Las Perseidas se podrán disfrutar mejor gracias a que la Luna se encuentra prácticamente oculta.
Este espectáculo se debe a que la Tierra atraviesa restos del cometa Swift-Tuttle.
Todos los años, desde mediados de junio a mediados de agosto, la
Tierra atraviesa una nube de polvo y el cielo se llena de estrellas
fugaces.
Ese espectáculo veraniego tiene como responsable al cometa Swift-Tuttle, que cada 133 años visita la Tierra dejando un reguero de escombros en medio de la órbita terrestre.
Cuando nuestro planeta pasa por esa región, los trozos de cometa entran en la atmósfera a una velocidad extrema, de 59 kilómetros por segundo.
El rozamiento calienta los meteoroides hasta una temperatura que puede alcanzar los 10.000 grados y hace que brillen durante un instante como si fuesen estrellas.
Algunos, como el espectáculo se repetía en torno al 10 de agosto, lo bautizaron como lágrimas de San Lorenzo, por coincidir con la fecha en que los católicos honran a un hombre asado a la parrilla por el Imperio Romano en 258. Su aparente lugar de procedencia, en la región que ocupa en el cielo la constelación de Perseo, le valió el nombre de Perseidas.
Este año, el máximo de esta lluvia se producirá entre la noche del 12
de agosto y la madrugada del 13, aunque ya se pueden ver estrellas
fugaces y se seguirán viendo en los días posteriores.
El mejor momento para observarlas será en un punto intermedio entre el anochecer y el amanecer, cuando la Tierra atraviese la nube de polvo como un coche que pasa a través de una nube de mosquitos
. Según el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), las estimaciones dicen que se podrán ver entre 100 y 120 Perseidas, aproximadamente dos por minuto.
Además, los que se animen a observar esta lluvia de estrellas tendrán la suerte de que la Luna nueva del 14 de agosto coincide casi con el máximo de las Perseidas y la luz del satélite no dificultará la visión de los bólidos.
Eso sí, para que la ventaja de la ausencia de luz natural no se malogre por la presencia de iluminación artificial, es conveniente alejarse de los centros urbanos, en busca de un lugar tan oscuro como sea posible
. Para finalizar, aunque el lugar de procedencia de estas bolas de fuego parezca la constelación de Perseo, en el noroeste, elegir un lugar con la mayor cantidad de cielo visible que se pueda es la mejor manera de ver más estrellas fugaces.
Como comenta el astrofísico del IAC Miquel Serra-Ricart, las Perseidas no son “la lluvia más espectacular, si bien es cierto que este año, al no tener luna, podemos presenciar una buena lluvia de estrellas”.
No obstante, puntualiza que “son pocas pero, de forma individual, suelen ser muy espectaculares, debido a su alta velocidad de entrada en la atmósfera”
. Estos meteoroides, con sus 59 kilómetros por segundo de entrada, son mucho más rápidas que las espectaculares Gemínidas, observables en diciembre, que solo alcanzan los 35 kilómetros por segundo.
Sin embargo, los pedazos de cometa que causan la lluvia son muy pequeños, con pocos milímetros de diámetro de media.
A lo largo del año hay más de 100 lluvias de estrellas, con una concentración en la parte final del año, entre mediados de octubre y finales de diciembre.
Ese espectáculo veraniego tiene como responsable al cometa Swift-Tuttle, que cada 133 años visita la Tierra dejando un reguero de escombros en medio de la órbita terrestre.
Cuando nuestro planeta pasa por esa región, los trozos de cometa entran en la atmósfera a una velocidad extrema, de 59 kilómetros por segundo.
El rozamiento calienta los meteoroides hasta una temperatura que puede alcanzar los 10.000 grados y hace que brillen durante un instante como si fuesen estrellas.
Algunos, como el espectáculo se repetía en torno al 10 de agosto, lo bautizaron como lágrimas de San Lorenzo, por coincidir con la fecha en que los católicos honran a un hombre asado a la parrilla por el Imperio Romano en 258. Su aparente lugar de procedencia, en la región que ocupa en el cielo la constelación de Perseo, le valió el nombre de Perseidas.
En la madrugada del 12 al 13 de agosto, el mejor
momento para observarlas, un lugar alejado de centros urbanos, donde se
vea mucho cielo será suficiente para disfrutar de las Perseidas
El mejor momento para observarlas será en un punto intermedio entre el anochecer y el amanecer, cuando la Tierra atraviese la nube de polvo como un coche que pasa a través de una nube de mosquitos
. Según el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), las estimaciones dicen que se podrán ver entre 100 y 120 Perseidas, aproximadamente dos por minuto.
Además, los que se animen a observar esta lluvia de estrellas tendrán la suerte de que la Luna nueva del 14 de agosto coincide casi con el máximo de las Perseidas y la luz del satélite no dificultará la visión de los bólidos.
Eso sí, para que la ventaja de la ausencia de luz natural no se malogre por la presencia de iluminación artificial, es conveniente alejarse de los centros urbanos, en busca de un lugar tan oscuro como sea posible
. Para finalizar, aunque el lugar de procedencia de estas bolas de fuego parezca la constelación de Perseo, en el noroeste, elegir un lugar con la mayor cantidad de cielo visible que se pueda es la mejor manera de ver más estrellas fugaces.
Como comenta el astrofísico del IAC Miquel Serra-Ricart, las Perseidas no son “la lluvia más espectacular, si bien es cierto que este año, al no tener luna, podemos presenciar una buena lluvia de estrellas”.
No obstante, puntualiza que “son pocas pero, de forma individual, suelen ser muy espectaculares, debido a su alta velocidad de entrada en la atmósfera”
. Estos meteoroides, con sus 59 kilómetros por segundo de entrada, son mucho más rápidas que las espectaculares Gemínidas, observables en diciembre, que solo alcanzan los 35 kilómetros por segundo.
Sin embargo, los pedazos de cometa que causan la lluvia son muy pequeños, con pocos milímetros de diámetro de media.
A lo largo del año hay más de 100 lluvias de estrellas, con una concentración en la parte final del año, entre mediados de octubre y finales de diciembre.