Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 jun 2015

Las sensuales mujeres de Korda..................................................... Manuel Morales

60 retratos femeninos del cubano, 10 no expuestos antes, se muestran en PhotoEspaña.

 

La modelo cubana Nidia Ríos, en una fotografía de 1956. / ALBERTO KORDA / VEGAP

"Lo que más me gusta son las mujeres, el ron y la revolución".
Ese era el orden de preferencias vitales, dicen, del fotógrafo cubano Alberto Díaz Gutiérrez, Korda (La Habana, 1928- París, 2001), el hombre que inmortalizó al Che con su retrato de revolucionario soñador. Korda protagoniza una de las exposiciones estrella de esta edición de PhotoEspaña dedicada a Latinoamérica. Korda, retrato femenino muestra desde hoy martes y hasta el 6 de septiembre 60 fotos en blanco y negro de mujeres, tomadas casi todas entre 1952 y 1960, y de las que "una decena no se había expuesto", explicó ayer la primogénita de Korda, Diana Díaz, en la presentación en el Museo Cerralbo de una muestra en la que colabora el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La comisaria, Ana Berruguete, subrayó que Korda se hizo fotógrafo "porque quería captar la belleza de las mujeres, algo que se convirtió en obsesión".
Este tipo de retrato fue su género "por antonomasia", aunque no esté entre lo más conocido de su obra. Korda aprendió de forma autodidacta, al principio con su novia Yolanda —para ello tomó prestada la Kodak 35 de su padre— y más adelante con su primera mujer, Julia López
. De unas imágenes, "más ingenuas", señala la comisaria, su estilo evoluciona a una "maestra puesta en escena", en la que los elementos que acompañan a las féminas, una lámpara, un árbol, un coche…, "están muy pensados para contar más que el mero retrato".
Son tres inéditas fotos de Julia López —la madre de Diana— las que reciben al visitante. Julia, con la que se casó en 1951 y de la que se separó cinco años después, fue el inicio del rosario de mujeres que luego posaría en el estudio que Korda fundó en 1954 en La Habana.
Diana era muy pequeña entonces pero recuerda a su padre dando órdenes a su madre —y a ella como imagen de anuncios— sobre cómo posar, qué gesto poner o cómo colocar los brazos.
De todas esas mujeres que visitaron el estudio —también punto de encuentro para artistas e intelectuales— destacan Nidia Ríos y Natalia Méndez, Norka, musas de unos cánones ajenos al prototipo de las cubanas en la publicidad. Nidia y Norka —que fue la segunda esposa de Korda— eran altas, delgadas, rubias y de tez blanca.
Berruguete subraya que Korda fue vanguardista porque hacía sus fotos publicitarias fuera de estudio, en lugares poco comunes, como hoteles o playas, "con gran dominio de la luz natural".
Sin embargo, asomaron en Cuba las primeras críticas por tanto erotismo.
 Su respuesta fue retratar a la secretaria del estudio, Lourdes, de negro y en un cementerio en la serie La belleza y la muerte.
Con la revolución comunista de 1959 cae la demanda de su obra. La publicidad y la moda son tildadas de expresiones pequeñoburguesas.
"A los barbudos del segundo escalafón, no a Fidel, las fotos de mi padre les parecían pornografía", dice Díaz.
 El régimen acabó interviniendo en 1968 el estudio del fotógrafo que había acompañado a Fidel en sus viajes.
"Aunque le requisaron material, nunca tuvo un reproche e incluso les convenció para que salvaran los negativos de la revolución".
 Entonces, Korda se fija en nuevos objetivos: retratos de campesinas, milicianas o espectadoras de desfiles que, pese a su ropa o pose, también muestra hermosas.
No será hasta los años 80 cuando Korda retome la moda, una vuelta a los orígenes que ya no abandonará.
La exposición se cierra con su última sesión, de diciembre de 2000.
Son fotos de modelos sonrientes en la estación de tren de São Paulo, el epitafio artístico de Korda, que fallece en París cinco meses después.

Felipe, el Rey prudente......................................................................... Francisco G. Basterra .

La consolidación de la monarquía pasará por la consulta popular

La antorcha está a punto de pasar a la generación de los que tienen 40 años.


