Luigi Murenu, director creativo de Kérastase, es uno de los peluqueros más influyentes
Este otoño dicta que el cuidado capilar prima sobre el color o el corte.
Liso, ondulado, con flequillo o sin él.
Las tendencias capilares se resisten a encasillarse en un catálogo de estilos y esta temporada el único dictado que prevalece es que el pelo esté sano.
Lo proclama la versión digital de Vogue París –“el cabello saludable se ha convertido en el nuevo negro”– y lo ratifica Luigi Murenu (Cerdeña, 1964), director creativo de Kérastase, además de uno de los peluqueros más poderosos de la industria de la moda y máximo precursor de esta nueva corriente. Estilista de cabecera de Madonna durante años, Murenu no solo convierte en moda cualquier peinado que crea, sino que es capaz de multiplicar su alcance como tendencia a través de su reciente faceta como fotógrafo. Una nueva vocación que le ha llevado a firmar, entre otras, la campaña de Dior de la pasada primavera (con Jennifer Lawrence como protagonista), la de Versace Jeans del otoño de 2014 o la de la línea cosmética de Tom Ford en el invierno de 2013.
Con la tijera, la cámara o empuñando ambas, hay pocos hombres con el poder de prescripción que ostenta este italiano.
Y este otoño sentencia que la calidad del cabello prima sobre cualquier corte o tratamiento.
“El peor error que las mujeres cometen con su pelo es no cuidarlo.
Usar el acondicionador y los productos de styling adecuados puede marcar una enorme diferencia”, explica mientras se dispone a trabajar con Magdalena Frackowiak, la modelo que protagoniza las imágenes de las páginas anteriores.
La sensualidad que adquiere una melena lacia en sus manos contrasta con el poco esfuerzo que, aparentemente, le requiere conseguirla.
Observándole, un par de pasadas con los dedos por el cabello liso bastan para proporcionar el sutil volumen que buscaba.
Ahora ha lanzado una línea de joyería homónima: “Cada pieza es como una pequeña escultura y está fabricada a mano en Polonia por artesanos locales”.
Perfeccionista es un adjetivo con el que se suele calificar a este
aspirante a bailarín de jazz.
Siempre trabaja con un cargamento de maletas gigantescas repletas de secadores, cepillos, tenacillas y postizos en una infinidad de largos y tonos.
A la sesión de fotos para El País Semanal acude con tres asistentes.
“Sí, soy un perfeccionista, pero también tengo mucha disciplina.
Necesito saber todos los detalles antes y qué voy a hacer, aunque algunas veces pueda volverme loco”, explica.
Streeters, la agencia que gestiona su carrera, advierte de que el italiano solo acepta “reservas especiales”.
“Todavía puedo peinar, pero con muy pocos diseñadores: Riccardo Tisci, Rick Owens. Continúo siendo muy buen amigo de Peter Dundas, pero, honestamente, uno tiene que encontrar su lugar en la vida. Necesito tener el control.
Ahora que soy fotógrafo trabajo con los diseñadores en otro nivel diferente.
Tengo más poder”, argumenta.
Para Naomi Campbell, una de las múltiples modelos que han posado para el italiano desde que formase tándem creativo con Iango Henzi, su evolución de peluquero a fotógrafo ha sido algo natural. “Luigi tiene un ojo increíble.
Se lo toma todo con entusiasmo y gran sentido del humor.
Cuando trabajo con él, me aparto y le dejo crear, porque confío plenamente”, explicaba al portal models.com.
Uno de sus últimos proyectos, la campaña Visions of style de Kérastase, le permite aunar sus dos vocaciones.
“Ser fotógrafo me da la oportunidad de crear un personaje y traducir los estilos en imágenes.
Quiero sentarme en el asiento del conductor, no tocar en la cara B de la cinta de música”.
elpaissemanal@elpais.es
Las tendencias capilares se resisten a encasillarse en un catálogo de estilos y esta temporada el único dictado que prevalece es que el pelo esté sano.
