12
28 sept 2015
ASTRONOMÍA La sombra del Teide acarició la superluna justo antes del eclipse..................................... Javier Salas.
Varios fenómenos astronómicos coincidieron ante el ojo humano en la cumbre del volcán.
Solo 356.878 kilómetros separaban a la Luna de la Tierra cuando el
planeta se iba a interponer entre su satélite y el Sol, provocando el
último eclipse lunar que se verá en Europa hasta 2018.
Tan cerca estaban que el satélite parecía —casi a simple vista— más grande de lo normal, provocando la llamada superluna.
Pero hubo un punto del planeta en el que ocurrieron más cosas: el volcán tinerfeño del Teide, donde se pudo asistir a otro alineamiento singular, junto al de la Luna, la Tierra y el Sol.
Allí, la sombra del volcán se estiró hacia el cielo, coincidiendo con la luna llena y el ocaso solar, en uno de los fenómenos más espectaculares que pueden observarse, al rozar con su pico la luna llena a punto de eclipsarse
.
Este fenómeno, descubierto en 2001, sucede cuando el Sol se pone y el Teide comienza a proyectar su sombra sobre el Parque Nacional, después a lo largo de toda la isla de Tenerife, hacia el mar, y más adelante cubriendo la isla de Gran Canaria hasta que su silueta se dispara hacia el cielo, proyectándose sobre la atmósfera.
Si en ese momento, como muestra el vídeo (cortesía de Teleférico del Teide), el ocaso coincide con la luna llena, se produce esa caricia del Teide a la Luna.
La sombra del volcán se convierte en un triángulo perfecto que se estira hacia el cielo: una forma que no se debe a la silueta real del volcán, sino a la conjunción de los rayos solares al proyectar su sombra, formando un punto de fuga sobre la atmósfera como el de un camino que se pierde en el horizonte.
La ventaja del Teide para observar el eclipse no se debe solo a sus 3.718 metros: desde el archipiélago canario, la Luna estará muy alta, 60º sobre el horizonte, 25º por encima de la media europea.
Esto supone una observación más directa, con "menos atmósfera" que se interponga en su contemplación.
Por eso, fue un lugar privilegiado para ver esta notable superluna, que asomó por el horizonte a las 19.34 hora local canaria y que saludó a la sombra del Teide casi exactamente en el este, al estar tan cerca del equinoccio de otoño, según explicó Miquel Serra-Ricart, responsable del observatorio astronómico ubicado en las faldas del volcán tinerfeño.
"En esta ocasión, la luna es algo así como un 25% más luminosa de lo normal y entre un 9% y un 10% mayor en su diámetro", apunta el astrofísico, que recuerda que no se volverá a ver el eclipse con estas mismas condiciones —de una "super-superluna" como esta— hasta 2033.
Tan cerca estaban que el satélite parecía —casi a simple vista— más grande de lo normal, provocando la llamada superluna.
Pero hubo un punto del planeta en el que ocurrieron más cosas: el volcán tinerfeño del Teide, donde se pudo asistir a otro alineamiento singular, junto al de la Luna, la Tierra y el Sol.
Allí, la sombra del volcán se estiró hacia el cielo, coincidiendo con la luna llena y el ocaso solar, en uno de los fenómenos más espectaculares que pueden observarse, al rozar con su pico la luna llena a punto de eclipsarse
.
Este fenómeno, descubierto en 2001, sucede cuando el Sol se pone y el Teide comienza a proyectar su sombra sobre el Parque Nacional, después a lo largo de toda la isla de Tenerife, hacia el mar, y más adelante cubriendo la isla de Gran Canaria hasta que su silueta se dispara hacia el cielo, proyectándose sobre la atmósfera.
Si en ese momento, como muestra el vídeo (cortesía de Teleférico del Teide), el ocaso coincide con la luna llena, se produce esa caricia del Teide a la Luna.
La sombra del volcán se convierte en un triángulo perfecto que se estira hacia el cielo: una forma que no se debe a la silueta real del volcán, sino a la conjunción de los rayos solares al proyectar su sombra, formando un punto de fuga sobre la atmósfera como el de un camino que se pierde en el horizonte.
La ventaja del Teide para observar el eclipse no se debe solo a sus 3.718 metros: desde el archipiélago canario, la Luna estará muy alta, 60º sobre el horizonte, 25º por encima de la media europea.
Esto supone una observación más directa, con "menos atmósfera" que se interponga en su contemplación.
Por eso, fue un lugar privilegiado para ver esta notable superluna, que asomó por el horizonte a las 19.34 hora local canaria y que saludó a la sombra del Teide casi exactamente en el este, al estar tan cerca del equinoccio de otoño, según explicó Miquel Serra-Ricart, responsable del observatorio astronómico ubicado en las faldas del volcán tinerfeño.