Felipe VI
El rey Juan Carlos I y su hijo Felipe VI en el acto de abdicación del 18 de junio en el Palacio Real. / JUAN MEDINA (REUTERS)

Hace unos días, el joven Rey Felipe me comentaba lo rápido que se le había pasado el primer año de su reinado. “Casi sin darme cuenta”.
 Un año fulgurante para los españoles, posiblemente los doce meses más importantes desde 1982, en los que la Monarquía, una institución incomprensible desde la razón pura, se ha renovado dejando al resto de instituciones —desde los partidos políticos a las cúpulas empresariales, al establishment— envejecidos
. Corroídos por la misma fatiga de los metales que hizo imposible la continuidad del anterior reinado. Partidos nuevos y líderes emergentes aspiran a un cambio profundo, no a la mera sustitución de lo existente.
 La renovación generacional en la Jefatura del Estado producida por la abdicación del rey Juan Carlos en su hijo abrió las compuertas de una nueva época en la historia de España.

Las elecciones del pasado día 24 de mayo confirmaron que el Gobierno de la mayoría absoluta en el parlamento está desnudo en la sociedad; lo precario también del partido socialista, que necesita apuntalamiento, precisamente de la fuerza que quiere arrebatarle la primacía de la izquierda
. La antorcha está a punto de pasar a la generación de los hombres y mujeres que están en los cuarenta años, incluso raspados. Felipe VI, 47 años, pertenece a esa generación.
Reina, pero no gobierna, sobre media España para la que la transición y la Constitución de 1978 son solo una página de la historia.
 Este escenario de exigencia de cambio y purificación de las instituciones es el que transita el nuevo rey y en el que deberá moverse en el futuro.
Su definición más clara se producirá tras las elecciones generales de finales de año.
El bipartidismo imperfecto que ha sostenido a la monarquía tiende a debilitarse en beneficio de nuevos protagonistas, que no ven tan favorablemente la forma de Gobierno que nos dimos con la actual Constitución
. El buque de los dos partidos hasta ahora turnantes ya no es un acorazado, está tocado, pero no hundido. La nueva agenda de cambios de calado, incluido el constitucional, tanto tiempo represada por el PP, con el añadido del contencioso de Cataluña, deberá ser afrontada por Felipe VI en el segundo año del reinado.
 El Jefe del Estado es el símbolo constitucional de la unidad y permanencia de España.
El nuevo Rey ha sido prudente en el Año I, preocupado sobre todo de no cometer ningún error importante
. Lo ha logrado. Se ha prodigado en gestos hacia nuevos sectores sociales; ha redoblado los contactos con gente de su generación; se le ha visto poco en encuentros con banqueros y empresarios, que tenían rodeado a su padre
. Se ha presentado en el exterior.
La antorcha está a punto de pasar a la generación de los que tienen 40 años
Le ha bastado con proyectar una imagen opuesta a don Juan Carlos. La reina Letizia, muy cambiada, le está ayudando y se ha convertido contra muchos pronósticos en una baza importante para el reinado que comienza y augura una mayor sintonía con la sociedad en gestación
. Felipe sigue siendo sin embargo una gran incógnita, su pensamiento es hermético sobre los grandes problemas nacionales
. No ha descendido de la promesa de la monarquía renovada para un tiempo nuevo. Cuenta con escasas herramientas.
 La Constitución concede al rey un juego delimitado al arbitrio y moderación del funcionamiento de las instituciones.
A Felipe VI pronto se le acabará sin embargo la gasolina de que es diferente o incluso opuesto a su padre
. Sabe que el felipismo no puede sustituir al juancarlismo, que hizo crisis en la etapa final del anterior reinado.
 Su misión histórica es asentar la monarquía, que se convierta en algo que forma parte del paisaje, como ocurre en Gran Bretaña.
 Pronto, tras las próximas elecciones, tendrá que reafirmarse y ser visto como el rey de todos los españoles, incluso de los que quieren acabar con muchas cosas y alarman a los sectores más inmovilistas.
Además de escuchar y atender a los nuevos interlocutores, debiera fijarse un gran objetivo que daría sentido a su reinado.
 Impulsar un pacto intergeneracional que permita a las nuevas generaciones soldarse con las que propiciaron la España democrática que disfrutamos, para avanzar conjuntamente sin construir desde cero.
 Y un paso más, la consolidación de la monarquía pasará por someterla a consulta popular, a la voluntad de los que nacieron tras la muerte de Franco.
 A los que la Transición les suena tan historia como las guerras carlistas.
Sería entonces Felipe VI, el rey prudente ma non troppo.

Manuela Carmena comunica......................................................... Juan Cruz

Los periodistas fuimos a buscarla a la caseta de su editorial, y allí dijo: hoy es el día de los lectores; ya tendrán ustedes sus días.

