Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 oct 2015

Confesiones televisadas de la nieta del dictador Franco..................................................... Mábel Galaz

Carmen Martínez Bordiú habló en una entrevista en TVE de su abuelo, del Pazo de Meirás y de las aspiraciones de su primer marido de ser rey.

Carmen Martínez Bordiú, durante la entrevista con Bertín Osborne
Carmen Martínez-Bordiú, durante la entrevista.

Carmen Martínez Bordiú fue la protagonista del programa de esta semana de Bertín Osborne
 . El cantante, convertido ahora en conductor de En tu casa o en la mía, contó con la nieta mayor del dictador Francisco Franco como estrella invitada.
 La casa de Martínez-Bordiú fue la elegida para la charla de más de una hora en la que hablaron de la vida en El Pardo, del carácter del dictador, desde sus gustos sexuales a sus relaciones familiares, hasta de los motivos por los que su abuela, Carmen Polo, se ganó el sobrenombre de La Collares.
La imagen del dictador está muy presente en la lujosa casa de Carmen Martínez-Bordiú
. Un retrato de Franco aparece en una cómoda sobre la que cuelga un cuadro de Eduardo Úrculo que muestra un culo. "¿Cómo crees que le sentará a tu abuelo ver que encima tiene un culo?", le preguntó. “Los cuadros que tengo son los que tengo. No creo que le preocupara…”, contestó.
¿Tu abuelo era bisexual?, le dijo el presentador.
"No tenía tiempo de pensar en el sexo. El poder es una droga muy fuerte", contestó ella.
Contó que ellas y sus hermanos se criaron en la parte trasera del palacio del Pardo y que ella no fue al colegio hasta los 9 años.
"Allí teníamos a una persona que nos enseñaba, y para mí no era raro", puntualiza.
 Salían poco. La nieta del dictador reveló que su abuelo era un apasionado del cine y confirmó que escribió el guion de la película Raza (1941) bajo el seudónimo de Jaime de Andrade.
Algunas fotos familiares bajo un cuadro de un culo de Eduardo Úrculo. / TVE
De su abuela desveló el motivo por el que se ganó el mote de La Collares:
 "Antes no existía el bótox y esas cosas. Así que ella se ponía collares de perlas para taparse las arrugas del cuello.
 Al final llevaba tantos ya que era imposible cubrirse todas las que tenía".
Martínez-Bordiú eludió pronunciarse sobre el conflicto del Pazo de Meirás, que disfruta su familia y que los gallegos reclaman. "Eso son cosas de mi madre", puntualizó.
También habló de su vida amorosa
. Contó que se casó con el duque de Cádiz "para salir de casa", que Jean Marie Rossi le "enseñó a ser mujer" y no quiso pronunciar el nombre de su tercer marido, José Campos
. Además, confesó haber "encontrado el amor a los 60 años" con un empresario de la chatarra.
 "Ahora somos muy buenos amigos", añadió
Osborne se interesó en como mantenía su tren de vida: "Con cositas que hago en ¡Hola!, en la tele... me voy arreglando".
 Y, aunque afirmó que ella nunca se vio "en el papel de futura reina de España", sí confesó que el duque de Cádiz —su primer marido—, sí que en algún momento lo pensó.
 La nietísima añadió que tiene buena relación con don Juan Carlos y doña Sofía, pero que no los ve. "No quiero molestar.
Soy de las que vivo y dejo vivir", concluyó.

 

Maltratadas................................................................... Luz Sánchez-Mellado

Cuatro mujeres han sido asesinadas por sus parejas en 36 horas. Tenían nombre, amigos, familia, vidas.

 

Dejémonos de catecismos, torás y coranes.
 El infierno está en la tierra y el otro barrio en este.
 Tras la puerta de ese adosado tan coqueto con su felpudo de Bienvenidos y sus arbolitos podados por la dueña como Ikea manda
. A bordo de ese todoterreno con esos trillizos tan monísimos rumbo al cole con papá y mamá turnándose al volante.
 En los ojos de esa compañera de oficina tan estilosa que corre al baño como si la llamara Dios cuando le suena el móvil y vuelve como si hubiera visto al diablo.
 Porque puede que, en efecto, lo haya oído al otro lado.
 Quizá esas tres señoras de su casa vivan un martirio y no lo digan
. O no lo sepan. O no quieran saberlo hasta que acaba sabiéndolo todo el mundo por un breve de un periódico, y eso si ese día no hay partido del siglo.
Demasiadas mujeres ven al maligno tras la puerta de su chalé, de su cochazo, de las llamadas de su marido al trabajo
. Claro que las hay sin recursos, marginadas, pobres desgraciadas.
Pero también psicólogas expertas en abusos, juezas que dictan órdenes de alejamiento a maltratadores, periodistas hartas de escribir sobre violencia de género, maestras que enseñan a las niñas a no dejarse controlar por ese noviete que les mira el móvil.
 Son tan tontas que no denuncian
. Tan ciegas que no ven lo evidente.
Tan sumisas que no huyen del verdugo, creemos las enteradas.
 Lo que no sabemos es que cuando él les da el primer golpe es porque sabe que puede dárselo.
 Porque antes les ha llamado patéticas, putas, inútiles de mierda hasta que sabe que le van a perdonar su mal pronto
. Que no van a contárselo a nadie por sus padres, por sus hijos, porque esta es la última vez y no habrá otra.
Cuatro mujeres han sido asesinadas por sus parejas en 36 horas.
 Tenían nombre, amigos, familia, vidas.
Pero vivían en el infierno puerta con puerta con nuestra soberbia ignorancia.
 Nos hemos enterado tarde, mal y nunca
. O no hemos querido enterarnos.

