Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 oct 2015

Tan completa o tan incompleta.................................................................... Rosa Montero

Los profundos estereotipos de género siguen pesando, se sigue creyendo que la mujer que no es madre no es del todo mujer.

Hace nueve años publiqué un artículo en este mismo suplemento titulado Ni coja ni madre en el que criticaba la mirada conmiserativa que caía sobre mí cada vez que la gente se enteraba de que no tengo hijos.
 Como si carecer de descendencia fuera una mutilación existencial.
Ahora advierto que, con mi optimismo congénito, esperaba que la cosa fuera mejorando con el tiempo.
 A fin de cuentas, es verdad que ha mejorado el nivel de sexismo en las últimas décadas y que este país es menos machista que el de mi juventud.
 Pero la obligatoriedad social de la maternidad parece seguir siendo inexpugnable.
Es más, yo diría que el mandato se ha recrudecido y es aún peor, porque ahora casi todas las chicas vuelven a tener hijos.
En torno a la Transición, en cambio, hubo una generación de mujeres que, consciente o inconscientemente, dejamos la maternidad a un lado
. Para muchas de nosotras no fue nunca una opción: creo que ni siquiera escogimos no ser madres, es que no lo teníamos como prioridad y los años se nos fueron pasando.
 Hablo de la época en la que tanto España como Italia estábamos a la cabeza de los países con menor natalidad del mundo.
 Y seguro que no fue casual que lideráramos la lista dos sociedades que habíamos sido especialmente machistas hasta hacía muy poco, y que habíamos evolucionado en este aspecto muy deprisa.
 Mi teoría es que hubo una generación de madres atrapadas en el estereotipo de una educación tradicional que vieron cómo el mundo cambiaba ante sus ojos, aunque demasiado tarde para que ellas lo pudieran aprovechar.
 Creo que la falta de interés reproductor que tantas mujeres de mi edad hemos mostrado fue el resultado del poderoso susurro de esas madres: no te encadenes, no tengas hijos, haz todo lo que yo no pude hacer.
Las chicas nacidas en la democracia, en cambio, no tienen que soportar ese mandato materno sobre sus hombros y, en consecuencia, volver a tener hijos es lo habitual.
 Me parece muy bien, porque son mucho más libres para escoger, pero lo que no me parece bien es que regrese intacta y berroqueña la idea de la maternidad como culminación de la mujer y que las no madres seamos vistas cada vez más como una anomalía.
 Cuando lo que es claramente anómalo es que a los hombres nunca o casi nunca se les pregunte si tienen hijos, mientras que a las mujeres se nos interrogue una y otra vez sobre lo mismo.
¡Y qué efectos tan devastadores produce la pregunta en la concurrencia! Pongamos que hay un grupo de personas que se conocen poco gorjeando con liviandad sobre temas pequeños, y de pronto alguien te dice alegremente: “¿Tienes hijos?”
. La respuesta a eso es un simple no, pero claro, yo ya soy mayor, tengo una edad irreversible, es un no lapidario que borra de un brochazo todos mis potenciales vástagos e incluso, a estas alturas, mis potenciales nietos
. O sea, una multitud potencial que se desvanece
. Así que ese monosílabo cae como una bomba de neutrones y la gente se congela en torno a ti como esperando que sigas explicándote
. Que les digas, “no pude tener hijos”, o bien, “padezco una enfermedad genética que no quise transmitir”, o incluso algo definitivo como “soy un transexual” o “soy virgen”… No sé, todo el mundo parece aguardar una justificación razonable de tan aberrante realidad.
No estoy exagerando lo más mínimo.
 Me ha vuelto a suceder hace nada en Francia, en un entorno intelectual, joven y progresista.
 Llega la pregunta y tú contestas no, qué respuesta más simple y más sencilla.
 Pero siempre, absolutamente siempre, la conversación se detiene durante unos microsegundos incomodísimos y, por más que intento aferrarme tozudamente al monosílabo y a la ligereza y no añadir ni una palabra más, a menudo todos terminamos soltando tres o cuatro lugares comunes sobre la maternidad.
 Lo que más me desconsuela, pobrecitas, son esas mujeres que se sienten obligadas a decir: “Ah, claro, por supuesto, no importa, da igual tener hijos o no”, una obviedad tan evidente que su sola formulación resulta chirriante, como si quisieran aliviar la pena tremenda de tu triste situación; o como si te vieran como un monstruo, pongamos como un cíclope, y dijeran, ah, pero no te preocupes, no pasa nada, tener un único ojo en mitad de la frente es guay y además solo necesitas una lentilla. Tanto apresuramiento en celebrarte te convence justamente de lo contrario, de que sí pasa mucho, de que los profundos estereotipos de género siguen pesando como bolas de plomo en nuestro cerebro y de que, muy al fondo, se sigue creyendo que la mujer que no es madre no es del todo mujer.
Y a estas alturas de la vida yo ya no sé cómo explicar que, aunque tener hijos debe de ser una experiencia formidable, yo me siento tan completa o tan incompleta como cualquier persona.
@BrunaHusky
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Muere la actriz Maureen O’Hara a los 95 años

