La escritora de los 20 millones de libros publica su nueva novela ‘El regreso del catón’, continuación de ‘El último catón’
…Y con ella llegó la era del best seller español
. Hará unos 15 años, Matilde Asensi contribuyó a que los lectores de su país empezaran a dejar sus prejuicios frente a las novelas populares escritas por españoles.
Esa normalización se asomó con El salón ámbar (1999), y continuó con Iacobus (2000), hasta que abrió las puertas de par en par con El último catón (2001). Siguieron más novelas suyas de corte thriller de misterio histórico y/o religioso, de las que ha vendido 20 millones en todo el mundo.
Tras estos pasos siguieron otros escritores, dando lugar a la internacionalización del best seller español.
Ahora, la periodista y narradora quiere dar un nuevo impulso al género, a petición de sus millones de lectores, con la continuación de su novela más exitosa y que ha titulado El regreso del catón (Planeta).
Muchas cosas han cambiado desde aquella apertura original.
“Ha aparecido Internet. Ha cambiado el mundo”, afirma Asensi (Alicante, 1962).
Y en el mundo del libro y los lectores, agrega, “ha sido un salto cualitativo: ya no solo vale la opinión de los gurús literarios, sino que mucha gente comenta y divulga su opinión sobre un libro”. Las redes sociales, todo Internet, es el antiguo boca oreja, según Asensi:
“La gente ya no sigue a aquellos mandarines de la crítica literaria que decían lo que era bueno o malo, leer o no.
La gente se ha liberado y lee lo que en realidad quiere”.
Una década y media que ha tocado en todos los frentes a esta autora de nueve libros traducidos a 15 idiomas. Pero, sobre todo, confiesa tener “más tablas.
Sé dónde puedo hallar una información, y dónde no. He adquirido más experiencia”.
Lo más novedoso “y valioso” ha sido el contacto con sus lectores. Saber qué es lo que dicen, lo que opinan y lo que quieren y esperan de sus libros
. Especialmente desde 2012, cuando empezó a llevar las redes sociales relacionadas con su nombre y su obra. “La gente me pedía la continuación de El último catón.
Sabía que era un libro que había gustado por el número de ventas, pero no que lo adoraran tanto. Todos los días me pedían una continuación.
Me quedé perpleja ante la insistencia de millares de personas”, cuenta Asensi, sin abandonar su cara de asombro y felicidad ante esa multitudinaria acogida.
Nunca pensó en retomarla.
Pero… esa insistencia hizo que en su cabeza empezara a dar vueltas un posible regreso del catón, “una novela que ya tenía cerrada y más que cerrada.
Debía pensar cómo reabrirla de manera natural”. Inevitablemente, dice la escritora, al ser una continuación debía tener un tema religioso.
Empezó a explorar, a leer y a repasar cuál de los misterios de la Iglesia católica era el más…
Y eligió la tumba perdida de Jesús. Mito, historia, misterio, búsqueda y una cultura que ha delineado gran parte del destino del mundo.
El regreso del catón es un viaje de saltos en el tiempo por tres épocas: siglo I, siglo XII y el presente siglo XXI.
“Hay mucho material, investigaciones y estudios especializados hechos por expertos en universidades de prestigio que no han salido a la luz pública o no han tenido tanta difusión”, asegura Asensi.
A la sombra de esa búsqueda religiosa, la escritora incluye en su narración el presente más palpitante en ese campo: la situación política del Vaticano con la evolución de los diferentes poderes de comunidades religiosas y cómo el papa Francisco ha trastocado algunos de esos puntos de fuerza e influencia, así como los ataques del Estado Islámico que se han llevado por delante monumentos importantes.
En estos 15 años, Matilde Asensi también ha comprobado el misterio del aumento de los lectores en España:
“He visto cómo el índice de lectura, que era muy bajo y que no llegaba al 10%, ha pasado al 63% de personas que dicen leer.
Es un salto cuantitativo enorme”, afirma.
Una de las razones, explica la periodista y narradora, estaría en esa rebelión sobre la tiranía ejercida por los críticos y algunos suplementos culturales que dictaban lo que era bueno o no “y que desdeñaban las novelas de género, cuando en otros países eso no ocurría”. Todo con el patrocinio de Internet.