Mujer de bandera................................................................................... Ana Fernández Parrilla

Lea T se ha convertido en un icono transexual que conquista pasarelas y firmas de belleza.

 

La modelo Lea T.

A finales de 2014, un contrato con Redken convirtió a la modelo Lea T en la primera transexual imagen de una firma cosmética. Ahora ya no es la única.
“En la época en la que me di cuenta de que quería una reasignación de género no conocía a nadie de mi entorno que hubiera vivido el cambio
. Lo que escuchaba era que te echaban de casa, no encontrabas trabajo y tu única alternativa era prostituirte, por eso corrí llorando a hablar con Riccardo.
 Me pidió que le diera una semana para ver cómo podía ayudarme a conseguir dinero y lo siguiente que supe era que iba a hacer su campaña”. Lea T se refiere a Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy. Lea (nacida Leandro Cerezo en 1981 en Belo Horizonte, Brasil) tomó la T prestada de su amigo para evitar que la prensa acosara a su padre, un conocido exfutbolista, Toninho Cerezo (jugador de La Roma), al quedar expuesta su transexualidad.
Íntimos desde que les presentó la compañera de piso de Tisci siendo todavía estudiantes –Leandro cursaba Arte en Florencia, y Tisci, Moda en la prestigiosa escuela Central Saint Martins de Londres–, fue el diseñador quien le animó a asumir su condición femenina y le ayudó a independizarse económicamente de sus padres con aquella campaña.
 “Mi familia siempre ha estado de mi lado, pero nunca había hablado del tema con ellos
. Tenía miedo de que no me aceptaran. Mi madre es muy católica y la noticia fue un shock, ¡pero lo que se ha dicho de ellos es absurdo!
Cuando mi padre se enteró de que quería cambiar de sexo me dijo: ‘Mejor, porque estaré feliz de tener otra hija’. Mi madre estaba junto a mi cama cuando desperté de la operación
. Ni siquiera mi abuela, que tiene 90 años, me rechazó.
 No usé el apellido Cerezo por prudencia. Quería hacer mi trabajo tranquila”, zanja.
Se convirtió en la primera transexual imagen de una marca de cosméticos.
La existencia de modelos transgénero no es ninguna novedad.
 Cada década ha tenido la suya: April Ashley en los sesenta, Candy Darling en los setenta, Teri Toye en los ochenta o Connie Fleming en los noventa. Pero hasta que se anunció que Lea T sería imagen de Redken (en concreto, de Chromatics, una gama de coloración sin amoniaco), ninguna otra había sido contratada por una marca cosmética
. “Las modelos transexuales siempre han trabajado, pero muy pocas comentaban su situación, y si lo hacían era rodeadas de misterio.
Antes no disfrutaban de libertad para hablar porque, para sobrevivir, debían amoldarse a sus clientes. Yo tuve la suerte de poder compartirlo con un buen amigo: cuando Givenchy me brindó la oportunidad de expresarme, mis espaldas estaban cubiertas”, dice quitándole peso a su conquista. Shane Wolf, director general de Redken, explica las razones de la decisión: “Su nombre ha ido cogiendo fuerza dentro del mundo de las pasarelas y posee una imagen y un cabello que encajan a la perfección con la filosofía de la marca.
 Tiene personalidad y una historia muy interesante que contar”.
Mucho antes de que Lea T jugara al despiste con su nueva identidad, un hombre con aspecto de mujer servía de portavoz al conglomerado cosmético francés. Youcef Sue Nabi hablaba en calidad de director internacional de L’Oréal Paris (y más tarde de Lancôme, puesto que desempeñó hasta 2013, cuando anunció que abandonaba el grupo).
 Entonces corría el año 2007 y en la filial española se implantaba el cargo de director de la diversidad, un puesto que vigila que cada país cumpla la política de integración del gigante cosmético. Sobre la actitud ante los transgénero, la respuesta de la actual directora, Ana del Val, es que no hay ninguna oficial:
“La no discriminación por género es algo que forma parte de nuestro ADN, por eso no sentimos la necesidad de posicionarnos sobre este tema en concreto”, afirma.
La interpretación de Morton/Maura Pfefferman en Transparent le valió a Jeffrey Tambor el Globo de Oro al mejor actor de comedia en enero.
 La serie, cuya segunda temporada podrá verse en otoño, muestra las vicisitudes de tres hermanos enfrentados a la noticia de que su progenitor es transexual.
 En la pequeña pantalla ya se había tratado el tema con anterioridad: el matrimonio encarnado por Tom Wilkinson y Jessica Lange se veía en la misma disyuntiva en la película para la televisión Normal (2003). O en la serie Orange Is The New Black, donde la actriz Laverne Cox, ahora mujer y antes hombre, encarna a una transexual en prisión.
