Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

10 oct 2015

Concentrado de genios.............................................................. José Ángel Montañés

Van Gogh, Cézanne y Picasso, entre los artistas de la exposición que inaugura la sede de la Fundación Mapfre en Barcelona.

 

'Mujeres de Tahiti', de Gauguin (1891), podrá verse en el primer piso de la Mapfre hasta enero. / consuelo bautista

“¿Cómo ve usted estos árboles? Son amarillos. Pues emplee el amarillo.
 Esta sombra más bien azul. Píntela con ultramar puro
. ¿Esas hojas rojas? Ponga bermellón”
. La conversación, entre Paul Gauguin y su discípulo Paul Sérusier tuvo lugar en 1888 en la localidad de la Bretaña francesa de Pont-Aven y se materializó en El Talismán, una pequeña joya que conserva el Museo de Orsay de París en la que se muestra un paisaje construido a través de una estricta yuxtaposición de colores puros y poco reales.
 Tras regresar Sérusier de su viaje mostró la obra a sus colegas pintores y todos, partiendo de las propuestas de Gauguin, emprendieron una revolución estética en la que enarbolaron la liberación de la pintura a través del color.
El talismán, que pocas veces sale del museo francés, ha viajado a Barcelona para participar en El triunfo del color. De Van Gogh a Matisse. Colecciones de los museos d'Orsay y de l'Orangerie, exposición formada por 72 obras maestras firmadas por algunos de los pintores más importantes que vivieron a caballo del siglo XIX y XX, como Seurat, Signac, Cezánne o Picasso, además de Van Gogh y Matisse y otros muchos que convirtieron su trabajo con el color en un camino para llegar desde el impresionismo a la pintura de vanguardia, distanciándose, poco a poco, de la naturaleza para acercarse a la abstracción.
'El Talismán', pintado por Sérusier en 1888.

Donde estaba la Godia

El desembarco de la Fundación Mapfre en Barcelona no podría tener mejor presentación. El impresionante edificio modernista de la Banca Garriga Nogués (Diputació, 250), situado en el Eixample barcelonés y que acogió la Fundación Godia hasta el pasado abril, reabre ahora convertido en la sede barcelonesa de la entidad madrileña.
Y lo hace con esta exposición de tesis que propone, a partir de un auténtico concentrado de genios, un camino lineal desde los primeros postimpresionistas que buscaron la modernidad en sus obras. Comisariada por Pablo Jiménez Burillo, director del Área de Cultura de la Fundación Mapfre, Guy Cogeval e Isabelle Cahn, presidente y comisaria de los museos de Orsay; es una muestra que podrá verse (gratis) en Barcelona hasta el 10 de enero.
 Luego, las obras volverán a Francia a sus museos de origen.
Según Jiménez, la exposición plantea un recorrido que comienza con autores como Seurat que pintan obras llenas de puntos de color primarios y de sus complementarios para que el ojo haga su mezcla óptica.
 También por pinturas de Van Gogh, realizadas durante su estancia en París, momento que coincide con la renovación de su pintura, marcada por la revolución del color. Lo vemos en uno de sus autorretratos realizado en otoño de 1887, convertido en la joya maestra y uno de las obras más reproducidas de la muestra.
De este momento también pueden verse obras de Toulouse-Lautrec como Justine Dieuhl, de 1891. El viaje de Gauguin a la Bretaña dio paso a una nueva manera de pintar, más sintética, con contornos silueteados y colores arbitrarios, como en Marina con vaca (1888) o Los almiares amarillos (1889), “donde también se ve el acercamiento a la vida rural, lejos del bullicio de la ciudad”, según Jiménez.
Autorretrato de Van Gogh, una de las grandes obras que pueden verse en Barcelona.

‘Picasso’ bañado de color

La exposición prosigue con la sección llamada El color en libertad, con obras como Mujeres de Tahití (1891), de Gauguin, otra de las joyas de la muestra; además de los estructurados planos de colores que culminarán en el cubismo de la obra de Cézanne “considerado el padre de la pintura moderna”, que quedan más que patentes en Jarro con funda de paja, azucarero y manzanas (1893). Tras Desmayo, una de las últimas obras de Claude Monet o Gran desnudo, de Renoir (1907), la exposición concluye con el impresionante Desnudo sobre fondo rojo (1906), de Picasso, un pintor que al llegar a París asimiló esta revolución de la pintura que es el color, bañando, literalmente el lienzo con los tonos rojos y bermellones. Jiménez resaltó que, pese a las reticencias primeras, el edificio modernista ha acabado dando sentido a las obras.
 “En el mismo momento en que se hacían estas pinturas se construía este edificio”, remachó.

