Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 sept 2015

Stephen Hawking: “Mi discapacidad ha sido una ayuda, en cierto modo”................................ Nuño Domínguez / Javier Salas


El físico británico, hoy, en Tenerife. / Vídeo: Álvaro de la Rúa | Foto: Gorka Lejarcegi

EL PAÍS ofrecerá mañana una entrevista en exclusiva con Stephen Hawking, físico teórico, astrofísico divulgador y, posiblemente, el científico más conocido del mundo. 
Hawking está de visita en Tenerife para presentar el festival Starmus, que se celebra cada dos años, organizada por el físico Garik Israelian, y que en su edición de 2016 reunirá a una docena de premios Nobel, entre otras figuras reconocidas de la ciencia, la divulgación y la exploración espacial.
En la entrevista, el científico inglés refexiona sobre la existencia de vida extraterrestre, sobre los agujeros negros ("caer en uno es como precipitarse por las cataratas del Niágara con una canoa"), sobre su temor a la inteligencia artificial
 ("los ordenadores superarán a los humanos en algún momento de los próximos 100 años")
 y sobre la enfermedad que le mantiene postrado desde hace 46 años en una silla de ruedas y que, según comenta, le ha permitido centrarse en estudiar e investigar: 
"Mi consejo para otras personas con discapacidades sería que se concentrasen en cosas que su minusvalía no les impida hacer bien, y que no se lamenten por aquellas con las que interfiere".

El Papa pide en el Congreso de EE UU la abolición de la pena de muerte.............................. Pablo Ordaz / Marc Bassets

"Estoy convencido de que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada".

El Papa Francisco ante el Congreso de EEUU / EFE (REUTERS_LIVE!)