Estoy del lado de las feministas, pero me parece muy fuerte que una mujer esté en contra de otra persona que vive marginada
En la vida real, los rumores de que otro patriarca estaba en proceso de reasignación de género quedaron confirmados en abril, cuando el medallista olímpico Bruce Jenner (Nueva York, 1949) se confesaba ante casi 17 millones de espectadores. Pero faltaba el gran golpe de efecto: verle convertido en mujer.
 El tanto se lo apuntó Vanity Fair este verano.
 En cuanto la versión online del reportaje –portada incluida– estuvo disponible, se colapsó la web de la revista, con más de seis millones de visitas expectantes por conocer todos y cada uno de los detalles de la transformación del padre adoptivo del clan Kar­dashian (Jenner tiene además otros seis hijos, entre los que se cuenta la modelo Kendall Jenner).
El paso dado por el exatleta –al que ahora hay que dirigirse como Caitlyn– ha contado con el apoyo de su familia y de numerosas celebridades, pero también hay quienes le han criticado duramente por haberse convertido en una “caricatura” y afirman que el movimiento de los “transexuales hipersexuales” está dañando al feminismo. “Caitlyn, cuando eras un hombre podíamos hablar de tu condición física, de tu visión para los negocios.
 Pero ahora que eres mujer, tu look es lo único que nos importa”, ironizaba el cómico Jon Stewart después de repasar varias noticias en las que se decía lo “buena” que estaba Jenner.
Los cambios experimentados por Bruce hasta transformarse en Caitlyn han sido sobradamente documentados, mientras que los de Lea T se realizaron en la intimidad más absoluta.
 Ella insiste en haber experimentado todo el proceso, también la parte en la “que no resultaba tan agradable”, a los ojos de la gente. “Fue una época muy dolorosa”, recuerda.
“Vivimos en una sociedad muy ignorante a la que solo le interesa la estética, por eso nunca he deseado representar una categoría de transexuales perfectas”.
La modelo Lea T desfila, el pasado abri, durante la São Paulo Fashion Week. / Miguel Schincariol (Getty)
La disputa entre el colectivo transgénero y el feminismo TERF (trans-exclusionary radical feminist) comenzó hace más de cuatro décadas, pero los argumentos siguen siendo los mismos: cualquiera nacido hombre retiene su privilegio en la sociedad, incluso si decide vivir como una persona de otro sexo; el hecho de que puedan elegir demuestra que no luchan en la misma guerra.
 “Si yo no me sintiera mujer, ¿creen que buscaría un sexo que es el que más padece, y además sufriendo por haber hecho una transición?”, cuestiona la brasileña. “El maltrato que reciben las mujeres en África, en Libia…
 En Brasil, el índice de violación es altísimo
. Hay religiones que niegan a las mujeres el derecho a la educación.
 Estoy del lado de las feministas, pero me parece muy fuerte que una mujer esté en contra de otra persona que vive marginada”.
Cosmética sin complejos.
 El nombre de Lea T suele ir ligado al de otra modelo transexual, Andreja Pejić (Bosnia-Herzegovina, 1991). En 2011, Andreja ocupaba el puesto número 11 en el ranking de tops masculinos de models.com. Aún respondía por Andrej, y consiguió ponerse en el punto de mira de los medios con su aspecto andrógino desfilando con trajes para Paul Smith, John Galliano, Raf Simons y Jean Paul Gaultier
. A finales de abril se hacía oficial que Pejić sería el rostro de una nueva campaña de la firma de maquillaje Make Up For Ever
. Y antes que Andreja, la adolescente transgénero Jazz Jennings era nombrada embajadora de la marca de Johnson & Johnson para pieles grasas Clean & Clear. Luis Venegas, editor de Candy, una publicación de culto pionera en celebrar la ambigüedad sexual que ha cumplido su quinto aniversario, ve en el paso dado por estas marcas una oportunidad para las firmas de llegar a unas consumidoras que les pertenecen por antonomasia:
 “Al fin y al cabo la cosmética, y en especial el maquillaje, ayuda a los transexuales a sacar a la mujer que siempre han sido.
 Públicamente necesitan validarse y es una herramienta que les permite conseguir el look que desean”.
Los que predecían que Caitlyn Jenner iba a ser la imagen de la barra de labios Viva Glam de MAC estaban equivocados: la marca de maquillaje ha lanzado un comunicado en el que asegura no haber contratado a la –de momento– transexual más famosa de Estados Unidos.
elpaissemanal@elpais.es