Un alquiler por cinco años

Según Pablo Jiménez, director del Área de Cultura de la Fundación Mapfre, el alquiler del edificio de la antigua Fundación Godia es “por cinco años prorrogrables”, pero su entidad, que cuenta con cuatros millones de euros de presupuesto anual (la tercera parte del total del área, que cuenta desde ahora con tres centros, dos en Madrid y uno en Barcelona), “puede plantearse dar el salto a otra sede” durante estos años.
En cuanto a las obras propiedad de la Fundación Godia, según Jimémez, Liliana Godia, intentó que parte de la colección permaneciera expuesta en la primera planta del edificio de la calle Diputació. “Pero el espacio que quedaba era insuficiente y las exposiciones que viajarán de Madrid a Barcelona no podrían verse completas”.
 Jimenez reiteró la intención de montar tres exposiciones al año en Barcelona: dos de fotografía y una de pintura con obras del nivel de esta primera.
Todas, como esta de debú, gratis.

Las palabras hieren.................................................................. Elvira Lindo

Mary Beard se ha convertido en una luchadora contra un sistema ante el que nos sentimos desarmadas.

 

La profesora y presentadora de televisión Mary Beard. / CORDON PRESS

El caso de Mary Beard es paradigmático.
Lo seguí hace un año, cuando varios medios, The New Yorker, The Guardian o la BBC se hicieron eco de una conferencia que esta prestigiosa investigadora del mundo clásico, profesora de Cambridge, colaboradora del TLS e infatigable divulgadora de la vida en la Antigua Roma, impartió en el British Museum.
 Tenía por título Oh Do Shut Up Dear (Venga, cállate, querida) y en ella la autora hacía un prolijo recorrido a través de la historia de cómo los hombres han tratado de callar la voz de las mujeres.
 De la Odisea a su propia experiencia, porque Mary Beard, una señora de 60 años que lleva casi toda su vida estudiando detalles sorprendentes sobre las sociedades antiguas, se convirtió de pronto en una celebridad televisiva a través de Meet the Romans, un programa divulgativo que le enseñó con sangre cómo nuestra naturaleza no es menos agresiva que la de aquellos viejos imperios que hoy tenemos por más crueles.
 Su programa provocó un aluvión de críticas insoportable.
 Lo extraordinario es que esas críticas no se referían al contenido en sí sino a su aspecto físico. Nuestra profesora tiene un aire no diferente al de muchas eruditas entregadas desde su tierna juventud a los asuntos intelectuales: luce una alocada melena blanca, sus dientes son llamativos por su irregularidad, se permite detalles excéntricos en el calzado o las gafas, y, lo que ha resultado más indignante para algunos, muestra un impactante aplomo en su lenguaje corporal.
A ella le importa un pimiento no ser bella, pero no así a algunos críticos televisivos que, ignorando las enseñanzas que generosamente pretende difundir, se dedicaron desde el principio a describir la vestimenta poco cool de la sabia dama
. Con más crudeza aún se refirió a ella la jauría tuitera, en donde los comentarios sobre su supuesta fealdad abundaron.
La investigadora del mundo clásico Mary Beard. / CORDON PRESS
“Puta apestosa. Seguro que tu vagina da asco”.
Este fue uno de los interesantes tuits que la señora Beard cosechó.
 Lo curioso es que haciendo caso omiso de esa ley no escrita que aconseja a los personajes públicos no mirar lo que de ellos se dice en las redes, esta mujer, que se había educado en el feminismo activo de los setenta, se puso manos a la obra y decidió plantar cara a sus detractores
. Alguien la ayudó a localizar al autor de tan hiriente mensaje: era un estudiante, tenía 20 añitos. Beard llamó a su madre y habló con ella.
También habló con el autor de una web que colgó una foto de la investigadora con una vagina sobreimpresa en su cara.
Charló con ellos y con otros tantos y publicó en su blog la crónica de estas conversaciones que, finalmente, conformaron la interesantísima pieza que leyó en el Museo Británico sobre el silencio impuesto a las mujeres en cuanto tratan de frecuentar territorios tradicionalmente masculinos.
De pronto, esta mujer hiperactiva, brillante, vehemente, se convirtió en una luchadora contra un sistema ante el que las demás nos sentimos desarmadas.
 El día en que una eminencia de Cambridge llamó al estudiante que la calificó de puta y habló con él y con su madre es para mí tan histórico como esos chistes de romanos, al estilo Monty Python, sobre los que la historiadora ha escrito algún jugoso ensayo. El agresivo tuitero se disculpó de corazón. Su grosería se volvió contra él porque a raíz de que Beard la hiciera pública si se introduce el nombre del estudiante en Google aparece el inolvidable insulto.
 Una mancha en el currículo. Ella, siempre sorprendente, ha reclamado el perdón para quien aun ofendiéndola tan crudamente mostró arrepentimiento: esas palabras, aun siendo intolerables, no pueden arruinar una vida.
Beard se ha convertido en una figura emblemática para muchas mujeres.
 La joven poeta Megan Beech escribió un poema, When I Grow Up I want to be Mary B. (Cuando crezca quiero ser Mary B.), que ustedes pueden encontrar recitado por su autora en YouTube.
 Y es que cuando algunas creían que el feminismo activo estaba muerto encontramos que hay muchos motivos para resucitarlo.
Mary B. se miró al espejo e hizo recuento de todos aquellos insultos que estaba recibiendo, “fea, gorda, vieja, puta, maloliente, desagradable, mal vestida, mal follada, machorra…”. Duelen, ¿verdad? Se podría escribir un ensayo sobre las mil maneras de ofender a una mujer.
 Pero una vez que nuestra heroína afrontó la dureza de los insultos comenzó a relacionarlos con una tradición que viene de antiguo: no se trata de lo que una mujer diga, sino de que hable.
 Y entonces decidió investigar sobre la naturaleza de quien insulta. ¿Qué pensaría usted de su marido, de su hijo, de su hermano o de su mejor amigo si se enterara de que es autor de tan repugnante prosa? Yo me sentiría desazonada.
 Y pasaría a explicarle lo que no aprendió de niño: que las palabras hieren.