El mensaje incómodo que el papa Francisco dirigió al Congreso de los Estados Unidos puede resumirse en una de sus frases:
 “Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”.
 Jorge Mario Bergoglio, que se presentó como “hijo de este gran continente”, repasó ante los congresistas todos los asuntos –cambio climático, redistribución de la riqueza, regulación de la inmigración, política exterior multilateral— que la mayoría republicana ha venido bloqueando.
 El Papa pidió que la respuesta hacia la llegada de inmigrantes sea “humana, justa y fraterna”, y abogó por la abolición de la pena de muerte.
El Papa, que fue recibido con un largo aplauso, volvió a levantar a los congresistas cuando, nada más empezar, dijo:
 “Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en la tierra de los libres y en la patria de los valientes”.
 Pero, enseguida, empezó un discurso menos complaciente.
 “Si es verdad que la política debe servir a la persona humana”, planteó Bergoglio, “no puede ser esclava de la economía y de las finanzas.
La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo”.
 Y añadió: “Tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados.
Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros
. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados.
 En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades.
 El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros”.
El mensaje del Papa es incómodo para la mayoría republicana del Congreso.
 En el cambio climático, en las desigualdades, en la inmigración y en la defensa implícita del diálogo con Cuba e Irán,
 Francisco se alinea con el presidente Barack Obama y el Partido Demócrata.
 El Papa no es un líder político, es un líder espiritual, pero el discurso del Capitolio puede leerse como una lista de reproches contra un partido que en los últimos años ha negado el cambio climático, ha vilipendiado las políticas económicas redistributivas, ha bloqueado los intentos de regular la inmigración y se ha opuesto con virulencia a la política exterior multilateral de Obama.
Si Bergoglio fuese uno más de los parlamentarios que le escuchaban no hay ninguna duda de la bancada en la que se sentaría.
Y, aun así, el mensaje del Papa, suave en las formas, sin entrar a fondo en ninguno de los asuntos, quería ser conciliador.
 Lo primero que hizo Francisco, después de volver a presentarse como “hijo de este gran continente”, fue colocar a los estadounidenses ante el espejo de su propia historia, para demostrarles que personajes como Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton ya “apostaron, con trabajo abnegación y hasta con su propia sangre, por forjar un futuro mejor”. Bergoglio, al que una parte del Congreso tiene por un peronista argentino, un papa rojo, pretendía así demostrar que su discurso incómodo, los baluartes de la doctrina social de la Iglesia, también está en el ADN de Estados Unidos. Francisco, no obstante, fue tacaño con los gestos hacia la derecha religiosa.
 Solo mencionó de pasada uno de los caballos de batalla de los obispos locales y del sector conservador, el matrimonio homosexual, legal desde junio en todo EE UU.
El Papa en el Congreso. / VINCENZO PINTO (AFP)
“A través de ustedes”, se dirigió el Papa a los congresistas, “quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente (…), con tantos abuelos que atesoran la sabiduría forjada por los años e intentan de muchas maneras, especialmente a través del voluntariado, compartir sus experiencias (…), con todos esos jóvenes que luchan por sus deseos nobles y altos, que no se dejan atomizar por las ofertas fáciles, que saben enfrentar situaciones difíciles, fruto muchas veces de la inmadurez de los adultos”.
El papa Francisco se refirió también a la violencia provocada por el fundamentalismo religioso para pedir a los congresistas mucho tacto y mesura a la hora de luchar contra ella
: “Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar.
 Y, por otra parte, puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión en justos y pecadores.
El mundo contemporáneo con sus heridas, que sangran en tantos hermanos nuestros, nos convoca a afrontar todas las polarizaciones que pretenden dividirlo en dos bandos.
 Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior.
Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar.
A eso este pueblo dice: No”.
La imagen de Francisco dirigiéndose al Congreso de Estados Unidos es un símbolo poderoso del lugar central que el catolicismo ocupa en la sociedad y la política estadounidense.
 No siempre fue así.
 El Vaticano y EE UU no establecieron relaciones diplomáticas hasta 1984, después de un intervalo de 134 años.
 Hace 55 años, durante la campaña presidencial de 1960, el candidato demócrata, John F. Kennedy, que era católico, tuvo que esforzarse para deshacer la sospecha de que gobernaría al dictado del Papa de Roma. Incluso personalidades como el reverendo Martin Luther King, que acabó apoyándolo, cuestionaran por este motivo sus credenciales para ser presidente.
“Creo en una América que oficialmente no sea ni católica, ni protestante ni judía, en la que ningún funcionario público requiera ni acepte instrucciones sobre política pública del Papa, del Consejo Nacional de las Iglesias ni de ninguna otra fuente eclesial”, dijo Kennedy en un discurso ante líderes religiosos en Houston.
 Entonces se decía que un católico —religión asociada entonces a los inmigrantes irlandeses, italianos y centroeuropeos— no podía ser presidente. El pronóstico se incumplió y Kennedy fue el primero, y hasta ahora el único, presidente católico.
Estados Unidos se ha transformado.
 La hegemonía WASP (el acrónimo inglés de los protestantes blancos y anglosajones) se ha diluido. En 2010, la retirada del juez del Tribunal Supremo John Paul Stevens y su sustitución por Elena Kagan, puso fin a una era.
 Por primera vez en la historia, el alto tribunal no tenía ningún juez protestante.
 Seis de los nueves jueces y un 31% de congresistas son hoy católicos, una proporción mayor al 20% que representan en la sociedad. Joe Biden es el primer vicepresidente católico y 6 de los 15 candidatos a la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales del 2016 también lo son. Francisco habló ante el Congreso invitado por otro católico, el speaker o presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
En el Congreso de Estados Unidos, Francisco no era un extranjero. Jugaba en casa.

 

Una Nochee en la öpera


1
Los Reyes presidieron la inauguración de la temporada en el Teatro Real, que ha comenzado con la ópera "Roberto Devereux", de Donizetti, una pieza sobre Isabel I de Inglaterrra y la corte de los Tudor, en un montaje de la Welsh National Opera. 



El marqués de Griñón, con su hija Tamara. 


Nuria González, esposa del empresario Fernández Tapias, con su hermana. 

7
El duque de Alba, con su hijo menor a su llegada al Teatro Real. 

2
El escritor Mario Vargas Llosa y su pareja, Isabel Preysler, durante la representación.que la dejó con cara de asombro y labios retocados muy anchos¿Esta ha ido a alguna ópera no siendo el centro porque lo fue para La Reina?





