Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 nov 2015

Carmena matiza sus palabras y afirma que es “muy feliz” como alcaldesa

El PP le insta a que abandone el cargo si prefiere "su felicidad a su responsabilidad".

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha matizado esta mañana, a través de la red social Facebook, sus declaraciones a la periodista Maruja Torres, en las que se manifestó arrepentirse de haberse presentado como candidata a la alcaldía de la capital. Carmena afirma ahora
: "Estoy muy contenta y satisfecha" con el trabajo como regidora y con lo que está haciendo su equipo de Gobierno
. Achaca sus primeras palabras de desapego al cargo púbico a que cuando las pronunció sus vacaciones familiares estaban siendo "sometidas a escrutinio público".
La alcaldesa señala literalmente:
"Hoy se publica un libro de la periodista Maruja Torres basado en varios encuentros que hemos tenido en los últimos meses.
 Como habréis leído en prensa, recoge reflexiones hechas el pasado verano, en el momento en que mis vacaciones familiares fueron sometidas a escrutinio público".
Y añade:
 Yo no soy una política profesional y no me gusta el clima de confrontación artificial que vivimos en la política.
 Acepté participar en un proyecto ciudadano que me convenció como oportunidad real para mejorar esta ciudad, y tomé la decisión sabiendo lo que podía perder.
 Por supuesto que a veces echo de menos el paraíso de mi jubilación, y que algunos momentos han sido duros, pero el balance es positivo: estoy muy contenta y satisfecha con el trabajo que estamos haciendo en el Ayuntamiento de Madrid y sé que vamos a hacer mucho más y mejor en los próximos tres años y medio.
Por su parte, el concejal de Participación Ciudadana y Transparencia del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Percival Manglano, ha instado hoy a Carmena a dejar el cargo por el bien de los madrileños si tiene "dudas" o prefiere "su felicidad a su responsabilidad".
En un comunicado, Manglano se ha pronunciado de este modo tras confesar Carmena en un libro de Maruja Torres que si "pudiera rebobinar a febrero pasado" mantendría su "no" inicial a presentarse como candidata por Ahora Madrid y asegurar que no es feliz ahora.
Sobre estas palabras, Manglano ha ironizado con que la alcaldesa de Madrid "quizá esté pensando en hacerse una moción de censura a sí misma".
"Si Carmena no es capaz de convencerse así misma como alcaldesa, difícilmente va a convencer a los demás", ha apostillado.

 

Turquía derriba un caza ruso en la frontera con Siria..................................................... Andrés Mourenza

Ankara afirma que el caza violó su espacio aéreo y Moscú lo niega.

 

REUTERS-LIVE!

Turquía ha derribado este martes un caza procedente de Siria por haber violado su espacio aéreo, en un incidente que se produce en medio del incremento de la tensión al otro lado de la frontera turca y con constantes advertencias del Gobierno de Ankara a que los aviones rusos y las fuerzas del régimen sirio detengan sus ataques a la región turcomana de Bayirbucak, en poder de la oposición siria.
 “A las 9.20 del 24 de noviembre, un avión de nacionalidad desconocida violó en repetidas ocasiones y pese a las advertencias realizadas el espacio aéreo turco [una decena, en cinco minutos], a la altura de la localidad de Yayladagi (provincia de Hatay)”, explicó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Turquía en un comunicado:
 “Por ello y atendiendo a las normas para entablar combate, dos de nuestros F-16 que se encontraban en el área dispararon contra él”
. Una facción rebelde bajo el nombre Alwiya al-Ashar ha difundido imágenes de uno de los pilotos muerto.
 El otro también estaría bajo su custodia.