Lo proclama la versión digital de Vogue París –“el cabello saludable se ha convertido en el nuevo negro”– y lo ratifica Luigi Murenu (Cerdeña, 1964), director creativo de Kérastase, además de uno de los peluqueros más poderosos de la industria de la moda y máximo precursor de esta nueva corriente. Estilista de cabecera de Madonna durante años, Murenu no solo convierte en moda cualquier peinado que crea, sino que es capaz de multiplicar su alcance como tendencia a través de su reciente faceta como fotógrafo. Una nueva vocación que le ha llevado a firmar, entre otras, la campaña de Dior de la pasada primavera (con Jennifer Lawrence como protagonista), la de Versace Jeans del otoño de 2014 o la de la línea cosmética de Tom Ford en el invierno de 2013.
Con la tijera, la cámara o empuñando ambas, hay pocos hombres con el poder de prescripción que ostenta este italiano.
Y este otoño sentencia que la calidad del cabello prima sobre cualquier corte o tratamiento.
“El peor error que las mujeres cometen con su pelo es no cuidarlo.
Usar el acondicionador y los productos de styling adecuados puede marcar una enorme diferencia”, explica mientras se dispone a trabajar con Magdalena Frackowiak, la modelo que protagoniza las imágenes de las páginas anteriores.
La sensualidad que adquiere una melena lacia en sus manos contrasta con el poco esfuerzo que, aparentemente, le requiere conseguirla.
Observándole, un par de pasadas con los dedos por el cabello liso bastan para proporcionar el sutil volumen que buscaba.
Una joya de modelo
En sus 16 años de carrera, la modelo Magdalena Frackowiak (Gdansk, Polonia, 1984), que protagoniza este editorial, ha abierto y cerrado desfiles de Balenciaga, Yves Saint Laurent o Dolce & Gabanna; ha monopolizado editoriales en casi todas las ediciones de ‘Vogue’, y ha sido uno de los cotizados ángeles de Victoria’s Secret.Ahora ha lanzado una línea de joyería homónima: “Cada pieza es como una pequeña escultura y está fabricada a mano en Polonia por artesanos locales”.
Siempre trabaja con un cargamento de maletas gigantescas repletas de secadores, cepillos, tenacillas y postizos en una infinidad de largos y tonos.
A la sesión de fotos para El País Semanal acude con tres asistentes.
“Sí, soy un perfeccionista, pero también tengo mucha disciplina.
Necesito saber todos los detalles antes y qué voy a hacer, aunque algunas veces pueda volverme loco”, explica.
Streeters, la agencia que gestiona su carrera, advierte de que el italiano solo acepta “reservas especiales”.
“Todavía puedo peinar, pero con muy pocos diseñadores: Riccardo Tisci, Rick Owens. Continúo siendo muy buen amigo de Peter Dundas, pero, honestamente, uno tiene que encontrar su lugar en la vida. Necesito tener el control.
Ahora que soy fotógrafo trabajo con los diseñadores en otro nivel diferente.
Tengo más poder”, argumenta.
Para Naomi Campbell, una de las múltiples modelos que han posado para el italiano desde que formase tándem creativo con Iango Henzi, su evolución de peluquero a fotógrafo ha sido algo natural. “Luigi tiene un ojo increíble.
Se lo toma todo con entusiasmo y gran sentido del humor.
Cuando trabajo con él, me aparto y le dejo crear, porque confío plenamente”, explicaba al portal models.com.
Uno de sus últimos proyectos, la campaña Visions of style de Kérastase, le permite aunar sus dos vocaciones.
“Ser fotógrafo me da la oportunidad de crear un personaje y traducir los estilos en imágenes.
Quiero sentarme en el asiento del conductor, no tocar en la cara B de la cinta de música”.
elpaissemanal@elpais.es