Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 sept 2015

'La Preysler' y Vargas Llosa eclipsan a los reyes en la apertura de la temporada de ópera

Los fotógrafos del cuore hicieron su agosto este martes por la noche en el Teatro Real de Madrid gracias a la 'reina de corazones', la filipina, que coincidió en la misma sala con su actual pareja, su exmarido Carlos Falcó y su hija Tamara.
Y su hija Ana no fué? es la única huerfana de la familia. Su Mami le han dejado con expresión de asombro de tanta cirujia y unos labios muy feos terminará como la Duquesa de Alba.... 

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, este martes en el teatro - Foto EFE
No cabía ni un alma el pasado martes por la noche en el Teatro Real de Madrid.
 Nunca una ópera clásica en italiano suscitaría tanto interés si no fuera porque este martes por la noche, en el Teatro Real de Madrid, era uno de esos días para ver y dejarse ver, donde la alta sociedad acudía para aplaudirse entre ellos, para vitorear el himno de España y para 'disfrutar' de una obra operística escrita en el XIX que jalearon como pocos, aunque entre los corrillos pocos reconocieron entender.
A pesar de la presencia de Felipe VI y de Letizia Ortiz en el palco de honor, todo el mundo estaba a la espera de la pareja más de moda en la capital.
Efectivamente, Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler lograron ser los más fotografiados al pasear su amor por el centro del graderío.
 Le cuentan a este Buscón que la reina filipina consiguió eclipsar totalmente a la reina asturiana. Como dato curioso, Preysler coincidió en la misma sala con su actual pareja y con una de sus antiguas relaciones, Carlos Falcó, quien acudió al evento con la hija de ambos Tamara.
En cualquier caso, un cazador de autógrafos tenía trabajo más que sobrado con la cantidad de prohombres y 'promujeres'
. Por el Partido Popular, acudieron Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón o el ministro de Sanidad Alfonso Alonso.
 En el PSOE no se quedaron cortos con la presencia de Elena Salgado o Carmen Calvo. El mundo del periodismo estuvo representado por unos cuantos plumillas sobre los que sobresalía Iñaki Gabilondo, quien saludó con dos fuertes besos en la mejilla a Aguirre, así como Pedro J. Ramírez y su esposa Agatha Ruiz de la Prada.
 Del mundo de la farándula llamó la atención la presencia de Antonio Resines.
 Por otra parte, llamativa y comentada fue la asistencia de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
 Aunque en un principio hubo dudas sobre si Carmena asistiría al acto, ya que devolvió las entradas del Real que le correspondían como alcaldesa de Madrid (con la petición de que se revendieran), finalmente sí que asistió ya que para la inauguración de la temporada tenía la 'obligación' institucional de hacerlo.
Le cuentan a este Buscón que fue muy llamativo ver llegar a Carmena en metro y andando al Palacio Real, mientras que el resto de ricos del PP y PSOE optaban por el coche oficial o extraoficial. Carmena no parece sentirse demasiado a gusto en estos 'saraos' con cierto tufo clasista
. Cuando al acabar la función, los asistentes abrieron un pasillo a la salida del teatro para despedir con aplausos y vivas a los reyes, el silencio absoluto se hizo cuando después de ellos salió la que fue candidata apoyada por Podemos.
 Parecería que entre los asistentes el pasado martes a la ópera Roberto Devereux, los votantes de Ahora Madrid podían contarse con los dedos de una mano.



 

Don't Stop Me Now' de Queen, elegida la canción más feliz de la historia

queen
Rock and roll, nena.
La ciencia ha dado con la canción más feliz jamás compuesta. Se trata de un pegadizo himno de los setenta. ¿Se te ocurre cuál puede ser?
Si estabas pensando en el mítico Don’t Stop Me Now de Queen, has acertado.
Está bien, puede que no sea la única canción más feliz jamás compuesta, pero, según este estudio, se trata de un ejemplo perfecto de la fórmula de la felicidad en el ámbito de la música: tempo rápido (aproximadamente 150 pulsaciones por minuto) + letra alegre + tonalidad mayor.
En una encuesta que realizó el fabricante británico Alba, se pidió a 2000 adultos de Reino Unido que escogieran las canciones que les hacían sentirse mejor, y la que más veces se mencionó fue este himno tan optimista de Queen.
Cuando el neurocientífico cognitivo Jacob Jolij —que se encargó de completar el análisis de los datos para Alba— examinó las características de este tema de 1978 e identificó los elementos de los que hablábamos antes como la ecuación para darle a una canción la cualidad de provocar alegría.
"Mi análisis confirmó lo que la literatura ya nos había enseñado: las canciones compuestas en tonalidad mayor y con un tempo rápido son más eficaces a la hora de producir emociones positivas", declaró el doctor Jolij —que además imparte Psicología en la Universidad de Groningen— a la edición estadounidense de The Huffington Post vía correo electrónico. "Prácticamente todas las canciones felices están compuestas en tonalidad mayor (salvo contadas excepciones), y todas ellas tienen un ritmo superior en 10 pulsaciones por minuto al de una canción estándar de pop".
Entre las que fueron mencionadas en la encuesta se encuentran el Dancing Queen de ABBA, el Good Vibrations de The Beach Boys y el Uptown Girl de Billy Joel.
Aunque, según el doctor Jolij, lo que determina si una canción nos hace sentir bien o no es, más que nada, nuestra propia asociación de esa canción con cosas positivas.
"No se pueda señalar a una canción como la canción feliz definitiva, pero lo que sí es posible es identificar las características específicas que hacen que un tema le levante el ánimo a la gente", declaró Jolij. "Cuanta más información haya disponible, más podremos aprender sobre la manera en que la música afecta a nuestro estado de ánimo".
!!!Hombre y si quieren buen rollito se me ha ocurrido que podrían poner ""Els segadors"" jajajajajaj eso de cortar la cabeza a castellanos, a Canarias no que estamos muy abajo de Catalunya y els catalans se creen que somos islas del Caribe por mucho Atlantico que se vea....