Conocida por su papel en 'El hombre tranquilo', fue galardonada en 2014 con un Oscar de honor

John Wayne y Maureen O' Hara en una escena de 'El hombre tranquilo', de John Ford.

La actriz Maureen O'Hara, conocida sobre todo por su papel en El hombre tranquilo, el clásico de John Ford que protagonizó junto a John Wayne, ha fallecido hoy sábado a los 95 años en su casa de Boise (Idaho), ha informado su familia en un comunicado
. De ojos verdes y pelirroja, la intérprete (Maureen Fitzsimmons) nacida en Ranelagh, cerca de Dublín, Irlanda, el 17 de agosto en 1920, fue galardonada en 2014 con un Oscar de honor de la Academia de Hollywood por toda su carrera.
 El premio lo recibió de manos de Clint Eastwood y Liam Neeson.
"Con nuestro corazón lleno de dolor os compartimos la noticia de que Maureen O'Hara ha fallecido hoy mientras dormía por causas naturales", señala el comunicado de sus familiares, que la han rodeado en sus últimos momentos con "su música favorita" de fondo, la banda sonora de El hombre tranquilo, ha dicho su manager Johnny Nicoletti, coautor de las memorias de O'Hara.
Apodada La reina del Technicolor, ha pasado a la historia del cine sobre todo por su papel de Mary Kate Danaher en El hombre tranquilo.
Sin embargo, también intervino en otra gran obra de Ford, ¡Qué verde era mi valle! (1941), y en Escrito bajo el sol y Río Grande, en las que repitió con el director estadounidense y con Wayne. Otro de sus títulos fueron Esta tierra es mía, de Jean Renoir, Simbad el Marino y El cisne negro.
Fueron el actor Charles Laughton y el productor Eric Pommer quienes lograron convencer a O'Hara para que se iniciase como actriz con un contrato de siete años con la productora Mayflower Pictures. Su primera película fue La posada de Jamaica, de Alfred Hitchcock.
 En 1939 se convirtió en la gitana Esmeralda de Víctor Hugo en Esmeralda la zíngara, que fue su trampolín hacia el estrellato
. Ese mismo año conoció a John Wayne, con el que forjó una gran amistad. En 1941, Ford la elige para ¡Qué verde era mi valle!, película que obtuvo cinco Oscar. La actriz nunca estuvo nominada a un galardón de la Academia de Hollywood.
Las últimas apariciones de O'Hara en el cine fueron en 1991 con Yo, tú y mamá y en la televisión (2000) con el telefilme El último baile.

 

Todo cuesta...................................................................... Boris Izaguirre

Eugenia Martínez de Irujo y Blanca Cuesta protagonizaron un auténtico duelo en una subasta benéfica.

 Hábilmente, consiguieron disparar las apuestas y demostrar que dos casas aristocráticas recaudan mejor unidas.