Fuentes del Gobierno y la Presidencia de Turquía, citadas por los medios locales, han indicado que el avión alcanzado era un SU-24 de fabricación rusa y utilizado por las Fuerzas Aéreas de ese país en la campaña de bombardeos aéreos en apoyo del régimen sirio.
 El Ministerio de Defensa ruso, citado por la agencia de noticias RIA, ha confirmado ese extremo pero ha negado que su caza violase el espacio aéreo turco.
 El presidente Vladímir Putin, desde Sochi, ha calificado de "puñalada en la espalda" el derribo del aparato y ha defendido que en ningún momento entró en espacio aéreo turco ni fue una "amenaza" para Turquía.
 Según la versión de Putin, el caza fue alcanzado por un misil aire-aire cuando volaba a un kilómetro de territorio turco, y cayó cuatro kilómetros en el interior de Siria.
Aunque la defensa aérea de Turquía se lleva desde Torrejón (Madrid) a través del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la OTAN, el derribo del avión ruso ha sido una operación unilateral del Ejército turco, según han confirmado a EL PAÍS fuentes aliadas.
El Ejecutivo turco se ha reunido de urgencia y prepara un comunicado para informar a sus socios de la OTAN y a las Naciones Unidas sobre el incidente
. La Alianza Atlántica, que se reunirá de urgencia a nivel de embajadores, ha señalado que está en contacto con Ankara para seguir el incidente de cerca.
 Es la primera vez desde los años 50, en plena Guerra Fría, que un país de la OTAN derriba un avión ruso.
El aparato alcanzado cayó, envuelto en llamas, cinco kilómetros en el interior de territorio sirio y se pudo ver a sus dos pilotos saltar de él en paracaídas
Dos helicópteros rusos fueron desplegados para tratar de dar con ellos. Primeras informaciones apuntaron a que al menos uno habría caído en manos de combatientes turcomanos.
Hace diez días, el régimen sirio, apoyado en tierra por milicianos iraníes, y desde el mar y el aire por las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, lanzó una ofensiva para tomar la montañosa región de Bayirbucak, situada al sur de la provincia turca de Hatay y habitada mayormente por turcomanos ligados a la oposición siria, aunque, según denuncia Damasco, infiltrados por grupos yihadistas como el Frente al Nusra.
“Nos enfrentamos a intensos bombardeos, como no habíamos sufrido en cuatro años de guerra”, explicó a El País Yusuf Mahli, dirigente del Movimiento Nacional Turcomano (TMHP) y de la Coalición Nacional Siria, que agrupa a la mayoría de opositores a Bachar el Asad. Mahli, que se encuentra refugiado en Turquía pero mantiene el contacto con los milicianos turcomanos sobre el terreno afirma que se trata de “un combate desigual”:
“Los nuestros sólo poseen armas ligeras y se enfrentan a bombardeos desde tierra, mar y aire”. En los últimos días, las fuerzas leales al presidente sirio lograron conquistar varios pueblos al sur de la zona en disputa (Ghmam, Zuveyk y Derhanne) y, en la mañana del martes, la cadena CNN-Türk informaba de que los turcomanos habrían perdido tres nuevas colinas. Los combates son, de hecho, perceptibles desde el lado turco de la frontera.
El avance del régimen sirio ha causado una nueva oleada de refugiados –unos 3.000 según Mahli- que han sido alojados en tiendas de campaña en Turquía.
 El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ya había avisado durante el fin de semana de que al Ejército turco “se le ha ordenado responder a cualquier hecho que pueda amenazar la seguridad fronteriza”.
 “La prioridad en Siria debe ser el Estado Islámico (ISIS) y estos grupos no son el ISIS, sino rebeldes moderados.
 Nuestra preocupación es que si Rusia y el régimen siguen atacando a la oposición moderada, ésta será sustituida por el ISIS y así se debilitará el frente anti-ISIS”, denunció una fuente del Gobierno consultada por este diario.
El régimen sirio e incluso medios opositores como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, han apuntado a la presencia de militantes de Al Nusra (Al Qaeda en Siria) entre los militantes turcomanos del monte Jeb al-Ahmar (Türkmen Dagi en turco) y varias fotografías de estos grupos muestran a combatientes con aspecto yihadista.
 Sin embargo, Mahli niega este punto: “Son grupos vinculados al Ejército Sirio Libre, puede haber algunos de tendencia islamista, pero no son yihadistas.
 De hecho, las últimas fuerzas de Al Nusra se retiraron del lugar hace 15 días, antes del ataque del régimen”.
 Y acusa al régimen de que su ofensiva sobre Bayirbucak tiene como objetivo controlar mayor terreno antes de que se declare un alto el fuego en línea con lo pactado en las conversaciones de Viena; hacer más étnicamente homogénea la provincia de Latakia, de mayoría alauí, y abrirse paso hacia la provincia de Idlib, en manos de la oposición siria.
El Gobierno de Ankara se ha mostrado tradicionalmente como protector de las minorías turcomanas de Siria e Irak –que además cuentan con el apoyo de diversas organizaciones ultranacionalistas e islamistas de Turquía- así como valedor de la oposición siria, pero este último incidente podría deteriorar la estrategia diseñada en las últimas semanas con EEUU.
 Para hoy se espera la llegada a Turquía del vicepresidente del Estado Mayor de EEUU, el general Paul J. Selva, para tratar el plan de abrir un nuevo frente contra el ISIS en el norte de Siria utilizando a los “rebeldes moderados” y mañana miércoles estaba previsto que el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se reúna con su homólogo turco, Feriddun Sinirlioglu.