Moda a ritmo de rock and roll.............................................................. Brenda Otero.

El diseñador Tommy Hilfiger ejerce de comisario en una exposición de Sotheby’s sobre la influencia de la música en las tendencias.

 

David Bowie durante una presentación de su álbum Ziggy Stardust. / Terry O’Neill (© Iconic Images)

Hubo una época en la que los músicos vestían sin la ayuda de estilistas ni diseñadores
. En la que Debbie Harry cosía sus propios vestidos con tela de tapicería de coche, The Ramones llevaban los vaqueros rotos porque no tenían ni para fundas de guitarra y John Lennon posaba con una camiseta de recuerdo de Nueva York.
 La muestra Rock Style, organizada por la sede de la casa de subastas Sotheby’s en Londres, recaptura esos años en los que los artistas creaban su propio estilo sin recurrir a las firmas.
Las instantáneas que recopila la exposición, abierta al público hasta el 30 de octubre, se encuentran a la venta y han sido seleccionadas por el diseñador de moda Tommy Hilfiger en colaboración con su amigo el galerista Jeffrey Deitch
. Forman parte de una selección procedente de un libro del mismo nombre que publicó el diseñador para diseccionar la influencia de la música en el mundo de la moda.
 En su caso se trata más bien de un homenaje personal a las figuras que han marcado su vida y su trabajo:
"Vi a los Beatles en la televisión y pensé que eran lo más
. Entonces supe que quería ser rockero", admite Hilfiger. "No sabía tocar la guitarra, así que decidí tener el aspecto de una estrella de rock".
Elvis Presley. / Terry O’Neill (© Iconic Images)
Gran parte de las fotografías de la muestra llevan la firma de Bob Gruen, el autor de uno de los retratos más icónicos de John Lennon.
 El neoyorquino empezó su carrera con Ike y Tina Turner y ha tenido acceso de primera mano a los Rolling Stones, Elton John, los Sex Pistol, los Ramones o Blondie. Gruen y Hilfiger se conocen desde su juventud, cuando el diseñador se dedicaba a vender el merchandising del grupo que habían formado sus hermanos.
 "¡Nadie se imaginaba que el tipo de las camisetas iba a tener tanto éxito", recuerda entre risas Gruen.
El fotógrafo es una mina de anécdotas, que desgrana a medida que recorre la exposición.
“Nadie tenía un look tan extremo como el de Elton John", comenta frente a uno de sus retratos.
"En un principio me imaginé que iba a ser difícil hacer algo bueno con un pianista. No obstante, él era diferente y se las arreglaba para saltar mientras tocaba".
Debbie Harry, en 1976 la discoteca Max's Kansas City en Nueva York. / © Bob Gruen
Gruen fue de gira con los Sex Pistols, con tan mala suerte que el grupo se separó justo al terminar el tour y nadie quiso comprarle el material que había acumulado:
 "Años después, en 1986, se estrenó la película Sid & Nancy.
 El actor Gary Oldman, dio más personalidad a Sid Vicious de la que en realidad tenía, los Sex Pistols volvieron a resultar interesantes y mis fotos se vendieron".
 El neoyorquino contaba con una serie de ases en la manga para congraciarse con los artistas más ariscos. "Se negociaba después de un porro y una raya de coca.
 Con los Sex Pistols había que beber constantemente para encajar
. Como norma general había que vestirse de la misma manera que ellos sin llegar eclipsarlos. En ocasiones me era difícil porque yo tenía más estilo".
Con los New York Dolls reconoce que le costó más mimetizarse.
 “Llevaba purpurina ¡pero nunca pintalabios!", puntualiza.
 Después de toda una vida haciendo callo entre bambalinas
, Gruen se lamenta de que fotografiar a estrellas ya no es lo que era. "Ahora es imposible hacerlo sin catering, asistentes y revuelo", reflexiona.
 Y en su caso, el reconocimiento le ha complicado el negocio.
 "Es muy complicado trabajar con la novia del batería sacándome fotos.
 Tampoco ayuda que el músico se ponga delante de mi objetivo preocupado porque cualquiera de sus gestos puede terminar convirtiéndose en una imagen icónica".

