Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

4 oct 2015

La 'Regresión' de Amenábar

El director vuelve después de seis años con un pequeño 'thriller' de terror alejado de su vertiente más ambiciosa

Alejandro Amenábar, ayer en San Sebastián, tras presentar 'Regresión'.

 

 

Ha tardado seis años Alejandro Amenábar en completar su sexto largometraje, Regresión, la película encargada de dar el pistoletazo de la salida a la 63ª edición del Festival de San Sebastián. Después de un proyecto tan ambicioso como Ágora, que no alcanzó las expectativas ni la repercusión esperadas, el realizador parece haber replegado su artillería y abandonado su vertiente más pretenciosa para regresar a sus orígenes para firmar una pequeña historia de horror.
La película se sitúa en Minnesota a principios de los 90 y nos introduce en el seno de una comunidad rural en la que parece planear entre sus habitantes un miedo irracional frente a la existencia del diablo.
Una joven (a la que da vida Emma Watson) acusará a su progenitor de haber abusado de ella y de haberla sometido a una serie de ritos satánicos.
 Un detective (encarnado por Ethan Hawke) será el encargado de averiguar la veracidad de estos hechos, al mismo tiempo que será absorbido por esa espiral de sugestión que planea a su alrededor.

LA RELIGIÓN Y LA CIENCIA

Precisamente, ese elemento de sugestión es uno de los ejes principales sobre los que se asienta la película, a través de la utilización de técnicas de hipnosis para llegar al subconsciente de los personajes y desbloquear sus deseos y miedos más reprimidos.
El otro tema cordial, es sin duda la religión y la manera que se utiliza como forma manipulación. «Me eduqué en un colegio católico durante diez años», cuenta el director. «Y jamás habría pensado que ocupara un espacio importante en mis películas
. Sobre todo algunos aspectos, como la culpa.
 En esta ocasión intenté rebajar mucho el contenido para no cargar las tintas en torno al tema del demonio, porque lo que me interesaba más era explorar el otro lado, el de la ciencia».
Correcto
. Amenábar es un director profundamente metódico y racional. E incluso cuando está lidiando frente a tema sobrenaturales, es incapaz de ofrecer un punto de vista ambiguo que nos introduzca dentro de los vericuetos del cine de género más puro.
 «Nos planeamos dejar una puerta abierta al espectador, pero pensamos que era poco honrado, porque yo tenía muy claro lo que quería contar.
 Otra cosas son los mecanismo que utilice para contar la historia y jugar con el espectador
. Cuando haces películas tienes que alimentar tu lado crédulo e incluso tu lado irracional. Pero soy demasiado escéptico».

'THRILLERS' DE LOS 70

Quizás por esa razón, el director de Tesis, a la hora de pedirle referencias que hayan podido inspirarle a la hora de planear la película, no nombra a John Carpenter o incluso a directores contemporáneos como Scott Derrickson, cuya película Líbranos del mal podríamos considerar como prima hermana de Regresión. Amenábar cita a Pakula, a Lumet, al Maraton Man de John Schlesinger y en general, al cine de los 70, sobre todo en su vertiente de thriller político de suspense.
 «Me gustan estas películas porque aportaban un aire de seriedad al que no estamos ahora acostumbrados cuando lo trasladamos al terror, lo cual no dejaba de ser un riesgo.
 Ahora la tendencia es el rodaje más adrenalítico, el montaje picado, bombardear con efectos digitales.
Y nosotros lo que queríamos era hacer una película muy clásica, casi de la vieja escuela»
Al director no le han acompañado este sábado los dos principales intérpretes de su cinta, Emma Watson e Ethan Hawke.
«Ha sido una pena que no hayan podido acompañarme, porque sé que si alguien quería estar aquí hoy, era Ethan».
 Así que le ha tocado a Amenábar enfrentarse solo ante el peligro en esta inauguración en la que buena parte de la prensa no ha llegado a encajar demasiado bien este viraje del director casi al cine de serie B.
 Quizás, aquellos que les gusten las películas más hiperbólicas de Amenábar se sentirán decepcionados con un filme de atmósferas mortecinas, ambiente lluvioso, turbiedad moral y ritmo sosegado.
 Los que nunca hayan entrado en ellas quizá puedan valorar que la peor película de Amenabar sea, tal vez, la mejor de su carrera.
Da Igual lo que cada espectador opine. Su fama le precede, yo estaba ansiosa por ver una película suya, Agora estaba Genial, Los Otros no digamos y en Tesis y Abre los Ojos genial, pero en esta, de miedo clásico, de estupor, me decepcionó, y mucho. 
Ethan Hawke está genial, pero el quid de la cuestión lo capté demasíado rápido y entonces ya la película a mi me decepcionó, no hay que buscarle mas pies al gato. Dos que estaban a mi lado le dijo una a la otra ¿Entendiste algo? y le contestó, no me enteré de nada.
Y no es que yo sea más lista ni mucho menos pero viendo mucho cine tipo Hitchcock y las he visto todas, y algunas varias veces.esa sutilidad inteligente de un buen director y una buena trama.