23 nov 2015

La enfermedad de las vírgenes...................................................................... José Ramón Alonso

La joven enferma (ca.1660-1662) de Jan Havicksz Steen . Imagen: DP
Detalle de La joven enferma (ca.1660-1662) de Jan Havicksz Steen . Imagen: DP
En 1554 el médico alemán Johannes Lange, natural de Löwenburg en Silesia, siguiendo una antigua obra hipocrática describió una enfermedad como «peculiar de las vírgenes».
 Esta enfermedad fue llamada morbus virgineus, febris amatoria, anemia hipocrómica, enfermedad verde o clorosis. 
El interés de Lange fue suscitado por la carta del padre de una joven, Anna, que le escribía preocupado por cómo el cambio de aspecto de su hija —palidez, letargia y debilidad— ponía en peligro sus perspectivas de matrimonio.
Con el tiempo, la enfermedad verde formó parte de un grupo de enfermedades consideradas exclusivas de las mujeres como la histeria (híster significa útero) y el útero errante, desplazamientos incontrolados de este órgano que supuestamente causaban presiones sobre nervios y venas y generaban distintos trastornos, tales como sensaciones de ahogo, pérdida de habla, vértigos, problemas en las rodillas, dolores de cabeza, ardor de estómago, alteraciones en las venas de la nariz, sopor, irregularidades en el pulso y, en ocasiones, la muerte. 
Los que diagnosticaban el útero errante creían que este órgano exclusivamente femenino se movía libremente como un pequeño organismo dentro de la cavidad abdominal de la mujer, algo que se describía con una frase de un machismo ejemplar: «un animal dentro de otro animal».
Es sorprendente porque esta idea tenía milenios de antigüedad: el papiro de Lahun, del 1990 a.C., considerado el texto ginecológico más antiguo, ya lo comenta y el propio Platón había dicho: «El animal dentro de ellas está deseoso de procrear niños, y cuando permanece sin dar fruto… se vuelve descontento y enfadado y se mueve por todas direcciones dentro de ellas hasta las extremidades, causando todo tipo de enfermedades…».
La enfermedad verde se pensaba que era debida a que hasta que llegaba la menstruación distintos humores se acumulaban en el cuerpo de las adolescentes, generando un espacio cenagoso, unas charcas estancadas que provocaban ese triste aspecto
. En mujeres fértiles, esta enfermedad de las vírgenes incluía también la retirada de la menstruación, los cambios en la alimentación, la pérdida de coloración en la piel que tomaba ese característico color verdoso y una gran debilidad general.
Los libros médicos de la época señalaban tres posibles tratamientos para la enfermedad de las vírgenes: el primero era tomar «agua de acero».
 Limaduras de acero se hervían en vino blanco y se añadían azúcar y especias.
 Era algo tan común que muchas mujeres tenían recetas para el agua de acero en sus libros de cocina, algunos de los cuales han llegado hasta nosotros.
 El segundo tratamiento era luchar contra la pereza, hacer ejercicio, insistir en las tareas domésticas, cualquier tipo de actividad física.
 Y el tercero aparece ya en la carta de respuesta al padre de Anna que Lange publicó proponiendo este singular tratamiento para la jovencita y otras similarmente afectadas: «Vivir con hombres y copular» añadiendo «si consiguen concebir, se curarán».
Las referencias a la clorosis son continuas en los siguientes cuatro siglos. A finales del siglo XVI, Luis Mercado en su De mulierum affectionibus (1579) dice que el morbus virgineus es un sinónimo de la fiebre blanca «porque observamos que ocurre en un gran número de vírgenes».
 En el siglo XVII Richard Morton publicó su obra Phthisiologia: or a Treatisse of Consumptions donde habla por primera vez de unos tubérculos en el pulmón que darían nombre a una nueva enfermedad, la tuberculosis, pero donde también relata el caso de una muchacha de dieciocho años a la que él empezó a tratar en 1686 indicando «en el mes de julio, cayó en una total supresión de sus períodos mensuales por una multitud de cuidados y pasiones de su mente […]. Desde ese tiempo su apetito empezó a desfallecer y su digestión a ser mala, su carne también comenzó a verse fofa y caída, y su aspecto pálido».
