retrocesos espectaculares”.
Mira Garzón ahora ya sobran descalificaciones, antes no decias nada, tampoco hay mucho que decir salvo que me defraudastes, eres un candidato abatible facilmente, tampoco creas que nos movemos por lo que se diga en campañas políticas inmediatas, y el discurso de Pedrooooooooooooo es ya vintage, el de Rivera no es nada y el de Podemos nos atrae porque habla un lenguaje que lo entendemos todos para bien o para mal.
Tu eres un chico de Perfil Bajo, quizás los devaneos de tus lideres en IU no te han dejado otra opción y con esa te quedas.
Caes en la trampa de decir que los otros son los malos y tu eres la salvación del mundo Obrero , anticatanalista, y mira un consejito, aprende de Pablo Iglesias el en menos de un año sabe como manejar los tiempos.
1 dic 2015
Océano, víctima y verdugo........................................................ Lola Hierro
La acidificación y la subida de la temperatura del agua por el cambio climático ponen en peligro la biodiversidad de los mares
También representan una amenaza para el ser humano.
Un día como hoy amanecerá la costa zanzibareña de Jambiani
(Tanzania) bañada por las olas del Índico
. Son aguas límpidas de color
turquesa que dejan entrever peces de colores y arrecifes de coral.
Algas
y caracolas descansan sobre la blanca arena y algún ermitaño despistado
corretea de aquí a allá. Pero a 4.620 kilómetros, el mismo océano
ensucian la playa de Bombay, donde ningún cartel prohíbe el baño pero
pocos tienen ganas de probar. Los turistas que tomen el ferry hasta la
cercana Isla Elefanta arrugarán la nariz cuando descubran las manchas de
aceite que presenta el mar, ahora pardusco, castigado por la febril
actividad de las refinerías de petróleo de la bahía. Son las dos caras
del Índico y a la vez las de todos los océanos del mundo: lo que fueron y
lo que acabarán siendo si continúa la imparable degradación del medio
ambiente. Ocupan el 71% de la superficie del planeta, pero solo el 2%
está protegidos, y en ellos ya se palpa el impacto del cambio climático.
Las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera
son consecuencia de la quema de combustibles fósiles para producir
energía y no han cesado de subir desde la revolución industrial. Por
esta razón, las temperaturas del aire y los océanos aumentan, los
glaciares se derriten y el nivel del mar crece: desde 1992 hasta ahora ha ganado ocho centímetros de media
según la NASA, que advierte que esta tendencia se mantendrá.
“Los
océanos han sido nuestros guardaespaldas pero estamos perdiendo esa
defensa”, advierte Ricardo Aguilar, director de investigación en Europa
de Oceana, una de las mayores organizaciones del mundo dedicadas a la
defensa de estas masas acuáticas. “El impacto real del cambio climático
no se ha notado ni al 50% porque han estado asumiendo el poder
calorífico y la contaminación, pero ya no resisten más”.
La temperatura media global ha ascendido 0,8 grados desde
1880 y en los últimos 63 años el ritmo al que sube se ha duplicado.
El
problema más urgente del que ocuparse, según los expertos, es la
acidificación de las aguas, un proceso causado por el aumento de las
emisiones de dióxido de carbono.
Cuando este gas entra en contacto con
el mar se produce una reacción química que incrementa la acidez del
agua: hasta un 30% desde la era industrial.
A su vez, ha provocado que
el PH de las aguas descienda un punto, un hecho “sin precedentes” a
juicio de Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de
Greenpeace.
Este proceso tiene graves implicaciones para los
ecosistemas submarinos.
Muchas especies calcáreas como corales,
cangrejos, almejas y ostras están amenazadas porque no pueden
desarrollar sus conchas, ya que el carbonato cálcico que genera la
subida del PH las disuelve. Afecta también a los pterópodos —pequeños
caracoles marinos— y al plancton, que son la base de la cadena
alimentaria de muchos peces, ballenas y pájaros
. “También son
preocupantes los efectos en las zonas polares, de posidonia oceánica y
de arrecifes de coral como la Gran Barrera de Australia, ya seriamente
dañada.
“Son fundamentales en la creación de biodiversidad, pues nueve
millones de especies marinas dependen de ellos por ser su lugar de
refugio, desove, guardería y fuente de alimentación”, describe Nuño
. Que
las aguas de la superficie sean más cálidas implica que absorberán
menos oxígeno del aire y por tanto no llegará tanta cantidad a las
profundidades.
Esta desoxigenación alterará el desarrollo de la fauna
marina.
