Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

19 oct 2015

El diseñador Javier Mariscal dice que está arruinado y que hace de ‘mantero’

El creador de Cobi, mascota de Barcelona 92, dice que tiene "problemas" para el día a día.

 

El diseñador Javier Mariscal, en Alicante en 2013
El diseñador Javier Mariscal, en Alicante en 2013. / PEPE OLIVARES

El conocido diseñador Javier Mariscal, que saltó a la fama entre otros trabajos por su creación de Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, asegura que está sin trabajo y que hace de "mantero" en la calle para ver "si la gente viene y me compra".
 Mariscal (Valencia, 1950) confiesa, en una entrevista con la revista literaria Gurb, que está arruinado y que la crisis económica se ha llevado por delante todos sus proyectos.
 En el verano de 2014 tuvo que cerrar su estudio en Barcelona, en el Poble Nou.
"Me arruiné, no lo supe hacer, y al mismo tiempo tuve un desengaño amoroso y terminé en el psiquiatra tomando pastillas".
 Sin embargo, dice que pese a todas estas desgracias ahora se siente más libre que nunca para decir lo que piensa, como que "a este Gobierno tan franquista que tenemos no le gusta la cultura".
El dibujante que dirigió la animación de la película Chico y Rita junto a Fernando Trueba, indica que  todo empezó a irle mal a partir de 2008 y recuerda que en su estudio, que era "como una familia" de 40 personas, tuvo que hacer un ERE.
"Entré en una depresión muy gorda y bueno, poco a poco vas saliendo de la depresión, pero claro, de la depresión, no de lo otro, no del problema con el trabajo".
 Mariscal explica que sigue "en una situación precaria, precaria económicamente, con problemas de vivir el día a día.
 A mí no me importa, sé vivir perfectamente con nada, tengo amigos, puedo vivir en sus casas y no soy nada consumista, pero tengo hijos y eso es lo que te pesa mucho.
 Quieres que a tus hijos no les falte de nada, quieres pagarles un colegio que esté bien y que en el futuro, si quieren, puedan ir a la universidad, o si tienen que ir al extranjero puedan ir".
Uno de los grandes renovadores del diseño gráfico en la España de finales del siglo XX, afirma que la única propiedad con la que cuenta es una Vespa, que ha puesto a nombre de su hija, "para que no me la quiten".
En la entrevista también habla de la situación política que vive Cataluña, donde vive desde los años noventa.
 Mariscal critica al presidente de Cataluña, Artur Mas, por "trilero" ya que es "un tramposo que juega siempre con las cartas marcadas", aunque se muestra partidario de que se haga un referéndum en Cataluña para decidir su vínculo con España.
"Estoy más contemplativo porque no hay nadie que me llame y entonces tengo que contemplar las nubes porque no tengo trabajo", señala.
 La larga entrevista finaliza con la aseveración de que ahora es un "mantero".
"Yo abro la tienda y ya no viene nadie, tengo que ir a la calle a poner una manta en el suelo para poner ahí sombreros y cosas, para ver si la gente viene y me compra.
Y además, como soy ilegal, tengo que tener unas cuerdecitas atadas a la manta para cuando llegue la Policía tirar y salir corriendo".
Hombre que Mariscal esté en esta situación es culpa del Gobierno, de quien mande y que lleve el ministerio de Cultura, porque si fue muy bueno para elegir su mascota de un perrito así como un machanguito ahora debería el ministerio de cultura para dar clase de dibujo o diseños, a mayores y a niños, es una actividad muy interesante y no dejarlo tirado con un "Top Manta".
El dió a los Jyegos Olímpicos de Barcelona su mascota, y esa mascota debe ser reconocida por el mundo adolescente y mayor, actividades que hacen los Ayuntamientos. Cobi el perro que gustó y decepcion´p a muchos catalanes que creian que iba a ser un perro de "Gos" no un pink que yo guardo todavía. Las Olimpiadas en España y en concreto en Barcelona se lo deben.

Kandinsky en Madrid: la matemática de la emoción.................................................... Borja Hermoso

CentroCentro Cibeles la mayor exposición celebrada en España sobre uno de los padres de la abstracción.