 

Eugenia Matínez de Irujo en la subasta de la Fundación Pequeño Deseo. / gtres

El mismo día en que se cumplían cuatro años del fin de ETA, aterricé en Bilbao para una entrevista en un programa de televisión que investiga tus ocho apellidos vascos.
La entrevista se hace en exteriores y pese a que la temperatura bajaba como el precio de las acciones de Hugo Boss, nadie parecía notarlo.
 Mientras me hacían las preguntas de siempre sobre mi orientación sexual, mi dislexia, mis desnudos, mis amigas glamurosas, y ninguna sobre mis libros o mis artículos en prensa, me dediqué a observar la maravillosa transformación de Bilbao
. Y concluí que la paz, en efecto, sienta muy bien.
Bilbao es una ciudad activa pero tan organizada que no hay agobios.
 Y el nuevo bilbaíno me pareció encantado de sí mismo, como siempre, pero ahora en plan tranqui, sin esa intensidad de los catalanes.
 Se ve que el Atlántico es mas cool que el Mediterráneo.
 La producción dispuso un almuerzo en el Archivo Histórico de Euskadi, un edificio con un jardín interior muy Bruselas, ofreciendo pinchos y purrusalda, un guiso de verduras con un poco de bacalao, que de inmediato reporté a mis amigas glamurosas para que acumulen omega tres.
 Me explicaron que mi apellido se remonta a 1700, que probablemente resurgiera en una plantación de cacao en los valles de Aragua.
Es poquísimo tiempo en términos vascos, pero muchísimo en el Caribe
. Un apellido que crece en una plantación de cacao es un apellido con gotitas de swing y down y mucho ébano en la piel.
 Para colmo me enseñaron un retrato de un antepasado vestido con una chaqueta llena de abalorios y charreteras, estilo Napoleón. Lo histriónico y flamboyán me viene de lejos.
Esclavizado por mi vida social, llegué a la subasta de la Fundación Pequeño Deseo donde asistí a un auténtico duelo entre Blanca Cuesta y Eugenia Martínez de Irujo por un lote
. Mientras Eugenia pujaba desde la primera fila,
 Blanca superaba desde la segunda, y cada vez que subía la apuesta tocaba a Eugenia en la cabeza con una de las varitas de hada madrina que se vendían para recaudar fondos
. Muy hábilmente consiguieron disparar las apuestas y demostrar que dos casas aristocráticas recaudan mejor unidas.
Blanca y Eugenia me resultaron más divertidas que Albert Rivera y Pablo Iglesias en Salvados
 Más que una entrevista, resultó una charla y el verdadero ganador fue Jordi Évole, que, además de conseguir récord de audiencia, se estrenaba como productor
. Como en las elecciones catalanas, todos ganan. Aunque Iglesias pareciera desacelerado, igual que la economía China, ahora tiene la posibilidad de reinventarse, quizás sin coleta o con dos, antes de diciembre. Y Rivera, ay Albert, afianzó su carisma de niño bueno pelín sexy que va a salvarnos sin pasar por ¡Sálvame!
Estamos en campaña electoral y sube la adrenalina.
 Hasta Isa Pantoja, la antigua Chabelita, está en campaña y amenaza con marcharse de España tras la escandalosa aparición de su mamá biológica.
 En ¡Hola! describió su vida como una telenovela. Ahora tiene dos madres: una muy conocida y presa, y, la otra, Roxana, muy biológica y libre, que ha vendido barata una exclusiva que está haciendo más ricos a los que la publican.
 Isa está razonablemente herida porque una parte muy delicada de su vida es del dominio público sin que nadie se preocupe por cómo se siente.
Lo de marcharse quizás no llegue a suceder, pero recuerda ese momento en que Jackie Kennedy dijo: "Están matando kennedys y mis hijos son los siguientes". Y dejó Estados Unidos para casarse con Onassis
. Ojalá le vaya igual a Isa y convierta su telenovela en Dinastía 2.
Chabelita tiene sus problemas familiares y Convergència, el partido de Pujol más el 3%, también. En una de esas redadas de nuestro tiempo, detuvieron a 12 personas.
 No hay nada que afecte más en una campaña que la inspección en la sede de un partido llene esta de policías y presuntos corruptos.
 Si un turista que entienda español llegara a España en estos días las palabras que más escucharía serían imputados, partidos políticos y un 3% de madre biológica. Aviso a la recién llegada Netflix: en España puede descubrir los portentos de nuestros shows mediáticos y políticos.
Revisando la entrevista de Jordi Évole a Pablo Iglesias y Albert Rivera, se me ocurrió que Évole y Bertín Osborne deberían hacerse una de esas visitas En tu casa o en la mía. Évole quedaría muy bien apareciendo en la cadena pública mientras que Bertín exploraría otras decoraciones y opiniones mas allá de su fascinación por la ya mítica expareja de Carlos Herrera, Mariló Montero
. Aunque me juegue una riña de mi marido, también pensé que Carlos y Mariló podrían refundarse en un reality popular, como unos nuevos Alaska y Mario.