Julio Iglesias: “Hace dos meses y medio no podía ni caminar”............................. Verónica Calderón.

El cantante presenta en México su primer disco en español en 12 años y anuncia que será el último.

Julio Iglesias
El cantante español Julio Iglesias en Ciudad de México. / SAÚL RUIZ

El día que Julio Iglesias ha cumplido 72 años ha decidido pasarlo en México.
 En una sala abarrotada de periodistas en una de las haciendas más emblemáticas de un lujoso barrio de la capital mexicana, este miércoles han sonado las primeras notas de Sway, una de las canciones que forman parte del nuevo disco del icónico cantante que lleva por nombre, como hace intuir el escenario, México
. "Es el último que hago en un estudio de grabación", anunció. Un lamento generalizado se escuchó en la sala.
Esta ha sido su reaparición pública tras ser operado de la espalda este verano.
"Hace dos meses y medio no podía ni caminar", ha dicho el cantante en la rueda de prensa.
 Y la ocasión lo merece: la presentación del primer álbum en español que el cantante lanza en 12 años.
La elección del lugar no es casual. México ha sido uno de los países que han estado más vinculados a la carrera del intérprete.
 El disco es “un homenaje a los grandes compositores mexicanos”, según explicó.
 Los nombres de Julio y México han ido juntos desde que en 1976 dedicó su primer disco en tributo a la música mexicana.
“Me cansé de rogarle / Me cansé de decirle / que yo sin ella / de pena muero”.
 Las notas de la mexicanísima Ella, compuesta por José Alfredo Jiménez, inundaron la sala.
 José Alfredo, como Julio, era también un hombre al que le gustaba cantar al amor y al desamor con igual pasión.
El cantante se ha declarado un gran enamorado de la cultura mexicana.
“México es un país que amo profundamente.
 Los mexicanos han dejado momentos indelebles en mi vida.
 Conozco este país como si fuera el mío y siempre lo llevo en mi corazón.
La música mexicana es universal y sus compositores, legendarios”. Y el amor es mutuo
. Los conciertos del intérprete en México no pasan desapercibidos y el tiempo que ha transcurrido desde su primera presentación en el país latinoamericano ha estrechado sus lazos con sus admiradores del lado americano del Atlántico.
El intérprete ha anunciado también seis actuaciones en México para promocionar el disco, que sale a la venta el próximo viernes
. Con el lanzamiento de este álbum, Julio Iglesias suma 80 títulos editados desde 1968. Desde el bolero hasta “la triste historia de un ranchero enamorado”, uno de los cantantes más españoles se convirtió en mexicano por un día. “Se me olvidó otra vez / que solo yo te quise”, interpreta con el tono que solo podría utilizar un mexicano.
Así el madrileño ha presentado la que considera “su prueba de fuego”.
 Algunos cercanos a su entorno han afirmado a los medios de comunicación que el intérprete está “harto de que lo maten y de los disparates que dicen en la prensa”.
 Antes de que hubiera ‘marca España’, Julio Iglesias ya había grabado discos en una docena de idiomas y se había convertido en el artista hispanohablante con más ventas en todos los tiempos.
Quizá por esa leyenda que le acompaña, el cantante se hizo desear por la decena de fotógrafos que lo esperaban. “México Lindo y Querido / Si muero lejos de ti” sonó minutos antes de que por fin se presentara ante las cámaras que le han acompañado durante casi medio siglo.
 “Un artista que gira y ha girado en los cinco continentes”, se ha dicho en la presentación.
 Él apareció sonriente, bronceado y con el temple de un torero. “
¡Qué maravilla estar en México a los 72 años!”, dijo con una sonrisa.
 Un grupo de mariachis acompañó al cantante en el escenario minutos después
. El día que el madrileño, el hombre al que presidente de la discográfica CBS una vez llamó “el español del siglo XX”, decidió celebrar su cumpleaños con las —muy mexicanas— Mañanitas.