 

Exposicion de Kandinsky en CentroCentro Madrid
Exposicion de Kandinsky en CentroCentro Madrid / Samuel Sánchez

Paseando entre los ‘kandinskys’ –volcán de color en medio de tanta grisura de cielo y discurso- cabe pensar en cosas que no suelen ser materia de reflexión un lunes por la mañana.
 Cosas como que el arte nos sigue salvando, terco en su quietud en medio de tanta bulla.
Y no solo a través de vectores como el poder evocador y el arrebato plástico.
 También nos salva la lógica. La lógica estruendosa de Vassily Kandinsky (Moscú, 1866 – París, 1944), ese edificio levantado durante los primeros 40 años del siglo XX a golpe de teoría y práctica, de manifiestos y cuadros, color y forma.
La lógica de Kandinsky, alguien que en Múnich, Moscú o París conmocionó el mundo del arte aplicando criterios objetivos para suscitar las más profundas emociones, queda enmarcada para la posteridad en la exposición que sobre la trayectoria del artista y profesor franco-ruso-alemán albergan las salas del CentroCentro Cibeles de Madrid.
El centenar de obras –óleos, tintas, gouaches, grabados…- procedentes del Fondo Kandinsky del Museo Nacional de Arte Moderno-Centro Pompidou de París se despliega en cinco grandes salas sobre la base de una sobria escenografía de fondos blancos, azules y negros
. Los paisajes posimpresionistas primero, las frías geometrías después, y los inquietantes elementos zoomórficos por fin, asaltan y desasosiegan al visitante que se preste al juego, en lo que supone la mayor exposición celebrada en España sobre uno de los grandes tótems de la abstracción y, por elevación, de la Historia del arte. Kandinsky. Una retrospectiva, que antes pasó por Milán, Milwaukee y Nashville, es un verdadero acontecimiento en la temporada de exposiciones. No se olvide que España tardó algo más de lo conveniente -1978- en dar a conocer al maestro de la abstracción.