 Para muchos, tanto la enfermedad verde de Lange como la pérdida de apetito descrita por Morton podrían ser las primeras referencias médicas a un trastorno importante en los siglos XX y XXI, que se convirtió entre los más prevalentes en las jóvenes púberes, la anorexia.
El máximo desarrollo de la enfermedad de las vírgenes tuvo lugar en el siglo XIX, en especial en su segunda mitad. El aumento del tiempo entre la pubertad y la maternidad al casarse las jóvenes a mayor edad, la rígida moral victoriana, el desarrollo de la llamada «era de la ansiedad» y el desarrollo de un sistema de salud digno de tal nombre propiciaron que esta y las otras enfermedades que eran consideradas exclusivamente femeninas tuvieran una amplia repercusión social.
Detalle de La visita del doctor (ca. 1660-1667), de Gabriël Metsu. Fotografía: DP.
Detalle de La visita del doctor (ca. 1660-1667), de Gabriël Metsu. Imagen: DP.
Andrew Fogo, un médico inglés, declaró en 1803 que la enfermedad verde era un trastorno imaginario. 
 Armand Trousseau, sin embargo, impartió una conferencia titulada «Verdadera y falsa clorosis» que luego publicó en 1872, donde declaraba que las jovencitas afectadas de la enfermedad verde tenían el erotismo más desarrollado que las demás mujeres y que ese era un síntoma esclarecedor.
 No obstante, por las mismas fechas, Raciborski (1868) preguntó a muchachas afectadas por la enfermedad verde y todas le expresaron su desagrado ante el pensamiento del sexo
. Este mismo Raciborski recomendaba como medida preventiva una prohibición total de leer novelas hasta la edad de veinte años por lo que sugería que las jovencitas deberían tener prohibida la entrada a las bibliotecas públicas.
 La clorosis desapareció de los manuales de medicina en torno a 1920-1930, explicándose de distintas maneras por mejoras en la dieta, cambios en la ropa femenina y por una mayor edad a la hora de contraer matrimonio, y Campbell indicó en 1923 que la clorosis era una exageración del cambio fisiológico que ocurría en todas las niñas más que una enfermedad sui generis
Sin embargo, William H. Crosby publicó en 1987 en el Journal of the American Medical Association, una buena revista científica, que había visto una mujer clorótica, cuyo color verdoso de la piel se distinguía claramente por ser pelirroja.
Es muy probable que tengamos muchas otras descripciones de enfermedad de las vírgenes, solo que en las bibliotecas no están bajo el epígrafe de libros de medicina sino en las vidas de otro grupo particular de mujeres que no mantenían relaciones sexuales: las santas. Rudolph Bell publicó en 1992 un libro titulado Santa anorexia en el que sigue la pista de más de doscientas vidas —doscientas sesenta y una, para ser exactos— de santas y mujeres con un aura de espiritualidad que desde 1200 a la actualidad tienen como característica común que se dejaron morir de hambre mediante un ayuno excesivo.
 Muchas de estas mujeres, en especial en el medievo italiano, seguían un ideal de enfrentar las urgencias del cuerpo mediante «la negación de una misma, el ayuno y la salud espiritual» y se ensalzaba un modelo basado en la espiritualidad, el sacrificio personal, la fuerza de voluntad y el alejamiento del mundo.
 El 50% como mínimo de aquellas mujeres santas encajarían en la actualidad en un diagnóstico clínico de anorexia. Bell considera también que en ellas habría una rebelión contra «un patriarcado que intenta imponerse entre la santa anoréxica y su Dios».
 De hecho la propia Teresa de Jesús nos habla del convento de clausura como un espacio de libertad y alegría, un lugar donde las mujeres están a salvo de la tiranía de los hombres.