"En esta ocasión, la luna es algo así como un 25% más luminosa de lo normal y entre un 9% y un 10% mayor en su diámetro", apunta el astrofísico, que recuerda que no se volverá a ver el eclipse con estas mismas condiciones —de una "super-superluna" como esta— hasta 2033.
27 sept 2015
“Internet ha organizado por primera vez la imbecilidad”...................................................... Juan Cruz
Javier Marías, autor de ‘Negra espalda del tiempo’, novelista y académico, acaba de cumplir 64 años. Se declara enfadado y ve síntomas de regresión política.
Ha reunido 95 artículos publicados en EL PAÍS Semanal bajo el título Juro no decir nunca la verdad (Alfaguara). Reflejan un periodo en que se ha acrecentado su desasosiego civil. ¿Qué le produce sosiego?
Soy más bien desasosegado, inquieto, nervioso a veces.
Desde la mañana. Quizá me sosiego cuando salgo a caminar sin móvil. Lo utilizo en los viajes.
Me siento más a salvo cuando no estoy al alcance de nadie.
Decía Kafka que despertarse es el momento más arriesgado del día. Para mí es el peor. A los 25 ó 30 años era el de irme a dormir: me entraban preocupaciones sobre el porvenir.
Ahora me despierto con temor: me cuesta hacerme a la idea de que debo empezar el día.
Y ya no hay sosiego. Veo los titulares y todo me parece más grave de lo que es. El sobresalto me dura hasta que me mojo, hasta que me sumerjo en la bañera.
Luego se moja escribiendo. Escribes en prensa para bañarte en lo que opinas o para no callártelo demasiado. Intento razonar, explicar por qué algo me parece estúpido, injusto o erróneo.
¿Que le aporta la realidad como escritor? Me sirve para estar más atento.
Si sólo fuera novelista correría el riesgo de estar en las nubes. Escribir en prensa me hace un poco más despierto.
¿La clase literaria tiende a situarse en las nubes? Hay aquí tradición de novelistas que han colaborado en prensa. La manera de ver la realidad de un novelista puede ser útil en un país.
¿Se puede interpretar por sus artículos que ha crecido su enfado? ¡Es difícil saber si es porque me hago más gruñón! O porque hay más motivos para estar de mal humor. O que ahora llego a los 64, una edad que los Beatles creían indignante.
Pero estos cuatro años de legislatura han sido irritantes e injustos.
Califica este tiempo de zafio y cursi. ¿Adjetivos contradictorios pero complementarios? Si no están unidos, a veces se alternan en la misma persona.
Hay una grosería deliberada y, después, el mismo individuo suelta una cursilería descomunal en el siguiente artículo, si hablamos de escritores de prensa.
Habla también de vileza, de villanía. ¿Qué ha pasado, Marías? No hemos sido un país muy educado; los periodos democráticos reales han sido escasos, y han durado poco, a excepción de este. Y parece que ha habido una regresión. Hay un poco de vileza en España que ahora ha reemergido. Jóvenes que nacieron en los ochenta denuestan ahora este periodo; ese propósito de desprestigio me llena de perplejidad: es el mejor de los que hemos tenido.
En esa actitud hay una especie de pulsión autodestructiva que se da aquí y que espero que no cuaje.
¿Podría ser ufanía de la ignorancia? Sí. Se ignora la Historia, se falsea...
Se me olvidó decirle: Internet tiene cosas maravillosas, pero hay algo novedoso: la imbecilidad por primera vez está organizada. Hubo imbecilidad siempre; imbéciles iban al bar, hacían públicas sus imbecilidades, pero es ahora cuando se organizan, con gran capacidad de contagio.
Y hay un problema añadido: la gente se acoquina ante los soliviantados internautas y se disculpa cuando no tiene por qué.
Y la gente sufre represalias.
Es matonismo. Y no hay mejor manera de que el matonismo triunfe que achantarse y acoquinarse. España es un país particularmente aficionado al matoneo.
¿Estamos en peligro de regresión, dice? Siempre.
Hay ahora síntomas de que esto se puede estropear.
El estropeo es una constante de la vida española: hay una especie de pulsión autodestructiva que ahora asoma la oreja de nuevo. Ojalá me equivoque, pero sí, veo peligro.
Desde la mañana. Quizá me sosiego cuando salgo a caminar sin móvil. Lo utilizo en los viajes.
Me siento más a salvo cuando no estoy al alcance de nadie.
Decía Kafka que despertarse es el momento más arriesgado del día. Para mí es el peor. A los 25 ó 30 años era el de irme a dormir: me entraban preocupaciones sobre el porvenir.
