Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

17 may 2015

La historia de Truman y Harper.......................................................... Marc Bassets

El ego fue la clave de la unión de los escritores Capote y Lee, pero también el culpable de sus resentimientos y traiciones.

Nelle Harper Lee y Truman Capote. / María María Acha-Kutscher

Pocos lugares tan pequeños han producido tanto talento literario.
 Dos de las mayores figuras de las letras universales vivieron en Monroeville (Alabama), un pueblo de unos miles de habitantes fuera de cualquier vía de comunicación y lejos de cualquier gran ciudad. Ambos escritores, Truman Capote y Harper Lee, eran vecinos.
La casa donde vivió Capote ya no existe: queda un muro que delimita el terreno. Donde se levantaba el hogar de Lee hay ahora la heladería Mel’sDairyDream.
En este espacio abreviado, unos metros cuadrados de la calle principal de Monroeville, ambos compartieron los juegos infantiles y los primeros escarceos literarios.
Allí se forjaron dos carreras formidables: la de Capote, errática, genial, atormentada; la de Lee, escueta y plácida como la vida de provincias en el deepsouth,el sur profundo. 
Capote, autor de Desayuno enTiffany’s (1958) y A sangre fría(1965), entre otras novelas y reportajes, pasaba temporadas en casa de unos parientes en Monroeville
. Lee vivía con sus padres y sus hermanas.
 La autora se inspiró en su padre, A.C. Lee, para crear el personaje de Atticus Finch, el abogado que, en el sur segregado de los años treinta, defiende a un negro falsamente acusado de violar a una blanca en la novela Matar a un ruiseñor (1960).
Truman Capote murió en 1984 a los 59 años. Nelle Harper Lee —su nombre completo— tiene 88 años y aguarda la publicación de Goset awatchman(Ve, aposta a un centinela),una novela escrita antes de Matar a un ruiseñor, hasta hoy su única obra, y ahora recuperada.
 Ella firma sus libros como Harper pero le llaman Nelle.
En Monroeville nació una amistad fraternal, pero también viciada por el resentimiento y la incomprensión. 
—¿Truman o Nelle?
En Monroeville, ser de uno y otro es como ser de Sartre o Camus, de los Beatles o los Rolling Stones, del Barça o del Madrid
. Aquí todos tienen su equipo.
—¿Qué es lo primero que le he dicho a usted que debía saber sobre Capote? —dice, tras unos minutos de conversación, Flo Sanderson, una mujer del pueblo que lee una novela del escritor en un banco junto a un mural que retrata a los protagonistas de Matar a un ruiseñor.
—¿Qué?
Big ego.
Gran ego. Esta es quizá la clave de la amistad.
 Y de su deterioro.
“Me llamo Charles Baker Harris. Sé leer”. Así se presenta, al toparse por primera vez con sus vecinos, uno de los tres personajes infantiles de Matar a un ruiseñor. Harper Lee se inspiró en Truman Capote para el personaje de Dill, el apodo de Charles Baker Harris, un niño a punto de cumplir los siete años y diminuto para su edad. “Soy pequeño pero soy mayor”, añade Dill.
Mural en Monroeville que retrata los personajes de 'Matar a un ruiseñor'. / guillermo cervera
Matar a un ruiseñor es ficción, pero seguramente ofrece el retrato más preciso del niño Capote y de su relación con la niña Lee.
 “Me sentía desgraciada sin él”, dice la narradora, Scout, inspirada en Harper Lee. “A principios del verano”, escribe en otro momento, “me pidió que me casara con él, pero en seguida se olvidó”.
Dill es un niño imaginativo, “un Merlín de bolsillo, cuya cabeza bullía con planes excéntricos, con anhelos extraños, con caprichos pintorescos”.
“El vínculo que les unió”, escribió Gerald Clarke, biógrafo de Truman Capote, “era más fuerte que la amistad: era una angustia común”.
“No tenían otros amigos verdaderos. Nelle era demasiado ruda para la mayoría de las chicas, y Truman demasiado suave para la mayoría de los chicos”.
En la vida real, Truman y Nelle jugaban a ser novelistas. A.C. Lee les prestó una máquina de escribir, y se turnaban para utilizarla y contar una historia.
 La colaboración, real o imaginaria, nunca terminó.
 Ambos emigraron a Nueva York. Truman, embarcado a una precoz carrera literaria, niño prodigio de la literatura de la posguerra mundial. Nelle, trabajando para una compañía aérea y preparando en secreto su obra maestra.