Las consecuencias de la modificación de la temperatura son
graves, a juicio de Aguilar.
El deshielo de los polos tiene dos efectos:
la subida del nivel del mar y la desviación de las corrientes marinas
cálidas como la del Golfo, que regula la temperatura en Europa. “Madrid
está a la misma altura que Nueva York y no tenemos su frío. ¿Por qué?
Porque la corriente del Golfo trae aguas calientes. Si no fuera así, la
mayoría del continente estaría bajo los hielos. Si se desvía la
corriente y nos deja de llegar su poder calorífico, los impactos serían
inimaginables, nos introduciría en una pequeña era glacial”, explica.
“Cuanto más caliente sea el agua, más graves, intensos y recurrentes
serán todos los fenómenos meteorológicos adversos: huracanes,
inundaciones, sequías…”, completa Cristina Narbona, exministra de Medio
Ambiente y actual miembro de la Red Española de Desarrollo Sostenible y de la Comisión del Océano Mundial.
Un vertedero acuático
Todo acaba en el océano: plásticos, plomo, mercurio, fertilizantes, aguas residuales…Esta contaminación es otro de los males.
En 2010 se vertieron una media de ocho millones de toneladas de plástico, según un estudio publicado en la revista Science en febrero de este año. Esta cantidad es la misma que resultaría de colocar montones de cinco bolsas de la compra llenas de plástico con una separación de 30 centímetros a lo largo de las costas de todo el planeta.
El mismo estudio advertía de que al finalizar 2015 se habrían tirado al mar más de nueve millones de toneladas de porquería y que en 2025 la cantidad sería el doble que la de 2010.
Impacto en los humanos
La acidificación del océano y la subida de las temperatura
media global no solo perjudica a las especies marinas, sino que también a
los humanos.
A menor población de peces y crustáceos, menor consumo de
estas especies, que nos aportan alrededor de un 16,7% de las proteínas de origen animal que ingerimos, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En España comemos 26,40 kilos por persona y año,
según los últimos datos del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y
Marino, una media superior a la mundial, del 19,2%.
Y, sin embargo, la
demanda de consumo de pescado es hoy mayor que nunca: 158 millones de
toneladas en 2012, según la FAO, mientras que el 75% de los caladeros están sobreexplotados o agotados.
“La sobreexplotación proviene de la mala gestión que dura décadas.
Se
ha denunciado durante décadas pero se ha dado una desconexión total
entre expertos, que aconsejaban reducir la producción, y los políticos.
No se han respetado los criterios científicos de gestión”, señala
Aguilar, quien advierte que, de seguir esta tendencia, en 2050 la
mayoría de las reservas llegará a niveles tan bajos que su explotación
dejará de ser rentable.
Así, el sector se enfrenta a las capturas ilegales no
declaradas y no reglamentadas, a las prácticas perjudiciales como las
técnicas de arrastre que destruyen el lecho marino y al despilfarro.
La
solución pasa por crear reservas marinas, prohibir la pesca industrial y
favorecer la artesanal y sostenible que respete las vedas.
Ello
conlleva una reducción sustancial del consumo de especies marinas para
darles tiempo a que se recuperen.
“Comemos mucha más proteína animal de
la necesaria, debemos consumir menos, teniendo en cuenta lo que podemos
obtener con la pesca sostenible y selectiva”, indica Nuño.
“Hay que
convencer a nuestros gobernantes de que no autoricen pescar por encima
de las posibilidades biológicas de las especies para contentar a sus
ciudadanos”, completa Aguilar.
Desde su organización, no obstante,
sostienen que el descenso de la producción sólo sería necesaria de forma
temporal:
“Si ahora reducimos en Europa la pesca en torno a un 30%, en
unos diez años recuperaremos la mayoría de las reservas y podríamos
tener el doble de capturas que ahora".
Los expertos proponen reducir la actividad de un sector del
que viven 120 millones de personas, el 8% de la población mundial.
Para
Aguilar, son los Estados quienes deberían desarrollar políticas
económicas para apoyar a los pescadores durante el tiempo en que no
puedan trabajar al mismo ritmo de antes. Narbona coincide en crear en
los océanos áreas de regeneración, pero advierte que el uso de los
subsidios para la pesca hoy en día son los que permiten que los barcos
faenen en mitad del océanos con técnicas destructivas. “Si no hubiera
esas ayudas, no les saldría rentable y tendrían que dedicarse a la pesca
artesanal, menos dañina”.
Para ella, hay que destinar estos fondos a
promocionar la pesca sostenible.