9 oct 2015

Krzysztof y Eduard............................................................................... Boris Izaguirre

Puede que el Vaticano se equivoque en no querer entender a esta pareja cristiana como su mejor acto de promoción.

 


Estoy en Los Ángeles para retransmitir la primera gala de los Latin American Music Awards.
 Por su alfombra roja han desfilado las estrellas del reggaeton.
 El discurso de muchos de ellos está plagado de frases por la tolerancia, la aceptación de la diversidad y gracias a Dios.
Me he quedado con las ganas de preguntarles qué opinan sobre la salida del armario del prelado Krzysztof Charamsa, sacerdote de 43 años, funcionario en la Congregación
 Para la Doctrina de la Fe, que hizo pública su homosexualidad y presentó a su compañero sentimental en lo que el periódico ABC calificó de “concurridísima” conferencia de prensa en Roma.
La verdad estoy encantado con esa concurridísima rueda de prensa.
 Charamsa y Eduard han vuelto a hacer de la homofobia una noticia.
 Estábamos ya un pelín acomodados con el matrimonio igualitario y nos habíamos olvidado del vía crucis de muchos hombres y mujeres en sitios como el Vaticano o Hollywood, donde lo importante no es aceptar tu orientación sino desviarla todo lo posible.
Charamsa se manifestó casi rezando el célebre credo de Truman Capote.
El escritor declaró a finales de los años setenta: “Soy homosexual, drogadicto, alcohólico y escritor”. Charamsa ha dicho: “Soy un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de mi identidad”.
 Bravo por él. Es atractivo, con buen perfil y una mandíbula que recuerda el Kirk Douglas de Espartaco
. Me entusiasma cómo se apoya en Eduard que, también según ABC es de origen catalán, y lo que es peor para esa publicación, podría ser soberanista.
Krzysztof y Eduard han puesto más alta la vara de medir el glamour gay.
 Por un momento me recordaron a los directores de Sálvame, con ese punto de coqueteo con la manipulación y el poder.
 Luego los vi similares al embajador de Estados Unidos, James Costos, y su esposo, Michael S. Smith: profesionales, adinerados y bien dotados para las relaciones públicas. Charamsa es polaco mientras que Eduard es catalán pero ambos exhiben un saludable bronceado mediterráneo. Krzysztof lleva sotana bien cortada y ligeramente ajustada en el talle. Eduard viste una otoñal americana de cuadros, en fin, el retrato de una familia contemporánea
. Es probable que el Vaticano se equivoque en no querer entender a esta pareja cristiana como su mejor acto de promoción en décadas.
Así como los embajadores americanos recibieron a Anna Wintour, la editora de Vogue América y suma sacerdotisa de la moda, deberían obsequiar a Charamsa con otra fiesta.
 Él es en sí mismo un lobby por la igualdad de derechos que quizás es a lo que se refiere el Papa cuando dice que “hay que abrirse al hombre contemporáneo”.
 En realidad, me encantaría que Charamsa fuera papa después de Francisco.
Otro hombre contemporáneo ha sabido sacarle punta a unas declaraciones. José María Aznar, recién salido de la peluquería de la FAES, reapareció para reclamar atención y mostrar su extraordinaria salud capilar.
Aznar es el expresidente que más cuida su aspecto
. Todos recordamos que posee unos abdominales comparables a los de Kyril de Bulgaria
. El pelo sigue tan negro y frondoso como en 1996 y se acomoda en la silla como Catwoman. Resulta interesante ver como su discurso corporal y de estilo es tan distinto al verbal.
Antes te importaba más el verbal.
 Es lo que tiene ser un expresidente: pasan los años y pasa el poder y lo que empieza a interesar de ti es el estilo.
 Aznar comentó varias cosas pero los ojos se te iban a la corbata color naranja con la que acompañó un traje marrón oscuro.
 Esa corbata naranja fue muy acertada.
Porque el naranja fue siempre el color de la suerte de Frank Sinatra pero es también el color corporativo de Ciudadanos.
 ¡Qué guiño coqueto del expresidente! Orange is the New Black, no hay que olvidarlo.
 Y Para José María, Albert Rivera podría ser su nuevo Mariano.
 Si yo fuera Albert le copiaría ese atuendo al expresidente para la campaña. Marrón y naranja, siempre tan otoñales, tan castellanos, tan Delibes, harían maravillas al combinarse con los malvas y azules del mediterráneo.
En el Pacífico, y sobre todo en Hollywood Boulevard, nada de esto importa.
 Aquí todo es brillo, silicona y reggaeton, un género musical surgido entre Jamaica y Dominicana, en el Caribe fecundado por ingleses y españoles.
 En los premios Latin Music Awards el ritmo ha inseminado también la alfombra roja generando un estilo que va de sacerdotisas escapadas de Juegos del hambre a caballeros vestidos como narcos en su día de matrimonio.
 Y un matrimonio siempre es motivo de alegría, como por ejemplo el de Cristina Pedroche y David Muñoz
. Ellos también son muy contemporáneos pero su boda no va ser concurridísima ya que será solo con los padres de ambos.
 Ojalá Charamsa pudiera bendecirla con su presencia.