Manuela Carmena tiene Twitter, Facebook, teléfono fijo, teléfono móvil.
 Las redes sociales, que transita de puntillas, están a pleno rendimiento, porque seguramente se las alimentan miembros de su equipo.
Pero el teléfono de casa comunica, y el móvil (que será también, imagino, el de Ahora Madrid) también comunica.
Ni su wasapp ni su móvil de toda la vida reciente están sirviéndole a la posible alcaldesa más que su presencia física.
 Por decirlo así, es una mujer analógica, que además toda la vida se ha comunicado como todo el mundo se comunicó toda la vida.
 Sus amigos de siempre, así como los sobrevenidos, la buscan ahora y la tienen que encontrar donde siempre: en el metro, en la calle, o en la Feria del Libro.
 Los periodistas fuimos a buscarla a la caseta de su editorial, Clave Intelectual, y allí dijo algo que comunica más que un discurso: hoy es el día de los lectores; ya tendrán ustedes sus días.
Entre esos amigos sobrevenidos hay incluso exediles muy reputados que cuando no responden en el ayuntamiento que todavía ejerce aconsejan que se esperen a que llegue Carmena, pues Manuela responde, comunica, es capaz de disponer de paciencia para que las llamadas acumuladas sean también llamadas de tránsito ineludible.
Esa virtud, la paciencia, así como su edad, han convertido a Manuela Carmena en un émulo del viejo profesor Tierno Galván.
 A diferencia del legendario alcalde de Madrid, ella tiene los años que tiene (71), mientras que Tierno tuvo la tentación, y cayó en ella, de hacerse más viejo de lo que era, 61 años al llegar a la Alcaldía. En aquel entonces un alcalde mayor de edad, en la España de las burbujas de la movida, podía permitirse licencias (sus pregones, su lenguaje cheli) que otros más jóvenes hubieran convertido en cacharrería.
Por otra parte, Tierno fue tan lejos en su afán por ser otro que convirtió en leyenda hasta los datos biográficos
. Pero Carmena ha hecho de su biografía un currículum de persona normal: ha escrito artículos y libros, ha hecho discursos y ha convencido a acólitos comunistas cuando esta palabra estaba proscrita; convenció a los delincuentes de que no era correcto delinquir, y lo hizo con la palabra, suavemente.
 En eso sí se parece al viejo profesor, al que tanto se la asimila ahora.
 Como Tierno (y como Ángel Gabilondo, por cierto), Carmena amansa las fieras amansando primero las palabras, y ese es un arte mayor de su vida y también de su campaña.
 En el epicentro de la polémica que tuvo con ella Esperanza Aguirre, ella se mantuvo incólume, como si oyera llover.
 Y en el epílogo de esa lucha volvió al estilo pedagógico e indiferente: cuando la presidenta del PP madrileño volvió a la carga para desposeerla de la dignidad de la alcaldía, Manuela Carmena puso la voz en su sitio para decir que su famosa oponente necesita a su lado alguien que la ayude.
En eso se parece a Tierno, en la manera tranquila de establecer su distancia entre el verbo ajeno y el verbo propio. Comunica y escucha; es raro imaginarla en una situación en la que alce la voz más allá de lo que se puede escuchar.
 Y se entretendrá (quizá como Tierno) hasta con las cosas que le importan un bledo. Es educada, en grado sumo.
Por eso quienes no son sus votantes, pero conocen el Ayuntamiento, creen que se equivocan quienes creen que va a llegar y, antes de escuchar, va a decir cuatro frescas.
Un día la acompañé a hablar con un inventor de juegos, Gonzo Suárez
. Aquella mujer que entonces tenía 62 años (hace nueve), miró a Gonzo (de 46) e hizo como los mayores educados, le lanzó una pregunta, no le dio un sermón. Tierno daba sermones, a veces con mucho humor; ella lanzará preguntas.
 Le preguntó a Gonzo: “¿Qué piensas del videojuego?”. Ahí empezaron a conversar.
“El derecho, como el juego, son reglas útiles para vivir mejor”, dijo ella.
 Y al final de todo se pusieron a hablar de la prisa contemporánea. Ante la inquietud de Gonzo, ella se expresó (esta vez sí) como Tierno:
“Yo creo que vamos a vivir una época con menos miedo, y eso va a dar muchísima más felicidad”.
Es una mujer paciente; que nadie espere de ella que, aunque se le colapsen los teléfonos, deje de comunicar. Eso hará, no imitando a Tierno, pero sí como Tierno Galván.

 

1 jun 2015

Pantoja, presa y mártir.................................................................. Luz Sánchez-Mellado

Su salida temporal de la cárcel no defrauda ni a los partidarios ni a los detractores que le gritan "guapa" y "choriza" con idéntica pasión en cuanto pone un pie en la calle.