 

Lluis Llach - L'estaca


“México es un país sitiado por la muerte”..................................................... Juan Cruz

Ángeles Mastretta cumple esta semana 66 años. Hace 30 la escritora de Puebla debutó con ‘Arráncame la vida’. Está entre los que desconfían del Gobierno mexicano.

CLAUDIO ÁLVAREZ

¿Qué está pasando en México?Tantas cosas, hay tantos Méxicos... Vivo en un México apacible al que llegan como dardos horribles noticias.
 Es imposible que no oigas al país en el que quieres vivir. Por más que me esconda entre los árboles y los pájaros vivo es un país lacerado. empeñado en la incomprensión.
 Qué es lo peor de lo que ocurre? La idea de que vivo en un país sitiado por la muerte. Cuando se mataban, pero eran narcos contra narcos, podía vivir con eso, en un país en el que hay narcotráfico y eso me daba toda la explicación del por qué: los gringos consumen, nosotros producimos y el Gobierno persigue a los narcos porque EE UU nos impone la persecución.
 Pero de repente empiezas a ver que EE UU ya no te impone la persecución, legaliza drogas que nosotros tenemos prohibidas mientras aquí nos matamos por ellas.
Si le dices a tu ejército que puede matar y perseguir a la gente legitimas la violencia en todas partes
¿Es sólo la droga la que propicia este vendaval terrorífico? Es con lo que empezó, lo que jaló la hebra
. Supongo que cuando concedes el permiso para matar porque no te queda otro remedio, te das el permiso para matar.
 Si le dices a tu ejército que puede matar y perseguir a la gente legitimas la violencia en todas partes. Y hay una desconfianza muy seria en el Gobierno
. Como la mayoría de la gente pertenezco a los que no confían.
¿No hay buenas intenciones? No creo que nadie se meta a gobernar para ser malo.
Hubo matanzas antes, las hay ahora. No cesa la costumbre de matar. Lo que hay realmente es una guerra; me costó trabajo aceptar la palabra.
 Primero era una guerra de persecución al narco. Y ahora, en muchos pueblos lo que hay es una guerra civil porque la mitad de los hijos se fueron al narco y la otra mitad no, porque una familia entera se fue y otra no.
Y muchísimos pueblos se van quedado vacíos. Cuando llega una banda y lo toma, se van. Una sociedad rota.
¿El odio es la consecuencia o la causa? Por esperanzada quiero decir que es la consecuencia, porque de ahí derivo que puede ser fácil acabar con eso. La gente se recupera del odio más rápidamente que en una guerra civil como la española. Creo que incluso en la revolución mexicana el olvido fue más rápido. ¡Cuántos años han pasado desde el franquismo y todavía buscan a los desaparecidos! Cuarenta años después de la revolución mexicana nadie andaba buscando quién había tenido la culpa.
La gente se recupera del odio más rápidamente que en una guerra civil como la española
Y ahora el olvido es imposible porque está presente. Y porque hay mucho más empeño en recordar: está pasando en este momento.
 Les digo a mis hijos que una de las razones por las que me alegro de no estar aquí cuando ellos tengan 45 ó 50 años es que no voy a seguir oyendo que están muertos los que esperaban que estuviera vivos.
¿Es el peor momento de México en su tiempo de vida? Sí.
 Tuve una infancia feliz y una adolescencia consternada, pero mi consternación de adolescente fue por constatar que el mundo era más difícil de lo que yo había imaginado.
Ahora no se sabe qué puede ocurrir. Yo vivo instalada en el quizá.
Es matar por matar lo que sucede. No, es permiso para matar. Lo que sorprende es la cantidad de gente dispuesta a matar y a morir
. Muchísima. Pensábamos que cuando esa gente acabara de matar ya no iba a haber más que quisiera hacerlo... ¡Pero es que ya vamos por 100.000 dispuestas a matar y morir!
¿Qué luz hay en México ahora? Cuando suena la puerta de casa abro sin preguntar.
Creo que esa es la luz: que puedes confiar aún en otros.

 

Contra el acoquinamiento..................................... Javier Marías

Sí, no hay nada peor que el acoquinamiento, porque da alas a los malvados, a los locos y a los idiotas.