Un puñado de obras maestras

Improvisación III, En el gris, Acento en rosa, Trama negra, Una fiesta privada… son algunas de las obras maestras de Kandinsky presentes en la exposición que mañana, martes, abrirá al público CentroCentro Cibeles de Madrid
. Esas cinco obras mayores y el centenar restante pertenecen al Fondo Kandinsky, propiedad del Centro Pompidou de París tras las sucesivas donaciones que –primero por parte de la viuda del artista, Nina Kandinsky a mediados de los 70 y más tarde, en 1982, con el desembarco del Legado Kandinsky- convirtieron al museo parisiense en el principal depositario mundial de la obra del artista; sólo el Guggenheim de Nueva York y el Lenbachhaus de Múnich pueden competir con él en volumen e importancia de obras.
La muestra viaja por Múnich, Moscú, Weimar y París, y simboliza en cierto modo la condición de víctima política de un genio que, a la postre, habitó una constante huida hacia adelante por la fuerza de las cosas. Kandinsky acabó harto de los burócratas comunistas, para los que trabajó con ahínco tras la revolución de 1917, y posteriormente tuvo que huir de la bestia nazi, cuando esta desmanteló en 1933 el experimento de la Bauhaus en Weimar y Dessau. La frialdad del geometrismo puesto en marcha por el artista a su paso por la Bauhaus acabó dejando paso, en París, a una pintura luminosa poblada de elementos orgánicos y zoomórficos, con un toque surrealista. Cerca de los Arp, Miró y Picasso vivió Kandinsky, casi recluido con Nina en su casa de Neuilly, donde estaban casi todas las obras de esta exposición: su colección personal. El padre de El Jinete Azul murió allí en 1944 tras un ataque cerebral.
El viaje propuesto por la comisaria Angela Lampe, responsable de las colecciones modernas del Centro Pompidou, es escrupulosamente cronólogico y abarca lo que podríamos llamar el todo Kandinsky. Munich (1896-1914), Moscú (1914-1921), los años de la Bauhaus (1921-1933) y París (1933-1944, año de su muerte)
. Es la vida de un hombre de lejanías, siempre dispuesto, llegado el momento, a marcharse como llegó, aferrado a la única patria para él posible, el arte, alérgico cual pelo de gato al dogma artístico y político y a cualquier atisbo nacionalista.
Así lo interpreta Angela Lampe. Recostada en un sofá del hotel que le sirve de hogar estos días en Madrid, la responsable de la exposición habla de la triple ciudadanía de Kandinsky como antídoto de certidumbres, y como elemento clave en su devenir personal y creativo:
 “Para él el arte es un ideal humanista, el arte no es de ningún lugar, no tiene fronteras, y eso en él guarda un doble sentido. Su deseo es traspasar esas fronteras y por eso fusiona pintura y música, y por eso bebe de las tres culturas, rusa, alemana, francesa… su patria era solo el arte, el arte del mundo, y todo eso quedará luego reflejado en el almanaque
 ‘Der Blau Reiter’, una publicación absolutamente innovadora en la que se muestra por primera vez el arte moderno occidental junto a las artes populares orientales, las máscaras chinas o indonesias, los dibujos infantiles, Matisse, Picasso… es una especie de posmodernismo avant la lettre”.
Después de estudiar derecho y economía durante diez años en su Moscú natal, Vassily Kandinsky se trasladaba a Múnich en 1896 para acometer, de forma bastante tardía, sus estudios de arte. En una ciudad que se había convertido en puro sarpullido creativo y que ya había empezado a abandonar el simbolismo para lanzarse al renovador Jugendstil modernista, Kandinsky desplegaría no solo su arte… sino también su ciencia.
Triplemente influido por las artes tradicionales y populares de su Rusia natal, el descubrimiento de Monet y la escucha del Lohengrin de Richard Wagner, el artista iba a echar los cimientos intelectuales y pictóricos de la abstracción.
 De lo espiritual en el arte (1912), un texto seminal de menos de 100 páginas que debería ser materia obligatoria en cualquier instituto de secundaria, deja claro el tema: no importa el qué, no hay asunto, no hay soluciones formales absolutas, sólo el efecto psíquico de las formas y de los colores en quien contempla la obra de arte importa, algo así como entre usted en el cuadro, navegue, déjese llevar, decida cómo quiere usted que ese cuadro sea.
 Hasta entonces sagrados principios referenciales de la pintura –como el del embeleso naturalista y su consecuencia, la imitación- quedan aparcados en vía muerta
. La abstracción ha nacido de forma oficial. Kandinsky, que no propone caprichos ni poesías baratas de verso libre, aplica sistemas y criterios objetivos a su pintura. La matemática de las emociones es posible.
El único objetivo es conmover. Él lo consigue: “Todo viene de un concepto que le obsesiona, el de la necesidad interior.
 En su caso esa necesidad viene de la forma, del interior, es decir, si en ese cuadro hay un círculo es preciso que ese círculo sea amarillo y no de otro color, de manera que acabará provocando emociones, vibraciones.
 En la abstracción de Kandinsky todo es muy controlado y muy sistemático, todo es muy riguroso, y ahí tienen mucho que ver, creo yo, sus estudios de Derecho y Económicas.
 El objetivo último era no sólo transmitir, sino persuadir”, explica Angela Lampe, una de las grandes especialistas mundiales en Kandinsky y los demás artistas del grupo Der Blau Reiter (El jinete azul), y que ahora prepara la gran retrospectiva que sobre Paul Klee organizará el año próximo el Centro Pompidou de París.
Kandinsky. Una retrospectiva. Exposición organizada por CentroCentro Cibeles, Centro Pompidou y Arthemisia Group. Del 20 de octubre al 28 de febrero.

La niña que sabía demasiado..........................................................., , Juan Carlos Rodríguez Ibarra

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Foto: EFE
Se inició el juicio contra los padres de la malograda niña Asunta Basterra Porto, niña de doce años, encontrada muerta en una pista forestal del municipio de Teo, en La Coruña, el 22 de septiembre de 2013
. Tanto Rosario Porto, la madre de Asunta, como Alfonso Basterra, el padre, están acusados de la muerte de su hija que, en este mes, habría cumplido 15 años.
En los prolegómenos del juicio que se celebra en los Juzgados de Santiago de Compostela, con jurado popular, como en los interrogatorios a la madre, su abogado defensor, igual que la abogada del padre, han retado a la fiscalía y a la acusación particular a que, durante la vista del juicio, intenten probar el móvil que, según ambas acusaciones, desencadenó un crimen tan horrendo, así como las razones que llevaron a los padres de la niña a matarla cuando estaba comenzando a vivir.
 Los abogados han recordado que, en primer lugar, la leyenda urbana se deslizó hacia el camino de la herencia que los abuelos maternos habrían dejado a Asunta y no a su madre.
 Esa versión se desechó pronto y, posteriormente, se aquilató la que decía que el asesinato fue consecuencia de la decisión de ambos padres que percibían como un estorbo la presencia de su hija Asunta para las reiniciadas vidas de cada uno de ellos.