La tonadillera Isabel Pantoja, junto a su hermano Agustín, a su salida este mediodía de la prisión de Alcalá de Guadaira (Sevilla). / RAFA ALCAIDE (EFE) | vídeo: ATLAS

De rojo-rojo clavel y blanco-blanca Paloma
. A punto de desnucarse de lo alta que llevaba la testa.
 Caminando más derecha que una vela dándole tumbos a su bolsito de volantes blancos y rojos en bandolera en homenaje a su Virgen de su Rocío de su alma, testigo muda de sus días de fino y rosas con Julián Muñoz, el hombre que le buscó la ruina.
 De la mano de su hermano Agustín, su caballero sirviente desde que vino al mundo por la cuenta que le tiene.
 Primorosamente maquillada por alguna compañera de trena igual o mejor que cuando el peluquero estrella Leonardo la estucaba para el especial Nochevieja de Televisión Española.
 Lustrosa como pocas, guapetona como es ella, morena zahína de piel y de pelazo como solo consigue ennegrecer el sol del patio de la cárcel y una mano experta de tinte en las raíces.
 Más flamencona que nunca
. Pantoja en estado puro.
De esa guisa ha salido de la cárcel la reclusa más famosa de España en su primer permiso penitenciario.
 Sin defraudar a nadie. Ni a los partidarios ni a los detractores que gritan “guapa” y “choriza” con idéntica pasión a su paso cada vez que la estrella de la copla condenada por blanqueo de capitales pone el pie en la calle.
Decir que Isabel Pantoja domina la escena es como decir que el sol sale cada mañana
. Un pleonasmo, con perdón de la palabra, innecesario
. Varios días, con sus noches, llevaban los periodistas de los programas cardíacos y de los informativos más prestigiosos haciendo guardia a las puertas de la prisión de Alcalá de Guadaíra para no perderse el espectáculo.
 Unos y otros saben que Pantoja vende
. Y ella sabe que ellos lo saben
. Seguro que había visto el despliegue de medios en la tele del talego en las vísperas.
 Y, seguro que, antes muerta que sencilla, decidió salir del talego como sale ella al escenario: dejando clavado al asiento al respetable sin ni necesidad siquiera de abrir la boca.
Los médios acorralan el coche en el que la cantante abandonó la cárcel camino de Cantora. / GOGO LOBATO (AFP)
Sus aires de diva en el paseíllo hasta el coche lo decía todo.
 Su frente altiva de estoy viva y coleando pese a quien pese
. Su sonrisa de quién ríe última ríe dos veces ( Dientes, dientes que es lo que les jo.....) cuando era amante de Julian Muñoz y se llevó todo por lo que está en la cárcel.
. Su rictus de lo que estoy sufriendo no está ni agradecido ni pagado
. Sus ojos acuosos de chivo expiatorio de la manada de corruptos que son, han sido y serán en este país de pandereta
. Su indisimulado orgullo de yo ya casi he pagado mi deuda
. Sus cejas levantadas de no soy ni la primera ni la última que se ve en esta tesitura, y no miro a nadie,
 Cristina de Borbón y Grecia. Su inequívoca jeta de mi venganza (mediática) será tremenda.
No consta por ahora si Pantoja ha ejercido o no su derecho al voto por correo en las municipales y autonómicas
. Ni si habrá seguido los resultados electorales en chirona.
 Ni si sabrá, o no, que, al cierre de esta edición, Serafín Castellano, delegado del Gobierno en Valencia, es el penúltimo político detenido y cesado por presunto corrupto
. Lo que seguro que sí sabe es que Isabel Pantoja Junior, la niña de sus ojos, está pasando calamidades transmitidas en directo desde una isla perdida de Honduras a razón de 30.000 euros la semana.
 Que su niño Kiko Rivera va aumentar próximamente con otro bebé la ya nutrida prole a su cargo.
 Y que su vida, ya que no su obra, sigue llenando horas de televisión y páginas de revistas sin que ella, de momento, vea un euro al respecto.
Eso, bien lo sabe ella, tiene remedio.
 “Los focos, a mi persona”, volverá a decir a su debido tiempo, como dijo en su día a los técnicos de iluminación de una de sus galas en una de esas perlas salvajes para labrar en piedra, aunque sea pómez, que solo sueltan por esa boca en los momentos críticos ciertas folclóricas, futbolistas y toreros.
 Pagada su deuda con la sociedad y con el fisco, es la primera que sabe que teles y revistas de todo pelaje guardan su ausencia para reabrirle las puertas de la gloria en cuanto ella se deje
. ¿No se la han abierto a otro convictos de menos campanillas? Seguro que Vasile ha tomado nota. ¿Qué Gran Hermano VIP, ni qué Supervivientes, ni qué Sálvame Deluxe?
El auténtico reality show es ella.