Esto también importa.......................................................... Elvira Lindo

Nuestra educación sexual fue inexistente, pero el deseo de romper con la tradición que sometía a nuestras madres hizo que algunas investigáramos la manera de ser libres.

Una clase de educación sexual en un colegio de Barcelona. / Carles Ribas

La intimidad de las mujeres sigue siendo un misterio
. Lo apuntaba la semana pasada, cuando escribía sobre la desconocida sexualidad de las mujeres mayores de sesenta años.
 Lástima que los artículos no traten de lo que su autora pretende sino de lo que el lector prefiere, porque resultó que el affaire del Nobel peruano con una socialité ensombreció el resto de mis consideraciones y, en nuestra empecinada tendencia (marca España) a convertirlo todo en un plebiscito, unos se mostraron a favor y otros en contra de dicha relación.
Pero lo que yo pretendía, sin conseguirlo, era reflexionar sobre los malentendidos que siempre rondan el asunto de la sexualidad femenina: si la mujer es mayor, madura o anciana, porque se le sobreentiende jubilada del juego amoroso, y si la mujer es muy joven, en esta época en la que debería contar con más armas para tener relaciones satisfactorias, evitar embarazos indeseados o infecciones que pongan su salud en riesgo, resulta que un porcentaje alarmante de chicas mantiene relaciones de cualquier manera y no sabe o no puede o no quiere pedir ayuda en sus primeros pasos.
En este asunto, las mujeres con experiencia o con experiencias deberíamos romper un tabú al que seguimos contribuyendo.
Sobre todo, las que fuimos adolescentes en los setenta y jóvenes en los ochenta, aquellas que rompimos con el protocolo de iniciación habitual en la generación de nuestras madres, que aún valoraban la llegada al matrimonio con el himen intacto, ese himen que ahora algunas descerebradas pagan porque les sea reconstruido
. Deberíamos contar por qué si las chicas liberadas (como se decía entonces) quisimos romper con el mito de la virginidad y buscamos por nuestra cuenta información, fuimos al ginecólogo en secreto, elegimos método anticonceptivo y tratamos de no quedarnos embarazadas, aunque la sombra del aborto estuviera muy presente en aquella juventud, por qué, pregunto, no hemos contribuido luego a que se avanzara más en este aspecto; por qué en estos tiempos en los que se habla de sexo tan burdamente en la televisión, convirtiendo la intimidad en algo impúdico, y tantos personajillos se empeñan en contarnos sus hazañas sexuales, por qué sigue habiendo un porcentaje considerable de adolescentes que ignoran casi todo lo que deberían saber antes de enrollarse con un tío.
Hablo en femenino no porque sean ellas las únicas que deben informarse, en absoluto, pero es obvio que las consecuencias no deseadas suelen caer sobre sus hombros y también es habitual que las chicas renuncien a parte de su disfrute a favor del de su compañero de juegos.
 Aunque el aspecto dedicado al placer en sí no haya sido el objetivo del estudio de Bayer que ha analizado el conocimiento que nuestras jóvenes poseen de los métodos anticonceptivos, no existe verdadera educación sexual si no se contempla la esencia de encontrarse íntimamente con alguien: disfrutar, o mejor aún, disfrutar mucho.
No estaría de más que quienes ya podemos mirar atrás con ironía y habiéndonos perdonado todos los errores cometidos contáramos cómo fue nuestro inicio, dónde, a qué edad, quién nos había facilitado alguna información y si supimos algo a través de nuestros padres.
 Mi padre fue pedagogo por un día y me contó algo sobre la abeja reina y los zánganos
. Todavía lo estoy asimilando.
En realidad yo sabía de sobra a qué se estaba refiriendo y me sentí abochornada, casi tan incómoda como cuando fui al cine con él a ver Novecento y nos vimos en el trago de contemplar juntos la escena en la que una prostituta hace una doble paja a Robert De Niro y Gérard Depardieu.
Nuestra educación sexual fue inexistente, pero el deseo de dar un salto generacional y romper con la tradición que sometía a nuestras madres hizo que algunas chicas investigáramos la manera de ser libres.
El futuro no siempre trae progreso; si la educación no funciona condenamos a las chicas a retroceder. Se puede ser de apariencia tan atractiva y rompedora como Amy Winehouse, admirar su talento y descubrir luego que en las letras que ella misma compuso hay una entrega ciega a la voluntad masculina, a la satisfacción de los deseos del hombre, a una infravaloración voluntaria y orgullosa, que nos retrotrae a los tiempos de una Billie Holiday a la que destrozaron el racismo y las drogas, pero también los hombres que amó, y que actuaron más como chulos que como compañeros
. Es probable que la educación sexual sea una de las materias más difíciles de enseñar, pero tampoco se puede abandonar todo a la experiencia, porque no podemos permitirnos que las chicas sigan creyendo en la marcha atrás, en que no se pueden quedar embarazadas si tienen la regla, en que no hay más que dos métodos anticonceptivos, o en que lo fundamental es hacer que su chico se corra. Porque luego está esa imagen de la chica sola, desolada, que no sabe cómo salir del lío en el que se ha metido.