El fiscal trata de que Porto desvele si "ensayó" la muerte de la niña el martes anterior a su muerte.
Rosario Porto, acusada junto a su exmarido de sedar a su hija y después asfixiarla en septiembre de 2013,
ha afirmado este jueves durante el juicio que "la niña presentaba
rinitis alérgicas".
Durante el interrogatorio al que le somete en el fiscal que juzga la muerte de Asunta, de 12 años, Porto ha declarado que en julio de 2013 tomó Orfidal —en concreto, "alguno suelto"—, pero desde finales de mes le fue pautado por otro doctor.
Y ha asegurado sobre el cuidado de su hija: "Como padres, hicimos lo mejor que pudimos".
El fiscal ha exhibido esta mañana un extracto de la central de alarmas que demuestra que alguien estuvo en el chalé del municipio de Teo —el lugar donde se cree que mataron a la niña— el martes anterior al sábado, el día en el que Asunta murió.
El documento revela que la alarma se desconectó aproximadamente a las mismas horas que fue desconectada el sábado, periodo durante el cual Asunta fue asfixiada tras ingerir una fuerte dosis de Orfidal, que anuló su voluntad.
La niña no fue a clases el miércoles.
La madre justificó su ausencia ante el tutor con una nota en la que explicaba que se encontraba mal.
Los investigadores siempre han defendido que la muerte fue ensayada por los padres con anterioridad.
Ahora, el fiscal pretende que Porto explique si se intentó matar a la niña aquel martes.
La madre ha respondido con vaguedad que no sabe lo que hizo su hija esa tarde, que no sabe quién estuvo ese martes en casa de Teo, que quizá fue Alfonso Basterra, su exesposo.
Porto ha dicho que ella creía que la niña había estado toda la tarde con la cuidadora, aunque también ha señalado que a lo mejor había estado con Basterra porque ese martes tenía que comprar libros de texto para Asunta y cambiar bonos escolares en Hipercor.
El supermercado se encuentra en la misma ruta que el chalé de Teo.
El Ministerio Fiscal también ha preguntado por la salud de Asunta a la acusada, que, sentada frente al tribunal, de riguroso negro, está respondiendo a todas las cuestiones y de manera profusa, pese a quebrársele la voz con frecuencia, especialmente al mencionar el nombre de la menor.
En el momento en el que hablaban sobre su salud, cuando el fiscal iba a cambiar de tema, Porto ha introducido este: "Lo que no le dije (...) es que la niña presentaba rinitis alérgicas estacionales", ha apuntado, antes de concretar que en la "primavera verano de 2013" estuvo "bastante cargada".
Sobre quién había adquirido el Orfidal, ha dicho que creía que el padre de la niña "había hablado" con el doctor para que le diese "una receta", porque los "había comprado él". "Los de julio sí, creo", ha apuntado.
La mujer ha asegurado que no sabe "de dónde" sacó "la fuerza" para tirarse "encima de esa persona", la que protagonizó el episodio en el cual un hombre supuestamente intentó matar a su hija Asunta Basterra en su piso de Santiago, de forma que este "soltó a la niña".
Según ha indicado Porto, después, ambas —ella y la menor— acudieron a la cocina a coger un cuchillo para "solventar" la situación por sí mismas, pero fueron hasta la puerta y el individuo se había ido.
Durante el interrogatorio al que le somete en el fiscal que juzga la muerte de Asunta, de 12 años, Porto ha declarado que en julio de 2013 tomó Orfidal —en concreto, "alguno suelto"—, pero desde finales de mes le fue pautado por otro doctor.
Y ha asegurado sobre el cuidado de su hija: "Como padres, hicimos lo mejor que pudimos".
El fiscal ha exhibido esta mañana un extracto de la central de alarmas que demuestra que alguien estuvo en el chalé del municipio de Teo —el lugar donde se cree que mataron a la niña— el martes anterior al sábado, el día en el que Asunta murió.
El documento revela que la alarma se desconectó aproximadamente a las mismas horas que fue desconectada el sábado, periodo durante el cual Asunta fue asfixiada tras ingerir una fuerte dosis de Orfidal, que anuló su voluntad.
La niña no fue a clases el miércoles.
La madre justificó su ausencia ante el tutor con una nota en la que explicaba que se encontraba mal.
Los investigadores siempre han defendido que la muerte fue ensayada por los padres con anterioridad.
Ahora, el fiscal pretende que Porto explique si se intentó matar a la niña aquel martes.
La madre ha respondido con vaguedad que no sabe lo que hizo su hija esa tarde, que no sabe quién estuvo ese martes en casa de Teo, que quizá fue Alfonso Basterra, su exesposo.
Porto ha dicho que ella creía que la niña había estado toda la tarde con la cuidadora, aunque también ha señalado que a lo mejor había estado con Basterra porque ese martes tenía que comprar libros de texto para Asunta y cambiar bonos escolares en Hipercor.
El supermercado se encuentra en la misma ruta que el chalé de Teo.
El Ministerio Fiscal también ha preguntado por la salud de Asunta a la acusada, que, sentada frente al tribunal, de riguroso negro, está respondiendo a todas las cuestiones y de manera profusa, pese a quebrársele la voz con frecuencia, especialmente al mencionar el nombre de la menor.
En el momento en el que hablaban sobre su salud, cuando el fiscal iba a cambiar de tema, Porto ha introducido este: "Lo que no le dije (...) es que la niña presentaba rinitis alérgicas estacionales", ha apuntado, antes de concretar que en la "primavera verano de 2013" estuvo "bastante cargada".
Sobre quién había adquirido el Orfidal, ha dicho que creía que el padre de la niña "había hablado" con el doctor para que le diese "una receta", porque los "había comprado él". "Los de julio sí, creo", ha apuntado.
La mujer ha asegurado que no sabe "de dónde" sacó "la fuerza" para tirarse "encima de esa persona", la que protagonizó el episodio en el cual un hombre supuestamente intentó matar a su hija Asunta Basterra en su piso de Santiago, de forma que este "soltó a la niña".
Según ha indicado Porto, después, ambas —ella y la menor— acudieron a la cocina a coger un cuchillo para "solventar" la situación por sí mismas, pero fueron hasta la puerta y el individuo se había ido.