Ahora me despierto con temor: me cuesta hacerme a la idea de que debo empezar el día.
Y ya no hay sosiego. Veo los titulares y todo me parece más grave de lo que es. El sobresalto me dura hasta que me mojo, hasta que me sumerjo en la bañera.
Luego se moja escribiendo. Escribes en prensa para bañarte en lo que opinas o para no callártelo demasiado. Intento razonar, explicar por qué algo me parece estúpido, injusto o erróneo.
¿Que le aporta la realidad como escritor? Me sirve para estar más atento.
Si sólo fuera novelista correría el riesgo de estar en las nubes. Escribir en prensa me hace un poco más despierto.
¿La clase literaria tiende a situarse en las nubes? Hay aquí tradición de novelistas que han colaborado en prensa. La manera de ver la realidad de un novelista puede ser útil en un país.
¿Se puede interpretar por sus artículos que ha crecido su enfado? ¡Es difícil saber si es porque me hago más gruñón! O porque hay más motivos para estar de mal humor. O que ahora llego a los 64, una edad que los Beatles creían indignante.
Pero estos cuatro años de legislatura han sido irritantes e injustos.
Califica este tiempo de zafio y cursi. ¿Adjetivos contradictorios pero complementarios? Si no están unidos, a veces se alternan en la misma persona.
Hay una grosería deliberada y, después, el mismo individuo suelta una cursilería descomunal en el siguiente artículo, si hablamos de escritores de prensa.
Habla también de vileza, de villanía. ¿Qué ha pasado, Marías? No hemos sido un país muy educado; los periodos democráticos reales han sido escasos, y han durado poco, a excepción de este. Y parece que ha habido una regresión. Hay un poco de vileza en España que ahora ha reemergido. Jóvenes que nacieron en los ochenta denuestan ahora este periodo; ese propósito de desprestigio me llena de perplejidad: es el mejor de los que hemos tenido.
En esa actitud hay una especie de pulsión autodestructiva que se da aquí y que espero que no cuaje.
¿Podría ser ufanía de la ignorancia? Sí. Se ignora la Historia, se falsea...
Se me olvidó decirle: Internet tiene cosas maravillosas, pero hay algo novedoso: la imbecilidad por primera vez está organizada. Hubo imbecilidad siempre; imbéciles iban al bar, hacían públicas sus imbecilidades, pero es ahora cuando se organizan, con gran capacidad de contagio.
Y hay un problema añadido: la gente se acoquina ante los soliviantados internautas y se disculpa cuando no tiene por qué.
Y la gente sufre represalias.
Es matonismo. Y no hay mejor manera de que el matonismo triunfe que achantarse y acoquinarse. España es un país particularmente aficionado al matoneo.
¿Estamos en peligro de regresión, dice? Siempre.
Hay ahora síntomas de que esto se puede estropear.
El estropeo es una constante de la vida española: hay una especie de pulsión autodestructiva que ahora asoma la oreja de nuevo. Ojalá me equivoque, pero sí, veo peligro.
Cómo ver el eclipse lunar esta noche
A partir de las dos de la madrugada de hoy comenzará el eclipse de la mayor superluna de los últimos cuatro años.
Esta noche se podrán ver a un tiempo dos fenómenos poco frecuentes. Por un lado, se podrá ver la mayor superluna de los últimos cuatro años,
pero además, la tierra eclipsará al satélite. Observar el espectáculo
no tiene dificultades, pero hay algunos detalles que pueden mejorar la
experiencia.
1. La hora exacta
El eclipse total se producirá entre las 4.11 de la madrugada del día 28 y las 5.23 (hora peninsular española). El fenómeno empieza a las 2.11 y finaliza a las 7.22.2. Mejor fuera de las ciudades
Aunque el eclipse se podrá disfrutar, siempre que no esté nublado, casi desde cualquier lugar, como para todas las observaciones astronómicas, es mejor alejarse de los centros urbanos y sus luces artificiales. Además de ver el cielo con más claridad, se apreciará mejor cómo se va oscureciendo el entorno a medida que la Tierra va ocultando la luz de la Luna.3. Las fases del eclipse
En la fase de penumbra, una sombra difícil de percibir comienza a cubrir la cara de la luna. Después, comienza el eclipse parcial, y una sombra más oscura avanza sobre el satélite y va atenuando su luz. Se cuenta que observando que la sombra proyectada sobre la Luna es curva, Aristóteles dedujo que la Tierra era redonda. Cuando se termina esta fase, la Luna queda en la sombra y adquiere un tono que en ocasiones parece rojizo. Esta etapa de eclipse total suele durar alrededor de una hora. El proceso continúa después a la inversa hasta que la Luna vuelve a brillar, libre de la sombra terrestre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)