La bielorrusa Svetlana Alexievich, premio Nobel de Literatura.......................................... Pilar Bonet

Escritora y periodista, ha sido elegida por la Academia Sueca.

Svetlana Alexievich, en una imagen de 2014 / REUTERS (REUTERS/LIVE)

La escritora bielorrusa Svetlana Alexievich, de 67 años, es la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2015
. El dictamen de la Academia sueca destaca "sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo"
. Escritora y periodista, ha retratado en lengua rusa la realidad y el drama de gran parte de la población de la antigua URSS, así como de los sufrimientos de Chernóbil, la guerra de Afganistán y los conflictos del presente.
Es muy crítica con el Gobierno bielorruso.
Nacida en Ucrania, hija de un militar soviético, de origen bielorruso.
 Cuando su padre se retiró del Ejército, la familia se estableció en Bielorrusia y allí ella estudió periodismo en la Universidad de Minsk y trabajó en distintos medios de comunicación.
 Se dio a conocer con La Guerra no Tiene Rostro de Mujer, una obra que finalizó en 1983 pero que, por cuestionar clichés sobre el heroísmo soviético y por su crudeza, solo llegó a ser publicada dos años más tarde gracias al proceso de reformas conocido por la perestroika.
 El estreno de la versión teatral de aquella crónica descarnada en el teatro de la Taganka de Moscú, en 1985, marcó un hito en la apertura iniciada por el dirigente soviético Mijáil Gorbachov.

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Muy influida por el escritor Alés Adamóvich, al que considera su maestro, Alexievich aborda sus temas con técnica de montaje documental
. Su especialidad es dejar fluir las voces -monólogos y corales- en torno a las experiencias del "hombre rojo" o el "homo sovieticus" y también postsoviético.
 La obra de Alexievich gira en torno a la Unión Soviética para descomponer este concepto en destinos individuales y compartidos y, sobre todo, en tragedias concretas. Alexievich  se mueve en el terreno del drama, explora las más terribles y desoladas vivencias y se asoma una y otra vez a la muerte.
 En 1989 publicó Tsinkovye Málchiki (Los chicos de cinc) sobre la experiencia de la guerra en Afganistán y para escribirlo se recorrió el país entrevistando a madres de soldados que perecieron en la contienda.
 En 1993 publico Zacharovannye Smertiu” (Cautivados por la muerte) sobre los suicidios de quienes no habían podido sobrevivir al fin de la idea socialista.
 En 1997 le tocó el turno a la catástrofe de la central nuclear de Chernóbyl en Voces de Chernóbyl, publicado en castellano en 2006 por Editorial Siglo XXI.
El año pasado acaba de salir El Tiempo de segunda mano. El final del hombre rojo, publicado en alemán y en ruso.
 En este nuevo documento, Alexiyévich se propone “escuchar honestamente a todos los participantes del drama socialista”, según dice en el prólogo.
 Afirma la escritora que el “homo sovieticus” sigue todavía vivo, y no es solo ruso, sino también bielorruso, turcomano, ucraniano, kazajo....
“Ahora vivimos en distintos Estados, hablamos en distintas lenguas, pero somos inconfundibles, nos reconocen en seguida.
Todos nosotros somos hijos del socialismo”, afirma, refiriéndose a quienes son sus “vecinos por la memoria”.
“El mundo ha cambiado completamente y no estábamos verdaderamente preparados”, ha dicho en una reciente entrevista a Le Monde.
 Atrapada aún en el espacio soviético, Alexiyévich indaga con angustia y sufrimiento sobre el fin de una cultura, una civilización, unos mitos y unas esperanzas.
Crítica con el régimen del presidente bielorruso Alexandr Lukashenko, la escritora reside la mayor parte del tiempo en el extranjero y últimamente lo hace en Alemania, donde su último libro ha tenido un enorme impacto.