La gente, insiste, se siente libre de leer lo que de verdad quiere.
. Hará unos 15 años, Matilde Asensi contribuyó a que los lectores de su país empezaran a dejar sus prejuicios frente a las novelas populares escritas por españoles.
Esa normalización se asomó con El salón ámbar (1999), y continuó con Iacobus (2000), hasta que abrió las puertas de par en par con El último catón (2001). Siguieron más novelas suyas de corte thriller de misterio histórico y/o religioso, de las que ha vendido 20 millones en todo el mundo.
Tras estos pasos siguieron otros escritores, dando lugar a la internacionalización del best seller español.
Ahora, la periodista y narradora quiere dar un nuevo impulso al género, a petición de sus millones de lectores, con la continuación de su novela más exitosa y que ha titulado El regreso del catón (Planeta).
Muchas cosas han cambiado desde aquella apertura original.
“Ha aparecido Internet. Ha cambiado el mundo”, afirma Asensi (Alicante, 1962).
Y en el mundo del libro y los lectores, agrega, “ha sido un salto cualitativo: ya no solo vale la opinión de los gurús literarios, sino que mucha gente comenta y divulga su opinión sobre un libro”. Las redes sociales, todo Internet, es el antiguo boca oreja, según Asensi:
“La gente ya no sigue a aquellos mandarines de la crítica literaria que decían lo que era bueno o malo, leer o no.
La gente se ha liberado y lee lo que en realidad quiere”.
Una década y media que ha tocado en todos los frentes a esta autora de nueve libros traducidos a 15 idiomas. Pero, sobre todo, confiesa tener “más tablas.
Sé dónde puedo hallar una información, y dónde no. He adquirido más experiencia”.
Lo más novedoso “y valioso” ha sido el contacto con sus lectores. Saber qué es lo que dicen, lo que opinan y lo que quieren y esperan de sus libros
. Especialmente desde 2012, cuando empezó a llevar las redes sociales relacionadas con su nombre y su obra. “La gente me pedía la continuación de El último catón.
Sabía que era un libro que había gustado por el número de ventas, pero no que lo adoraran tanto. Todos los días me pedían una continuación.
Me quedé perpleja ante la insistencia de millares de personas”, cuenta Asensi, sin abandonar su cara de asombro y felicidad ante esa multitudinaria acogida.
‘Thriller’ y religión
Era una historia que ya era historia para ella.Nunca pensó en retomarla.
Pero… esa insistencia hizo que en su cabeza empezara a dar vueltas un posible regreso del catón, “una novela que ya tenía cerrada y más que cerrada.
Debía pensar cómo reabrirla de manera natural”. Inevitablemente, dice la escritora, al ser una continuación debía tener un tema religioso.
Empezó a explorar, a leer y a repasar cuál de los misterios de la Iglesia católica era el más…
Y eligió la tumba perdida de Jesús. Mito, historia, misterio, búsqueda y una cultura que ha delineado gran parte del destino del mundo.
El regreso del catón es un viaje de saltos en el tiempo por tres épocas: siglo I, siglo XII y el presente siglo XXI.
“Hay mucho material, investigaciones y estudios especializados hechos por expertos en universidades de prestigio que no han salido a la luz pública o no han tenido tanta difusión”, asegura Asensi.
A la sombra de esa búsqueda religiosa, la escritora incluye en su narración el presente más palpitante en ese campo: la situación política del Vaticano con la evolución de los diferentes poderes de comunidades religiosas y cómo el papa Francisco ha trastocado algunos de esos puntos de fuerza e influencia, así como los ataques del Estado Islámico que se han llevado por delante monumentos importantes.
En estos 15 años, Matilde Asensi también ha comprobado el misterio del aumento de los lectores en España:
“He visto cómo el índice de lectura, que era muy bajo y que no llegaba al 10%, ha pasado al 63% de personas que dicen leer.
Es un salto cuantitativo enorme”, afirma.
Una de las razones, explica la periodista y narradora, estaría en esa rebelión sobre la tiranía ejercida por los críticos y algunos suplementos culturales que dictaban lo que era bueno o no “y que desdeñaban las novelas de género, cuando en otros países eso no ocurría”. Todo con el patrocinio de Internet.
La gente, insiste, se siente libre de leer lo que de verdad quiere.