 

Isabel Preysler, el brillante de Rabat................................................... Begoña Gómez Urzaiz

La 'reina de la prensa del corazón' protagoniza la gran fiesta social de la renovada joyería catalana.

 

Isabel Preysler a su llegada a la fiesta. / Consuelo Bautista  (efe)

Una considerable multitud, de mayoría abrumadoramente femenina, espera para ver a Isabel Preysler a la puerta del nuevo edificio de la joyería Rabat.
 Y algunos, los más espabilados, se han adelantado y la aguardan a la salida del hotel Majestic, donde se aloja. Todos —todas— saben que está ahí porque lo han visto en varios programas de televisión, que llevan días caldeando la que se espera que sea la fiesta más sonada del otoño en Barcelona.
Mar Flores en la fiesta de Rabat. / getty
Encarna, una de las señoras que espera a "la Preysler", se lamenta cuando descubre que llegará sola, sin Mario Vargas Llosa.
 "Yo pensaba que tenían un imán en las manos, porque nunca se sueltan", dice. No llegan a avistar a Jaime de Marichalar, que no pasa por el photocall, pero sí ven pasar con tibio interés a la deportista Ona Carbonell, al actor Carles Francino, a la mediática Alejandra Prat, a la modelo Astrid Klisans y a la nadadora Mireia Belmonte
. Y se animan un poco más cuando posa Mar Flores. Pero en realidad ellas tienen un solo objetivo, Isabel, que por fin llega, vestida con un mono de Elie Saab, escogido por su estilista de cabecera, Cristina Reyes, y con un Rolex de oro rosa y brillantes.
La incombustible lideresa de la crónica social estrechó su relación con Rabat, que le ha prestado joyas en sus últimas y muy sonadas apariciones, cuando cortó su vinculación con los joyeros Suárez.
El candidato del PP a la Generalitat, Xavier García Albiol, y la esposa de Artur Mas, Helena Rakosnik, coinciden en la puerta y alguien les sugiere, medio en broma, que posen al alimón. "¡Juntos, no!" se asusta ella.
 Le acompaña su hija Patricia, embarazada de gemelas que nacerán en enero y serán las primeras nietas del todavía president en funciones. Josep Crehueras, el presidente del premio Planeta; Cristóbal Martell —el abogado de Leo Messi, la familia Pujol y José Luis Núñez—; Rosa Esteve, la matriarca del grupo Tragaluz; Susana Gallardo, esposa de Alberto Palatchi de Pronovias, y una gran parte del poder económico de la ciudad caben en el edificio. Todos ellos apretados, en los 2.500 metros cuadrados del nuevo Rabat, ubicado en la Casa Codina, en pleno Quadrat d’Or, el pequeño cogollito en el que se hicieron construir edificios modernistas las principales familias de la burguesía catalana a finales del XIX. El alquiler del nuevo macrolocal se cifra en los 120.000 euros mensuales y solo para la decoración, sin contar con el presupuesto para restauración, la interiorista Estrella Salietti ha contado con cuatro millones de euros.
Jaime de Marichalar en la fiesta Rabat. / WireImage
El catering de la fiesta, en forma de joyas comestibles, lo pone Nandu Jubany pero será otro chef, Sergi Arola, que también anda por la fiesta, quien se encargará de llevar el Café Rabat, el espacio que ocupa la llamada "casita del pintor" en el patio de la finca. La ocupaba el pintor Ramón Casas, protegido de la familia Codina. Varios actores, algunos vestidos de ladrones de joyas, interpretan espectáculos itinerantes creados por El Tricicle.
La invitada más esperada ha terminado su largo posado —aunque no tanto como el de García Albiol— y Encarna ha quedado bastante satisfecha. En el interior no están permitidas las cámaras. Cuando Isabel Preysler franquea la puerta lo hace rodeada por un corrillo de invitados que le sacan fotos con el teléfono y estiran el cuello, algunos con más discreción que otros, para poder verla. Dentro o fuera, a pie de calle o pisando moqueta, "la Preysler" sigue subyugando.

