Tras diez sesiones, el juicio por la muerte de la niña gallega pasa a los testimonios de los peritos.
Asunta Basterra
había ingerido al menos 27 pastillas de Orfidal antes de morir, según
han declarado este miércoles toxicólogas de la Universidad de Santiago
durante el juicio por la muerte de la niña gallega.
La vista continúa en Santiago de Compostela con la revisión de las pruebas periciales.
Tras 10 jornadas en las que han declarado los testigos siguen sin resolver las principales incógnitas, como quién suministró a la menor el Orfidal.
La forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que participó, junto a otra compañera, en el levantamiento del cadáver de la niña, el 21 de septiembre de 2013 en una pista forestal de Teo (A Coruña), ha señalado que su "impresión" es que la niña fue "colocada" allí "de una forma más o menos rápida", según informa Europa Press.
A lo largo de la mañana se están sucediendo las declaraciones del forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia y las de dos miembros del Instituto Nacional de Toxicología.
Al mediodía, llega el turno de los peritos de las universidades de Murcia y Cádiz.
La acusación particular pide 20 años de cárcel para los padres de Asunta, Rocío Porto y Alfonso Basterra.
Les acusa de un delito de asesinato, mientras que la Fiscalía rebaja la pena a 18 por un delito de homicidio
. El jurado deberá determinar si los dos acusados comieron junto con su hija el 21 de septiembre de 2013 en la casa de Basterra y "puestos de común acuerdo y con la intención de acabar con la vida de la niña", le suministraron una cantidad de Lorazepam "necesariamente tóxica para, posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla".
Al mismo tiempo, se trata de resolver si Porto, ese mismo día, y según "un plan acordado con Alfonso Basterra", llevó a Asunta a su casa después de las seis de la tarde y si "asfixiaron a su hija por medio de la compresión que le aplicaron sobre la boca y la nariz". También se trata de determinar si los acusados "ataron a la menor por los brazos y los tobillos por medio de unas cuerdas plásticas de color naranja" y trasladaron el cuerpo a la cuneta de una pista forestal del lugar de Feros (Galicia), a unos cuatro kilómetros de distancia de la vivienda de Porto y donde fue localizada por dos hombres a las dos de la madrugada del 22 de septiembre.
La vista continúa en Santiago de Compostela con la revisión de las pruebas periciales.
Tras 10 jornadas en las que han declarado los testigos siguen sin resolver las principales incógnitas, como quién suministró a la menor el Orfidal.
La forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que participó, junto a otra compañera, en el levantamiento del cadáver de la niña, el 21 de septiembre de 2013 en una pista forestal de Teo (A Coruña), ha señalado que su "impresión" es que la niña fue "colocada" allí "de una forma más o menos rápida", según informa Europa Press.
A lo largo de la mañana se están sucediendo las declaraciones del forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia y las de dos miembros del Instituto Nacional de Toxicología.
Al mediodía, llega el turno de los peritos de las universidades de Murcia y Cádiz.
La acusación particular pide 20 años de cárcel para los padres de Asunta, Rocío Porto y Alfonso Basterra.
Les acusa de un delito de asesinato, mientras que la Fiscalía rebaja la pena a 18 por un delito de homicidio
. El jurado deberá determinar si los dos acusados comieron junto con su hija el 21 de septiembre de 2013 en la casa de Basterra y "puestos de común acuerdo y con la intención de acabar con la vida de la niña", le suministraron una cantidad de Lorazepam "necesariamente tóxica para, posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla".
Al mismo tiempo, se trata de resolver si Porto, ese mismo día, y según "un plan acordado con Alfonso Basterra", llevó a Asunta a su casa después de las seis de la tarde y si "asfixiaron a su hija por medio de la compresión que le aplicaron sobre la boca y la nariz". También se trata de determinar si los acusados "ataron a la menor por los brazos y los tobillos por medio de unas cuerdas plásticas de color naranja" y trasladaron el cuerpo a la cuneta de una pista forestal del lugar de Feros (Galicia), a unos cuatro kilómetros de distancia de la vivienda de Porto y donde fue localizada por dos hombres a las dos de la madrugada del 22 de septiembre.