Morir matando
Que el océano está enfermo es un hecho, pero parece tener
previsto morir matando.
Las consecuencias del aumento de la temperatura
media global y de la subida del nivel del mar se ven mejor en la
superficie terrestre, donde cientos de miles de personas ven amenazada
su supervivencia. Ocurre en la excolonia británica de Kiribati, por
ejemplo, donde sus 100.000 habitantes saben que el país empezará a
desaparecer alrededor de 2030 y ya hoy combaten el creciente embate de
las olas colocando sacos de arena en sus puertos y playas.
Son los futuros refugiados climáticos, una figura cuyos
derechos no ha reconocido aún las Naciones Unidas pero que representa a
unos 1.000 millones de personas que en los próximos 50 años podrían
migrar por razones medioambientales, principalmente en los países más
empobrecidos, según la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR)
.
“Es un fenómeno de tal magnitud que no solo se puede dar una respuesta
de ayuda humanitaria, sino que requiere políticas y decisiones más
trascendentales para frenar el cambio climático”, apunta Estrella Galán,
secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
Tres hombres y medio.............................................................................. Manuel Jabois .
Cuando se pronunció la palabra corrupción, la mirada de Iglesias se deslizó a la izquierda.
El rey de la incomparecencia, como el del medio de los Chichos, se ha aparecío en sueños y ha dicho de tu rumba soy el dueño.
Pero en el último tramo se pronunció la palabra corrupción y la mirada
de Pablo Iglesias se deslizó a su izquierda, donde tenía un atril vacío
.
Acto seguido se puso a hablarle a la ausencia del padre, como si le
invocase para que apareciese en el cielo como Mufasa con la barba grande
y blanca, el fútbol en zapatillas, su Piqueras y la sinceridad
hamletiana de quien se exige la verdad
: “Pues mira, Pablo, el registro
de la sede…”.
Fue un movimiento inteligente porque de este
modo Iglesias puso al fantasma sobre la mesa y le dotó de un sentido
real cuando más apetecía hablar de él; las ganas de Rajoy en aquel
momento superaban lo indecente
. Iglesias lo asoció a la corrupción de un
plumazo, con un giro de cuello, el mismo con el que Chiapucci se
despedía de un novio en Alpe D'Huez antes de meterle diez minutos.
El gesto tuvo valor en la medida en que el propio Iglesias
se había pasado el debate fingiéndose desaparecido.
Pidió calma y
buenos modos a sus rivales, como si el joven tigre de la revolución
hubiese terminado su período de domesticación cantándole Señora a la
Campos (¿estaba pidiendo la mano de Terelu?) que casi le tira una
galleta danesa:
“Pensé que la caja estaba llena de hilo y bordados,
María Teresa, como la de mi abuela”.
El ceño fruncido de Iglesias ya no
aparece cuando el candidato se enfada, como hasta ahora, sino cuando es
él mismo.
Son dos líneas hábilmente dibujadas sobre la frente que a
saber si son postizas, y que expresan una emoción contemporánea,
modernísima, que aún no tiene nombre porque Podemos está trayendo tantas
cosas nuevas a la sociedad que falta diccionario.
Pablo no ha dejado de estar indignado, pero ya puede hacer vida fuera.
Ese perfil bajo, estratégico, le sacó en el debate de un plano incómodo hasta el final,
cuando en medio de su intervención vino a recordar que había estado
todo el día tranquilo, que no había interrumpido a nadie, que había
pedido calma y tratado de ser un hombre nuevo, pero en cualquier momento
podía salir, matar a su psicólogo y regresar con un winchester al grito de “va por ti, mi comandante”.
Pedro Sánchez por momentos pareció un Gulliver
del bipartidismo asediado por los pies
. Reaccionó a manotazos, alguno
insólito, y en ocasiones encontró cara.
Sobre todo en Rivera, que la
retiró torpemente incapaz de asimilar tanta agresividad:
Sánchez,
como un gigante sin ventaja, se esforzó en golpearlo hasta llevarlo a
la derecha, un rincón que el candidato de C's evita pero no puede
despreciar
. Le reprochó los copagos, le citó a Garicano y la faena la
remató Iglesias, que observaba los cuerpo a cuerpo como un árbitro,
cuando corrigió a Sánchez con una frase que hizo reír al propio Rivera:
“No creo que sea de derechas, es de lo que haga falta”.
Lo que le hizo falta ayer fue sangre.
Salió como entró, blanco de cara y de manos, con algún cable por fuera.
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