Estas mujeres se dejaban morir de hambre y sentían que eso les asemejaba a los pobres famélicos y les unía con la imagen de Cristo en la cruz. 
Algunos autores hablan de masoquismo o de paranoia, pero es más complejo que eso; no se puede entender el fenómeno sin valorar las creencias que subyacen a esos comportamientos. 
Para muchas de esas santas, el dolor no era un fin en sí, no era algo que finalizaba en el momento y el lugar en que se producía, su dolor se ofrecía a Dios y se convertía en una sustitución  o una restitución.
 Es un tema difícil donde es fundamental respetar las creencias que subyacen bajo estas historias. Estas vírgenes internas en un convento creían que su sufrimiento tenía un resultado, que iba más allá de un tiempo determinado y de un lugar concreto. El dolor era visto como una herramienta, un camino, algo productivo.
 Su hambre y su sufrimiento era una forma de compartir el martirio y la crucifixión, servía como expiación por los pecados de otros: era un pago, un trueque, un contrato.
La anorexia es mucho más común en mujeres que en hombres, en una proporción de entre diez a uno y veinte a uno y aparece normalmente en la adolescencia.
 Aunque las clases humildes no son inmunes a este trastorno, es característico de chicas de familia de clase alta, muy competitivas, con fuerza de voluntad y un perfeccionismo que llega a un extremo insalubre. 
Del mismo modo, según Bell, la proporción de anorexia en esas mujeres santas era del 76% en las de clases altas, 39% en las clases medias y 15% en las clases bajas
. También era más común en las clases nobles que en los artesanos y labradores y más en las nuevas sociedades urbanas que en las comunidades rurales.
 En la actualidad se ve más en algunas profesiones como en bailarinas, gimnastas, atletas y modelos, vocaciones donde un peso corporal escaso se puede ver como una ventaja. 
Una de cada seis bailarinas tiene trastornos alimentarios.
La anorexia significa etimológicamente «pérdida del apetito», pero en realidad se trata de personas que durante buena parte de su enfermedad mantienen el apetito y pasan hambre voluntariamente. Llegan a poner su vida en peligro y se considera el trastorno psiquiátrico de mayor mortandad.
 Puede tratarse de un episodio normalmente de larga duración pero un porcentaje de las personas afectadas lo cronifican y responden mal a los tratamientos, con lo que en estas personas se producen episodios repetidos, hospitalizaciones recurrentes y afecta gravemente a su calidad de vida y a la de sus familias.
Dejarse morir de hambre requiere una enorme fuerza de voluntad. 
Algunas veces las santas ayunadoras rompían la dieta y eran encontradas a mitad de la noche saqueando la despensa del convento.
 ¿Cómo reaccionaba la comunidad ante tamaño despropósito, ante la pérdida de aquel éxito, ante el derrumbe de aquella manifestación de autocontrol y amor a Dios? 
 Simplemente decían que la hermana dormía felizmente en su celda mientras que el diablo, asumiendo su imagen y escondiendo la cola debajo del hábito se había metido en la alacena, devorando todos los dulces.
 Los psicólogos, siempre más sosos, dirían que eran episodios de atracones bulímicos.
Algunas de las santas anoréxicas murieron de debilidad como resultado de su trastorno alimentario, pero otras se convirtieron en las superioras de su comunidad y dejaron un recuerdo de sabiduría en su liderazgo y moderación y flexibilidad en el seguimiento de las normas. 
Quizá quien ha vivido las cadenas de la rigidez de la anorexia entiende mejor la bondad y salubridad de las debilidades humanas.
Detalle del Éxtasis de Santa Teresa (entre 1647 y 1651), de Gian Lorenzo Bernini. Fotografía: DP
Detalle del Éxtasis de la beata Ludovica Albertoni (entre 1647 y 1651), de Gian Lorenzo Bernini. Fotografía: DP