El juicio y las pruebas que en él se están practicando dirán si padre y madre fueron los autores materiales de semejante horror.
 Da la sensación de que los argumentos que se esgrimieron en su día para entender tal crimen no se tienen en pie desde la óptica de personas normales y con un cierto nivel de preparación (el padre es periodista y la madre, abogada).
 Nadie en su sano juicio mata a una hija porque le estorbe o porque haya sido la depositaria de una herencia más o menos cuantiosa.
 Se conocen casos de hombres que matan a sus mujeres, de hijos que matan a sus padres, pero son muchos menos los casos conocidos de padres que matan a sus hijos.
La literatura grecolatina nos ilustra sobre esa rara circunstancia en Medea, esposa de Jasón, que mató a sus hijos con el fin de vengar el ultraje que le infligió su marido al casarse con Glauce, hija de Creonte, rey de Corinto.
 También la Biblia contiene un pasaje en el Génesis, tal vez de los más conocidos, donde el patriarca Abraham decide matar a su hijo Isaac en el Monte Moriá.
En esta ocasión, el móvil fue el mandato divino, que Abraham se aprestó a obedecer con un enorme dolor.
En el caso de Asunta, no parece que la madre hubiera decidido matar a su hija, como hizo Medea, para vengar humillaciones de su exmarido; tampoco se sospecha que el padre, víctima de algún alucinógeno, se decidiera a matar a su hija por mandato divino.
Si no hubo locura ni alucinación, ¿qué razones podrían haber tenido esos padres para convertirse en asesinos de su hija?
El abogado de la madre de Asunta dijo en el juicio, tratando de desmontar el móvil de que la niña estorbaba, que "Llegado el momento podía haberle dicho al padre que se hiciera cargo de la niña, o podía haberla mandado a un internado en el extranjero, si lo que quería era iniciar una nueva relación en su vida"
. A los pocos días de la muerte de Asunta, determinada prensa, dedicada a especular con la vida de ambos padres, informaba de que una prima segunda de la madre de Asunta Basterra, cuestionó la muerte natural de los abuelos maternos de la niña.
"Su madre murió repentinamente; su padre murió repentinamente; al ver lo que hizo aquí, tuvo que matarlo ella", sentenció la prima sin aportar ni un solo dato o indicio que le permitiera llegar a semejante conclusión.
Si alguien pretendiera hacer una novela o una película sobre este extraño, lamentable, horrible y espeluznante caso, tomaría por cierto la acusación de la prima hermana de la madre de la niña muerta y concluiría el relato condenando a los padres de Asunta por el asesinato de su hija que, debido a su alto coeficiente intelectual, fue capaz de averiguar que la muerte de sus abuelos fue urdida por su madre y por su padre
. La niña sabía demasiado según pudieron averiguar los padres después de drogarla en varias ocasiones y hacerla hablar de lo que sabía sobre el final de sus abuelos.
Pero eso solo sería una película.
 Y aquí estamos ante un caso que dilucidará un jurado popular.
 Si cuando no hay pruebas concluyentes debe ser dificilísimo emitir un veredicto por un Tribunal de magistrados profesionales, imaginemos las películas que deben pasar por las cabezas de un jurado aficionado.

Safranski: “Hoy solo un futbolista alcanzaría la fama de Goethe”.................................... Iker Seisdedos

Filósofo y escritor, último vestigio de intelectual sin fronteras enamorado de Europa, Rüdiger Safranski ha escrito monografías sobre Schiller, Heidegger, Nietzsche o Goethe

En esta entrevista, celebrada en su casa de la Selva Negra, disecciona la Alemania actual y a Merkel, a la que define como una mujer sin ideología.