En el otoño 1959, después de dos años de correcciones, reediciones y reescrituras, Harper Lee entregó el manuscrito de Matar a un ruiseñora la editorial J.B. Lippincott
. Unos días después, Truman Capote leyó en TheNew York Times la noticia del asesinato de una familia de granjeros en Holcomb, un pueblo de Kansas
. Llamó a su amiga de infancia y la invitó a acompañarle al lugar de los hechos para preparar un reportaje para la revista TheNewYorker. 
Truman creía que con un relato minucioso de un suceso real, elaborado con técnicas periodísticas pero narrado con las herramientas de la ficción, escribiría la gran novela que le faltaba para pasar a la historia de la literatura. 
En la Kansas de 1959, “una parte del país tan ajena a él como las estepas de Rusia”, según escribe Clarke en su biografía, Capote, Truman parecía un alienígena
. Algunos, en Holcomb, incluso sospechaban que él —dandi, extravangante, urbanita— era el asesino. 
“Truman no encajaba, y nadie hablaba con él”, dijo años después Harold Nye, uno de los detectives del caso.
 “Pero Nelle salió y estableció la relación con la gente.
 Se esforzó y logró los contactos con los locales, y pudo introducir a Truman”, añadió Nye, citado por Charles Shields, biógrafo de Harper Lee.
Sin Nelle, Truman no habría roto la desconfianza de los habitantes de la zona.
Sin ella, probablemente no habría accedido a la fuente decisiva para su relato, el agente Alvin Dewey. Nelle trabajó mano a mano con Truman en las entrevistas y en la investigación periodística, como unos Woodward y Bernstein antes de tiempo o unos Holmes y Watson.
No es exagerado afirmar que sin Nelle Harper Lee, A sangre fría —la novela de no ficción, un género nuevo, que consagró a Capote— no habría existido.
Nelle Harper Lee y Truman Capote. / Associated Press
Nunca, desde los juegos infantiles en Monroeville, la colaboración había sido tan íntima.
 Nunca volvería a serlo. 
En Mockingbird (Ruiseñor, la biografía no autorizada de Harper Lee), Shields describe la sorpresa de Nelle cuando en enero de 1966 abrió un ejemplar de la recién publicada A sangre fría.
 El único reconocimiento a todo su trabajo figuraba en la dedicatoria. Y era compartido: “Para Jack Dunphy [el compañero de Capote] y Harper Lee, con mi amor y gratitud”.
Nada más.
“Que Truman no la hubiese apreciado era más que un despiste o un abandono. Era una traición”, escribe Shields. Capote invitó a su vieja amiga a la fiesta legendaria que celebró en el Plaza de Nueva York el 28 de noviembre de 1966.
 Lee no asistió.
El problema no fue sólo que Capote no reconociese adecuadamente la contribución de Lee a Asangre fría.
 Los agravios se acumulaban. Matar a un ruiseñor se convirtió en un superventas.
Hollywood rodó una versión cinematográfica con Gregory Peck en el papel de Atticus Finch. Lee ganó el Pulitzer, lo que según algunos biógrafos alimentó los celos de Capote, que nunca lo consiguió.
Tampoco se esforzó demasiado por acallar los rumores según los cuales él había escrito la novela de Harper Lee.
 “Él no tuvo nada que ver [con Matar a un ruiseñor]”, le dijo Alice Lee, la hermana mayor de Nelle, a la periodista Marja Mills, autora de Themockingbirdnextdoor (El ruiseñor en la puerta vecina). “Jamás se ha dicho una mentira tan grande”, añadió. 
A las hermanas Lee les molestaba que Capote hubiera contado a Clarke que la madre de ellas había intentado ahogar a Nelle cuando era pequeña. “Truman decía cualquier cosa cuando se emborrachaba”, dijo Alice.
En el citado libro, le retratan como un mentiroso compulsivo.
Una de las ironías de la historia es que A sangre fría,la novela de no ficción, en realidad tenía más de novela que de no ficción
. Y Matar a un ruiseñor, una novela ficticia, contiene verdades —sobre la infancia, sobre el trauma del racismo, sobre la identidad de Estados Unidos— que más de medio siglo después perviven.
“Truman era un psicópata, cariño”, le dijo una vez Nelle a una periodista.
 “Creía que las normas que se aplicaban a todo el mundo no se aplicaban a él”.