El prodigioso camino de las mujeres.................................................... Soledad Gallego-Díaz

Ningún cambio de la sociedad española es comprensible sin tener en cuenta el impacto que supuso el reconocimiento de los derechos legales de las mujeres y su incorporación a la vida política, económica y social.

El Congreso de los Diputados el 7 de noviembre de 1978. En la imagen, Soledad Becerril. / EFE

En las Cortes que aprobaron la Constitución de 1978 había bastantes más mujeres periodistas acreditadas que diputadas y senadoras
. En total 27 mujeres parlamentarias (21 diputadas y seis senadoras), muy pocas, incluso, para aquella sociedad de 1977, fundamentalmente machista.
 Las que procedían de la izquierda sabían lo difícil que era que sus compañeros concedieran prioridad a las cuestiones de género.
Las que procedían de grupos de derecha o centro tenían todavía peores experiencias.
 Pero inmediatamente unas y otras se dieron cuenta de que algo las unía: todas estaban convencidas de que la legislación en vigor colocaba a las mujeres en una situación de inferioridad que era, simplemente, escandalosa.
La nueva Constitución (que no tuvo ninguna “madre”, todos fueron “padres”) debería dejar claro el principio de igualdad y de no discriminación por razón de sexo.
 A partir de ahí se podría construir una nueva sociedad.
Y, efectivamente, ninguna transformación de la sociedad española desde la muerte del dictador es comprensible sin tener en cuenta el enorme cambio que supuso el reconocimiento de los derechos legales de las mujeres y su vertiginosa y masiva incorporación a la vida política, económica y social del país
. Las mujeres españolas arrancaron con 30 años de retraso respecto a los cambios experimentados en Europa, pero en menos de 25 consiguieron casi dejarlas atrás.
Las ministras del Gobierno de Zapatero de 2008. / Gorka Lejarcegi
El año 1975 no solo fue el año en que murió Franco, también fue el año que la ONU declaró, por primera vez, Año Internacional de la Mujer.
Y el año, en diciembre, 16 días después de la muerte del dictador, en que se celebraron en Madrid las primeras (e ilegales) Jornadas de Liberación de la Mujer, seguidas poco después por las Jornades Catalanes de la Dona, en la que participaron más de 4.000 mujeres y donde se aprobó ya un catálogo de reivindicaciones inmediatas, desde la implantación efectiva de la coeducación, hasta la revisión de los libros de texto para reflejar el papel de las mujeres.
 Es decir, en la sociedad española de 1975 existía ya una profunda brecha entre la situación real de las mujeres y su situación legal
. Las mismas mujeres que acudieron a las Jornadas feministas ilegales, las mismas parlamentarias que tomaron asiento en la legislatura constituyente, no pudieron abrir una cuenta corriente sin permiso del marido ni participar en la patria potestad de sus hijos hasta la reforma de las leyes de familia de 1979.
Pocos recuerdan que en los Pactos de la Moncloa, de 1977, es decir, antes de que se aprobara la Constitución, se incluyeron ya tres medidas importantísimas para las mujeres: la despenalización de la difusión y publicidad de anticonceptivos; la despenalización del adulterio, que se castigaba con pena de cárcel para las mujeres y con una multa para los hombres; y la no discriminación de los hijos por razón del estado civil de la madre: los hijos habidos fuera del matrimonio católico se inscribían hasta entonces en el Registro como “ilegítimos”.
 La ley del Divorcio no llegaría, sin embargo, hasta 1981, al igual que la equiparación fundamental entre marido y mujer; la despenalización parcial del aborto, hasta 1985, y la Ley Orgánica para la Igualdad efectiva entre hombres y mujeres, que incluía las medidas más serias contra el maltrato y el feminicidio, no se aprobaría hasta marzo de 2007.