El novio de Rock Hudson explica cómo ocultaron su relación

El que fuera pareja del fallecido actor durante tres años, cuenta que acudían juntos a los estrenos pero con compañía femenina.

Rock Hudson en la película 'La ley del más fuerte'.

"Él era un amor y yo lo adoraba", ha dicho Lee Garlington sobre Rock Hudson, con quien mantuvo una relación sentimental de 1962 a 1965.
 En el treinta aniversario de la muerte del actor, este corredor de Bolsa jubilado recuerda cómo fue su noviazgo y cómo ocultaron su homosexualidad en la década de los sesenta, cuando todavía no estaba aceptado socialmente.
Rock Hudson se refirió a Garlington en su biografía como "mi verdadero amor" y, este año, el hombre que ocupó el corazón de uno de los galanes de Hollywood, ha relatado a los medios parte de su historia de amor.
 "Le esperé fuera de su caravana en los estudios de Universal Pictures, fingiendo leer Variety (aunque probablemente tenía la revista boca abajo) y cuando salió, me miró un momento y se marchó", recuerda el amante del actor.
Un año más tarde, Garlington recibió una llamada para conocer a Hudson.
"Estaba muy nervioso, pero él me ofreció una cerveza y entonces sucedió", dice el antiguo corredor de bolsa, de 77 años.
 "Pasé con él la noche y me fui a las 6 de la mañana en mi coche con el motor apagado para que los vecinos no me escucharan. Pensábamos que estábamos siendo muy inteligentes", explica.
El examante de Hudson ha contado que acudían juntos a los estrenos de películas, pero con compañía femenina para no levantar sospechas.
"Rock nunca me pidió que lo mantuviera en secreto porque yo ya sabía que tenía que ser así"
. Pero al cabo de un tiempo, una fan irrumpió en la casa del actor y les pilló durmiendo juntos. "Empezamos a ser más cautelosos", cuenta Garlington.
Rock Hudson con Lauren Bacall en el estreno de 'La vuelta al mundo en 80 días'. / CORDON PRESS
Uno de los recuerdos favoritos de Garlington fue cuando estaban preparándose para acudir a un evento y Hudson le dijo que le tenía que enseñar a afeitarse correctamente.
 "Me enseñó cómo coger la cuchilla y ponerla en un ángulo que cortaba mucho mejor", afirma el que fuera pareja de la estrella de Hollywood.
Ambos se separaron en 1965.
"Uno de los motivos por los que rompimos nuestra relación era porque yo, de alguna manera, necesitaba una figura paternal y él no era lo suficientemente fuerte como para asumirlo", asegura Garlington.
 Perdieron el contacto a raíz de que el icono de la gran pantalla revelara, en 1985, que sufría sida. "Me sorprendió.
 El sida estaba matando a todo el mundo en aquella época.
 Llamé a las personas que lo estaban cuidando, pero me dijeron que estaba tan enfermo que no me iba a reconocer y que lo mejor es que guardara la imagen de cómo era él antes".
Tras su muerte, se publicó la biografía de Rock Hudson y allí descubrió su expareja que el actor había dicho sobre él que era su verdadero amor.
"Dijo que su madre y yo éramos las únicas personas a las que había amado alguna vez
. No sabía que significara tanto para él", dice Garlington.