 

Políticos que “no ocultan nada” | Manuela Carmena, de Ahora Madrid............................................ Alberto Schommer

El fotógrafo Alberto Schommer retrata a los candidatos madrileños para EL PAÍS.

Manuela Carmena, candidata de Ahora Madrid al Ayuntamiento de la capital. / ALBERTO SCHOMMER

Manuela Carmena, la candidata municipal de Ahora Madrid, tuvo algunas dificultades para mantener abierta su mano derecha durante la sesión fotográfica
. El artista bromeó con ella: “Ahora ya puedes decir que la mano derecha es más peligrosa que la izquierda”.

 

Empate técnico entre el PP y la lista apoyada por Podemos en Madrid

La presidenta del PP madrileño conseguiría 19 ediles frente a 17 de la exjueza.

Las candidaturas al Ayuntamiento de Madrid de Esperanza Aguirre (PP) y Manuela Carmena (Ahora Madrid) logran un empate técnico en el sondeo de Metroscopia realizado el pasado día 14 para EL PAÍS.
La presidenta del PP madrileño conseguiría 19 ediles y un 29,7% de votos, mientras que la exjueza obtiene 17 concejales y un 27,8% de papeletas: una diferencia de 1,9 puntos entre ambas. El margen de error de la encuesta es de 3,2 puntos. Hace dos semanas, la lista de Aguirre se distanciaba 10,3 puntos de la del partido que apoya Pablo Iglesias.
La campaña no está sentando bien a las expectativas electorales de la candidatura de Esperanza Aguirre al Ayuntamiento de Madrid.
Designada directamente por el presidente del PP, Mariano Rajoy, para mantener la hegemonía popular en el Ayuntamiento de Madrid —donde este partido gobierna desde hace 24 años—, su lista comienza a mostrar signos de cansancio
. Tantos que la aspirante de Ahora Madrid, la poco conocidaManuela Carmena (69% de conocimiento, frente al 100% de Aguirre), le ha recortado 10,3 puntos en dos semanas, dejando a ambas a escasos 1,9 puntos.
El PP obtendría así el 29,7% de las papeletas y Ahora Madrid (una coalición de la que forman parte Podemos, Ganemos, Equo y exmiembros de IU, entre otros) alcanzaría el 27,8%.

Entre la fidelidad y las dudas

El PP tiene los votantes más fieles. El 56,8% de los que eligieron la papeleta del Partido Popular en las elecciones de 2011 volverán a decantarse por esta opción política el próximo 24 de mayo, si bien un 18,2% optará en esta ocasión por Ciudadanos (encabezado por Begoña Villacís).
 Mientras, un 14,3% aún se lo está pensando.
Desbandada en IU. Según el sondeo, solo el 18,8% de los que apoyaron los pasados comicios a IU le entregará su voto a Raquel López.
 El 58% se inclina actualmente por Ahora Madrid. El 14,3% es un mar de dudas.
Los socialistas dudan más. Uno de cada cinco votantes potenciales del PSOE (21%) sigue aún pensando a quién entregar su papeleta, mientras que uno de cada cuatro ha decidido ya que la recibirá Ahora Madrid (26,2%). Uno de cada tres se mantendrá fiel al partido y escogerá la lista de Carmona (37,8%).
El sondeo de Metroscopia (1.000 encuestas telefónicas con un margen de error de 3,2 puntos) señala que el PP tendrá 19 ediles (ahora tiene 31);
Ahora Madrid, 17 (en la actualidad carece de representación); el PSOE, 11 (obtuvo 15 en las últimas elecciones); y Ciudadanos, 10 (sin representación ahora). Tanto IU como UPyD, que en la actualidad disponen de seis y cinco ediles respectivamente, se sitúan en la encuesta fuera del Palacio de Comunicaciones. IU se queda a solo 0,7 puntos porcentuales de entrar, ya que obtiene el 4,3% de los votos (4,2% en el sondeo del 2 de mayo). La ley exige un mínimo del 5%.