Estamos en época de matones.
 No sólo físicos, de los que hablé la semana pasada y que van propinando palizas por ahí.
No sólo lo son los del Daesh o Estado Islámico, los de Boko Haram y demás, que matan, violan y esclavizan a quienes no comparten su puntillosa fe o hacen algo que les cae mal (jugar al fútbol, oír música, afeitarse, fumar), y destruyen ruinas romanas por considerarlas “preislámicas” (claro) y sobre todo para escandalizar un poco más al mundo occidental.
No, hay también un matonismo incruento –en principio–, que no cesa de propagarse y que ejercen grandes porciones de la sociedad desde los teclados de sus ordenadores.
 Son individuos que ponen el grito en el cielo por cualquier cosa, que se contagian y azuzan entre sí, que linchan verbalmente al que hace, opina o dice algo que no les gusta; que no “se cargan de razón” porque la razón suele estar ausente de sus cabezas, y que simplemente exigen y condenan.
Al taurino, al fumador, al que se queja de las bicicletas y de esos artilugios con dos ruedas gordas que invaden las aceras y arrollan a los peatones, al que juzgan machista o sexista, al que usa un vocabulario extenso, al que no aguanta a Mourinho, al que les lleva la contraria, al que no aplaude a Mas y Junqueras, al que se atreve a hacer algo o a destacar mínimamente
. Hace poco Julio Llamazares mostraba su perplejidad ante la cantidad de insultos recibidos en las redes a raíz de su serie sobre la ruta de Don Quijote publicada este agosto, asunto “poco conflictivo” a priori, como decía él
. Da lo mismo: cualquier escrito y cualquier acción irritarán a los airados profesionales, a los que consideran necesaria la permanente indignación.
Para que triunfe y se imponga el matonismo es requisito indispensable el acoquinamiento de los demás, es decir, que los acusados e increpados se asusten y se amilanen.
Nada peor que rectificar y disculparse cuando no habría motivo para ello.
 Pero estamos en una época en que la cólera o la estupidez o la locura o la maldad de los majaderos alarman excesivamente.
 Muchas veces he lamentado aquí que casi nadie se plante ante las imbecilidades inquisitoriales, ante las exageradas susceptibilidades, ante las moralinas de púlpito que se nos inyectan a diario.
Los famosos piden perdón por chorradas, o por los cuernos que han puesto y que sólo deberían incumbir a su pareja, o por la broma que han gastado y que ha sido tomada al pie de la letra por los matones de turno, o hasta por beber alcohol.
Todo el mundo se achanta ante ellos, nadie responde “No me sean cretinos, déjenme en paz”.
 Se entra (iba a escribir “en la lógica”, pero esa palabra no tiene cabida aquí) en el juego de los histéricos y resentidos, se responde a lo que no merece respuesta, o si acaso un despectivo “Bah”.
Muchas veces he lamentado aquí que casi nadie se plante ante las imbecilidades inquisitoriales, ante las exageradas susceptibilidades
Este verano la alcaldesa de Madrid, Carmena, no escapó a la regla y se acoquinó de mala manera
. Un periódico de extrema derecha la “acusó” de gastarse 4.000 euros en veranear en la provincia de Cádiz. ¿Era dinero público?
 No, era suyo, luego la acusación era mero disparate y maldad.
 Hace meses publiqué aquí una columna titulada, creo, “Tiene dinero, es intolerable”, en la que señalaba cómo iba arraigando en mucha gente la indistinción entre el dinero estafado o robado y el ganado honradamente, o la absurda idea de que este último no existe …
“con la excepción del mío, claro está”
. Carmena ha sido juez un montón de años, habrá recibido un buen sueldo, tendrá sus ahorros o habrá heredado, tanto da
. Puede hacer lo que le dé la gana con su dinero, gastarse 12.000 euros si quiere, en el casino o en veranear
. Lo último que debía hacer fue lo que hizo: avenirse a “defenderse”, entrar a dar explicaciones, no habiendo motivo para lo uno ni para lo otro
. Que si se repartían el alquiler de la casa entre cuatro matrimonios amigos y en realidad su marido y ella apoquinaban sólo 800 euros, cosas así.
 También ella cedió ante los matones, uno de los cuales (un miembro del PP) acentuó su descerebramiento teñido de malevolencia al clamar que la alcaldesa, en realidad, no podía irse de vacaciones ni un día mientras hubiera un niño madrileño hambriento.
 Según esa sandez (imposible llamarlo “razonamiento”), nadie podría irse de vacaciones nunca: ni Rajoy mientras hubiera un niño español, etc; ni ningún presidente autonómico, ni alcalde, ni consejero, ni concejal, ni diputado, ni senador, ni militar, ni juez, ni profesor, ni funcionario, nadie que perciba su salario del Estado
. Ni, por supuesto, el memo miembro del PP que soltó la frase en cuestión.
Sí, no hay nada peor que el acoquinamiento, porque da alas a los malvados, a los locos y a los idiotas (en España va todo junto a menudo)
. Nada peor que ser medroso, timorato, pusilánime o como lo quieran llamar.
 Nada más peligroso que agachar la cabeza ante las injurias gratuitas y las acusaciones arbitrarias, que pedir perdón por lo que no lo requiere más que en la imaginación intolerante de los fanáticos y los matones.
Todavía estoy esperando a que la gente alce la cabeza y conteste alguna vez (hay excepciones, pero son poquísimas): “No tengo por qué defenderme de semejante estupidez. Son ustedes los que se lo tienen que hacer mirar”.
elpaissemanal@elpais.es