Incluso en las sociedades occidentales sigue existiendo un alto índice de violencia machista, de malos tratos e incluso de feminicidios
El camino ha sido largo pero nadie pone en entredicho que la situación de las mujeres en España ha experimentado un cambio prodigioso en los últimos 40 años, en la educación, en la economía, la cultura y la vida cotidiana, tanto urbana como rural.
Nadie discute que la batalla legal por la equiparación de los derechos ha logrado un cambio sustancial en la sociedad española y que sin esos cambios no se hubiera podido producir la transformación que experimentó el país en su conjunto.
¿Por qué, entonces, varios centenares de miles de personas se manifestaron el pasado 7 de noviembre en Madrid, convocados por 300 asociaciones feministas bajo el lema “Contra las violencias machistas”?
 ¿En qué consiste esta nueva batalla feminista, si ya todo el mundo cree que la sociedad funciona de manera mejor, más eficiente y más justa sin desigualdades de género?
 La batalla consiste en saber por qué, pese a todo, en realidad, no ha habido manera de acabar con esa desigualdad, como queda en evidencia en cada uno de los nuevos estudios y análisis que se realizan.
Los ministros de Mariano Rajoy, en julio de 2015. / Uly Martin
No se trata solo de que cien millones de mujeres desaparezcan en el mundo cada año por muertes prematuras respecto a los hombres de su mismo entorno, es que cien mil niñas chinas son secuestradas al año para ser instaladas en burdeles, sin que se produzca la menor reacción internacional
. Claro que la ONU no se decidió a calificar la violación como crimen de guerra hasta 2008, pese a que existía constancia desde hacía siglos del uso de las violaciones masivas como un arma de guerra equiparable al bombardeo masivo de poblaciones civiles, condenados, esos sí, desde su mismo inicio. Es la misma ONU que sigue permitiendo que Arabia Saudí forme parte de organismos de defensa de los derechos humanos, cuando mantiene a la mitad de su población, las mujeres, en un régimen, no solo de discriminación, sino, directamente, de esclavitud.
No se trata, afectivamente, solo de que la condición de la mujer sigue siendo intolerable en muchas partes del mundo, con el consentimiento de la comunidad internacional.
 Se trata de que incluso en las sociedades occidentales en las que esos abusos están completamente desterrados, sigue existiendo un alto índice de violencia machista, de malos tratos e incluso de feminicidios y de que la igualdad efectiva pregonada por la ley no se traduce en una realidad palpable cuando se trata de igualdad salarial, acceso a puestos directivos empresariales o de reparto en los cuidados familiares.
Las mujeres españolas arrancaron con 30 años de retraso respecto a los cambios experimentados en Europa, pero en menos de 25 consiguieron casi dejarlas atrás
La satisfacción que siente la sociedad española por los cambios sociales, económicos y políticos experimentados desde 1975 y, concretamente, por el cambio radical en la condición de la mujer, es muy justa.
Si se compara lo que tenían que sufrir las mujeres españolas en 1975 y la terrible desprotección legal a la que estaban sometidas, a la que estábamos sometidas, todas las mujeres hasta mediados de los años ochenta, nadie puede denegar que ha sido un trayecto magnífico.
Pero todos los trayectos tienen peligrosas marchas atrás y todas las transformaciones sociales exigen una voluntad de proseguir avanzando.
 Si no se consigue erradicar la violencia de las relaciones de los hombres con las mujeres, habrá quedado sin cumplir una de las más importantes.
Este artículo es una versión larga del publicado el domingo 15 de noviembre en el suplemento Ideas de EL PAÍS.