Solo un concejal más

Por tanto, Aguirre estará obligada, si quiere ser alcaldesa, a pactar con Ciudadanos para disfrutar de estabilidad en su gobierno (la mayoría absoluta son 29 concejales), solo uno más que la hipotética coalición Ahora Madrid y PSOE (28).
 Hace solo dos semanas, las diferencias entre ambos grupos eran mayores: 32 concejales para PP y Ciudadanos, frente a 25 de Ahora Madrid y PSOE.
El muestreo de Metroscopia señala que la pérdida de voto experimentada por el PP “se explica, fundamentalmente, por el incremento de la indecisión o el desplazamiento hacia la abstención de sus potenciales votantes”
. En cambio, el aumento de Carmena tiene su origen en “su capacidad para atraer votos de todos los electorados y, sobre todo, de personas que pensaban abstenerse o dudaban qué hacer”.
Los expertos de la empresa demoscópica sostienen que “el impacto de esta campaña es determinante” y que “la capacidad de movilización de las formaciones políticas y el atractivo electoral de los líderes serán decisivos en el tramo final”.
En este punto, Aguirre es la que peor evaluación (diferencia entre los que la apoyan y los que la rechazan) obtiene (-21), aunque es fuertemente apoyada por los votantes potenciales del PP (+91). En cambio, Carmena es la que menor rechazo provoca entre todos los ciudadanos llamados a votar (+37) y entre su potencial electorado (+91).
 De hecho, en el caso de que Aguirre no obtuviera la mayoría absoluta, el 60% de los madrileños con derecho a voto preferiría que no fuera alcaldesa, incluidos los que aseguran que votarán a Ciudadanos.
Las proyecciones de Metroscopia indican que “serán pocos los votos que decidirán quién será la próxima alcaldesa”, por lo que será “determinante la actitud que tomen sus diferentes potenciales votantes”.
La encuesta estima un 30% de abstención.
La empresa demoscópica sostiene que una de las claves serán los votantes de Ciudadanos, que tendrán que decidir si mantenerse fieles a sus ideas o permitir una posible victoria de Carmena, teniendo en cuenta que la mayoría de ellos son exvotantes del PP.
 Algo parecido a lo que pasará con los seguidores de IU que, “ante la perspectiva de no obtener representación”, pueden apoyar a Ahora Madrid para “propiciar un cambio”.
Esta situación podría repetirse, incluso, con los votantes del PSOE, encabezado por el profesor universitario Antonio Miguel Carmona, al quedar “como tercera fuerza y perder el carácter de partido útil frente a la derecha”.

 

16 may 2015

¿Te gustaría más si fuese Ingrid Bergman?.................................................. Manuel Jabois

Quedan sin embargo algunas buenas noticias, y dos de ellas están en Cannes: Woody Allen e Ingrid Bergman. 
Allen vio marcharse a Mariel Hemingway en un portal de Manhattan, con un taxi fuera, mientras escuchaba que no todo el mundo se corrompía y que había que tener fe en la gente.
 De Bergman hay un gesto famoso en Casablanca, la mirada a Laszlo cuando él canta La Marsellesa,pero es al final cuando justifica la película entera al escuchar a Rick dar su nombre y el de Laszlo como pasajeros del avión.
 Ese sobresalto. Decía Robert Duvall que el verdadero asombro que la causaba el genio de Brando era su capacidad para ser de verdad, el talento enorme para hacer creer que él era Vito Corleone desde hacía mucho tiempo, concretamente desde que nació.
 Por eso cuando le dice a Don Vito que se ha muerto su hijo Sonny, Duvall sabe que Marlon Brando se acaba de morir por dentro delante de él: lo hace sin mover un músculo, de la única manera en que puede reaccionar un hombre al que anuncian la muerte de su hijo.
 Bergman se va en un avión, Mariel se va en un taxi, Bogart se queda a tomar las aguas y Woody Allen no se cree que nadie no vaya a corromperse y que seis meses pasen rápido. 
Pero los cuatro eran de verdad, hicieron aquello que Hemingway exigía de los escritores: lo inventaron todo de principio a fin, no se inspiraron en modelos reales y se creyeron las personas que fingían ser. 
 En Cannes, en donde Bergman es celebrada en el cartel del certamen, Woody Allen dijo ayer que está convencido de que Primo Levi y muchos supervivientes de los campos de concentración salieron adelante por su comunismo. “Tenían una motivación.
 Da igual que luego el comunismo se mostrara como un sistema fracasado. A ellos les funcionó, les dio un estímulo”.
 Casablanca es una película de un hombre con una causa y otro sin ella
 Laszlo creía en la Resistencia y un mundo más justo; cuando Bergman quiere contarle una historia a Bogart él lo primero que pregunta es si tiene un final feliz: hasta ahí llegaba su compromiso. “¿Te gustaría más si fuese Ingrid Bergman?”, le pregunta Kay a Michael Corleone al salir del cine


. Michael le dice que no. Todas las carreras criminales empiezan con una pequeña mentira.