Una dinastía de joyeros

B.G.U.
Esteban y Jordi Rabat. / G.B.
Jordi Rabat recuerda perfectamente el día en que se torció el negocio de la joyería: el 15 de septiembre de 2008, "el día que quebró Lehman Brothers". Y al recordarlo, tanto él como su padre cabecean y se tapan la cara con las manos. ç"Fue de no poder dormir por las noches. Lo más complicado era ver cómo nos reubicábamos todos en la empresa para que no sobrase nadie. La cuestión era aguantar y vender lo que se pudiese", dicen. Siete años más tarde, el panorama es otro. La firma de joyería inauguró el jueves una tienda de seis pisos y unos 2.500 metros cuadrados en un edificio histórico del Paseo de Gracia barcelonés, la Casa Codina, pared con pared con la Pedrera de Gaudí. Aunque el local tiene una doble puerta por motivos de seguridad, la idea es que los transeúntes se acerquen a curiosear casi como lo harían en una cadena de ropa asequible. Por eso el pavimento de la entrada mantiene las clásicas baldosas del paseo, para crear sensación de continuidad, y la primera planta tiene forma de bulevar, con distintos espacios dedicados a algunas de las marcas que representan, como Omega, Audemars Piaget o Tag Heuer. A dos pasos de la Casa Codina, que ha recuperado muchas de sus hechuras modernistas incluido el suelo de mosaico (restaurado tesela a tesela), los techos y un fresco original de Ramón Casas, languidece todavía vacío el local en el que se ubicaba Vinçon, la tienda-emblema del diseño que cerró hace unos meses y levantó varios debates simultáneos en la ciudad. ¿Se han desenamorado los barceloneses de su calle mayor y se la han cedido entera a los turistas, tal y como dicen los Amat, los dueños de Vinçon? Los Rabat no están tan seguros. "Hace unos años sí era así, pero creo que están volviendo —aseguran— y somos unas cuantas marcas locales las que aguantamos, cosa que no es tan fácil sin inversión extranjera".
Antes de aquel 15 de septiembre, la venta a extranjeros de paso por Madrid, Barcelona o Valencia, las tres ciudades donde tienen tiendas, suponía tan sólo el 5 o el 7% de su facturación. Durante los años fatídicos, se disparó hasta el 65% y ahora está en torno al 50%, pero el origen de esos compradores también ha ido variando. Hasta hace cuatro años, los rusos compraban en masa y ahora en cambio son los chinos quienes compran joyas en España. Sus gustos también han variado. "Antes, los compradores chinos eran muy conservadores y buscaban sobre todo el oro amarillo, ahora se están modernizando y piden también oro rosa; el europeo busca quizá menor tamaño", resumen.El negocio de la joyería sirve tanto o mejor que otros para tomar el pulso al mercado y a las evoluciones sociológicas. En 1977, cuando Esteban Rabat y su esposa, Cuca Bergadá, fallecida en 2012, que no tenían ningún tipo de tradición familiar en el mundo de la joyería, fundaron un pequeño taller en Badalona dedicado a vender nudos marineros hechos en oro, los hábitos de compra eran bien distintos. "Se compraba el reloj de la comunión, el de la carrera, el de la boda y el de la jubilación", explica el fundador. Después llegó el reloj de fin de semana y el reloj porque sí, y lo mismo con las joyas. "Además, las mujeres empezaron a comprárselas para ellas mismas sin esperar a que se las regalasen", resume. La familia, que mantiene un perfil muy discreto, solo salta a los medios con las victorias del hijo pequeño, el campeón de motociclismo Toni Rabat. El jueves hicieron una excepción.
Vaya que a La Preysler la iban a dejar ya Porcelanosa y Suárez y justo llega Vargas LLosa y cambia Suárez por Rabat......Esta mujer calculadora y fria y dicen que muy buena amante, que es ahora con Vargas Llosa.